Imagen: Público / Protesta feminista contra la violencia machista en A Coruña, 2018-08-21 |
Una veintena de ciudades gallegas celebran diferentes protestas contra los feminicidios tras el enésimo asesinato de una mujer en A Coruña.
Juan Oliver | Público, 2018-08-21
https://www.publico.es/sociedad/miles-gallegas-manifiestan-violencia-machista.html
Miles de personas se manifestaron esta tarde por las calles de una veintena de ciudades gallegas en defensa de la igualdad y de los derechos de la mujer y contra los últimos episodios de violencia machista ocurridos en la comunidad.
El más reciente, el feminicidio de Ana Belén Varela Ordóñez, de 50 años de edad, asesinada por su exmarido a tiros el pasado domingo delante de sus dos hijos en la localidad coruñesa de Cabana de Bergantiños, en la Costa da Morte. Sólo un día antes, en Moaña, en la orilla norte de la ría de Vigo, varios vecinos denunciaron que una chica de 18 años había sido agredida en plena vía pública por su pareja, un hombre que llegó a golpearla y perseguirla por las calles del pueblo.
“Que se haga justicia de una vez. Las condenas tienen que ser ejemplares y hay que evitar que los asesinos salgan de la cárcel sin cumplir sus condenas”, asegura M.L.T., una mujer que ha acudido a la concentración de A Coruña, en el centro de la ciudad, junto al Obelisco. Porta un cartel con la foto de una amiga, Tatiana Vázquez Abuín, y pide aparecer en este artículo sólo con sus iniciales. “Prefiero no darte mi nombre, fui testigo en el juicio”, justifica. Tatiana apareció el año pasado muerta en su coche en una calle del barrio de San Fiz, en Lugo. Le habían asestado 54 cuchilladas. Tenía 24 años. En la vista oral, celebrada en mayo, el fiscal pidió 25 años por asesinato y otros dos por malos tratos para su pareja, Ibrahima N., un hombre de 33 años.
El último asesinato machista en Galicia, el de Ana Belén Varela, es el tercero en lo que va de año. A finales de la primavera, el 18 de junio, otra mujer de 47 años, Magdalena Moreira Alonso, cayó tiroteada en O Porriño (Pontevedra) –un balazo la frente y dos en la espalda- por su exesposo, con quien había iniciado los trámites de separación apenas unos días antes. Hace poco más de un mes, el 19 de julio, otro sujeto mató en A Coruña a su expareja, María Judit Martins, acuchillándola en la garganta. Tenía 54 años. Desde enero, la violencia machista ha acabado con la vida de 26 mujeres en toda España.
En el caso de Ana Belén Varela, la Delegación del Gobierno en Galicia ha confirmado que ella también había iniciado los trámites para separarse de su exmarido, J.G.P. –sólo han trascendido sus iniciales-, quien, tras una discusión en el domicilio familiar, le disparó hasta tres veces delante de sus hijos, de 25 y 27 años. Usó para ello un revólver para el que no contaba con licencia. Según fuentes judiciales y policiales, no existían antecedentes de denuncias por maltrato.
Las concentraciones de protesta y en solidaridad con las víctimas empezaron a celebrarse a partir de las ocho de esta tarde en las siete ciudades gallegas. En A Coruña y también en Ferrol, Santiago, Lugo, Ourense, Pontevedra y Vigo, y en más de una docena de villas de pequeño y mediano tamaño del interior y el litoral de Galicia, como, entre otras, Betanzos, Carballo, Miño, Burela, Monforte, Chantada, O Carballiño, Redondela, Nigrán, Vilagarcía... Las convocó el Movemento Feminista Galego.
A la de A Coruña, que reunió a más de medio millar de personas, también acudieron Álvaro Cuñarro y Patricia Carballal. Se llevaron a Guille, su hijo de tres años. “¿Que por qué hemos venido? Porque seguimos aquí, y porque el patriarcado tiene que saberlo. Porque seguimos reclamando que hay que dotar económicamente a la ley del 2006, porque hay que proteger más a las víctimas, porque hay que aumentar las medidas de prevención... Porque esto se tiene que acabar”, explica Patricia, quien subraya que, aunque el goteo de muertes haga parecer que protestar no sirve de nada, la ciudadanía debe seguir mostrando su repulsa con una sonada contestación a todos y cada uno de estos crímenes.
Y no sólo eso. “Los medios de comunicación tienen que responder adecuadamente y con contundencia. No se puede decir que una mujer murió a manos de su novio, de su marido, de su expareja... Hay que dejar claro que murió asesinada”.
Álvaro y ella también tienen sostienen que el caldo de cultivo de los feminicidios se nutre de una sociedad que sigue formando a los niños como Guille en valores machistas, en juegos violentos y en una dialéctica educativa que sigue otorgando roles diferentes a niños y niñas.
En la manifestación de ayer se corearon consignas contra el patriarcado, contra la discriminación laboral, contra el liberalismo que fomenta la desigualdad... Pero algunos de los asistentes no podían seguirlas porque, sencillamente, estaban llorando en silencio. Cuando 'Público' preguntó a una mujer por las razones que la habían llevado a la concentración del Obelisco, los ojos se le llenaron de lágrimas antes de responder con un argumento tan contundente como obvio: “La pregunta no es por qué estoy aquí. La pregunta es: ¿cómo no voy a estar aquí?”.
Según el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el año pasado se interpusieron más de 6.400 denuncias por violencia machista en Galicia, un récord histórico desde que se contabilizan este tipo de casos desde el año 2003, y que representa un aumento del 13% sobre las denuncias del 2016. En la actualidad, unas 3.200 mujeres cuentan con protección policial en la comunidad al haber sido amenazadas por sus parejas o exparejas.
El más reciente, el feminicidio de Ana Belén Varela Ordóñez, de 50 años de edad, asesinada por su exmarido a tiros el pasado domingo delante de sus dos hijos en la localidad coruñesa de Cabana de Bergantiños, en la Costa da Morte. Sólo un día antes, en Moaña, en la orilla norte de la ría de Vigo, varios vecinos denunciaron que una chica de 18 años había sido agredida en plena vía pública por su pareja, un hombre que llegó a golpearla y perseguirla por las calles del pueblo.
“Que se haga justicia de una vez. Las condenas tienen que ser ejemplares y hay que evitar que los asesinos salgan de la cárcel sin cumplir sus condenas”, asegura M.L.T., una mujer que ha acudido a la concentración de A Coruña, en el centro de la ciudad, junto al Obelisco. Porta un cartel con la foto de una amiga, Tatiana Vázquez Abuín, y pide aparecer en este artículo sólo con sus iniciales. “Prefiero no darte mi nombre, fui testigo en el juicio”, justifica. Tatiana apareció el año pasado muerta en su coche en una calle del barrio de San Fiz, en Lugo. Le habían asestado 54 cuchilladas. Tenía 24 años. En la vista oral, celebrada en mayo, el fiscal pidió 25 años por asesinato y otros dos por malos tratos para su pareja, Ibrahima N., un hombre de 33 años.
El último asesinato machista en Galicia, el de Ana Belén Varela, es el tercero en lo que va de año. A finales de la primavera, el 18 de junio, otra mujer de 47 años, Magdalena Moreira Alonso, cayó tiroteada en O Porriño (Pontevedra) –un balazo la frente y dos en la espalda- por su exesposo, con quien había iniciado los trámites de separación apenas unos días antes. Hace poco más de un mes, el 19 de julio, otro sujeto mató en A Coruña a su expareja, María Judit Martins, acuchillándola en la garganta. Tenía 54 años. Desde enero, la violencia machista ha acabado con la vida de 26 mujeres en toda España.
En el caso de Ana Belén Varela, la Delegación del Gobierno en Galicia ha confirmado que ella también había iniciado los trámites para separarse de su exmarido, J.G.P. –sólo han trascendido sus iniciales-, quien, tras una discusión en el domicilio familiar, le disparó hasta tres veces delante de sus hijos, de 25 y 27 años. Usó para ello un revólver para el que no contaba con licencia. Según fuentes judiciales y policiales, no existían antecedentes de denuncias por maltrato.
Las concentraciones de protesta y en solidaridad con las víctimas empezaron a celebrarse a partir de las ocho de esta tarde en las siete ciudades gallegas. En A Coruña y también en Ferrol, Santiago, Lugo, Ourense, Pontevedra y Vigo, y en más de una docena de villas de pequeño y mediano tamaño del interior y el litoral de Galicia, como, entre otras, Betanzos, Carballo, Miño, Burela, Monforte, Chantada, O Carballiño, Redondela, Nigrán, Vilagarcía... Las convocó el Movemento Feminista Galego.
A la de A Coruña, que reunió a más de medio millar de personas, también acudieron Álvaro Cuñarro y Patricia Carballal. Se llevaron a Guille, su hijo de tres años. “¿Que por qué hemos venido? Porque seguimos aquí, y porque el patriarcado tiene que saberlo. Porque seguimos reclamando que hay que dotar económicamente a la ley del 2006, porque hay que proteger más a las víctimas, porque hay que aumentar las medidas de prevención... Porque esto se tiene que acabar”, explica Patricia, quien subraya que, aunque el goteo de muertes haga parecer que protestar no sirve de nada, la ciudadanía debe seguir mostrando su repulsa con una sonada contestación a todos y cada uno de estos crímenes.
Y no sólo eso. “Los medios de comunicación tienen que responder adecuadamente y con contundencia. No se puede decir que una mujer murió a manos de su novio, de su marido, de su expareja... Hay que dejar claro que murió asesinada”.
Álvaro y ella también tienen sostienen que el caldo de cultivo de los feminicidios se nutre de una sociedad que sigue formando a los niños como Guille en valores machistas, en juegos violentos y en una dialéctica educativa que sigue otorgando roles diferentes a niños y niñas.
En la manifestación de ayer se corearon consignas contra el patriarcado, contra la discriminación laboral, contra el liberalismo que fomenta la desigualdad... Pero algunos de los asistentes no podían seguirlas porque, sencillamente, estaban llorando en silencio. Cuando 'Público' preguntó a una mujer por las razones que la habían llevado a la concentración del Obelisco, los ojos se le llenaron de lágrimas antes de responder con un argumento tan contundente como obvio: “La pregunta no es por qué estoy aquí. La pregunta es: ¿cómo no voy a estar aquí?”.
Según el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el año pasado se interpusieron más de 6.400 denuncias por violencia machista en Galicia, un récord histórico desde que se contabilizan este tipo de casos desde el año 2003, y que representa un aumento del 13% sobre las denuncias del 2016. En la actualidad, unas 3.200 mujeres cuentan con protección policial en la comunidad al haber sido amenazadas por sus parejas o exparejas.
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