“Nos miraban mal desde el inicio”.
La Guardia Urbana interviene en un altercado entre vecinos en el que una de las víctimas denuncia transfobia.
Blanca Cia / Rebeca Carranco | El País, 2021-01-14
https://elpais.com/espana/catalunya/2021-01-13/nos-miraban-mal-desde-el-inicio.html
”Ya nos miraban mal desde el inicio”, dice Nina, que el martes denunció en las redes sociales que había sido agredida por sus vecinos. Ella es una mujer transexual y vive con su pareja, también mujer. No duda que su condición sexual está detrás de la pelea, que le ha causado varios moratones y magulladuras, según mostró en las redes sociales. El altercado acabó con la intervención de la Guardia Urbana y denuncias cruzadas por lesiones leves, según fuentes policiales.
Ocurrió a las siete de la tarde, en el barrio de Font de’n Fargues, en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona. La Guardia Urbana acudió alterada por lo que ocurría. El origen de la disputa, según fuentes policiales, fue un problema de luz de uno de los pisos del inmueble que terminó con la agresión. Algo que Nina no niega, sin que eso desmienta que detrás de la agresión está la transfobia. Y lo relata así: “Llegamos a casa y vimos que no había luz dentro pero sí había en la escalera y el vestíbulo. Fui a ver qué pasaba en los contadores y salió un vecino muy agresivo gritando qué estaba haciendo y enseguida empezaron los insultos ‘maricón de mierda’ y los golpes. Enseguida vinieron otros dos y siguieron con los golpes. Mi pareja vino a ver que ocurría y también la emprendieron con ella. Yo acabé en el suelo y me llovieron patadas y puñetazos en la cabeza y casi perdí el conocimiento. Sentí verdadero miedo”.
Asegura que los problemas de convivencia con el vecino de arriba empezaron enseguida de haberse instalado en el piso, hace un año. Nina, de 31 años, convive con su pareja, de 29. Cuenta que en alguna ocasión subieron a quejarse por el alto volumen de la música que las molestaba: “Hasta temblaban los cristales de casa”. También sospecha que en alguna ocasión les habían pinchado el agua porque han tenido consumos muy altos —de 200 y 300 euros— para lo habitual en una vivienda de una pareja.
“Había gritos y follones que nos molestaban pero si nos quejábamos nos amenazaban. Hemos intentado aguantar porque no podíamos ir a otro sitio y porque teníamos miedo”. También cuenta que algunas de esas situaciones de ruidos y música a todo volumen las registró. De la misma forma que colgó en Twitter imágenes en las que aparece con la cara magullada a consecuencia de los golpes sufridos en el incidente del lunes pasado.
Con el parte de lesiones, contusiones y traumatismos especialmente en el rostro de Nina, la pareja se reunió ayer con un abogado del Observatorio contra la Homofobia de Cataluña (OCH) para que se encarguen de su representación jurídica. Por ahora, al margen del atestado de la Guardia Urbana, no se ha presentado una denuncia formal a los Mossos. “Hemos pasado dos noches horrorosas porque seguimos teniendo miedo”, añade Nina.
Fuentes del Observatorio confirmaron que estudiaban el caso de Nina y su pareja para enfocar el proceso. Del mismo modo, apuntaron que, con este caso, ya se han denunciado tres agresiones LGTBI fóbicas en Cataluña en lo que va de año. Una tendencia que, aseguran, se ha acentuado desde el inicio de la pandemia: “Se está viviendo más en las casas y se están produciendo más tensiones y agresiones”, señalan desde el OCH.
En 2020, se registraron en Cataluña un total de 189 denuncias por agresiones LGTBI. De éstas, 26 tuvieron como víctima a una persona trans, lo que representa un incremento de un 25% respecto a 2019. El Ayuntamiento de Barcelona, a través de la Oficina por la No Discriminación, está haciendo un acompañamiento a las dos mujeres. En el caso de que decidiesen denunciar finalmente ante los Mossos d’Esquadra, les apoyarían en el proceso. El Consistorio de Barcelona mantiene además la posibilidad de personarse como acusación si hay una investigación judicial que siga adelante.
Ocurrió a las siete de la tarde, en el barrio de Font de’n Fargues, en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona. La Guardia Urbana acudió alterada por lo que ocurría. El origen de la disputa, según fuentes policiales, fue un problema de luz de uno de los pisos del inmueble que terminó con la agresión. Algo que Nina no niega, sin que eso desmienta que detrás de la agresión está la transfobia. Y lo relata así: “Llegamos a casa y vimos que no había luz dentro pero sí había en la escalera y el vestíbulo. Fui a ver qué pasaba en los contadores y salió un vecino muy agresivo gritando qué estaba haciendo y enseguida empezaron los insultos ‘maricón de mierda’ y los golpes. Enseguida vinieron otros dos y siguieron con los golpes. Mi pareja vino a ver que ocurría y también la emprendieron con ella. Yo acabé en el suelo y me llovieron patadas y puñetazos en la cabeza y casi perdí el conocimiento. Sentí verdadero miedo”.
Asegura que los problemas de convivencia con el vecino de arriba empezaron enseguida de haberse instalado en el piso, hace un año. Nina, de 31 años, convive con su pareja, de 29. Cuenta que en alguna ocasión subieron a quejarse por el alto volumen de la música que las molestaba: “Hasta temblaban los cristales de casa”. También sospecha que en alguna ocasión les habían pinchado el agua porque han tenido consumos muy altos —de 200 y 300 euros— para lo habitual en una vivienda de una pareja.
“Había gritos y follones que nos molestaban pero si nos quejábamos nos amenazaban. Hemos intentado aguantar porque no podíamos ir a otro sitio y porque teníamos miedo”. También cuenta que algunas de esas situaciones de ruidos y música a todo volumen las registró. De la misma forma que colgó en Twitter imágenes en las que aparece con la cara magullada a consecuencia de los golpes sufridos en el incidente del lunes pasado.
Con el parte de lesiones, contusiones y traumatismos especialmente en el rostro de Nina, la pareja se reunió ayer con un abogado del Observatorio contra la Homofobia de Cataluña (OCH) para que se encarguen de su representación jurídica. Por ahora, al margen del atestado de la Guardia Urbana, no se ha presentado una denuncia formal a los Mossos. “Hemos pasado dos noches horrorosas porque seguimos teniendo miedo”, añade Nina.
Fuentes del Observatorio confirmaron que estudiaban el caso de Nina y su pareja para enfocar el proceso. Del mismo modo, apuntaron que, con este caso, ya se han denunciado tres agresiones LGTBI fóbicas en Cataluña en lo que va de año. Una tendencia que, aseguran, se ha acentuado desde el inicio de la pandemia: “Se está viviendo más en las casas y se están produciendo más tensiones y agresiones”, señalan desde el OCH.
En 2020, se registraron en Cataluña un total de 189 denuncias por agresiones LGTBI. De éstas, 26 tuvieron como víctima a una persona trans, lo que representa un incremento de un 25% respecto a 2019. El Ayuntamiento de Barcelona, a través de la Oficina por la No Discriminación, está haciendo un acompañamiento a las dos mujeres. En el caso de que decidiesen denunciar finalmente ante los Mossos d’Esquadra, les apoyarían en el proceso. El Consistorio de Barcelona mantiene además la posibilidad de personarse como acusación si hay una investigación judicial que siga adelante.
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