Imagen: El Día / José Antonio durante el juicio |
El agresor asestó cinco puñaladas a su exmarido a las puertas del supermercado en el que trabajaba, en la isla de La Gomera. La condena incluye el gasto hospitalario de la víctima, que asciende a 19.838 euros, además de indemnizarlo con algo más 17.000 euros.
Belén Molina | El Diario, 2017-04-06
http://www.eldiario.es/tenerifeahora/tribunales/medio-prision-violencia-genero-hombres_0_630288106.html
Ocho años y medio de prisión y 19 años de alejamiento de su víctima. Es la sentencia de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife para el primer caso por intento de homicidio de violencia de género que se ha conocido en la provincia tinerfeña entre homosexuales. Agresor y víctima estuvieron casados.
Según la sentencia, ha quedado probado que el condenado, José Antonio, apuñaló cinco veces a su exmarido, Jonathan. Tres de las puñaladas fueron directas al vientre, por lo que quedó al aire y descolgado el paquete intestinal. Las otras dos puñaladas, por la espalda mientras la víctima intentaba ponerse a salvo y gritaba “socorro, socorro”, acreditaron el afán homicida de la agresión.
Ocurrió en San Sebastián de La Gomera el 20 de junio de 2015, el mismo día en que se debería haber cumplido el primer aniversario de boda entre José Antonio y Jonathan. La víctima trabajaba en un supermercado de la capital gomera cuando entró su expareja para entregarle una caja con objetos personales y las alianzas.
Jonathan le emplazó para verse a la salida del trabajo, poco después de las cinco de la tarde, frente al establecimiento, pero no hizo más caso, hasta que se encontró de frente con su agresor, que le asestó tres puñaladas en el abdomen. La víctima, sujetándose las tripas, entró en el supermercado pidiendo socorro, pero el agresor lo siguió y le asestó otras dos puñaladas por la espalda, que toparon con hueso y no alcanzaron, por unos centímetros, el corazón y un pulmón.
José Antonio había comprado un cuchillo de siete centímetros de hoja en un centro comercial. Afirmó que era para prepararse unos bocadillos, pero la Policía Judicial no encontró restos de haberse preparado comida en la habitación de la pensión en la que se hospedaba. Varios testigos, además, vieron cómo José Antonio persiguió a Jonathan, al tiempo que le gritaba “jódete”, y cómo le asestaba las puñaladas.
El personal del supermercado se centró en atender al herido, con el paquete intestinal abierto, al tiempo que le pedían a José Antonio que se marchara. También vieron cómo el agresor se marchaba tranquilamente, tras arrojar el cuchillo en una alcantarilla.
Jonathan tuvo que ser intervenido de urgencia, con gravedad para su vida, y trasladado en helicóptero a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. Tardó en sanar 102 días.
José Antonio, aparte de los ocho años y medio de prisión y los 19 años de alejamiento a más de 500 metros de su exmarido, deberá indemnizarlo con 13.354 euros por las cicatrices que le han quedado en el cuerpo, otros 4.000 euros por daños morales. También deberá resarcir al Servicio Canario de Salud en 19.838,51 euros, que son los gastos de la asistencia sanitaria al herido.
Según la sentencia, ha quedado probado que el condenado, José Antonio, apuñaló cinco veces a su exmarido, Jonathan. Tres de las puñaladas fueron directas al vientre, por lo que quedó al aire y descolgado el paquete intestinal. Las otras dos puñaladas, por la espalda mientras la víctima intentaba ponerse a salvo y gritaba “socorro, socorro”, acreditaron el afán homicida de la agresión.
Ocurrió en San Sebastián de La Gomera el 20 de junio de 2015, el mismo día en que se debería haber cumplido el primer aniversario de boda entre José Antonio y Jonathan. La víctima trabajaba en un supermercado de la capital gomera cuando entró su expareja para entregarle una caja con objetos personales y las alianzas.
Jonathan le emplazó para verse a la salida del trabajo, poco después de las cinco de la tarde, frente al establecimiento, pero no hizo más caso, hasta que se encontró de frente con su agresor, que le asestó tres puñaladas en el abdomen. La víctima, sujetándose las tripas, entró en el supermercado pidiendo socorro, pero el agresor lo siguió y le asestó otras dos puñaladas por la espalda, que toparon con hueso y no alcanzaron, por unos centímetros, el corazón y un pulmón.
José Antonio había comprado un cuchillo de siete centímetros de hoja en un centro comercial. Afirmó que era para prepararse unos bocadillos, pero la Policía Judicial no encontró restos de haberse preparado comida en la habitación de la pensión en la que se hospedaba. Varios testigos, además, vieron cómo José Antonio persiguió a Jonathan, al tiempo que le gritaba “jódete”, y cómo le asestaba las puñaladas.
El personal del supermercado se centró en atender al herido, con el paquete intestinal abierto, al tiempo que le pedían a José Antonio que se marchara. También vieron cómo el agresor se marchaba tranquilamente, tras arrojar el cuchillo en una alcantarilla.
Jonathan tuvo que ser intervenido de urgencia, con gravedad para su vida, y trasladado en helicóptero a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. Tardó en sanar 102 días.
José Antonio, aparte de los ocho años y medio de prisión y los 19 años de alejamiento a más de 500 metros de su exmarido, deberá indemnizarlo con 13.354 euros por las cicatrices que le han quedado en el cuerpo, otros 4.000 euros por daños morales. También deberá resarcir al Servicio Canario de Salud en 19.838,51 euros, que son los gastos de la asistencia sanitaria al herido.
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