Imagen: El Diario |
Vecinos, entidades y comercios colaboran en una iniciativa social que muestra la cara más innovadora, comprometida y original del barcelonés barrio del Raval. RavalKm0 trata de fomentar la dinamización comercial y social del Raval, a la vez que genera oportunidades formativas y ocupacionales en el barrio. El proyecto se refugia en las técnicas artesanales para crear oportunidades de autoocupación para los vecinos en riesgo de exclusión social.
Jordi Molina | El Diario, 2015-11-26
http://www.eldiario.es/catalunya/barcelona/Raval-prepara-Navidad-autogestionada-Barcelona_0_456355395.html
El barcelonés barrio del Raval prepara una Navidad comprometida con su comercio y sus vecinos más vulnerables. Pese a la etiqueta de barrio marginal, acentuada tras una semana marcada por polémicas de convivencia alrededor de la prostitución, toma forma un proyecto que pretende convertir el barrio en un ecosistema socialmente responsable. La iniciativa se llama RavalKm0, y des de hace unos días está movilizando a todos los sectores sociales y económicos del barrio.
“Se trata de fomentar la dinamización comercial y social del Raval, a la vez que se generamos oportunidades formativas y ocupacionales en el barrio”, resume Iolanda Fresnillo, directora de la Fundación Tot Raval, la entidad que impulsa una iniciativa piloto que, de momento, ha formado y dado empleo a 14 personas de entre 17 y 55 años. Unos participan produciendo las luces que adornan el barrio durante la campaña de Navidad y otros en bolsas de ropa que los comerciantes repartirán entre los vecinos.
Estos días el ritmo en el taller, situado en la calle Tàpies, es frenético, sobre todo después de que el eje comercial del barrio, comprometido también en el proyecto, solicitase 5.000 bolsas para sus comercios. Todo un reto para los 14 beneficiaros del proyecto, que, como es el caso de Abdelkrim, nunca había trabajado en técnicas artesanales. "En una situación de crisis, hay que abrirse a nuevos retos", explica este vecino del Raval, que ahora se plantea tener su propio taller, tras haberse formado en técnicas de serigrafía.
Fresnillo admite que uno de los objetivos es, precisamente, “darle la vuelta a los estereotipos negativos” que se le atribuyen al barrio. Pero no sólo eso, también una forma de desmarcarse de otros modelos de Navidad que invaden Barcelona estos días, vinculados al consumo masivo o al turismo. “La idea es hacer del Raval un territorio socialmente responsable”, cuenta Fresnillo, en alusión al trabajo colectivo de diferentes entidades, instituciones y comercios del barrio para construir un modelo de consumo que revierta en el propio barrio.
Uno de los brazos del proyecto está dirigido a la creación de oportunidades de empleo para personas del barrio en situación o riesgo de exclusión. Es el caso de 14 personas que, como Abdelkrim, participaran del proyecto. La mitad se han formado en serigrafía, y la otra mitad, en fabricación de lámparas –donde entran en juego electricidad, pintura y carpintería—.
Técnicas artesanales para la autoocupación
En el caso de Abdelkrim es paradigmático. Pese a contar con un amplio currículum y dominar ocho idiomas no ha logrado encontrar un trabajo estable en Barcelona en los últimos años. Este vecino del Raval, enamorado de la diversidad cultural de su barrio, tiene un sueño: que sus tres hijos y su mujer, que viven en Marruecos, puedan incorporarse pronto a Barcelona para construido un futuro junto. “Quizás con mi propio taller y llevando a cabo lo que estoy aprendiendo estos días pueda ganarme la vida”.
“Uno de los objetivos que buscamos es la autoocupación”, subraya Solange Dalannais, que defiende “nuevas formar de generar el bien común”. Esta vecina del Raval es la encargada de coordinar el taller de serigrafía. “Cada día vemos como los trabajadores adquieren valores como la constancia o la seguridad gracias a las técnicas artesanales”, señala. “Algunos se frustran si las bolsas no les quedan bien a la primera, pero en poco tiempo son cada vez más autónomos, le cogen gusta al perfeccionismo e incluso me corrigen a mí”, explica Solagne.
El proyecto RavalKm0, que se ha iniciado este año como prueba piloto, culminará el próximo 3 de diciembre con una gran fiesta comunitaria de encendida de luces de Navidad. “Mientras en el Paseo de Gracia los turistas celebraran la Shoping Nigth, nosotros veremos encenderse las luces que hemos elaborado mientras tomamos una taza de chocolate caliente”, dice entre risas Fresnillo. A partir de ese día, los vecinos del Raval lucirán las bolsas elaboradas en el barrio.
Luces sostenibles alejadas del consumo masivo
Las luces RavalKm0 se han elaborado en el barrio y está previsto que iluminen durante el mes de diciembre las entidades y lugares emblemáticos del Raval, así como escaparates de comercios y balcones de la zona. El logotipo se inspira en el Grupo Motor del Territorio Socialmente Responsable, un símbolo de comunidad responsable y respetuosa con su entorno.
“Cada pétalo de la lámpara tiene la forma del contorno del barrio del Raval, y cada uno simboliza un valor: diálogo, convivencia, diversidad, cohesión e igualdad de oportunidades”, nos cuenta Ramón Lifante, formador y acompañante de los usuarios. “En su elaboración se han priorizado los productos de proximidad, con materiales vinculados a oficios tradicionales o bombillas LED de bajo consumo”, subraya el formador.
Lifante señala que el proyecto se ha podido realizar gracias a la colaboración con el Ateneo de Fabricación de Les Corts, un equipamiento municipal que ha ofrecido formación y la posibilidad de realizar el corte de las maderas “sin coste alguno”. El proceso de formación y fabricación ha sido supervisado Lifante junto con su padre Paco Lifante, ambos artesanos del pequeño taller Carpinteros de Juguetes.
“Se trata de fomentar la dinamización comercial y social del Raval, a la vez que se generamos oportunidades formativas y ocupacionales en el barrio”, resume Iolanda Fresnillo, directora de la Fundación Tot Raval, la entidad que impulsa una iniciativa piloto que, de momento, ha formado y dado empleo a 14 personas de entre 17 y 55 años. Unos participan produciendo las luces que adornan el barrio durante la campaña de Navidad y otros en bolsas de ropa que los comerciantes repartirán entre los vecinos.
Estos días el ritmo en el taller, situado en la calle Tàpies, es frenético, sobre todo después de que el eje comercial del barrio, comprometido también en el proyecto, solicitase 5.000 bolsas para sus comercios. Todo un reto para los 14 beneficiaros del proyecto, que, como es el caso de Abdelkrim, nunca había trabajado en técnicas artesanales. "En una situación de crisis, hay que abrirse a nuevos retos", explica este vecino del Raval, que ahora se plantea tener su propio taller, tras haberse formado en técnicas de serigrafía.
Fresnillo admite que uno de los objetivos es, precisamente, “darle la vuelta a los estereotipos negativos” que se le atribuyen al barrio. Pero no sólo eso, también una forma de desmarcarse de otros modelos de Navidad que invaden Barcelona estos días, vinculados al consumo masivo o al turismo. “La idea es hacer del Raval un territorio socialmente responsable”, cuenta Fresnillo, en alusión al trabajo colectivo de diferentes entidades, instituciones y comercios del barrio para construir un modelo de consumo que revierta en el propio barrio.
Uno de los brazos del proyecto está dirigido a la creación de oportunidades de empleo para personas del barrio en situación o riesgo de exclusión. Es el caso de 14 personas que, como Abdelkrim, participaran del proyecto. La mitad se han formado en serigrafía, y la otra mitad, en fabricación de lámparas –donde entran en juego electricidad, pintura y carpintería—.
Técnicas artesanales para la autoocupación
En el caso de Abdelkrim es paradigmático. Pese a contar con un amplio currículum y dominar ocho idiomas no ha logrado encontrar un trabajo estable en Barcelona en los últimos años. Este vecino del Raval, enamorado de la diversidad cultural de su barrio, tiene un sueño: que sus tres hijos y su mujer, que viven en Marruecos, puedan incorporarse pronto a Barcelona para construido un futuro junto. “Quizás con mi propio taller y llevando a cabo lo que estoy aprendiendo estos días pueda ganarme la vida”.
“Uno de los objetivos que buscamos es la autoocupación”, subraya Solange Dalannais, que defiende “nuevas formar de generar el bien común”. Esta vecina del Raval es la encargada de coordinar el taller de serigrafía. “Cada día vemos como los trabajadores adquieren valores como la constancia o la seguridad gracias a las técnicas artesanales”, señala. “Algunos se frustran si las bolsas no les quedan bien a la primera, pero en poco tiempo son cada vez más autónomos, le cogen gusta al perfeccionismo e incluso me corrigen a mí”, explica Solagne.
El proyecto RavalKm0, que se ha iniciado este año como prueba piloto, culminará el próximo 3 de diciembre con una gran fiesta comunitaria de encendida de luces de Navidad. “Mientras en el Paseo de Gracia los turistas celebraran la Shoping Nigth, nosotros veremos encenderse las luces que hemos elaborado mientras tomamos una taza de chocolate caliente”, dice entre risas Fresnillo. A partir de ese día, los vecinos del Raval lucirán las bolsas elaboradas en el barrio.
Luces sostenibles alejadas del consumo masivo
Las luces RavalKm0 se han elaborado en el barrio y está previsto que iluminen durante el mes de diciembre las entidades y lugares emblemáticos del Raval, así como escaparates de comercios y balcones de la zona. El logotipo se inspira en el Grupo Motor del Territorio Socialmente Responsable, un símbolo de comunidad responsable y respetuosa con su entorno.
“Cada pétalo de la lámpara tiene la forma del contorno del barrio del Raval, y cada uno simboliza un valor: diálogo, convivencia, diversidad, cohesión e igualdad de oportunidades”, nos cuenta Ramón Lifante, formador y acompañante de los usuarios. “En su elaboración se han priorizado los productos de proximidad, con materiales vinculados a oficios tradicionales o bombillas LED de bajo consumo”, subraya el formador.
Lifante señala que el proyecto se ha podido realizar gracias a la colaboración con el Ateneo de Fabricación de Les Corts, un equipamiento municipal que ha ofrecido formación y la posibilidad de realizar el corte de las maderas “sin coste alguno”. El proceso de formación y fabricación ha sido supervisado Lifante junto con su padre Paco Lifante, ambos artesanos del pequeño taller Carpinteros de Juguetes.
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