domingo, 10 de octubre de 2021

#hemeroteca #trans #testimonios | «Somos Klaudia y Valentín»

El Correo / Klaudia y Valentín //

«Somos Klaudia y Valentín»

Un paso contra la discriminación. Once estudiantes ‘trans’ se han acogido al nuevo protocolo que les permite cambiar su nombre en la Universidad del País Vasco
Marta Fdez. Vallejo | El Correo, 2021-10-10 ***
https://www.elcorreo.com/sociedad/educacion/klaudia-valentin-20211010213108-nt.html

Parece una pequeña iniciativa, una simple medida novedosa en una universidad. Pero es mucho más. El nuevo protocolo de la UPV/EHU que permite cambiar el nombre a los estudiantes, aunque no lo hayan modificado aún en el Registro Civil, evita conflictos y facilita la vida en los campus a un colectivo ‘transgénero’ condenado a superar día tras día grandes obstáculos. Valentín y Klaudia son dos de los once estudiantes que se han acogido a esta medida. Arrastran duras experiencias, depresión, acoso escolar, discriminación... pero no se han rendido. Este es un paso más para lograr esa vida normal a la que aspiran.

Desde que lucen su carné universitario con sus nombres «reales», su experiencia universitaria es más sencilla y se confiesan felices. Ya no están obligados a pelear por que se les reconozca la identidad elegida. En el ámbito universitario se ha convertido ya en un derecho. El protocolo, dirigido a estudiantes ‘trans’ y no binarios, les permite cambiar el nombre en documentos no oficiales como carnés de estudiantes, listados de clase, correos electrónicos, actas, censos electorales... El objetivo de la UPV/EHU con esta iniciativa es avanzar en la «consecución de la igualdad y la no discriminación por razones de sexo o género».

Claudia Ugarte. 23 años. Vitoria. «Tenía problemas porque mi nombre no se correspondía con mi aspecto físico»


A Klaudia Ugarte el nuevo protocolo que permite a los estudiantes de la UPV/EHU utilizar de forma oficial el nombre que refleja su identidad sexual le ha llegado a tiempo. «He podido presentar el trabajo fin de máster de Conservación y Exhibición de Arte Contemporáneo ante el tribunal ya como Klaudia», se felicita esta joven de Vitoria de 23 años.

La medida supone un «paso importante», valora. «En la Universidad me he encontrado con profesores agradables y no he tenido problemas, pero siempre te expones a situaciones incómodas y hasta violentas. Tu aspecto físico no se corresponde con el nombre ‘oficial’ de la partida de nacimiento, que es el que aparecía hasta ahora en los listados de alumnos, carnés universitarios...», cuenta. Recuerda que el día a día en la Universidad sin tener reconocido el nombre de Klaudia «desgasta mucho». «Simplemente cuando vas a la biblioteca a coger un libro y tu imagen no corresponde con el nombre que aparece en el carné ya es un problema». Por ello, protocolos como el aprobado por la UPV/EHU «te quitan presión y facilitan nuestra vida en la universidad», resalta.

Klaudia ha conseguido hace unos días cambiar de forma oficial su identidad en el DNI, pero aún deberá esperar dos años para que figure su sexo: mujer. «La ley ‘trans’ española provoca esa situación incomprensible. Durante dos años aparecerá mi nombre de mujer y en el apartado de sexo aparecerá: masculino. Y yo ya no tengo el mismo aspecto que tenía antes», se lamenta. Resalta que es un «atropello más» al que el colectivo transgénero está «acostumbrado». «Hay médicos que todavía rechazan tratarme como mujer», censura.

Dos contratos
El título de máster ya luce con su nombre «real» y su objetivo ahora es pedir que lo cambien también del de graduada en Historia del Arte, carrera que completó en la UPV/EHU en Vitoria. Tras el trabajo fin de máster, Klaudia ha logrado una beca para hacer prácticas en el Museo Artium. «Se dan circunstancias curiosas porque hemos tenido que hacer dos contratos, uno con el anterior nombre y otro con el actual», relata la universitaria alavesa que rechaza revelar cuál era su anterior identidad de ‘chico’, la que figuraba en su partida de nacimiento, porque «es una etapa que he dejado atrás; el original, el de verdad, es Klaudia».

Su vida ha dado un giro durante la pandemia y este último logro de cambiar su identidad en el ámbito universitario ha sido la guinda en esa buena racha. «En el confinamiento tuve una fuerte depresión, hasta que decidí dar el paso y comenzar con el proceso de cambiar mi nombre e iniciar el tratamiento hormonal. He ganado en salud mental. Ahora tengo alegría, un proyecto de vida y expectativas», dice ilusionada. Cuando acabe la beca planea hacer un doctorado sobre el arte LGTB en el País Vasco, «que es un campo en el que se ha investigado poco».

Valentín Ramos. 18 años. Bilbao. «El día que logré hacer el cambio de nombre sentí una gran felicidad»

Recuerda como un «día de felicidad» el momento en que logró que figurara en el carné oficial de estudiante de la UPV/EHU su nombre: Valentín Ramos. Este alumno de la Facultad de Bellas Artes, que cumplirá 19 años el próximo noviembre, arrastra un duro pasado de acoso escolar y discriminación y, por ello, le ilusiona de forma especial que su vida de universitario pueda ser ahora menos complicada y más amable.

En su etapa de instituto tenía que hablar con cada profesor para pedirle que no le llamara por su nombre anterior de chica. «Dependía de la buena voluntad de cada docente, de que entendiera mi situación, pero con algunos resultaba muy desagradable», comenta este joven, que llegó a presentar una denuncia contra un profesor en Bachillerato por su trato humillante. «La oportunidad de cambiar mi nombre en la UPV/EHU me ha evitado tener que pelear continuamente», añade este joven transgénero que evita decir su anterior identidad de chica porque «así no doy opción».

Valentín no sabía que la UPV/EHU contaba con ese nuevo protocolo cuando envió un correo electrónico en el que contaba su situación a los responsables universitarios. «Me comentaron que podía hacer el cambio y resultó muy sencillo». Ahora ya aparece como Valentín en todas las listas y documentos universitarios. Tardará tiempo aún en lograr cambiar su identidad en el DNI ya que primero tiene que conseguir la nacionalidad.

Este joven venezolano llegó a La Rioja a los 8 ocho años con su familia y cuando acabó la ESO se trasladó a vivir a Bilbao para poder cursar el Bachillerato Artístico. «Empecé a cuestionarme mi identidad sexual con 12 años. Sufrí acoso escolar en el colegio. Me insultaban, me daban palizas continuamente...», recuerda este alumno del grado de Arte en el campus de Leioa. «Estuve dos años sin salir prácticamente de mi habitación, con miedo de que si me iba a la calle me podían pegar. Sólo me relacionaba con mi perro. Dibujar y la música me ayudaron mucho», relata.

Diseñador de moda y músico
Nunca ha entendido, se lamenta, «que se metan contigo, que te discriminen por tu identidad sexual». «Te enfrentas constantemente a que la gente te mire mal, a que te odien solo porque existes, sin haber hecho nada malo». De esa dura experiencia arrastra trastornos de estrés postraumático. Todavía le cuesta salir de casa, sufre ataques de ansiedad y de pánico. «Sigo teniendo miedo a que me peguen o se metan conmigo», confiesa.

Ahora cumple su sueño de estudiar Bellas Artes y la vida le sonríe un poco más. Quiere ser diseñador de moda y músico –toca media docena de instrumentos de forma autodidacta–. Le quedan retos por superar. «Tengo problemas para integrarme en una banda de rock como me gustaría porque todavía me cuesta mucho relacionarme con la gente», explica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.