Imagen: El País / Xuecheng |
El Maestro Xuecheng, bajo investigación tras las denuncias de varias monjas, deja el cargo de presidente de la Asociación Budista de China.
Xavier Fontdeglòria | El País, 2018-08-17
https://elpais.com/internacional/2018/08/17/actualidad/1534500402_107361.html
El Maestro Xuecheng, uno de los líderes espirituales más conocidos de China y acusado de haber cometido abusos sexuales a varias monjas, ha dimitido de uno de sus cargos más relevantes. El abad del famoso templo de Longquan, situado a las afueras de Pekín, renunció a la presidencia de la Asociación Budista de China, un cargo que le convertía en el monje budista de más alto rango del país. La salida, anunciada el miércoles por la propia organización, no se relacionó directamente con la investigación sobre su figura, seguramente la de mayor perfil público que se vincula con el creciente movimiento que lucha contra del acoso sexual a las mujeres en el país.
La retirada de este famoso líder budista, que con menos de cincuenta años se convirtió en 2015 en el monje más joven en ostentar este cargo, no ha sido justificada. Xuecheng ha sido acusado, en un documento que se compartió a través de las redes sociales a principios de agosto, de haber abusado sexualmente de varias discípulas en su templo. El texto recogía el testimonio de hasta seis de ellas que aseguran haber recibido mensajes con contenido explícito por parte del monje, que las presionó para que mantuvieran relaciones sexuales con él. Cuatro de ellas accedieron a ello en contra de su voluntad.
Xuecheng, acusado también de corrupción y de permitir la construcción de edificios adyacentes al templo de forma ilegal, negó las acusaciones y tachó los hechos descritos de “falsos y distorsionados”. Siempre muy activo en redes, donde cuenta con más de un millón de seguidores, el abad no ha hablado desde entonces, ni de este caso en particular ni de ningún otro asunto. Xuecheng sigue siendo oficialmente el máximo responsable del templo de Longquan, de acuerdo con su página web. Un empleado dice no saber si el monje está o no en el recinto y se remite a la información oficial cuando se le pregunta por su paradero. Explica que no le ha visto “desde hace días”, pero que su ausencia del templo puede deberse “a su apretada agenda”.
La Administración Estatal de Asuntos Religiosos es la encargada de la investigación sobre Xuecheng. El abad fue interrogado después de que se conocieran estos supuestos abusos sexuales, pero a las pocas horas fue puesto en libertad, según informaron los medios locales. Desde entonces apenas hay información sobre él, lo que podría indicar que en la práctica esté bajo vigilancia e incluso tenga restringida la libertad de movimientos mientras se avanza en las pesquisas. Este método se aplica habitualmente con altos cargos del Partido Comunista de China acusados de corrupción y suele reflejarse en cambios en los cargos del afectado o el anuncio de “dimisiones” de puestos relevantes. Xuecheng, como expresidente de la Asociación Budista de China, tenía también un asiento también en la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un órgano asesor del Gobierno.
Las denuncias contra este líder espiritual chino suponen el caso más prominente hasta la fecha del incipiente movimiento que lucha contra el acoso sexual a las mujeres en China. Influidas por el MeToo estadounidense, varias han explicado públicamente el acoso sufrido por parte de académicos, líderes de organizaciones no gubernamentales o influyentes presentadores de televisión. El movimiento, sin embargo, no ha alcanzado los círculos de poder del Partido Comunista chino. Incluso en el caso de las acusaciones contra Xuecheng, una figura indirectamente vinculada con la formación, el detallado documento que relata los supuestos hechos delictivos fue elaborado por otros dos monjes del templo y era, en principio, material interno para hacérselo llegar a las autoridades competentes. El texto terminó filtrándose y se compartió de forma masiva en las redes sociales. Desde que se hizo público, las informaciones sobre el caso se remiten a la escasa información oficial y están sujetas a la censura de las autoridades. Pero su dimisión, obligada o no, supone ya una importante victoria para las mujeres en China si se confirman las acusaciones.
La retirada de este famoso líder budista, que con menos de cincuenta años se convirtió en 2015 en el monje más joven en ostentar este cargo, no ha sido justificada. Xuecheng ha sido acusado, en un documento que se compartió a través de las redes sociales a principios de agosto, de haber abusado sexualmente de varias discípulas en su templo. El texto recogía el testimonio de hasta seis de ellas que aseguran haber recibido mensajes con contenido explícito por parte del monje, que las presionó para que mantuvieran relaciones sexuales con él. Cuatro de ellas accedieron a ello en contra de su voluntad.
Xuecheng, acusado también de corrupción y de permitir la construcción de edificios adyacentes al templo de forma ilegal, negó las acusaciones y tachó los hechos descritos de “falsos y distorsionados”. Siempre muy activo en redes, donde cuenta con más de un millón de seguidores, el abad no ha hablado desde entonces, ni de este caso en particular ni de ningún otro asunto. Xuecheng sigue siendo oficialmente el máximo responsable del templo de Longquan, de acuerdo con su página web. Un empleado dice no saber si el monje está o no en el recinto y se remite a la información oficial cuando se le pregunta por su paradero. Explica que no le ha visto “desde hace días”, pero que su ausencia del templo puede deberse “a su apretada agenda”.
La Administración Estatal de Asuntos Religiosos es la encargada de la investigación sobre Xuecheng. El abad fue interrogado después de que se conocieran estos supuestos abusos sexuales, pero a las pocas horas fue puesto en libertad, según informaron los medios locales. Desde entonces apenas hay información sobre él, lo que podría indicar que en la práctica esté bajo vigilancia e incluso tenga restringida la libertad de movimientos mientras se avanza en las pesquisas. Este método se aplica habitualmente con altos cargos del Partido Comunista de China acusados de corrupción y suele reflejarse en cambios en los cargos del afectado o el anuncio de “dimisiones” de puestos relevantes. Xuecheng, como expresidente de la Asociación Budista de China, tenía también un asiento también en la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un órgano asesor del Gobierno.
Las denuncias contra este líder espiritual chino suponen el caso más prominente hasta la fecha del incipiente movimiento que lucha contra el acoso sexual a las mujeres en China. Influidas por el MeToo estadounidense, varias han explicado públicamente el acoso sufrido por parte de académicos, líderes de organizaciones no gubernamentales o influyentes presentadores de televisión. El movimiento, sin embargo, no ha alcanzado los círculos de poder del Partido Comunista chino. Incluso en el caso de las acusaciones contra Xuecheng, una figura indirectamente vinculada con la formación, el detallado documento que relata los supuestos hechos delictivos fue elaborado por otros dos monjes del templo y era, en principio, material interno para hacérselo llegar a las autoridades competentes. El texto terminó filtrándose y se compartió de forma masiva en las redes sociales. Desde que se hizo público, las informaciones sobre el caso se remiten a la escasa información oficial y están sujetas a la censura de las autoridades. Pero su dimisión, obligada o no, supone ya una importante victoria para las mujeres en China si se confirman las acusaciones.
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