martes, 6 de octubre de 2015

#hemeroteca #arte #feminismo | Judy Chicago “Aún es difícil que las artistas logren un sitio en los grandes museos”

Imagen: Deia / Judy Chicago
Judy Chicago “Aún es difícil que las artistas logren un sitio en los grandes museos”.
La exposición ‘Why not Judy Chicago?’ recorre en Azkuna Zentroa, desde el jueves y hasta el 10 de enero, la trayectoria de Judy Chicago, pionera en el arte feminista.
Leyre Eguskiza | Deia, 2015-10-06
http://www.deia.com/2015/10/06/ocio-y-cultura/cultura/aun-es-dificil-que-las-artistas-logren-un-sitio-en-los-grandes-museos

Mientras posa para los fotógrafos, unos espontáneos corean un entusiasmado “Aupa Judy” frente a Azkuna Zentroa. Un grupo de jóvenes la ha reconocido en el enorme cartel que viste desde hace algunas semanas la fachada del centro bilbaino. En esta obra del fotógrafo Jerry McMillan, la artista mira desafiante al objetivo desde lo alto de un ring de boxeo. Chicago les responde con una sorprendida sonrisa de recién llegada a Bilbao, la ciudad que desde el jueves invitará al público a conocerla de cerca, en un recorrido por una trayectoria de más de cinco décadas.

¿Estamos ante la primera retrospectiva de su obra en Europa?

-No exactamente, ya que las retrospectivas reúnen todas las piezas que un artista ha producido. Ésta construye un recorrido visual por la trayectoria artística de estos últimos 52 años.

Lo que sí podría decirse es que constituye la mayor exposición dedicada a su obra en el continente.
-Es cierto. Es la primera vez que se organiza una muestra que repase toda mi carrera en Europa. Bilbao ofrece a la audiencia la posibilidad de acercarse a toda mi obra y entenderla.

Recoge así el testigo de otra muestra comisariada por Xabier Arakistain sobre el colectivo de las ‘Guerrilla Girls’ (2013).
-Por supuesto, estoy encantada. Pero ya conocía el trabajo de Arakis desde la exposición Kiss Kiss Bang Bang (2007) en el Museo Bellas Artes, porque vinimos a verla. Una de mis obras, Red Flag, formó parte de la muestra y ahora ha vuelto a Bilbao. Es la segunda vez que viaja aquí, como yo (risas).

Empezó a dibujar siendo muy joven, con apenas tres años. ¿Siempre tuvo claro lo de que quería ser artista?
-Sí, siempre lo supe. Y a los cinco años ya empecé a tomar clases.

Y siempre dijo que quería dejar marcada su huella en la historia.
-Quería contribuir a la sociedad y eso fue gracias a mi padre, que me crió en la creencia de que era importante tratar de ayudar a cambiar las cosas.

Cuenta que en su época de estudiante, un profesor les prometió que repasarían los logros de las mujeres a lo largo de la historia, algo que resumió con un “ninguno”.
-Así fue. Era un profesor de Humanidades y que dijera eso me enfadó muchísimo.

¿Fue este hecho el que desencadenó su interés por indagar en la historia de las mujeres, uno de los ejes principales de su obra?
-No, ese interés ya existía. Pero lo que dijo ese idiota me enfadó tanto que decidí echar la vista atrás y comprobar si era verdad o no. Comencé una investigación en la que descubrí que había toda una historia de las mujeres que no había sido contada.

Habla de los cimientos de ‘The Dinner Party’ (1979), sin duda, uno de sus trabajos más conocidos.

-En aquella época ya llevaba años exponiendo y tenía planeado ser artista, pero eran tiempos duros con muy pocas mujeres que nos dedicáramos a ello. Todo contribuía a crear un ambiente complicado y comencé a preguntarme si el profesor estaba en lo correcto o si había habido mujeres antes que yo que se habían topado con los mismos obstáculos. Descubrí que estaba equivocado, y eso me puso en el camino para realizar la obra. Cuando creé The Dinner Party, habían pasado 20 años desde aquella clase.

Hace muy pocos años la obra logró ser expuesta de manera permanente. ¿Le reconforta saber que no caerá en el olvido?
-Lo cierto es que no di por acabado este trabajo hasta que consiguió una sede permanente. Sabía que en el caso contrario, le podría ocurrir lo mismo que les ocurrió a las mujeres cuya historia yo contaba. Ese era mi objetivo, lo que no sabía era cuánto tiempo iba a llevarme lograrlo.

¿Predomina aún la presencia masculina en museos y galerías de arte?
-Absolutamente. Todo eso sigue ahí. Hay más mujeres que antes, pero en la cima... Aún es difícil que a las mujeres los museos las reciban con los brazos abiertos y logren encontrar un lugar para su obra. A mí me ha costado treinta años, y ha sido gracias a que otra mujer lo ha impulsado.

Si ya es harto difícil para las mujeres artistas, ¿más aún en el caso del arte feminista?
-(Risas). Más aún; estamos más atrás todavía. Los museos no quieren contar la historia del arte feminista.

Con un panorama tan negro... ¿qué le diría a una artista joven que quiere iniciar una carrera?
-Que no tire la toalla.

¿Ha estado tentada alguna vez?
-No muy a menudo, pero sí alguna que otra vez. Ser artista es duro y las artistas se toman las cosas de manera personal, si reciben una mala crítica o las cosas no van bien creen que es porque no son suficientemente buenas. Pero no tiene por qué ser eso.

‘Why not Judy Chicago’, ¿qué significa para Judy Chicago?
-Significa lo que Arakis ha querido reflejar, la resistencia institucional a que mi trabajo sea expuesto en los principales museos. Pero no se trata solo de Judy Chicago, sino de todas las mujeres y del no reconocimiento de las artistas feministas.

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