El Mundo / Bruno Bimbi con su libro 'El fin del armario' // |
Los libros LGTBI de la discordia: "Bienaventurados los bienfollados porque traerán la paz a este mundo".
Así son los dos libros más polémicos de los 32 de temática LGTBI «secuestrados» por la Justicia y disponibles aún en los institutos públicos de Castellón. 'El fin del armario', de Bruno Bimbi, y 'Gay Sex', Gabriel J. Martín, son los más 'señalados' por la fundación Abogados Cristianos, que pidió la retirada de estos libros de los centros de Secundaria.
Marina Ronda | El Mundo, 2021-10-14
https://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/castellon/2021/10/24/61743a22fdddffde578b45b4.html
«¿A que no conoces a nadie bien follado y con mala leche? Las personas que disfrutan de su sexualidad tienen un carácter diferente».
Con estas palabras inicia el psicólogo y escritor gaditano Gabriel J. Martín su libro 'Gay Sex: manual sobre sexualidad y autoestima erótica para hombres homosexuales'. La obra, escrita en un lenguaje explícito y contundente, gráfico y coloquial («Te he escrito este libro para mandar los prejuicios a la mierda y convertirnos, todos, en unos felices maricones bienfollados») es uno de los 32 libros sobre temática LGTBI «secuestrados» por la justicia y que tantas ampollas está levantando entre el sector más conservador de la sociedad.
Sin cuestionar el contenido en sí (los libros están disponibles en cualquier librería e incluso en las bibliotecas públicas), la cuestión que tienen que resolver los tribunales es si resulta conveniente que formen parte de las bibliotecas de los institutos públicos de Castellón, al alcance de cualquier alumno a partir de 12 años.
Religión y sexo, sexo homosexual. La polémica está servida.
Para la fundación Abogados Cristianos, estos libros vulneran «varios derechos fundamentales» como la «libertad ideológica y de culto». El contenido, dicen, «hace una estereotipación negativa del hecho religioso, incitando al odio contra la religión y sus fieles». Y, por si no fuese suficiente, ven en la donación por parte del Ayuntamiento de Castellón un delito de «provocación sexual e incitación a la práctica sexual a menores de 16 años».
La polémica está servida. Pero, ¿qué dicen estos libros?
Para averiguarlo, este periódico ha accedido al contenido de dos de los más destacados por Abogados Cristianos. Son citas de sus páginas las que la fundación ha utilizado en su denuncia ante el Juzgado de lo Contenicioso-Administrativo número 1 de Castellón.
Se trata de la guía de sexo homosexual de Gabriel J. Martín anteriormente mencionada, uno de los libros de la colección del autor, que incluye otros títulos como 'Quiérete mucho, maricón', 'Gaynteligencia emocional' o 'El ciclo del amor marica'.
El segundo es 'El fin del armario: lesbianas, gays, bisexuales y trans en el siglo XXI', del escritor, periodista y activista argentino Bruno Bimbi.
Del primero, ya hemos comentado que utiliza un lenguaje directo, en primera persona y apelando continuamente al lector («maricón»).
Distribuido en varias secciones, la obra aborda desde conceptos como sexualidad y la «naturaleza sexuada del ser humano», los prejuicios sobre el sexo («Que la lectura de este libro sirva para animarte a abogar por una sexualidad libre de los discursos de los meapilas») y la autoestima erótica.
La respuesta corporal y fisiológica ante el sexo («Conoce el cuerpo con el que follas») es uno de los capítulos elegidos por Abogados Cristianos para justificar la petición judicial para que se retiren los libros de las estanterías de los centros de Secundaria, poniendo el foco en las páginas que hacen referencia al chemsex.
¿Qué es el chemsex? El autor nos introduce un poco en el asunto antes de resolver la incógnita:«Es un problema dentro de la comunidad gay. Pero tanto el chemsex como las prácticas menos estándares tienen una presencia bastante más marginal de lo que los medios sensacionalistas quieren hacernos creer».
En pocas palabras, el chemsex es «follar habiendo consumido drogas». Pero cuidado, no es tan simple:«No es solo sexo gay con drogas, sino sexo gay con determinadas drogas en entornos donde la gente se relaciona sobre todo mediante aplicaciones online». Por lo tanto, y de he aquí una de las frases que Abogados Cristianos ha difundido para respaldar su postura:«Si estás follando con tres gintónics encima, una raya de coca y compartís un porro, eso no es el chemsex, eso es una fiesta de toda la vida en la que acabáis echando un polvo».
¿Queda claro?
Y todo esta información antes de llegar al capítulo «Follando que es gerundio», con pelos y señales.
Como un manual de Ikea del sexo, J. Martín no deja en el aire ni un solo detalle y explica cómo actuar, paso a paso, para ser un «bienfollado» deteniéndose con todo lujo de detalles en cada paso del acto sexual, incluso usa un lenguaje propio de literatura pornográfica: «Con todo el morbo del que seas capaz, dile que estás a punto de entrar dentro de él y, cuando te diga que lo está deseando, introduce tu capullo y quédate quieto».
La polémica está servida.
Esta forma de comunicación queda lejos del lenguaje que Bruno Bimbi, autor de 'El fin del armario', utiliza en su obra. Un libro periodístico, que registra las propias experiencias del escritor y de otras personas homosexuales que ha conocido alrededor del mundo. Pero también documenta la historia del colectivo LGTBI («El camino de la vergüenza al orgullo»), hace un repaso por mucha de la todavía vigente legislación homofóbica de países africanos, de Oriente Medio, Asia e incluso Europa;relata algunos de los peores crímenes homófobos que se han cometido en los últimos años, resaltando las estadísticas de los asesinatos de personas homosexuales que se perpetúan casi a diario en países como Brasil.
Siempre haciendo alusión a una extensa bibliografía y con un lenguaje formal que solo se abandona para dejar escapar el dolor del colectivo en forma, muchas veces, de ironía mordaz.
'El fin del armario' también alerta del peligro del ascenso de la ultraderecha en países como Brasil, y también España, para el colectivo LGTBI.
Ninguno de los epígrafes de estas partes del libro han sido mencionadas por Abogados Cristianos. Pero la obra contiene una parte más: «En nombre de Dios».
Todas las frases resaltadas por la fundación católica en su denuncia, que afirma que los libros «recurren al constante escarnio de las religiones. No solo a la católica, también al Islam, el judaísmo y la religión evangélica», son precisamente títulos de capítulos de esta parte del libro de Bimbi: «Al obispo se la comen», «Taxi boys en el Vaticano» y «Alá no es grande y Jesús no nos ama».
Para entender las frases, hay que entender el contexto.
La primera de ellas la encontramos en un relato de encuentros personales -e inesperados- que tuvo de joven el escritor con el clero de Argentina en «boliches de putos», lo que en España conocemos como «bares de ambiente». La frase es una cita textual en un diálogo, puesta en boca de un miembro de la Iglesia argentina, también homosexual según el relato, y que explica a un Bimbi sorprendido de ver a un cura en un local gay que las relaciones homosexuales entre miembros de la Iglesia son de lo más frecuente.
La homosexualidad entre el clero también se aborda en «Taxi Boys en el Vaticano», páginas que el argentino dedica a recordar el escándalo conocido como Vatileaks, el informe que destapó en 2012 el diario italiano La Repubblica sobre corrupción y homosexualidad en el propio Vaticano.
"Alá no es grande"
El tema se cierra con la opinión y reivindicación del activista, que en tono contundente e irónico denuncia la «hipocresía» de una institución en la que se practica la homosexualidad «en secreto» pero se «criminaliza» y «discrimina» al homosexual en público. No obstante, insiste, también hay personas tolerantes entre sus filas.
En «Alá no es grande y Jesús no nos ama», se reproducen algunos de los discursos más intolerantes con la homosexualidad que han llegado a pronunciar algunos religiosos, como el cardenal chileno Jorge Medina: «Un mes después de la muerte de Daniel [Daniel Zamudio, un joven chileno asesinado a golpes por ser homosexual en marzo de 2012], el 27 de abril, se publicó una entrevista donde el cardenal Medina decía que los homosexuales son como un niño que nace sin brazos. Y agregó que la homosexualidad es una desgracia y que hay que asistir a esos niños que nacen como sin brazos para que su limitación no les impida llevar adelante sus vidas».
«El señor Medina, además de ser un bruto, un ignorante y una mala persona, tiene la lengua manchada de sangre. Porque son discursos como el suyo, repetidos hasta el cansancio por sus colegas de la Iglesia Católica Apostólica Romana los que llenaron de mierda las cabezas de los asesinos de Daniel y de tantas otras víctimas de la violencia homofóbica», escribe Bimbi.
Siguiendo con el tema religioso, el periodista argentino añade:«Los buenos cristianos deberían sacarlos a patadas del Vaticano y colgar de las ventanas de la basílica de San Pedro una enorme bandera que diga: Amarás al prójimo como a ti mismo. Amén».
La polémica está servida. Mientras tanto, cualquier vecino o vecina, madre o padre, alumno o alumna, puede acceder a estos libros a través de cualquier librería y en la biblioteca pública de Castellón. Y, de momento, permanecen en las estanterías de los IES públicos.
¿Quiénes son Abogados Cristianos?
Es una fundación civil de ámbito nacional entre cuyos fines se encuentra «la defensa jurídica de la libertad religiosa, de la vida, la familia y de todos los ciudadanos que ven lesionados sus derechos y libertades por razón de su fe», según indica su web.
Tiene más de 2.000 socios en todo el país y un millón de suscriptores. Se nutre de las cuotas que aportan los socios y de las donaciones puntuales de particulares. La entidad asegura que ni recibe financiación de ningún partido político ni de las instituciones públicas y mantiene abiertos más de un centenar de procesos judiciales en toda España. «Desde Abogados Cristianos tenemos más de 100 casos abiertos en defensa de los derechos fundamentales y acudimos a los tribunales para frenar ataques a la vida o a la libertad religiosa».
En la provincia de Castellón han llevado tres causas judiciales por la destrucción de la cruz de la plaza de la Paz en la Vall d'Uixó; el traslado de la cruz de Betxí al cementerio; y la intención de retirar la Cruz del parque Ribalta de Castellón. Para obtener la información de esta provincia, la entidad tiene relación con la Plataforma en Defensa de la Cruz del Ribalta, cuyo presidente, Javier Torres, es voluntario de la fundación.
Con estas palabras inicia el psicólogo y escritor gaditano Gabriel J. Martín su libro 'Gay Sex: manual sobre sexualidad y autoestima erótica para hombres homosexuales'. La obra, escrita en un lenguaje explícito y contundente, gráfico y coloquial («Te he escrito este libro para mandar los prejuicios a la mierda y convertirnos, todos, en unos felices maricones bienfollados») es uno de los 32 libros sobre temática LGTBI «secuestrados» por la justicia y que tantas ampollas está levantando entre el sector más conservador de la sociedad.
Sin cuestionar el contenido en sí (los libros están disponibles en cualquier librería e incluso en las bibliotecas públicas), la cuestión que tienen que resolver los tribunales es si resulta conveniente que formen parte de las bibliotecas de los institutos públicos de Castellón, al alcance de cualquier alumno a partir de 12 años.
Religión y sexo, sexo homosexual. La polémica está servida.
Para la fundación Abogados Cristianos, estos libros vulneran «varios derechos fundamentales» como la «libertad ideológica y de culto». El contenido, dicen, «hace una estereotipación negativa del hecho religioso, incitando al odio contra la religión y sus fieles». Y, por si no fuese suficiente, ven en la donación por parte del Ayuntamiento de Castellón un delito de «provocación sexual e incitación a la práctica sexual a menores de 16 años».
La polémica está servida. Pero, ¿qué dicen estos libros?
Para averiguarlo, este periódico ha accedido al contenido de dos de los más destacados por Abogados Cristianos. Son citas de sus páginas las que la fundación ha utilizado en su denuncia ante el Juzgado de lo Contenicioso-Administrativo número 1 de Castellón.
Se trata de la guía de sexo homosexual de Gabriel J. Martín anteriormente mencionada, uno de los libros de la colección del autor, que incluye otros títulos como 'Quiérete mucho, maricón', 'Gaynteligencia emocional' o 'El ciclo del amor marica'.
El segundo es 'El fin del armario: lesbianas, gays, bisexuales y trans en el siglo XXI', del escritor, periodista y activista argentino Bruno Bimbi.
Del primero, ya hemos comentado que utiliza un lenguaje directo, en primera persona y apelando continuamente al lector («maricón»).
Distribuido en varias secciones, la obra aborda desde conceptos como sexualidad y la «naturaleza sexuada del ser humano», los prejuicios sobre el sexo («Que la lectura de este libro sirva para animarte a abogar por una sexualidad libre de los discursos de los meapilas») y la autoestima erótica.
La respuesta corporal y fisiológica ante el sexo («Conoce el cuerpo con el que follas») es uno de los capítulos elegidos por Abogados Cristianos para justificar la petición judicial para que se retiren los libros de las estanterías de los centros de Secundaria, poniendo el foco en las páginas que hacen referencia al chemsex.
¿Qué es el chemsex? El autor nos introduce un poco en el asunto antes de resolver la incógnita:«Es un problema dentro de la comunidad gay. Pero tanto el chemsex como las prácticas menos estándares tienen una presencia bastante más marginal de lo que los medios sensacionalistas quieren hacernos creer».
En pocas palabras, el chemsex es «follar habiendo consumido drogas». Pero cuidado, no es tan simple:«No es solo sexo gay con drogas, sino sexo gay con determinadas drogas en entornos donde la gente se relaciona sobre todo mediante aplicaciones online». Por lo tanto, y de he aquí una de las frases que Abogados Cristianos ha difundido para respaldar su postura:«Si estás follando con tres gintónics encima, una raya de coca y compartís un porro, eso no es el chemsex, eso es una fiesta de toda la vida en la que acabáis echando un polvo».
¿Queda claro?
Y todo esta información antes de llegar al capítulo «Follando que es gerundio», con pelos y señales.
Como un manual de Ikea del sexo, J. Martín no deja en el aire ni un solo detalle y explica cómo actuar, paso a paso, para ser un «bienfollado» deteniéndose con todo lujo de detalles en cada paso del acto sexual, incluso usa un lenguaje propio de literatura pornográfica: «Con todo el morbo del que seas capaz, dile que estás a punto de entrar dentro de él y, cuando te diga que lo está deseando, introduce tu capullo y quédate quieto».
La polémica está servida.
Esta forma de comunicación queda lejos del lenguaje que Bruno Bimbi, autor de 'El fin del armario', utiliza en su obra. Un libro periodístico, que registra las propias experiencias del escritor y de otras personas homosexuales que ha conocido alrededor del mundo. Pero también documenta la historia del colectivo LGTBI («El camino de la vergüenza al orgullo»), hace un repaso por mucha de la todavía vigente legislación homofóbica de países africanos, de Oriente Medio, Asia e incluso Europa;relata algunos de los peores crímenes homófobos que se han cometido en los últimos años, resaltando las estadísticas de los asesinatos de personas homosexuales que se perpetúan casi a diario en países como Brasil.
Siempre haciendo alusión a una extensa bibliografía y con un lenguaje formal que solo se abandona para dejar escapar el dolor del colectivo en forma, muchas veces, de ironía mordaz.
'El fin del armario' también alerta del peligro del ascenso de la ultraderecha en países como Brasil, y también España, para el colectivo LGTBI.
Ninguno de los epígrafes de estas partes del libro han sido mencionadas por Abogados Cristianos. Pero la obra contiene una parte más: «En nombre de Dios».
Todas las frases resaltadas por la fundación católica en su denuncia, que afirma que los libros «recurren al constante escarnio de las religiones. No solo a la católica, también al Islam, el judaísmo y la religión evangélica», son precisamente títulos de capítulos de esta parte del libro de Bimbi: «Al obispo se la comen», «Taxi boys en el Vaticano» y «Alá no es grande y Jesús no nos ama».
Para entender las frases, hay que entender el contexto.
La primera de ellas la encontramos en un relato de encuentros personales -e inesperados- que tuvo de joven el escritor con el clero de Argentina en «boliches de putos», lo que en España conocemos como «bares de ambiente». La frase es una cita textual en un diálogo, puesta en boca de un miembro de la Iglesia argentina, también homosexual según el relato, y que explica a un Bimbi sorprendido de ver a un cura en un local gay que las relaciones homosexuales entre miembros de la Iglesia son de lo más frecuente.
La homosexualidad entre el clero también se aborda en «Taxi Boys en el Vaticano», páginas que el argentino dedica a recordar el escándalo conocido como Vatileaks, el informe que destapó en 2012 el diario italiano La Repubblica sobre corrupción y homosexualidad en el propio Vaticano.
"Alá no es grande"
El tema se cierra con la opinión y reivindicación del activista, que en tono contundente e irónico denuncia la «hipocresía» de una institución en la que se practica la homosexualidad «en secreto» pero se «criminaliza» y «discrimina» al homosexual en público. No obstante, insiste, también hay personas tolerantes entre sus filas.
En «Alá no es grande y Jesús no nos ama», se reproducen algunos de los discursos más intolerantes con la homosexualidad que han llegado a pronunciar algunos religiosos, como el cardenal chileno Jorge Medina: «Un mes después de la muerte de Daniel [Daniel Zamudio, un joven chileno asesinado a golpes por ser homosexual en marzo de 2012], el 27 de abril, se publicó una entrevista donde el cardenal Medina decía que los homosexuales son como un niño que nace sin brazos. Y agregó que la homosexualidad es una desgracia y que hay que asistir a esos niños que nacen como sin brazos para que su limitación no les impida llevar adelante sus vidas».
«El señor Medina, además de ser un bruto, un ignorante y una mala persona, tiene la lengua manchada de sangre. Porque son discursos como el suyo, repetidos hasta el cansancio por sus colegas de la Iglesia Católica Apostólica Romana los que llenaron de mierda las cabezas de los asesinos de Daniel y de tantas otras víctimas de la violencia homofóbica», escribe Bimbi.
Siguiendo con el tema religioso, el periodista argentino añade:«Los buenos cristianos deberían sacarlos a patadas del Vaticano y colgar de las ventanas de la basílica de San Pedro una enorme bandera que diga: Amarás al prójimo como a ti mismo. Amén».
La polémica está servida. Mientras tanto, cualquier vecino o vecina, madre o padre, alumno o alumna, puede acceder a estos libros a través de cualquier librería y en la biblioteca pública de Castellón. Y, de momento, permanecen en las estanterías de los IES públicos.
¿Quiénes son Abogados Cristianos?
Es una fundación civil de ámbito nacional entre cuyos fines se encuentra «la defensa jurídica de la libertad religiosa, de la vida, la familia y de todos los ciudadanos que ven lesionados sus derechos y libertades por razón de su fe», según indica su web.
Tiene más de 2.000 socios en todo el país y un millón de suscriptores. Se nutre de las cuotas que aportan los socios y de las donaciones puntuales de particulares. La entidad asegura que ni recibe financiación de ningún partido político ni de las instituciones públicas y mantiene abiertos más de un centenar de procesos judiciales en toda España. «Desde Abogados Cristianos tenemos más de 100 casos abiertos en defensa de los derechos fundamentales y acudimos a los tribunales para frenar ataques a la vida o a la libertad religiosa».
En la provincia de Castellón han llevado tres causas judiciales por la destrucción de la cruz de la plaza de la Paz en la Vall d'Uixó; el traslado de la cruz de Betxí al cementerio; y la intención de retirar la Cruz del parque Ribalta de Castellón. Para obtener la información de esta provincia, la entidad tiene relación con la Plataforma en Defensa de la Cruz del Ribalta, cuyo presidente, Javier Torres, es voluntario de la fundación.
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