Sara Montero | Yo Dona, El Mundo, 2015-11-11
http://www.elmundo.es/yodona/2015/11/11/562659e5e2704e6b0b8b45dc.html
Uno de sus compañeros toma la iniciativa y le llama 'marica'. Los demás le miran y se ríen. Nunca le eligen a la hora de hacer equipos para el partido de fútbol, ni le invitan a los cumpleaños y a veces tiene que aguantar comentarios ofensivos cuando coincide con alguno de sus compañeros en el baño o en el vestuario. Son rasgos de la homofobia que sufren algunos niños en el colegio por parte de sus compañeros. El 20 por ciento de los jóvenes han sido testigo de agresiones discriminatorias en las aulas y hasta un 6,4 ha visto palizas.
Son las cifras que expone (y que intenta atajar) el informe 'Abrazar la diversidad', que afirma que alrededor del 20 por ciento de los jóvenes de 15 a 29 años manifiesta un nítido rechazo a la diversidad sexual, lo que se traduce en insultos y humillaciones en los centros educativos. Y es que esta guía, elaborada por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, pone de manifiesto el daño que provoca la discriminación en forma de homofobia, lesbofobia, la transfobia o la bifobia. Este rechazo por el diferente abarca también a aquellos niños que, independientemente de si son heterosexuales u homosexuales, no cumplen con los roles de género. Esta forma de discriminación tiene el nombre de "plumofobia": "De este modo, los hombres que no son percibidos como suficientemente masculinos sufrirán el insulto homófobo, al igual que las mujeres que no sigan los mandatos de la feminidad", relata la guía, que intenta que tanto familiares como profesores identifiquen correctamente estos abusos que se comenten en el ámbito escolar. De hecho, algunas asociaciones confesaron a El Mundo que el perfil del agresor homófobo estaba caminando hacia un perfil más joven, ya que habían detectado un aumento de agresiones en jóvenes entre 16 y 20 años.
Pero si hay una característica del 'acoso homofóbico' es la soledad de las víctimas en todos los momentos de su vida, desde el propio colegio hasta la calle o los centros deportivos a los que acuden. El estudio lo asocia con el fenómeno del 'contagio del estigma', que consiste en que "las personas que apoyan a las víctimas de acoso por homofobia o transfobia, van a sufrir ellas mismas ese acoso. Estas situaciones no se suelen dar en otros tipos de acoso (por ejemplo, por racismo o xenofobia) y, además, intensifican el aislamiento y la exclusión de las víctimas, ya que impiden el apoyo y las alianzas con personas heterosexuales que no quieren que los demás piensen que ellas son LGBT".
Por qué no se ataja
El abandono y el fracaso escolar son solo dos de las consecuencias más visibles de la homofobia. Los insultos y las humillaciones merman la autoestima de los jóvenes y alteran su desarrollo emocional, que se ve interrumpido por el sufrimiento y el miedo. Las cifras son alarmantes: un 43 por ciento de los adolescentes y jóvenes lesbianas, gays o bisexuales de entre 12 y 25 años que han sufrido acoso escolar por su orientación sexual han pensado alguna vez en suicidarse y hasta un 17 por ciento lo ha intentado.
A pesar de que el matrimonio entre personas del mismo sexo tiene ya 10 años de andadura en nuestro país, la igualdad aún no se ha alcanzado en la calle, donde la homofobia sigue encabezando los delitos de odio en España. Además, aún hay hasta siete comunidades autónomas (Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia y La Rioja) que no poseen una legislación específica para el colectivo LGTB.
La educación en la tolerancia es la base para atajar las agresiones. Por eso, la guía resalta los ejemplos de algunos centros que sí han abordado esta cuestión. El colegio Andalucía (Sevilla) adquirió una amplia biblioteca LGTB y realiza tertulias con las familias para comentar las lecturas, en el Instituto Cabo Blanco, los docentes han tomado cursos de formación específicos para abordar esta problemática, mientras el Instituto Duque de Rivas (Madrid) organiza una 'tutoría GLBT', donde se discuten y resuelven cuestiones relacionadas con la diversidad sexual.
Recomendaciones en las familias
Aunque la guía está pensada para los docentes, también desgrana algunos consejos para prevenir el acoso en las aulas desde la unidad familiar. Estos son los puntos claves:
Son las cifras que expone (y que intenta atajar) el informe 'Abrazar la diversidad', que afirma que alrededor del 20 por ciento de los jóvenes de 15 a 29 años manifiesta un nítido rechazo a la diversidad sexual, lo que se traduce en insultos y humillaciones en los centros educativos. Y es que esta guía, elaborada por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, pone de manifiesto el daño que provoca la discriminación en forma de homofobia, lesbofobia, la transfobia o la bifobia. Este rechazo por el diferente abarca también a aquellos niños que, independientemente de si son heterosexuales u homosexuales, no cumplen con los roles de género. Esta forma de discriminación tiene el nombre de "plumofobia": "De este modo, los hombres que no son percibidos como suficientemente masculinos sufrirán el insulto homófobo, al igual que las mujeres que no sigan los mandatos de la feminidad", relata la guía, que intenta que tanto familiares como profesores identifiquen correctamente estos abusos que se comenten en el ámbito escolar. De hecho, algunas asociaciones confesaron a El Mundo que el perfil del agresor homófobo estaba caminando hacia un perfil más joven, ya que habían detectado un aumento de agresiones en jóvenes entre 16 y 20 años.
Pero si hay una característica del 'acoso homofóbico' es la soledad de las víctimas en todos los momentos de su vida, desde el propio colegio hasta la calle o los centros deportivos a los que acuden. El estudio lo asocia con el fenómeno del 'contagio del estigma', que consiste en que "las personas que apoyan a las víctimas de acoso por homofobia o transfobia, van a sufrir ellas mismas ese acoso. Estas situaciones no se suelen dar en otros tipos de acoso (por ejemplo, por racismo o xenofobia) y, además, intensifican el aislamiento y la exclusión de las víctimas, ya que impiden el apoyo y las alianzas con personas heterosexuales que no quieren que los demás piensen que ellas son LGBT".
Por qué no se ataja
El abandono y el fracaso escolar son solo dos de las consecuencias más visibles de la homofobia. Los insultos y las humillaciones merman la autoestima de los jóvenes y alteran su desarrollo emocional, que se ve interrumpido por el sufrimiento y el miedo. Las cifras son alarmantes: un 43 por ciento de los adolescentes y jóvenes lesbianas, gays o bisexuales de entre 12 y 25 años que han sufrido acoso escolar por su orientación sexual han pensado alguna vez en suicidarse y hasta un 17 por ciento lo ha intentado.
A pesar de que el matrimonio entre personas del mismo sexo tiene ya 10 años de andadura en nuestro país, la igualdad aún no se ha alcanzado en la calle, donde la homofobia sigue encabezando los delitos de odio en España. Además, aún hay hasta siete comunidades autónomas (Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia y La Rioja) que no poseen una legislación específica para el colectivo LGTB.
La educación en la tolerancia es la base para atajar las agresiones. Por eso, la guía resalta los ejemplos de algunos centros que sí han abordado esta cuestión. El colegio Andalucía (Sevilla) adquirió una amplia biblioteca LGTB y realiza tertulias con las familias para comentar las lecturas, en el Instituto Cabo Blanco, los docentes han tomado cursos de formación específicos para abordar esta problemática, mientras el Instituto Duque de Rivas (Madrid) organiza una 'tutoría GLBT', donde se discuten y resuelven cuestiones relacionadas con la diversidad sexual.
Recomendaciones en las familias
Aunque la guía está pensada para los docentes, también desgrana algunos consejos para prevenir el acoso en las aulas desde la unidad familiar. Estos son los puntos claves:
- Exige una educación sexual integral, que contemple y respete la diversidad sexual, familiar y de identidad de género.
- No presupongas la heterosexualidad de ningún/a menor, pero tampoco del personal docente y no docente,familiares ni del resto del alumnado del centro educativo.
- Recuerda que las personas heterosexuales también pueden sufrir acoso por homofobia y transgredir las normas de género.
- Educa en el respeto a la diversidad sexual, familiar y de identidad de género. Por ejemplo, promoviendo desde la infancia juegos no sexistas, lecturas sin estereotipos de género y la inclusión de referentes diversos en cuanto a su sexualidad y su género.
- Todas las personas hemos sido socializadas en la homofobia y la transfobia: conoce tus miedos, prejuicios y estereotipos sobre el tema, y procura no transmitirlos a los y las más jóvenes.
- Responde inmediatamente a los comentarios, chistes y burlas sexistas u homófobas hechas por los y las menores, pero también de otras personas cercanas o pertenecientes a la familia y círculos cercanos.
- Participa en la asociación de madres, padres y familiares de tu centro educativo y muestra en ese y otros foros tu inquietud por esta cuestión.
- Muestra tu apoyo a otros padres, madres y familiares de menores que estén sufriendo acoso escolar por homofobia, transfobia o identidad de género
- Crea un clima de confianza y seguridad en la familia para que los y las menores desarrollen libremente y con apoyo su orientación sexual e identidad de género.
- Incorpora una concepción de familia amplia y diversa y transmitírsela a los y las menores de la familia.
- Acompaña a los y las más jóvenes de la familia a actividades y eventos de organizaciones de familias diversas y de asociaciones LGBT.
- Si tu familia es una familia LGBT, plantéate la posibilidad de hacerlo visible en el centro educativo y convertirte en un referente de diversidad.
- Comparte estas recomendaciones con el resto de familiares y adultos de referencia.
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