Imagen: Andaluces / Grafiti de El Niño de las Pinturas |
Antonio Gandiaga | Andaluces, 2015-11-08
http://www.andalucesdiario.es/cultura/lunas-de-nueva-york-lorca-sigue-entre-rascacielos/
El documental de producción andaluza, que recuerda el viaje del que nació ‘Poeta en Nueva York’ con mirada contemporánea, se estrena hoy en el Festival de Cine Europeo.
Como buena obra cumbre de la literatura universal, ‘Poeta en Nueva York’ es algo más que un poemario brillante de un autor talentoso como Federico García Lorca; es la huella plasmada de una experiencia que marcaría la existencia de un hombre sensible. Con el fin de revivir la temporada que el poeta pasó en la ciudad de los rascacielos y Cuba, ha nacido ’Lunas de Nueva York’, documental que se estrena hoy en el marco de la sección Panorama Andaluz del Festival de Cine Europeo de Sevilla (Teatro Alameda, 17.30 h, entrada libre).
La primera cuestión a la que da respuesta la película no puede ser otra que la del motivo por el que Lorca se fue de su país. “En los primeros meses de 1929 siente la necesidad, por primera vez en su vida, de alejarse de España. Desea, como él mismo expresa a sus amigos, salir de la “penumbra sentimental”. Buscaba reponerse de las mofas que le habían lanzado sus “buenos amigos” Dalí y Buñuel, que ridiculizaron ‘Romancero Gitano’, que había tenido un gran éxito de público. Su respuesta la daría en Nueva York, demostrando hasta dónde podía llegar como poeta y dramaturgo. En segundo lugar, está su fracaso amoroso con el escultor Emilio Aladrén. Una decepción más que empuja a Lorca a un estado de postración.” Es la explicación de Antonio Ramos Espejo, periodista granadino que ha publicado multitud de textos y participado en otros tantos documentales sobre el poeta desde 1976, fecha en la que se empieza a reponer su memoria, que estaba “vilipendiada”. Para Ramos, iniciador del proyecto desde que publicase en 1996 ‘Influencia de las minorías marginales en Poeta en Nueva York’, fue en esa ciudad y ”aún más en Cuba, donde el poeta encontrará su libertad, su homosexualidad.”
Nueve meses cruciales
A partir de lo que escribió, de imágenes y demás material de archivo y de las cartas que envió a su familia, se ha podido reconstruir parte de lo que Lorca vivió entre junio de 1929 y marzo de 1930, el periodo en que permaneció en la capital neoyorkina. Parte de la información se aporta en el documental mediante testimonios de expertos en la materia, como Christophe Maurier, responsable de la exposición que se hizo en 2013 sobre el poeta en la Biblioteca de Nueva York (la primera dedicada allí a un autor español), Ian Gibson o Antonio Muñoz Molina.
Además de seguir los pasos de Lorca, ‘Lunas de Nueva York’ recuerda en su tramo final el similar recorrido que emprendería su familia después de su fusilamiento. De hecho, en un cementerio de las afueras de la ciudad, Gates of Heaven, se encuentra enterrado el padre del poeta, como desvelara el propio Muñoz Molina en ‘Sefarad’. Antes, había recorrido las calles y parques cercanos a la Universidad de Columbia, en el Upper West Side, la zona de la ciudad que más frecuentó su hijo. Así lo había imaginado Ramos en su texto de 2007 ‘García Lorca en Fuente Vaqueros’: “Hacia dónde podía caminar un hombre, alejado de las entrañas de su tierra, obligado a volver la espalda y la mirada, mientras su alma no se le despegaba de los escenarios que había levantado para la familia. Los trajes del luto, le imprimían un carácter aún más marcado de sonámbulo perdido por las rutas de la gran ciudad. Hacia dónde podía dirigir sus pasos sin perderse en un laberinto de calles, en una jungla de voces, sin que dejaran de retumbar en sus oídos los ruidos de la guerra, la maldición, los gritos del dolor, grabados para el resto de sus días.”
Contemporáneo y lorquiano
Producido por Pepe Flores y Cibeles con participación de Canal Sur, ‘Lunas de Nueva York’ cuenta con la dirección del gaditano Juan José Ponce, quien, en palabras de Ramos, “es el que da vida al documental; sobre todo, porque es el que va a Nueva York, y conecta y revive la huella de Lorca.” Durante ocho días de grabación, Ponce y su director de fotografía filmaron con equipo de cine digital las imágenes, buscando que estas “fueran un punto fuerte”, nos explica, “que reflejaran la Nueva York que sorprendió a Lorca. Usamos grandes angulares para los edificios, filmamos planos largos, buscamos una atmósfera agobiante”.
Para darle contemporaneidad a la película, se añadieron historias anónimas como la de Lara Bello, cantante granadina residente en la Gran Manzana, o la de una estudiante norteamericana que realiza su tesis sobre Lorca. Además, se añadió la performance de un actor local (“filmada en el parque donde pasearon Lorca y su padre”, señala Ponce) y se estableció contacto con El Niño de las Pinturas (otro granadino que andaba entre rascacielos), artista del grafiti que para sorpresa del equipo, retrató a Lorca en un edificio de cuatro plantas. El progreso de su trabajo a lo largo de los días de grabación, uno de los motivos recurrentes del documental, “representa a Lorca vivo en el Nueva York de hoy”, explica el director.
No se acaba ahí la nómina de colaboradores de ‘Lunas de Nueva York’. Cuenta Ponce que en la búsqueda del intérprete que pondría la voz en off a las cartas de Lorca, oyó en un spot una voz cuya textura le gustaba. Al investigar la identidad del hablante, resultó que este era el actor Antonio de la Torre: “Dijo que por ser un proyecto de Lorca estaba interesado y lo grabó pese a lo ocupado que estaba. Pero no buscamos el nombre sino la textura”. El resultado lo podrán comprobar hoy los espectadores del SEFF (“está bien que lo hayan seleccionado, hay mucha producción documental en Andalucía”, reconoce Ponce) y próximamente los espectadores de Canal Sur.
El poeta el 11 de septiembre de 2001
Es uno de los puntos álgidos de ‘Lunas de Nueva York’, desde luego el más llamativo. Mientras observamos una vez más las terribles imágenes de la destrucción de las Torres Gemelas, se recitan los versos de ‘Poeta en Nueva York’. En su testimonio, Antonio Muñoz Molina, residente en Manhattan, explica que fueron esos versos lo primero que le vino a la mente cuando vio las torres caer. “Las imágenes de gente tirándose las ventanas o las torres hechas musgo son muy propias de Lorca”, explica Ponce. El experto Christophe Maurier señala asimismo que después de los atentados se volvió a editar el libro en Estados Unidos. “’Poeta en Nueva York’ sigue viva allí, la gente reconocía a Lorca mientras se pintaba el grafiti y sabía su historia”, continúa Ponce.
Aquel día, dos gigantes que habrían asombrado a Lorca cayeron. Las palabras de Antonio Ramos Espejo inciden en esta inquietante premonición: “Como en un sueño por las calles de Nueva York, Federico había imaginando esta ‘Danza de la muerte’. “El mascarón. ¡Mirad el mascarón! / Arena, caimán y miedo sobre Nueva York. (…) Yo estaba en la terraza luchando con la luna”. Terrazas de los rascacielos de Nueva York y la terraza de la Huerta de San Vicente, en las que Federico contemplaba la luna y sentía ya cercana la venganza de los mascarones de su tierra.”
Como buena obra cumbre de la literatura universal, ‘Poeta en Nueva York’ es algo más que un poemario brillante de un autor talentoso como Federico García Lorca; es la huella plasmada de una experiencia que marcaría la existencia de un hombre sensible. Con el fin de revivir la temporada que el poeta pasó en la ciudad de los rascacielos y Cuba, ha nacido ’Lunas de Nueva York’, documental que se estrena hoy en el marco de la sección Panorama Andaluz del Festival de Cine Europeo de Sevilla (Teatro Alameda, 17.30 h, entrada libre).
La primera cuestión a la que da respuesta la película no puede ser otra que la del motivo por el que Lorca se fue de su país. “En los primeros meses de 1929 siente la necesidad, por primera vez en su vida, de alejarse de España. Desea, como él mismo expresa a sus amigos, salir de la “penumbra sentimental”. Buscaba reponerse de las mofas que le habían lanzado sus “buenos amigos” Dalí y Buñuel, que ridiculizaron ‘Romancero Gitano’, que había tenido un gran éxito de público. Su respuesta la daría en Nueva York, demostrando hasta dónde podía llegar como poeta y dramaturgo. En segundo lugar, está su fracaso amoroso con el escultor Emilio Aladrén. Una decepción más que empuja a Lorca a un estado de postración.” Es la explicación de Antonio Ramos Espejo, periodista granadino que ha publicado multitud de textos y participado en otros tantos documentales sobre el poeta desde 1976, fecha en la que se empieza a reponer su memoria, que estaba “vilipendiada”. Para Ramos, iniciador del proyecto desde que publicase en 1996 ‘Influencia de las minorías marginales en Poeta en Nueva York’, fue en esa ciudad y ”aún más en Cuba, donde el poeta encontrará su libertad, su homosexualidad.”
Nueve meses cruciales
A partir de lo que escribió, de imágenes y demás material de archivo y de las cartas que envió a su familia, se ha podido reconstruir parte de lo que Lorca vivió entre junio de 1929 y marzo de 1930, el periodo en que permaneció en la capital neoyorkina. Parte de la información se aporta en el documental mediante testimonios de expertos en la materia, como Christophe Maurier, responsable de la exposición que se hizo en 2013 sobre el poeta en la Biblioteca de Nueva York (la primera dedicada allí a un autor español), Ian Gibson o Antonio Muñoz Molina.
Además de seguir los pasos de Lorca, ‘Lunas de Nueva York’ recuerda en su tramo final el similar recorrido que emprendería su familia después de su fusilamiento. De hecho, en un cementerio de las afueras de la ciudad, Gates of Heaven, se encuentra enterrado el padre del poeta, como desvelara el propio Muñoz Molina en ‘Sefarad’. Antes, había recorrido las calles y parques cercanos a la Universidad de Columbia, en el Upper West Side, la zona de la ciudad que más frecuentó su hijo. Así lo había imaginado Ramos en su texto de 2007 ‘García Lorca en Fuente Vaqueros’: “Hacia dónde podía caminar un hombre, alejado de las entrañas de su tierra, obligado a volver la espalda y la mirada, mientras su alma no se le despegaba de los escenarios que había levantado para la familia. Los trajes del luto, le imprimían un carácter aún más marcado de sonámbulo perdido por las rutas de la gran ciudad. Hacia dónde podía dirigir sus pasos sin perderse en un laberinto de calles, en una jungla de voces, sin que dejaran de retumbar en sus oídos los ruidos de la guerra, la maldición, los gritos del dolor, grabados para el resto de sus días.”
Contemporáneo y lorquiano
Producido por Pepe Flores y Cibeles con participación de Canal Sur, ‘Lunas de Nueva York’ cuenta con la dirección del gaditano Juan José Ponce, quien, en palabras de Ramos, “es el que da vida al documental; sobre todo, porque es el que va a Nueva York, y conecta y revive la huella de Lorca.” Durante ocho días de grabación, Ponce y su director de fotografía filmaron con equipo de cine digital las imágenes, buscando que estas “fueran un punto fuerte”, nos explica, “que reflejaran la Nueva York que sorprendió a Lorca. Usamos grandes angulares para los edificios, filmamos planos largos, buscamos una atmósfera agobiante”.
Para darle contemporaneidad a la película, se añadieron historias anónimas como la de Lara Bello, cantante granadina residente en la Gran Manzana, o la de una estudiante norteamericana que realiza su tesis sobre Lorca. Además, se añadió la performance de un actor local (“filmada en el parque donde pasearon Lorca y su padre”, señala Ponce) y se estableció contacto con El Niño de las Pinturas (otro granadino que andaba entre rascacielos), artista del grafiti que para sorpresa del equipo, retrató a Lorca en un edificio de cuatro plantas. El progreso de su trabajo a lo largo de los días de grabación, uno de los motivos recurrentes del documental, “representa a Lorca vivo en el Nueva York de hoy”, explica el director.
No se acaba ahí la nómina de colaboradores de ‘Lunas de Nueva York’. Cuenta Ponce que en la búsqueda del intérprete que pondría la voz en off a las cartas de Lorca, oyó en un spot una voz cuya textura le gustaba. Al investigar la identidad del hablante, resultó que este era el actor Antonio de la Torre: “Dijo que por ser un proyecto de Lorca estaba interesado y lo grabó pese a lo ocupado que estaba. Pero no buscamos el nombre sino la textura”. El resultado lo podrán comprobar hoy los espectadores del SEFF (“está bien que lo hayan seleccionado, hay mucha producción documental en Andalucía”, reconoce Ponce) y próximamente los espectadores de Canal Sur.
El poeta el 11 de septiembre de 2001
Es uno de los puntos álgidos de ‘Lunas de Nueva York’, desde luego el más llamativo. Mientras observamos una vez más las terribles imágenes de la destrucción de las Torres Gemelas, se recitan los versos de ‘Poeta en Nueva York’. En su testimonio, Antonio Muñoz Molina, residente en Manhattan, explica que fueron esos versos lo primero que le vino a la mente cuando vio las torres caer. “Las imágenes de gente tirándose las ventanas o las torres hechas musgo son muy propias de Lorca”, explica Ponce. El experto Christophe Maurier señala asimismo que después de los atentados se volvió a editar el libro en Estados Unidos. “’Poeta en Nueva York’ sigue viva allí, la gente reconocía a Lorca mientras se pintaba el grafiti y sabía su historia”, continúa Ponce.
Aquel día, dos gigantes que habrían asombrado a Lorca cayeron. Las palabras de Antonio Ramos Espejo inciden en esta inquietante premonición: “Como en un sueño por las calles de Nueva York, Federico había imaginando esta ‘Danza de la muerte’. “El mascarón. ¡Mirad el mascarón! / Arena, caimán y miedo sobre Nueva York. (…) Yo estaba en la terraza luchando con la luna”. Terrazas de los rascacielos de Nueva York y la terraza de la Huerta de San Vicente, en las que Federico contemplaba la luna y sentía ya cercana la venganza de los mascarones de su tierra.”
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