sábado, 26 de septiembre de 2015

#hemeroteca #libros #fotografia | ‘Varietés’ de la era presilicona

Imagen: Hoyesarte
‘Varietés’ de la era presilicona.
Luis Pardo | Hoyesarte, 2015-09-26

http://www.hoyesarte.com/literatura/arte/varietes-de-la-era-pre-silicona_214699/

Llámenlo como quieran, teatro ligero, revista, cabaret o género frívolo. En todos los casos, los cuerpos son una poderosa atracción para el público asistente. Siempre ha sido así, ya fuera en los años más permisivos de la República, en los más restrictivos del franquismo o en los ya plenamente liberados de la Transición. ‘Vedettes’, coristas y bailaoras fueron las reinas de la pista. Cuerpos naturales, más comunes que los del cine pero igualmente deseables, que pertenecen a otra época, a un tiempo previo a la irrupción de la silicona, los tatuajes y las depilaciones a fondo.

La editorial La Fábrica es responsable directa del mejor homenaje fotográfico posible a esas mujeres y algunos hombres que pertenecieron a un mundo en vías de extinción. Varietés contiene 244 fotografías procedentes de las colecciones personales de los directores de la obra, Juan Sánchez y Rafael Doctor. Una catarata de instantáneas que atraviesan buena parte del siglo XX español, en su mayor parte protagonizadas por rostros anónimos, en posados de estudio, con predominio de la cosa folclórica, pero también con no pocos excesos estéticos que dejan entrever noches de libertad y locura, y también de oscuridad y pequeñas miserias.

Al adentrarse en sus páginas se inicia un recorrido entrañable a través de un modo de entender el espectáculo de variedades del que ya apenas queda rastro. Un repaso a una serie de imágenes que, como escribe Rafael Doctor en el prólogo, proporcionan “un viaje por los rostros y actitudes de un mundo que brillaba mucho menos de lo que quería aparentar”.

No cuesta adivinar un poso de desdicha entre tanta pluma, turbante, pestaña artificial y sujetador imposible porque, como cuenta Juan Sánchez, este planeta de arte efímero fue también “un refugio de chicas que, con o sin cualidades artísticas, entraban a formar parte de él huyendo de un lugar (generalmente pequeño) donde su honorabilidad había sido puesta en entredicho (y es que en aquellos años una mujer no era considerada puta sólo porque ejerciera la prostitución)”. En este mismo ambiente, no pocos homosexuales encontraron también cobijo, complicidad y elogios a su arte.

Documento histórico

‘Varietés’ es el perfecto complemento a ‘Foto Ramblas’, aquella obra editada hace algo más de una década con fotografías de un estudio de Barcelona que retrató a boxeadores, luchadores y artistas a lo largo de tres décadas (1956-1985). De hecho, no son pocas las fotografías que figuran en ambos libros y que están realizadas en este estudio ubicado en el paseo más conocido de la ciudad.

Algunos posados emulan las fotos que en los años cuarenta hacía el húngaro afincado en Madrid Juan Gyenes a Lola Flores o Sara Montiel; en cambio, otras fotografías, a ojos actuales, causan verdadera hilaridad y al mismo tiempo son un documento histórico que dice mucho de la época. Lo chusco alcanza sus cotas más altas a medida que pubis y pezones vuelan en libertad y las cámaras fotográficas empiezan a estar más accesibles a los aficionados. Había que llamar la atención con todo lo que uno tuviera a su alcance, incluido el nombre artístico; entre los apelativos parecían calar con más fuerza los de sonoridad anglosajona: Milly Velvet, Liliam Barton, Jennyfer Warren, Julia Kimono, Damarily Montes…

La obra está dedicada a Alaska. La cantante de Fangoria ha confesado públicamente más de una vez su fijación por las ‘varietés’ y toda la literatura actual que empieza a rescatar a figuras señeras de estos sugéneros. Ella, como los responsables de esta obra tan bien editada como todas las de La Fábrica, se ha mostrado siempre dispuesta a celebrar la frivolidad, lo caprichoso.

Este libro es una invitación a sumarse a ese homenaje. Un ejercicio de veneración que a más de uno podría recordar aquel poema de sincero agradecimiento que Juan Bonilla dedicó hace unos años a Nadiuska, ligada a tantas películas del destape, cuando se supo que la actriz andaba buscando comida en contenedores de basura y dormía bajo unos cartones en la Gran Vía. Una composición que se cerraba con estos versos:

Y deberíamos prestarte el cuarto de invitados
servirte tres comidas cada día
y besarte en la frente cada noche
y darle una patada en la cabeza al tiempo
y a su eficaz aliada
la zafia realidad
en la que sólo eres la mendiga
que no se acuerda que un país entero
se masturbaba fantaseando con ella.

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