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| Imagen: Clarín / Krzysztof Charamsa y Eduard Planas |
Marina Artusa | Clarín, 2015-11-22
http://www.clarin.com/viva/Revista_Viva-cura_gay-Krzysztof_Charamsa-papa_Francisco-Iglesia-Homosexualidad_0_1472252906.html
Krzysztof Charamsa camina por el Barrio Gótico de Barcelona y, como si alguien hubiera guionado una provocación, al pasar delante de la catedral, una pareja lo detiene y lo felicita. “Enhorabuena, que ha estado usted muy valiente”, le dice el señor. “Lamento que lo hayan echado de la Iglesia, que era lo que usted no quería, pero su confesión merece mucho respeto”, agrega su esposa. Charamsa agradece, se deja abrazar, posa para una selfie con el matrimonio. Va vestido de civil pero aquí la gente lo reconoce por la calle. “Esto es impensable en mi país”, dirá cuando la pareja ya haya seguido su camino.
“En Polonia, mi familia vive en un silencio total, la gente no le habla por la calle, solamente se ríe por la espalda y los señalan con el dedo”, lamenta.
Krzysztof Charamsa nació en Gdynia, un antiguo pueblo polaco de pescadores que, luego de la Primera Guerra Mundial, se transformó en el más grande y moderno puerto del mar Báltico y que hoy cuenta con unos 250 mil habitantes.
“El miedo que se vive en Polonia frente a las minorías sexuales es increíble. Mis sobrinos lloran. En la escuela les dicen que yo, su tío, estoy enfermo y ellos no comprenden cómo y de qué me enfermé. Me miran a la cara y no saben cómo hablarme. Son estigmatizados, marginados. Y cuando mi hermano pide una reunión en la escuela con los maestros para explicarles la necesidad de respeto y dignidad, no solamente no es comprendido sino que lo rechazan. Le dicen que ésa es una escuela católica y que ése es el comportamiento ante enfermos como yo –cuenta el ex monseñor–. Así sufre también mi madre, que es una persona muy creyente. Me siento muy mal porque aquí, en Barcelona, yo estoy libre de sufrimiento. Ellos la están pasando mal por un lugar que debería estar ocupando yo.”
“En el Vaticano tenemos un complot de silencio sobre la homosexualidad –agrega Charamsa–. He sufrido mucho allí, un ambiente homofóbico que condena a los gay que han roto alianzas de silencio.”
“En Polonia, mi familia vive en un silencio total, la gente no le habla por la calle, solamente se ríe por la espalda y los señalan con el dedo”, lamenta.
Krzysztof Charamsa nació en Gdynia, un antiguo pueblo polaco de pescadores que, luego de la Primera Guerra Mundial, se transformó en el más grande y moderno puerto del mar Báltico y que hoy cuenta con unos 250 mil habitantes.
“El miedo que se vive en Polonia frente a las minorías sexuales es increíble. Mis sobrinos lloran. En la escuela les dicen que yo, su tío, estoy enfermo y ellos no comprenden cómo y de qué me enfermé. Me miran a la cara y no saben cómo hablarme. Son estigmatizados, marginados. Y cuando mi hermano pide una reunión en la escuela con los maestros para explicarles la necesidad de respeto y dignidad, no solamente no es comprendido sino que lo rechazan. Le dicen que ésa es una escuela católica y que ése es el comportamiento ante enfermos como yo –cuenta el ex monseñor–. Así sufre también mi madre, que es una persona muy creyente. Me siento muy mal porque aquí, en Barcelona, yo estoy libre de sufrimiento. Ellos la están pasando mal por un lugar que debería estar ocupando yo.”
“En el Vaticano tenemos un complot de silencio sobre la homosexualidad –agrega Charamsa–. He sufrido mucho allí, un ambiente homofóbico que condena a los gay que han roto alianzas de silencio.”
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