viernes, 16 de octubre de 2015

#hemeroteca #mujeres | Ser o no ser actriz en España

Imagen: El Mundo / Antonia San Juan
Ser o no ser actriz en España.
Las actrices españolas cobran hasta un 40% menos que los actores. Sólo el 20% de los papeles de audiovisual son femeninos.
Custodio Pastor, Darío Prieto, Luis Martínez | El Mundo, 2015-10-16
http://www.elmundo.es/cultura/2015/10/16/56201cb246163f5a5f8b466b.html

«Ya es hora de que tengamos igualdad de salarios de una vez por todas e igualdad de derechos para las mujeres en Estados Unidos». Así terminó Patricia Arquette su discurso de agradecimiento al recoger el Oscar hace unos meses. La actriz de 'Boyhood' puso valientemente el foco sobre la desigualdad salarial entre actrices y actores en la industria del espectáculo estadounidense, pero nada parece haber cambiado desde su denuncia. Ayer Sienna Miller anunciaba su renuncia a trabajar en una obra de teatro porque le ofrecían la mitad de dinero que al actor protagonista. Sólo iban a estar ellos dos sobre el escenario. «He hecho lo que tenemos que empezar a hacer, aunque vaya en contra de nuestros sueños artísticos», manifestaba la actriz.

Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Cate Blanchett y Emma Watson son otras de las intérpretes que abiertamente han denunciado el sexismo. Una brecha no sólo salarial sino también de oportunidades. ¿Ocurre lo mismo en España? Algunas voces consultadas por El Mundo se atreven a confirmarlo.

«Cuando son jóvenes, actores y actrices tienen salarios similares, pero conforme se hacen mayores, aumenta la desigualdad. Ellos cobran entre un 30% y un 40% más que ellas por papeles equivalentes en cine, con el mismo peso», explica Antonio Rubial, el representante de actores más poderoso de estos lares. Lleva con mano férrea la carrera de muchos de los actores y actrices más conocidos.

«La desigualdad es evidente, especialmente en el volumen de trabajo y tipos de personajes para actores y actrices. Cuando son jóvenes, entre los 15 y 25 años, están más igualados, pero conforme cumplen años las actrices empiezan a tener menos trabajo. Hay muchos menos papeles protagonistas para ellas y cuando los hay se repiten los mismos personajes: la novia del protagonista, la hermana del protagonista o la madre del protagonista. Hay muchas menos mujeres con entidad propia». El director de la agencia A6 Cinema, por el que pasan los guiones y contratos, va más allá. «A los personajes masculinos les bajan las edades de sus parejas en la ficción. Hace años, actores como Alberto San Juan, Ernesto Alterio o Jordi Mollá tenían como pareja a actrices de su generación. Ahora a ellos les emparejan con actrices menores».

Leonor Watling recibe menos ofertas de papeles protagonistas que hace unos años. «Creo que es claro que la industria desarrolla muchos más proyectos para personajes protagonistas masculinos, creo que es por una mezcla de lo que reclama el público (lo que vende) y lo que estamos acostumbrados a ver. Pero creo que estos roles masculinos no tendrían que estar representados obligatoriamente por hombres. En esta década, 'El Padrino' podría ser una mujer. Si limitas a una actriz a hacer de madre, novia... es decir, un personaje que existe en relación a otra persona, limitas los papeles a los que accedemos. En general, la industria cree que las películas protagonizadas por mujeres son películas para mujeres. A nadie se le ocurre que una película protagonizada por un hombre sea una película solo para hombres».

Berta Ojea, secretaria de Igualdad del sindicato Unión de Actores, señala que, tomando como referencia los estrenos de los últimos tres años, «sólo el 20% de los papeles de audiovisual son femeninos, por un 25%para los de teatro». «Lo paradójico es que las mujeres son las mayores consumidoras de cultura en España, pero el mensaje que manda esa cultura, profundamente conservador, no es un reflejo de la sociedad en que vivimos», denuncia la actriz. «Esta industria sigue en manos de hombres, que son los que deciden que a las mujeres les interesan determinados temas, que suelen ser de carácter romántico... Los tópicos de siempre», prosigue.

Y pone un ejemplo:«Recuerdo que, en una serie de televisión en la que participaba, me dijeron que les encantaba mi personaje, pero que no me podían dar más trama, porque para ello tenían que ponerme un novio y ya le habían sacado uno a otra actriz. Es decir, que lo único que se les ocurría para tener más presencia era algo amoroso».

Para poner fin a esta situación, habla de una serie de medidas: una Proposición No de Ley solicitando al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte los datos de la presencia femenina en la industria cultural, la creación de una nueva asociación (NORA) para la igualdad de hombres y mujeres en el sector -con participación activa masculina- y la «inclusión de cuotas de representatividad», algo que no tiene por qué asustar ni coartar, según ella, «pues ahí está el ejemplo de los afroamericanos en el audiovisual estadounidense». La Unión de Actores regula por convenio el salario mínimo, que en el caso de intérpretes protagonistas de teatro se sitúa en 2.941 euros brutos al mes, por 8.592 para los de cine y 7.768 para televisión. Otra cosa es que se cumpla.

Esther García, productora de El Deseo, tampoco se corta al hablar de la desigualdad. «Cuando comencé las mujeres solo eran scripts, maquilladoras, peluqueras, sastras o secretarias de producción. Es terrorífico mirar atrás. En estos 40 años la situación ha cambiado: hay alguna mujer dirigiendo, alguna escribiendo guiones, alguna en cámara o en decoración... Tratando de llegar hay muchísimas mujeres, pero reconocidas sigue habiendo muy pocas».

A día de hoy existe una desigualdad entre hombres y mujeres en la industria: Apenas el 8% de las películas que se producen en España son dirigidas por una mujer. En otras áreas su presencia tampoco llega al 20%. Desde CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), donde Esther García es una socia activa, tratan de cambiar esta situación. Este año no había ninguna mujer compitiendo por los Goya en categorías como mejor dirección, guión original, fotografía, música original, dirección artística, sonido o efectos especiales. «Es importantísimo que haya voluntad política para cambiar esto. Los hombres mantienen una posición de poder en la que se encuentran muy cómodos con otros hombres como iguales y con las mujeres como subordinadas. El talento de las mujeres está ahí, pero en la vida laboral no pueden superar el techo de cristal», denuncia.

Virginia Yagüe, presidenta de CIMA, también lo certifica. «Hay una brecha salarial entre hombres y mujeres. Se dice que nuestro sector es liberal y abierto, pero los datos confirman la desigualdad». Y lanza una denuncia demoledora: «En lo único que ganamos es que las mujeres somos cuatro veces más propensas que ellos a que se nos muestre en ropa interior».

La guionista certifica que hay menos papeles protagonistas para mujeres. «Y la mayoría de las veces en las películas las mujeres no toman decisiones sobre sus vidas». Otro apunte para la reflexión: «En los festivales de cine hay una minoría de mujeres en los comités de selección. Luchamos también por la paridad en los jurados. Desde CIMA trabajamos en positivo para cambiar una situación negativa. Primero visibilizamos la situación desequilibrada que existe, sensibilizamos y reclamamos medidas de acción correctoras encaminadas a conseguir una deseable igualdad, tal y como reclaman las compañeras americanas».

Mariela Besuievsky es otra de las pocas mujeres que producen películas en España. Desde Tornasol Films trata de levantar historias con mujeres protagonistas. «No es la regla general si uno repasa la filmografía española», admite. «Las historias de mujeres de más de 40 años por alguna extraña razón tienen fama de que interesan menos que las de los hombres». La productora de películas como 'Felices 140' apunta a la falta de mujeres en puestos de responsabilidad no solo en cine como clave del sexismo. Yagüe da el dato: «En España en los puestos directivos de las televisiones sólo hay un 5'7% de mujeres».

Para Leticia Dolera, directora y protagonista de 'Requisitos para ser una persona normal', ganadora de cinco premios en el último Festival de Málaga, «el cine es nuestro legado cultural. Para que sea veraz tendría que tener un 50% de voz femenina y un 50% masculina, como en la vida. Faltan mujeres en dirección y en papeles protagonistas. Ya no vale aquello de que las películas protagonizadas por mujeres recaudan menos dinero, eso es un tópico antiguo e irreal. 'Blue Jasmine', 'Gravity', 'Los juegos del Hambre', 'REC', 'El orfanato', 'Mad Max' o el cine de Almodóvar son un buen ejemplo de films con heroínas femeninas y con una gran recaudación en taquilla».

Antonia San Juan también confirma la desigualdad salarial entre hombres y mujeres en el cine español. "Por supuesto que sí, sin la menor duda. En el cine, en la televisión y en todos los ámbitos". Ella también ha notado que hay menos papeles protagonistas para las mujeres. "A una mujer a los 37 años ya la están llamando vieja, y un hombre con 60 sigue siendo atractivo y le ponen a una parteneire de 20 años que, por guión, dice estar muy enamorada del señor. Todo forma parte del mismo juego".

La actriz y directora canaria no cree que vaya a cambiar la situación. "Teniendo una mirada realista de la situación, no catastrofista, creo que todo va a continuar igual. El machismo impera en nuestra sociedad". Y, como directora, también ha vivido situaciones singulares. "Sé lo que es vivir la discriminación como directora, tanto en teatro como en cine, porque siendo yo la que producía, el equipo con el que trabajaba, constituido por mujeres y por hombres, hacía parecer que era yo la contratada y no la que los contrataba; incluso he visto a muchas mujeres que se ponían a favor de los hombres".

«Somos más mujeres en la profesión que hombres, y sin embargo, hay más personajes masculinos... salvo en las películas de Almodóvar», se lamenta Susi Sánchez. «Nunca he preguntado a mis compañeros actores cuánto cobran ellos, pero sé que en España pasa exactamente lo mismo que denuncian en EEUU. Y además, hay otros detalles, como los camerinos».

Miren Ibarguren, protagonista de 'Aída' o 'Anclados', lo ratifica.«En este país sigue habiendo una brecha muy grande. Pero no sólo en la interpretación, sino por desgracia en cualquier profesión. Si a ésto le sumamos la precariedad de la industria audiovisual, el panorama se hace más desalentador». Cayetana Guillén-Cuervo cree «desde que se incorporó la mirada de la mujer como directora y guionista hay personajes femeninos más interesantes, pero siguen siendo minoría».«Como nuestra industria audiovisual muve mucho menos dinero que Hollywood, las desigualdades aquí son menos escandalosas».

Elvira Mínguez está convencida de que las cosas han empeorado. «Con la crisis, hay mucha más gente en paro y entre las mujeres el desempleo no ha crecido de forma proporcional a como lo ha hecho entre los hombres, sino más». La actriz ganadora del Goya por 'Tapas' continúa su relato. "Llega un momento, en que te dejan de llamar. Las mujeres no envejecen en pantalla. Y así hasta que, de repente, se supera lo que llamo la franja horaria, y te vuelven a reclamar. Es cuando empiezas a hacer papeles pequeños casi de abuela. Y siempre teniendo en cuenta que los papeles pequeños femeninos son mucho más pequeños que los pequeños masculinos". ¿Y sobre el salario? "No lo sé. Jamás he hablado de esto. Y ahora pienso que quizá eso es una señal de algo. ¿Por qué no se habla nunca de algo tan elemental como el sueldo?".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.