viernes, 31 de marzo de 2017

#hemeroteca #mujeres #trabajo | Taquilleras del Metro de Madrid: una profesión solo para mujeres solteras

Imagen: La Cabeza Llena
Taquilleras del Metro de Madrid: una profesión solo para mujeres solteras.
La Cabeza Llena, 2017-03-31
http://lacabezallena.com/historia/taquillera-soltera-lucha-por-su-billete/

A finales de los años 10, muy pocas mujeres trabajaban en España. El Metro de Madrid fue, junto con Telefónica, una de las primeras grandes empresas en emplear a mujeres. Si en la compañía de telecomunicaciones estaban destinadas a telefonistas, en Metro se les asignaron puestos en oficinas o expidiendo billetes en taquilla. El empleo de mujeres debió ser tan llamativo en la época que la empresa anunciaba en su primer comunicado que confiaba en que “el público de Madrid, por su cultura (…) tratará con su proverbial cortesía al personal femenino de la Empresa”.

Eso sí, estas empleadas tenían que reunir un requisito fundamental: ser solteras. Desde su fundación en 1919, Metro de Madrid estableció una regla por la cual las taquilleras que contrajeran matrimonio debían pasar a excedencia forzosa. Metro consideraba que «los deberes que impone el atender a un hogar y sus hijos, son para la mujer incompatibles con los que el desempeño del cargo que el Metropolitano exige». debido a «la rigidez del servicio, que exige una constancia y una puntualidad perfectas».

Y no se trataba solo de velar por la carga de trabajo de las mujeres. A pesar de la ‘proverbial cortesía’ que de puertas afuera se destacaba de los madrileños, en un comunicado interno la empresa consideraba que sería negativo para ellas «el trato directo con las masas enormes de público, cuya cultura en ocasiones deja desgraciadamente bastante que desear», además de advertir su «temor a que pudieran fomentarse así las relaciones ilícitas».

Eso sí, tras la reclamación de una taquillera despedida por casarse en 1930, el Consejo adoptó una medida para compensarlas: cualquier taquillera que tuviera que dejar su trabajo por casarse recibiría una compensación de 250 pesetas si llevaba más de un año en la empresa, y de 500 si llevaba más de cinco años. Además, permitía que los puestos sin trato con el público, como oficinistas y telefonistas, sí estuvieran desempeñados por mujeres casadas. Eso sí, en todo caso las mujeres solo podían trabajar durante el día: a partir de las 22 horas, todos los turnos eran desempeñados por hombres.

Y aunque parezca una norma de principios de siglo, lo cierto es que las mujeres casadas tuvieron prohibido el trabajo como taquilleras en Metro de Madrid hasta 1984. Ese año el Tribunal Constitucional dictó una sentencia en la que se declaraban este tipo de excedencias forzosas como ilegales, a raíz de la lucha de un grupo de 60 trabajadoras a las que les había sucedido lo mismo en Telefónica. Ese año, 30 mujeres casadas que se habían visto obligadas a irse de la empresa pudieron recuperar su trabajo como taquilleras.

También ese mismo 1984 una mujer pudo acceder a un puesto que estaba reservado solo para hombres: el de conductora de Metro. Fátima Ramírez, de 26 años, fue la primera mujer que condujo un tren bajo las calles de Madrid desde el final de la guerra civil, durante la cual algunos de los empleos estuvieron desempeñados por mujeres por la ausencia de hombres, destinados al frente.

Fuente: Libro “Noventa años de historia”, de Aurora Moya; y “Medio siglo al servicio de la ciudad”, de Marino Gómez-Santos.

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