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| Imagen: El Correo |
Destaca que la llamada ‘guetización’ en Vitoria es más acentuada que en el conjunto de Euskadi, lo que creen que afecta a la calidad educativa.
Ander Carazo | El Correo, 2018-01-12
http://www.elcorreo.com/alava/araba/estudio-alerta-alumnos-20180112215414-nt.html
Cuatro de cada cinco estudiantes de origen extranjero residentes en Vitoria estudian en centros escolares públicos. Una «sobrerrepresentación», del 83,1%, que en los últimos años se ha abordado el Ayuntamiento y que ahora ha quedado reflejada con el 'Estudio Diagnóstico de la Infancia y de la Adolescencia', cuyos resultados se presentaron ayer. Y es que esta situación sobre todo se registra en la capital alavesa, ya que la media en el conjunto del País Vasco es del 69,3%. De esta manera, como advierte este análisis, el 18,2% de las matriculas en colegios e institutos de titularidad pública corresponden a menores inmigrantes frente a tan sólo un 4% en la red privada.
Esta situación, según la opinión de los participantes en el estudio municipal, provoca «una gran preocupación por parte de las familias y las asociaciones consultadas» ya que perciben que esto afecta a la calidad de la enseñanza en los centros públicos. «Sostienen que los centros que concentran un mayor número de alumnos de origen inmigrante tienden a contar con un profesorado más cambiante y de edad más avanzada que, en general, están más lejanos a la innovación educativa», se puede leer en las 164 páginas de conclusiones.
En la última década se ha registrado un «importante aumento» en el número de estudiantes extranjeros. De hecho, si se comparan los datos actuales con los de hace diez años se observa que prácticamente se ha duplicado este sector de la población, ya que ha pasado de 2.369 en el curso 2006-2007 a 4.724 alumnos en el presente. Como es lógico, la tasa de escolarización entre los menores de 16 años es total y el abandono ha bajado hasta el 7%.
Pobreza infantil
La autora del estudio es la socióloga Raquel Sanz, quien denuncia que por efecto de la crisis económica «se ha producido un aumento de la desigualdad entre la población menor, por lo que las personas empobrecidas han empeorado su situación». Ella sostiene que la desigualdad en Vitoria es superior al resto de la comunidad autónoma. En datos, la tasa de pobreza infantil en Vitoria fue del 16% en 2016 -una cifra que ha caído de manera significativa respecto a ejercicios anteriores, ya que hace cuatro años, cuando se alcanzó el pico más alto, era un 4,5% superior-, pero sigue muy por encima de los marcadores a nivel global de Euskadi, que permanecen en un 11,9%.
Para determinar esas situaciones de supuesta pobreza, se tiene en cuenta que un 12,8% no cuenta con dos pares de zapatos adecuados para cada época del año y el 40,1% ‘hereda’ la ropa de sus hermanos mayores o de otras personas. En ese sentido, el concejal de Políticas Sociales, Peio López de Munain, afirmó que se ha incrementado la atención a familias con menores. Se ha pasado de 3.867 a 4.343 casos en tan sólo tres años. En la actualidad, los problemas económicos y de inserción suponen más de la mitad de las consultas.
Resulta novedoso que se detecte un importante incremento en las adicciones a las nuevas tecnologías y el móvil. Pero el estudio también evidencia situaciones alarmantes de cómo se sienten los jóvenes en Vitoria. Un 53% cree que sus opiniones no son tenidas en cuenta en las decisiones de la familia y el 37,3 piensa que no se le escucha. Es más, el 13,4% pone una nota media del cero al seis a su ‘satisfacción vital’.
Esta situación, según la opinión de los participantes en el estudio municipal, provoca «una gran preocupación por parte de las familias y las asociaciones consultadas» ya que perciben que esto afecta a la calidad de la enseñanza en los centros públicos. «Sostienen que los centros que concentran un mayor número de alumnos de origen inmigrante tienden a contar con un profesorado más cambiante y de edad más avanzada que, en general, están más lejanos a la innovación educativa», se puede leer en las 164 páginas de conclusiones.
En la última década se ha registrado un «importante aumento» en el número de estudiantes extranjeros. De hecho, si se comparan los datos actuales con los de hace diez años se observa que prácticamente se ha duplicado este sector de la población, ya que ha pasado de 2.369 en el curso 2006-2007 a 4.724 alumnos en el presente. Como es lógico, la tasa de escolarización entre los menores de 16 años es total y el abandono ha bajado hasta el 7%.
Pobreza infantil
La autora del estudio es la socióloga Raquel Sanz, quien denuncia que por efecto de la crisis económica «se ha producido un aumento de la desigualdad entre la población menor, por lo que las personas empobrecidas han empeorado su situación». Ella sostiene que la desigualdad en Vitoria es superior al resto de la comunidad autónoma. En datos, la tasa de pobreza infantil en Vitoria fue del 16% en 2016 -una cifra que ha caído de manera significativa respecto a ejercicios anteriores, ya que hace cuatro años, cuando se alcanzó el pico más alto, era un 4,5% superior-, pero sigue muy por encima de los marcadores a nivel global de Euskadi, que permanecen en un 11,9%.
Para determinar esas situaciones de supuesta pobreza, se tiene en cuenta que un 12,8% no cuenta con dos pares de zapatos adecuados para cada época del año y el 40,1% ‘hereda’ la ropa de sus hermanos mayores o de otras personas. En ese sentido, el concejal de Políticas Sociales, Peio López de Munain, afirmó que se ha incrementado la atención a familias con menores. Se ha pasado de 3.867 a 4.343 casos en tan sólo tres años. En la actualidad, los problemas económicos y de inserción suponen más de la mitad de las consultas.
Resulta novedoso que se detecte un importante incremento en las adicciones a las nuevas tecnologías y el móvil. Pero el estudio también evidencia situaciones alarmantes de cómo se sienten los jóvenes en Vitoria. Un 53% cree que sus opiniones no son tenidas en cuenta en las decisiones de la familia y el 37,3 piensa que no se le escucha. Es más, el 13,4% pone una nota media del cero al seis a su ‘satisfacción vital’.
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