Uge Sangil: “Nos hemos sentado a hablar con el PSOE y están por una legislación que aborde los derechos de las personas trans”.
Asumió la presidencia de la FELGTB en 2018 y desde entonces ha tratado de introducir algunos cambios. Uge Sangil afronta un 2021 clave para el colectivo LGTB, que tiene sobre la mesa dos grandes apuestas legislativas.
Patricia Reguero Ríos | El Salto, 2021-01-18
https://www.elsaltodiario.com/lgtbiq/uge-sangil-presidenta-felgtb-ley-igualdad-trans-psoe-orgullo
Asumió la presidencia de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) en 2018 y desde entonces, explica, ha tratado de introducir algunos cambios dirigidos a una repolitización del Orgullo que esta misma entidad convirtió en 2017 en un gran evento comercial: el World Pride.
Uge Sangil (La Palma, 1986), se metió en el activismo hace 16 años. Fundó un colectivo LGTB en Tenerife y comenzó a participar en la Federación, donde fue vocal de Educación. En 2018 se presentó a la presidencia de esta entidad que agrupa a casi 60 colectivos de todo el Estado y hoy, desde ella, afronta un 2021 clave para el colectivo LGTB, que tiene sobre la mesa dos grandes apuestas legislativas: una Ley de Igualdad LGTBI —impulsada por la federación— y una Ley Trans estatal —iniciativa de colectivos de personas trans y que apoya también la FELGTB—. Esta segunda ha puesto en el debate público un concepto, el de “autodeterminación de género”, que existe desde 2014 en diferentes leyes autonómicas sin haber suscitado grandes reacciones y ahora critica sonoramente un sector del feminismo. Pero, para la presidenta de la FELGTB no hay alternativas: “La despatologización y la autodeterminación de género es irrenunciable”.
Sangil se pronuncia sin miedo a mojarse sobre la autodeterminación de la identidad, feminismos, Orgullo y ‘pinkwashing’. Sobre otros asuntos polémicos para la federación prefiere, de momento, pasar palabra.
P. El 2020 ha sido un año de mierda, por resumir pronto y mal. ¿Ha sido un año perdido para el movimiento LGTBI?
R. No ha sido un año perdido, ha sido un año para reinventarnos en el activismo y en la forma de hacer las cosas. Eso lo ha ralentizado todo un poquito en algunas cuestiones, pero en cuestiones legislativas creo que no vamos mal y se han podido realizar acciones, negociar el paquete legislativo que queremos impulsar para la defensa de los derechos de todo el colectivo.
Entonces, en este sentido no se ha dejado de trabajar. Además, el año nos ha puesto de relevancia muchas situaciones que sabíamos que vivíamos las personas LGTBI pero que se han agudizado en los meses del confinamiento total. Y ante la precariedad que empezamos a vivir ahora, porque la situación sanitaria no termina de solucionarse, tenemos la experiencia de 2020 para seguir trabajando en la misma línea, conectándonos a las redes y también cuidándonos mucho.
P. Miremos hacia delante. La FELGTB dedica este año al tema “Feminismos, igualdad y derechos humanos”, con mucha intención. ¿Qué mensaje quiere lanzar ese “feminismos”, en plural, en este 2021?
R. Este lema supone una continuidad con el tema del año anterior —“Mujeres LTB: sororidad y feminismo”—. Este feminismo en plural lo que quiere es generar alianzas, puntos de encuentro y confluencias con el movimiento feminista, que es un movimiento amplio, diverso y rico en sus reivindicaciones para todas las mujeres, un movimiento que al final lo que pretende es la igualdad para todas. En este momento, es importante que el colectivo LGTBI siga de la mano con los movimientos feministas y que lleguemos a los puntos de encuentro que, al fin y al cabo, nos darán los derechos. Si nos encontramos con los feminismos en igualdad, conseguiremos los derechos para todas las personas: la suma de todas es importante porque amplía los derechos.
P. En el lema no aparece la palabra “trans”, aunque sí se vislumbra, dado el contexto actual en el que una parte del feminismo se ha mostrado en contra de una legislación que refrende la llamada “autodeterminación de género”. La posición de la federación ha sido clara con respecto a la Ley Trans estatal y la exigencia de que esta contemple reconocer la libre autodeterminación del género. ¿Es esto irrenunciable? ¿Es posible una ley trans sin autodeterminación?
R. No, es la gran línea roja. La despatologización y la autodeterminación de género es irrenunciable porque si no seguiríamos siendo tuteladas por psiquiatras, psicólogos… Seguiríamos siendo tratadas como personas enfermas, y nadie puede dudar de mí cuando digo quién soy. Lo que pedimos es que no se nos tutele, que la legislación actual deje de considerarnos personas enfermas, de modo que podamos tomar la decisión con libertad cuando [descubrimos que] no somos la personas que nos dijeron cuando nacimos.
P. El Pleno del Parlamento de Canarias aprobó en diciembre por unanimidad una proposición de ley que, de aprobarse, también reconocería la autodeterminación de género, aunque ya existe una ley LGTB canaria. ¿Por qué la ley vigente en este momento no incluye la autodeterminación trans?
R. En Canarias tenemos una ley de 2014 para las personas trans, una ley que se hizo así porque era lo que en ese momento se podía hacer. Es una ley despatologizadora, pero no llega a la autodeterminación. Ahora mismo está en el Parlamento y tiene que entrar en estos meses una Ley Trans con la autodeterminación por delante, evidentemente.
P. Mientras la Ley Trans se ha convertido en blanco de críticas de un sector del feminismo, no hablamos tanto de otro proyecto de ley importante, la Ley de Igualdad LGTB. De ella, la Plataforma Trans ha dicho que recibe un trato preferente (“va en clase vip”) frente a la propuesta de Ley Trans estatal. ¿Compartes esta opinión?
R. No. Creo que el Ministerio de Igualdad está apostando por la ley para las personas trans en igual medida que por la ley LGTBI. Creo que son complementarias y el ministerio ha dado mucho en estos meses: desde septiembre hasta diciembre nos hemos reunido cinco veces con el ministerio, no solo FELGTB sino también la Plataforma y otras entidades, en una mesa común para debatir y hablar de lo que queremos en esa ley. Por lo tanto, no creo que se esté ninguneando de ninguna manera y no creo que haya una ley vip y otra que no lo sea. Las dos son importantes, afianzarán derechos y prevendrán el acoso que sufrimos las personas LGTBI, y se están tratando de la misma manera. En todo caso, va más avanzada la Ley Trans.
P. La ley de igualdad LGTBI, ¿incluye también la autodeterminación?
R. Evidentemente, porque son complementarias y, aunque no pueden llevar lo mismo, ambas están basadas en la igualdad y en las políticas públicas. La ley de igualdad LGTBI al final lo que hará es afianzar las políticas públicas que se deben impulsar desde el Estado para garantizar los derechos de las personas lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales. Y claro que también tiene que estar la autodeterminación y despatologización en esa ley.
P. Hablas bien del Ministerio de Igualdad y es evidente que hay una afinidad, cuando además hay varios expresidentes de la FELGTB en ese ministerio. ¿Es la FELGTB de Podemos o es Podemos de la FELGTB?
R. No, la FELGTB es una entidad apartidista e independiente. En su momento, se dijo que era el brazo armado del Partido Socialista y creo que hemos demostrado que no lo era. Y ahora, por su trayectoria personal y activista, hay tres expresidentes en este ministerio: dos en cargos políticos [Beatriz Gimeno y Boti García Rodrigo, directoras del Instituto de las Mujeres y directora de Diversidad Sexual respectivamente] y una persona asesora [Jesús Generelo]. Pero esto no influye en las decisiones que toma la FELGTB, cuando además la FELGTB le ha dicho al ministerio que queremos una ley de máximos. Estamos ahí para negociar y conseguir los derechos que nos merecemos todo el colectivo, independientemente de las personas que lleven las direcciones generales.
El hecho de que estén ahí hace que digan que estamos para dar palmas, y eso no es verdad. De hecho, el 18 de diciembre sacamos una nota de prensa poniendo sobre aviso al ministerio, diciendo: “Bien lo que están haciendo, pero nos mantenemos vigilantes porque queremos una ley de máximos”.
P. Dices que se os ha calificado como “el brazo” del PSOE. ¿Cómo definirías la relación de la FELGTB con el PSOE a día de hoy?
R. Nos hemos acercado al PSOE porque entendemos que no todo el PSOE piensa de la misma manera, y las relaciones en este momento están bien. Nos hemos sentado a hablar y están por una legislación que aborde los derechos de las personas trans.
P. ¿En su propuesta de máximos o rebajada?
R. Nuestra propuesta es la autodeterminación y la despatologización, y en eso estamos de acuerdo.
P. ¿Entonces el PSOE se ha mostrado a favor de defender la autodeterminación de género?
R. Sí, el PSOE se atiene a su acuerdo de Gobierno, donde se compromete a legislar en favor de las personas trans y del colectivo LGTBI.
P. Preguntada por su apoyo a la autodeterminación de género, Carmen Calvo ha asegurado en una entrevista en RTVE: “Todo lo que se mueva en ese espacio de seguridad jurídica que suponga avances para la libertad de la identidad de cada quien, me parece bien como en cualquier otro país”. ¿Cómo interpretas la reacción de Carmen Calvo?
R. Creo que se ha dado cuenta de que estamos hablando de derechos humanos, y los derechos humanos hay que respetarlos y legislarlos, porque al final son mandatos no solo de la Constitución española sino a nivel internacional. Creo que el documento interno del PSOE no representa a todo el partido y que estas declaraciones de Carmen Calvo rebajan la tensión dentro del partido.
P. La FELGTB convirtió a Madrid en capital del Orgullo en 2017, un evento —el World Pride— que muchos colectivos de base han visto como una venta, una transformación de las luchas del colectivo en evento para empresas. ¿Crees que es responsable la FELGTB de facilitar un ‘pinkwashing’ a gran escala?
R. Creo que en el orgullo se complementan dos facetas: es verdad que es un orgullo muy capitalista, pero también es un orgullo que lleva la reivindicación. Es un orgullo que es visible, que hace visible nuestras vulnerabilidades y nuestras reivindicaciones. En FELGTB trabajamos desde hace años para combatir la idea de un Orgullo solo de hombres blancos cis. Intentamos visibilizar durante nuestras reivindicaciones de esos días a la parte del colectivo más vulnerable: personas trans, mujeres, personas mayores, y creo que poco a poco se va consiguiendo.
Los complementos que lleva este orgullo y que lo convierten en un orgullo muy capitalista a veces nos perjudican al colectivo, pero no podemos dejar la manifestación estatal en otras manos porque es una herramienta impresionante. Entiendo lo que dice el Orgullo Crítico y lo comparto, y de hecho desde que estoy en la presidencia se han introducido cambios. Hemos estado dando mayor impulso a la parte reivindicativa y ya hay cambios.
P. ¿A qué cambios te refieres?
R. A impulsar la parte de la manifestación no rodada [la que no va en carrozas] donde vamos los activistas reivindicando y que la pancarta principal esté llena de activistas, seguida de entidades del tercer sector o sindicatos en la segunda pancarta. Pero que esa primera pancarta y el escenario de la manifestación esté llena de activistas y no tanto de personalidades.
P. ¿En eso se diferencian tu presidencia de las anteriores?
R. Sí, quizás el primer año no tanto, porque iban dos ministros, pero el segundo año ya seguimos este modelo y la cabecera iba llena de activistas de toda España que han tenido relevancia en la consecución de derechos. Este año, cuando la manifestación no ha sido al uso sino que ha sido un acto virtual, hemos tenido mujeres, mujeres muy reivindicativas. Y también ha cambiado el mensaje, hemos apostado por tener una comunicación más política en el Orgullo y creo que lo hemos ido consiguiendo.
P. ¿Había que repolitizar el orgullo?
R. Sí, porque nuestros derechos siguen estando cuestionados y tenemos que seguir alzando la voz para que nos se nos cuestione el derecho a ser, a sentir... Ya en 2019 nuestra manifestación fue un grito contra la ultraderecha. Somos activistas y hacemos política para conseguir derechos, eso tiene que estar por encima de todo lo demás. No quito de en medio la alegría o la fiesta del colectivo por hacernos visibles y porque se nos vea alegres. Somos un colectivo que nace de la resiliencia y es importante festejar que seguimos vivas.
P. ¿Se puede festejar fuera de las lógicas capitalistas?
R. Sí, pero todo no se puede hacer en un día. Creo que hay que ser autocrítico y eso no es malo porque nos ayuda a crecer y a cambiar en lo que podamos. El Orgullo al final no es solo la FELGTB, hay más entidades que organizan el Orgullo y, además, hasta el momento ha sido una plataforma importante no solo para dar visibilidad al colectivo sino para hacer crecer la ciudad de Madrid en diversidad y dar la imagen de una España que se vea respetuosa con la diversidad. Ha tenido sus pros y sus contras, hay que analizarlo, valorarlo y hacer autocrítica, esto está bien. De hecho, dentro de poco lanzaremos un documental donde se hace bastante autocrítica.
P. Hablando de Madrid... Filomena nos ha hecho hablar mucho de centralismo. ¿El activismo LGTB es centralista?
R. Creo que pasa en cualquier movimiento: Madrid aglomera mucha información, los organismos públicos estatales están ahí, y se confunde la ciudad de Madrid con lo estatal. Porque pasan cosas buenas y malas en cualquier sitio de España. El que yo viva fuera de Madrid a veces es un inconveniente para la Federación también.
P. Cuando se habla de feminismos, a veces se ha transmitido la idea de que el feminismo es una sola cosa y luego sorprenderse cuando se ven las tensiones. ¿Ocurre esto en el movimiento LGTB? ¿Qué tensiones existen?
R. Hay dos: uno es la gestación subrogada y el otro es la prostitución. De hecho, la FELGTB hasta el día de hoy no se ha posicionado al respecto porque no existe consenso entre las entidades que la componen. Esperemos que en el próximo Congreso, que se celebrará este año, seamos capaces de ponernos de acuerdo y tomar decisiones. La propia toma de decisiones, sea cual sea, ya crea tensiones dentro del colectivo, tanto de las entidades federadas como de las que no lo están.
P. La FELGTB no tiene una posición sobre estos temas...
R. No.
P. ¿Lo tienes a título personal?
R. Lo he hecho público en alguna otra ocasión. No es ningún secreto, pero como soy un cargo político y represento a FELGTB prefiero reservarme mi posicionamiento personal.
P. ¿Quién eres, qué haces en un sitio como este, por qué te metes al activismo?
R. Pues soy una persona que hace 16 años tomó la decisión de que quería derechos y quería defenderlos. Empecé fundando un colectivo en Tenerife con otros compañeros y de ahí comenzamos a participar en la Federación, fui vocal de Educación durante varios años y luego me presenté a la presidencia casi sin pensarlo, soy de las que se tira a las piscinas, sin mirar si están llenas o vacías. Porque todo lo que es trabajar por los derechos humanos es prioridad en mi vida desde que empecé en este mundo. Ya antes, desde la religión, porque era cristiana, ya estaba en mi vida el voluntariado.
P. ¿La piscina estaba llena o vacía?
R. Estaba llena, había zonas un poco vacías que se recompusieron. Por ejemplo, la visibilidad de la familia. Me visibilicé desde el activismo con mis padres: hice una entrevista en la televisión y después llamé a mis padres, porque no sabían nada. Salí del armario con el activismo también entre mi familia, y hubo diferencias, algunas personas no entendían por qué lo hacía público. No es fácil el camino de ser activista visible, pero lo personal es político y te tiras. Luego miras atrás y la satisfacción de logros conseguidos te hace sentirte bien.
P. ¿En 16 años de activismo, qué logro o momento puedes señalas como fruto del activismo?
R. Yo empecé porque quería dar charlas en los coles, explicarle al alumnado, que tuvieran información para crecer, respetar, mirarse a sí mismos. Quería que, si había alumnado LGTB, no se sintiera solo como nos hemos sentido muchos de nosotros. Y uno de los momentos a los que me agarro para seguir caminando es cuando alguien me ha dicho: “Me has salvado la vida”.
Uge Sangil (La Palma, 1986), se metió en el activismo hace 16 años. Fundó un colectivo LGTB en Tenerife y comenzó a participar en la Federación, donde fue vocal de Educación. En 2018 se presentó a la presidencia de esta entidad que agrupa a casi 60 colectivos de todo el Estado y hoy, desde ella, afronta un 2021 clave para el colectivo LGTB, que tiene sobre la mesa dos grandes apuestas legislativas: una Ley de Igualdad LGTBI —impulsada por la federación— y una Ley Trans estatal —iniciativa de colectivos de personas trans y que apoya también la FELGTB—. Esta segunda ha puesto en el debate público un concepto, el de “autodeterminación de género”, que existe desde 2014 en diferentes leyes autonómicas sin haber suscitado grandes reacciones y ahora critica sonoramente un sector del feminismo. Pero, para la presidenta de la FELGTB no hay alternativas: “La despatologización y la autodeterminación de género es irrenunciable”.
Sangil se pronuncia sin miedo a mojarse sobre la autodeterminación de la identidad, feminismos, Orgullo y ‘pinkwashing’. Sobre otros asuntos polémicos para la federación prefiere, de momento, pasar palabra.
P. El 2020 ha sido un año de mierda, por resumir pronto y mal. ¿Ha sido un año perdido para el movimiento LGTBI?
R. No ha sido un año perdido, ha sido un año para reinventarnos en el activismo y en la forma de hacer las cosas. Eso lo ha ralentizado todo un poquito en algunas cuestiones, pero en cuestiones legislativas creo que no vamos mal y se han podido realizar acciones, negociar el paquete legislativo que queremos impulsar para la defensa de los derechos de todo el colectivo.
Entonces, en este sentido no se ha dejado de trabajar. Además, el año nos ha puesto de relevancia muchas situaciones que sabíamos que vivíamos las personas LGTBI pero que se han agudizado en los meses del confinamiento total. Y ante la precariedad que empezamos a vivir ahora, porque la situación sanitaria no termina de solucionarse, tenemos la experiencia de 2020 para seguir trabajando en la misma línea, conectándonos a las redes y también cuidándonos mucho.
P. Miremos hacia delante. La FELGTB dedica este año al tema “Feminismos, igualdad y derechos humanos”, con mucha intención. ¿Qué mensaje quiere lanzar ese “feminismos”, en plural, en este 2021?
R. Este lema supone una continuidad con el tema del año anterior —“Mujeres LTB: sororidad y feminismo”—. Este feminismo en plural lo que quiere es generar alianzas, puntos de encuentro y confluencias con el movimiento feminista, que es un movimiento amplio, diverso y rico en sus reivindicaciones para todas las mujeres, un movimiento que al final lo que pretende es la igualdad para todas. En este momento, es importante que el colectivo LGTBI siga de la mano con los movimientos feministas y que lleguemos a los puntos de encuentro que, al fin y al cabo, nos darán los derechos. Si nos encontramos con los feminismos en igualdad, conseguiremos los derechos para todas las personas: la suma de todas es importante porque amplía los derechos.
P. En el lema no aparece la palabra “trans”, aunque sí se vislumbra, dado el contexto actual en el que una parte del feminismo se ha mostrado en contra de una legislación que refrende la llamada “autodeterminación de género”. La posición de la federación ha sido clara con respecto a la Ley Trans estatal y la exigencia de que esta contemple reconocer la libre autodeterminación del género. ¿Es esto irrenunciable? ¿Es posible una ley trans sin autodeterminación?
R. No, es la gran línea roja. La despatologización y la autodeterminación de género es irrenunciable porque si no seguiríamos siendo tuteladas por psiquiatras, psicólogos… Seguiríamos siendo tratadas como personas enfermas, y nadie puede dudar de mí cuando digo quién soy. Lo que pedimos es que no se nos tutele, que la legislación actual deje de considerarnos personas enfermas, de modo que podamos tomar la decisión con libertad cuando [descubrimos que] no somos la personas que nos dijeron cuando nacimos.
P. El Pleno del Parlamento de Canarias aprobó en diciembre por unanimidad una proposición de ley que, de aprobarse, también reconocería la autodeterminación de género, aunque ya existe una ley LGTB canaria. ¿Por qué la ley vigente en este momento no incluye la autodeterminación trans?
R. En Canarias tenemos una ley de 2014 para las personas trans, una ley que se hizo así porque era lo que en ese momento se podía hacer. Es una ley despatologizadora, pero no llega a la autodeterminación. Ahora mismo está en el Parlamento y tiene que entrar en estos meses una Ley Trans con la autodeterminación por delante, evidentemente.
P. Mientras la Ley Trans se ha convertido en blanco de críticas de un sector del feminismo, no hablamos tanto de otro proyecto de ley importante, la Ley de Igualdad LGTB. De ella, la Plataforma Trans ha dicho que recibe un trato preferente (“va en clase vip”) frente a la propuesta de Ley Trans estatal. ¿Compartes esta opinión?
R. No. Creo que el Ministerio de Igualdad está apostando por la ley para las personas trans en igual medida que por la ley LGTBI. Creo que son complementarias y el ministerio ha dado mucho en estos meses: desde septiembre hasta diciembre nos hemos reunido cinco veces con el ministerio, no solo FELGTB sino también la Plataforma y otras entidades, en una mesa común para debatir y hablar de lo que queremos en esa ley. Por lo tanto, no creo que se esté ninguneando de ninguna manera y no creo que haya una ley vip y otra que no lo sea. Las dos son importantes, afianzarán derechos y prevendrán el acoso que sufrimos las personas LGTBI, y se están tratando de la misma manera. En todo caso, va más avanzada la Ley Trans.
P. La ley de igualdad LGTBI, ¿incluye también la autodeterminación?
R. Evidentemente, porque son complementarias y, aunque no pueden llevar lo mismo, ambas están basadas en la igualdad y en las políticas públicas. La ley de igualdad LGTBI al final lo que hará es afianzar las políticas públicas que se deben impulsar desde el Estado para garantizar los derechos de las personas lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales. Y claro que también tiene que estar la autodeterminación y despatologización en esa ley.
P. Hablas bien del Ministerio de Igualdad y es evidente que hay una afinidad, cuando además hay varios expresidentes de la FELGTB en ese ministerio. ¿Es la FELGTB de Podemos o es Podemos de la FELGTB?
R. No, la FELGTB es una entidad apartidista e independiente. En su momento, se dijo que era el brazo armado del Partido Socialista y creo que hemos demostrado que no lo era. Y ahora, por su trayectoria personal y activista, hay tres expresidentes en este ministerio: dos en cargos políticos [Beatriz Gimeno y Boti García Rodrigo, directoras del Instituto de las Mujeres y directora de Diversidad Sexual respectivamente] y una persona asesora [Jesús Generelo]. Pero esto no influye en las decisiones que toma la FELGTB, cuando además la FELGTB le ha dicho al ministerio que queremos una ley de máximos. Estamos ahí para negociar y conseguir los derechos que nos merecemos todo el colectivo, independientemente de las personas que lleven las direcciones generales.
El hecho de que estén ahí hace que digan que estamos para dar palmas, y eso no es verdad. De hecho, el 18 de diciembre sacamos una nota de prensa poniendo sobre aviso al ministerio, diciendo: “Bien lo que están haciendo, pero nos mantenemos vigilantes porque queremos una ley de máximos”.
P. Dices que se os ha calificado como “el brazo” del PSOE. ¿Cómo definirías la relación de la FELGTB con el PSOE a día de hoy?
R. Nos hemos acercado al PSOE porque entendemos que no todo el PSOE piensa de la misma manera, y las relaciones en este momento están bien. Nos hemos sentado a hablar y están por una legislación que aborde los derechos de las personas trans.
P. ¿En su propuesta de máximos o rebajada?
R. Nuestra propuesta es la autodeterminación y la despatologización, y en eso estamos de acuerdo.
P. ¿Entonces el PSOE se ha mostrado a favor de defender la autodeterminación de género?
R. Sí, el PSOE se atiene a su acuerdo de Gobierno, donde se compromete a legislar en favor de las personas trans y del colectivo LGTBI.
P. Preguntada por su apoyo a la autodeterminación de género, Carmen Calvo ha asegurado en una entrevista en RTVE: “Todo lo que se mueva en ese espacio de seguridad jurídica que suponga avances para la libertad de la identidad de cada quien, me parece bien como en cualquier otro país”. ¿Cómo interpretas la reacción de Carmen Calvo?
R. Creo que se ha dado cuenta de que estamos hablando de derechos humanos, y los derechos humanos hay que respetarlos y legislarlos, porque al final son mandatos no solo de la Constitución española sino a nivel internacional. Creo que el documento interno del PSOE no representa a todo el partido y que estas declaraciones de Carmen Calvo rebajan la tensión dentro del partido.
P. La FELGTB convirtió a Madrid en capital del Orgullo en 2017, un evento —el World Pride— que muchos colectivos de base han visto como una venta, una transformación de las luchas del colectivo en evento para empresas. ¿Crees que es responsable la FELGTB de facilitar un ‘pinkwashing’ a gran escala?
R. Creo que en el orgullo se complementan dos facetas: es verdad que es un orgullo muy capitalista, pero también es un orgullo que lleva la reivindicación. Es un orgullo que es visible, que hace visible nuestras vulnerabilidades y nuestras reivindicaciones. En FELGTB trabajamos desde hace años para combatir la idea de un Orgullo solo de hombres blancos cis. Intentamos visibilizar durante nuestras reivindicaciones de esos días a la parte del colectivo más vulnerable: personas trans, mujeres, personas mayores, y creo que poco a poco se va consiguiendo.
Los complementos que lleva este orgullo y que lo convierten en un orgullo muy capitalista a veces nos perjudican al colectivo, pero no podemos dejar la manifestación estatal en otras manos porque es una herramienta impresionante. Entiendo lo que dice el Orgullo Crítico y lo comparto, y de hecho desde que estoy en la presidencia se han introducido cambios. Hemos estado dando mayor impulso a la parte reivindicativa y ya hay cambios.
P. ¿A qué cambios te refieres?
R. A impulsar la parte de la manifestación no rodada [la que no va en carrozas] donde vamos los activistas reivindicando y que la pancarta principal esté llena de activistas, seguida de entidades del tercer sector o sindicatos en la segunda pancarta. Pero que esa primera pancarta y el escenario de la manifestación esté llena de activistas y no tanto de personalidades.
P. ¿En eso se diferencian tu presidencia de las anteriores?
R. Sí, quizás el primer año no tanto, porque iban dos ministros, pero el segundo año ya seguimos este modelo y la cabecera iba llena de activistas de toda España que han tenido relevancia en la consecución de derechos. Este año, cuando la manifestación no ha sido al uso sino que ha sido un acto virtual, hemos tenido mujeres, mujeres muy reivindicativas. Y también ha cambiado el mensaje, hemos apostado por tener una comunicación más política en el Orgullo y creo que lo hemos ido consiguiendo.
P. ¿Había que repolitizar el orgullo?
R. Sí, porque nuestros derechos siguen estando cuestionados y tenemos que seguir alzando la voz para que nos se nos cuestione el derecho a ser, a sentir... Ya en 2019 nuestra manifestación fue un grito contra la ultraderecha. Somos activistas y hacemos política para conseguir derechos, eso tiene que estar por encima de todo lo demás. No quito de en medio la alegría o la fiesta del colectivo por hacernos visibles y porque se nos vea alegres. Somos un colectivo que nace de la resiliencia y es importante festejar que seguimos vivas.
P. ¿Se puede festejar fuera de las lógicas capitalistas?
R. Sí, pero todo no se puede hacer en un día. Creo que hay que ser autocrítico y eso no es malo porque nos ayuda a crecer y a cambiar en lo que podamos. El Orgullo al final no es solo la FELGTB, hay más entidades que organizan el Orgullo y, además, hasta el momento ha sido una plataforma importante no solo para dar visibilidad al colectivo sino para hacer crecer la ciudad de Madrid en diversidad y dar la imagen de una España que se vea respetuosa con la diversidad. Ha tenido sus pros y sus contras, hay que analizarlo, valorarlo y hacer autocrítica, esto está bien. De hecho, dentro de poco lanzaremos un documental donde se hace bastante autocrítica.
P. Hablando de Madrid... Filomena nos ha hecho hablar mucho de centralismo. ¿El activismo LGTB es centralista?
R. Creo que pasa en cualquier movimiento: Madrid aglomera mucha información, los organismos públicos estatales están ahí, y se confunde la ciudad de Madrid con lo estatal. Porque pasan cosas buenas y malas en cualquier sitio de España. El que yo viva fuera de Madrid a veces es un inconveniente para la Federación también.
P. Cuando se habla de feminismos, a veces se ha transmitido la idea de que el feminismo es una sola cosa y luego sorprenderse cuando se ven las tensiones. ¿Ocurre esto en el movimiento LGTB? ¿Qué tensiones existen?
R. Hay dos: uno es la gestación subrogada y el otro es la prostitución. De hecho, la FELGTB hasta el día de hoy no se ha posicionado al respecto porque no existe consenso entre las entidades que la componen. Esperemos que en el próximo Congreso, que se celebrará este año, seamos capaces de ponernos de acuerdo y tomar decisiones. La propia toma de decisiones, sea cual sea, ya crea tensiones dentro del colectivo, tanto de las entidades federadas como de las que no lo están.
P. La FELGTB no tiene una posición sobre estos temas...
R. No.
P. ¿Lo tienes a título personal?
R. Lo he hecho público en alguna otra ocasión. No es ningún secreto, pero como soy un cargo político y represento a FELGTB prefiero reservarme mi posicionamiento personal.
P. ¿Quién eres, qué haces en un sitio como este, por qué te metes al activismo?
R. Pues soy una persona que hace 16 años tomó la decisión de que quería derechos y quería defenderlos. Empecé fundando un colectivo en Tenerife con otros compañeros y de ahí comenzamos a participar en la Federación, fui vocal de Educación durante varios años y luego me presenté a la presidencia casi sin pensarlo, soy de las que se tira a las piscinas, sin mirar si están llenas o vacías. Porque todo lo que es trabajar por los derechos humanos es prioridad en mi vida desde que empecé en este mundo. Ya antes, desde la religión, porque era cristiana, ya estaba en mi vida el voluntariado.
P. ¿La piscina estaba llena o vacía?
R. Estaba llena, había zonas un poco vacías que se recompusieron. Por ejemplo, la visibilidad de la familia. Me visibilicé desde el activismo con mis padres: hice una entrevista en la televisión y después llamé a mis padres, porque no sabían nada. Salí del armario con el activismo también entre mi familia, y hubo diferencias, algunas personas no entendían por qué lo hacía público. No es fácil el camino de ser activista visible, pero lo personal es político y te tiras. Luego miras atrás y la satisfacción de logros conseguidos te hace sentirte bien.
P. ¿En 16 años de activismo, qué logro o momento puedes señalas como fruto del activismo?
R. Yo empecé porque quería dar charlas en los coles, explicarle al alumnado, que tuvieran información para crecer, respetar, mirarse a sí mismos. Quería que, si había alumnado LGTB, no se sintiera solo como nos hemos sentido muchos de nosotros. Y uno de los momentos a los que me agarro para seguir caminando es cuando alguien me ha dicho: “Me has salvado la vida”.
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