Imagen: Google Imágenes / Stephen Ira |
Se presentó ante el mundo como hombre transgénero y gay en las redes sociales y lleva años respondiendo al acoso de los paparazis desde el activismo en Internet.
Héctor Llanos Martínez | El País, 2017-04-04
http://elpais.com/elpais/2017/04/03/gente/1491233320_071246.html
Apenas había cumplido la mayoría de edad cuando Stephen Ira, el primogénito de Warren Beatty y Annette Bening, explicó en primera persona y de forma pública que era un hombre transgénero y gay en un vídeo subido a YouTube. Ante los ataques de los paparazis, el joven escritor (Los Ángeles,1992) decidió responder desde el activismo ‘online’ con voluntad didáctica. Lleva años dando detalles de su vida, sin entrar en intimidades, en sus publicaciones digitales y a través de las redes sociales. Y ahora se ha sumado al rechazo por el autobús de Hazte Oír, que recorre estos días las calles estadounidenses. Lejos de temer la exposición mediática, lo que desea es que el foco se centre en el ángulo adecuado, el de una correcta visibilidad de la comunidad transgénero.
Desde su infancia supo que abandonar una identidad equivocada y su nombre de nacimiento, Kathlyn, en el absoluto anonimato no era una posibilidad para el hijo de una de las parejas más improbables y sólidas de Hollywood. Se presentó como Stephen ante su círculo íntimo cuando cumplió 14 años. Muy poco después, lo hizo ante el resto del planeta, en contra de su deseo, en el tabloide ‘The National Enquirer’.
Cuando a los 17 años se proclamó homosexual, de nuevo vio su segunda salida del armario expuesta en las páginas de un periódico, ‘The Daily Mail’. Desde entonces ha intentado que su figura pública se relacione con el activismo. Primero, con su blog 'Supermattachine' y luego, con su propia revista literaria, 'Vetch', intenta hacer visible su lucha y la de muchos otros. Nunca le ha temblado la voz ni los dedos ante el teclado a la hora de criticar públicamente a los poderosos. Hace más de un lustro ya advertía del peligro de figuras como la del entonces empresario Donald Trump, hoy presidente de Estados Unidos, y rechazaba que la cadena de televisión ABC utilizara a la comunidad transgénero para el mero espectáculo en sus programas.
También fue uno de los primeros en hacer entender que aquellas personas que se sienten a gusto con el género sexual con el que nacieron tienen un nombre: cisgénero. Usar este término, defiende desde sus escritos, sirve para reconocer la existencia de otras realidades igualmente válidas, como es la de los hombres y mujeres transgénero.
“Escuchad lo que contamos sobre nuestra vida, sobre nuestro cuerpo. Llegad a conocernos, no solo a unos pocos de nosotros. Entended que no hay dos que seamos iguales. Es algo que ha existido toda la vida, simplemente la Historia nos ha eliminado hasta hace poco“, comenta Ira a El País a través de correo electrónico poco después de lanzar su blog.
Una vida en titulares
La vida de Stephen Ira se puede resumir en titulares reales. "Warren Beatty se queda embarazado", decía Entertainmet Weekly en 1991. Con esa elocuencia anunciaba el final de un seductor, convertido en padre de familia primerizo, con los 50 años ya cumplidos. El artículo destacaba que la actriz Annette Bening ponía fin así una interminable lista de conquistas de Beatty —Madonna, Julie Christie y Diane Keaton, entre otras—. El joven se convirtió en objeto de deseo mediático antes de su nacimiento, pero el interés por su vida se disparó a medida que se iba conociendo su historia personal.
Durante años aparecieron artículos que aseguraban que Ira no se hablaba con un "poco comprensivo“ Warren Beatty. Él responde que es con los medios de comunicación con los que tiene continuos desencuentros. De él se decía que había huido del castrador hogar familiar en Los Ángeles rumbo a Nueva York. Sin embargo, Ira explica que se trasladó para iniciar sus estudios universitarios de Artes Creativas en Sarah Lawrence, uno de los centros más progresistas del país. Se publicó que escondía sus apellidos tras el Ira de su abuelo por despecho a sus padres. Él replica que es por respeto: "Estoy orgulloso de ser hijo de quien soy, dos personas que se dedican brillantemente al arte. No quiero que se haga de mis ideas políticas un arma arrojadiza en su contra“, apuntaba en su blog ante todos sus lectores.
Hasta hace hace pocos meses, su célebre padre nunca le había mostrado apoyo en público. En una entrevista, publicada en octubre de 2016 en la edición estadounidense de 'Vanity Fair', decidió enfrentarse a esos rumores. “Es un revolucionario, un genio y mi héroe, como el resto de mis hijos”, contestó el actor a los elogios que el periodista dedicaba a Ira.
Muchos, antes de esta rotunda declaración de amor, habían publicado todo tipo de informaciones que no habían conseguido ningún tipo de reacción por parte del veterano intérprete. ”Warren Beatty se niega a pagarle un pene a su hija“ es una de las frases más despiadadas que pueden leerse sobre Stephen Ira en las publicaciones digitales anglosajonas. Mientras tanto, el acoso de ‘The National Enquirer’ se prolongó durante años. “Fue el medio que me expuso a la fuerza“, explica.
Uno de los asuntos por los que Ira se siente más agredido es el permanente interés sobre los detalles de su proceso de reasignación de género, que él considera morboso e invasivo. "Claro que necesitamos encontrar el modo de educar a la gente acerca de otras vivencias ajenas al estándar, pero sin sacrificar nuestra privacidad. Para conseguir visibilidad no deberíamos estar obligados a revelar nuestro historial médico. Es innecesario tener que explicar dónde y cuándo se ha operado cada uno o la cantidad de hormonas que toma para que se le comprenda“, cuenta este adicto a las redes sociales, que a golpe de tuit debate sobre sexo o política con sus seguidores con la misma naturalidad con la que presume de novio.
Desde su infancia supo que abandonar una identidad equivocada y su nombre de nacimiento, Kathlyn, en el absoluto anonimato no era una posibilidad para el hijo de una de las parejas más improbables y sólidas de Hollywood. Se presentó como Stephen ante su círculo íntimo cuando cumplió 14 años. Muy poco después, lo hizo ante el resto del planeta, en contra de su deseo, en el tabloide ‘The National Enquirer’.
Cuando a los 17 años se proclamó homosexual, de nuevo vio su segunda salida del armario expuesta en las páginas de un periódico, ‘The Daily Mail’. Desde entonces ha intentado que su figura pública se relacione con el activismo. Primero, con su blog 'Supermattachine' y luego, con su propia revista literaria, 'Vetch', intenta hacer visible su lucha y la de muchos otros. Nunca le ha temblado la voz ni los dedos ante el teclado a la hora de criticar públicamente a los poderosos. Hace más de un lustro ya advertía del peligro de figuras como la del entonces empresario Donald Trump, hoy presidente de Estados Unidos, y rechazaba que la cadena de televisión ABC utilizara a la comunidad transgénero para el mero espectáculo en sus programas.
También fue uno de los primeros en hacer entender que aquellas personas que se sienten a gusto con el género sexual con el que nacieron tienen un nombre: cisgénero. Usar este término, defiende desde sus escritos, sirve para reconocer la existencia de otras realidades igualmente válidas, como es la de los hombres y mujeres transgénero.
“Escuchad lo que contamos sobre nuestra vida, sobre nuestro cuerpo. Llegad a conocernos, no solo a unos pocos de nosotros. Entended que no hay dos que seamos iguales. Es algo que ha existido toda la vida, simplemente la Historia nos ha eliminado hasta hace poco“, comenta Ira a El País a través de correo electrónico poco después de lanzar su blog.
Una vida en titulares
La vida de Stephen Ira se puede resumir en titulares reales. "Warren Beatty se queda embarazado", decía Entertainmet Weekly en 1991. Con esa elocuencia anunciaba el final de un seductor, convertido en padre de familia primerizo, con los 50 años ya cumplidos. El artículo destacaba que la actriz Annette Bening ponía fin así una interminable lista de conquistas de Beatty —Madonna, Julie Christie y Diane Keaton, entre otras—. El joven se convirtió en objeto de deseo mediático antes de su nacimiento, pero el interés por su vida se disparó a medida que se iba conociendo su historia personal.
Durante años aparecieron artículos que aseguraban que Ira no se hablaba con un "poco comprensivo“ Warren Beatty. Él responde que es con los medios de comunicación con los que tiene continuos desencuentros. De él se decía que había huido del castrador hogar familiar en Los Ángeles rumbo a Nueva York. Sin embargo, Ira explica que se trasladó para iniciar sus estudios universitarios de Artes Creativas en Sarah Lawrence, uno de los centros más progresistas del país. Se publicó que escondía sus apellidos tras el Ira de su abuelo por despecho a sus padres. Él replica que es por respeto: "Estoy orgulloso de ser hijo de quien soy, dos personas que se dedican brillantemente al arte. No quiero que se haga de mis ideas políticas un arma arrojadiza en su contra“, apuntaba en su blog ante todos sus lectores.
Hasta hace hace pocos meses, su célebre padre nunca le había mostrado apoyo en público. En una entrevista, publicada en octubre de 2016 en la edición estadounidense de 'Vanity Fair', decidió enfrentarse a esos rumores. “Es un revolucionario, un genio y mi héroe, como el resto de mis hijos”, contestó el actor a los elogios que el periodista dedicaba a Ira.
Muchos, antes de esta rotunda declaración de amor, habían publicado todo tipo de informaciones que no habían conseguido ningún tipo de reacción por parte del veterano intérprete. ”Warren Beatty se niega a pagarle un pene a su hija“ es una de las frases más despiadadas que pueden leerse sobre Stephen Ira en las publicaciones digitales anglosajonas. Mientras tanto, el acoso de ‘The National Enquirer’ se prolongó durante años. “Fue el medio que me expuso a la fuerza“, explica.
Uno de los asuntos por los que Ira se siente más agredido es el permanente interés sobre los detalles de su proceso de reasignación de género, que él considera morboso e invasivo. "Claro que necesitamos encontrar el modo de educar a la gente acerca de otras vivencias ajenas al estándar, pero sin sacrificar nuestra privacidad. Para conseguir visibilidad no deberíamos estar obligados a revelar nuestro historial médico. Es innecesario tener que explicar dónde y cuándo se ha operado cada uno o la cantidad de hormonas que toma para que se le comprenda“, cuenta este adicto a las redes sociales, que a golpe de tuit debate sobre sexo o política con sus seguidores con la misma naturalidad con la que presume de novio.
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