jueves, 22 de junio de 2017

#hemeroteca #memoria #orgullo #28J | Los Orígenes del Orgullo y las primeras marchas en España

Imagen: Nueva Revolución
Los Orígenes del Orgullo y las primeras marchas en España.
Roberto Santos | Nueva Revolución, 2017-06-22
http://nuevarevolucion.es/los-origenes-del-orgullo-las-primeras-marchas-espana/

Es la madrugada del 28 de junio de 1969, estamos en Nueva York, en uno de los pocos bares de ambiente de la ciudad de los rascacielos, el Stonewall Inn, en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Cuando esa noche comienza a sonar la canción Over the Rainbow, interpretada por Judy Garland, la policía irrumpe en el local en una supuesta operación de control del consumo de alcohol, que realmente tenía detrás un claro trasfondo homófobo, como demuestran las imágenes de la época donde podemos ver el claro clima de intolerancia y violencia hacia las personas LGTBI.

Era la 1:20 de la madrugada, irrumpieron en el local cuatro policías vestidos de civiles junto a dos oficiales vestidos con sus uniformes reglamentarios, el detective Charles Smythe y el subinspector Seymour Pine, entraron por la puerta principal y anunciaron su presencia a gritos. Antes de ellos los cuatro agentes vestidos de civiles habían entrado a hacer un reconocimiento, mientras el Escuadrón de Moral Pública esperaba fuera del local su señal para irrumpir en el mismo.

Ya dentro, apagaron la música y encendieron las luces principales, además usaron el teléfono de pago del bar para pedir refuerzos del sexto distrito.

Esa noche en el Stonewall había alrededor de doscientos clientes. Para muchos de ellos era su primera redada policial y estaban completamente desconcertados y asustados, lo que llevo a algunos a intentar huir sin éxito, porque la policía había bloqueado todas las salidas. El desconcierto iba en aumento, como bien relató Michael Fader, uno de los clientes que se encontraban dentro en ese momento: ”las cosas pasaron tan rápido que te quedabas sin saber nada. De repente había policías por todas partes y nos dijeron que formáramos fila y tuviéramos lista nuestra identificación para que nos llevaran afuera”.

Pero la redada no ocurrió como se esperaba. Los procedimientos habituales consistían en poner en fila a los clientes, identificarles y que policías mujeres se llevaran a los clientes vestidos de mujer al baño para comprobar su sexo y arrestar a cualquier hombre que estuviera vestido de mujer sin serlo. Pero esa noche, no fue así, los que iban vestidos de mujer se negaron a ir con las oficiales y los demás comenzaron a negarse a mostrar su identificación.

Ante esto, los agentes decidieron detenerlos a todos y separar a las transexuales y travestis en un cuarto en la parte de atrás del bar. Maria Ritter, transexual, recuerda: “mi mayor miedo era ser arrestada. Mi segundo mayor miedo era que mi fotografía estuviera en un periódico o reportaje de televisión, ¡con el vestido de mi madre!”.

Los ánimos se caldearon aún más cuando varios agentes empezaron a manosear a algunas lesbianas con la excusa de cachearlas, abusando claramente de su poder y sexualmente de ellas.

A los que no se arrestó, se les echo del bar, esperando que se fueran del lugar rápidamente, aprovechando su suerte, como por otro lado, ocurría habitualmente. Pero nuevamente, no ocurrió lo habitual. Los liberados se quedaron frente al bar y no tardo en formarse una muchedumbre de personas observando el acontecimiento, convirtiéndose en incomodos testigos.

A pesar de los intentos de la policía por echar a la muchedumbre y a algunos de los clientes que permanecían fuera del local, incluso usando la violencia, los liberados comenzaron a hacerles el saludo militar de forma exagerada y varias poses, que provocaron los aplausos y las risas de los cada vez más espectadores que allí se congregaban.

El inspector Pine, recordó que cuando llego el primer coche, la muchedumbre, formada mayoritariamente por homosexuales, había aumentado superando al menos diez veces el número de personas inicialmente arrestadas y todos ellos, quedaron en silencio ante la llegada de ese primer vehículo que serviría para hacer efectivas las detenciones.

Los primeros en ser detenidos fueron los miembros de la mafia, dueños del local, que fueron vitoreados al subir al vehículo policial. Tras ellos, subieron a los empleados del Stonewall y de pronto alguien entre la multitud gritó, “¡Poder Gay!”, a la vez que otra persona comenzó a cantar 'We shall overcome', lo que provocó la reacción del resto, que comenzó con una mezcla de humor y una hostilidad en aumento y cada vez más intensa.

Un agente empujó a una transexual y esta le respondió con un bolsazo en la cabeza, a la vez que la gente allí congregada comenzó a abuchear a los policías y a arrojarles monedas y después botellas de cerveza, en respuesta al rumor de que los clientes que permanecían dentro del local estaban siendo agredidos por los policías. La tensión iba en aumento y todo acabó estallando cuando una mujer esposada fue escoltada desde la puerta del bar al vehículo policial. La mujer se zafó varias veces y luchó contra cuatro policías, insultándoles y gritándoles durante al menos diez minutos. Descrita por los agentes como la “típica marimacho neoyorquina”, fue golpeada en la cabeza con una porra, tras quejarse de que sus esposas estaban demasiado apretadas, según contó un testigo. La mujer se volvió hacia la multitud y les animó a luchar a la vez que les preguntó: “¿Por qué no hacen algo?”. Fue en ese momento, cuando un agente la levantó y la subió al vehículo, cuando la gente que se encontraba allí concentrada se convirtió en una turba y se armó el caos.

Esa noche, las personas que se encontraban en el Stonewall Inn, decidieron plantar cara y poner resistencia, lo que desembocó en una auténtica batalla campal en el barrio que se saldaría al cabo de tres días con una muerte y varios heridos.

Lo sucedido en el Stonewall Inn, fue el origen de lo que hoy conocemos como “Día del Orgullo Gay”, que fue instaurado como tal en 1985 por una conferencia internacional de asociaciones homosexuales. Sin embargo, las primeras marchas comienzan en Estados Unidos en 1970 con motivo de lo sucedido en el Stonewall Inn un año antes.

¿Cuándo comenzaron las marchas en España?

El 26 de junio de 1977, 4.000 homosexuales se manifestaron por las Ramblas de Barcelona, según contó la prensa en aquel momento, en concreto La Vanguardia, a la derecha de la hoja, casi escondida entre publicidad y sin foto, había media columna titulada: “4.000 homosexuales se manifestaron por las Ramblas”.

La noticia fue tratada como algo sin importancia, pero realmente no lo fue, porque se convirtió en el germen del Orgullo Gay en nuestro país, con la celebración de marchas como la que el sábado 1 de julio recorrerá las calles de Madrid, donde miles de personas celebrarán todo lo que se ha conseguido en materia LGTB (Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) en estos años y reivindicarán todo lo que aún falta.

En aquella época, la homosexualidad todavía estaba penada legalmente en España, razón por la que los manifestantes pedían amnistía para todos los gays y las lesbianas que aún permanecían en las cárceles. Además, pedían la derogación de la Ley de Peligrosidad Social, que el franquismo usó para la represión de la homosexualidad y que no fue modificada hasta 1979. Tanto así, que los lemas de aquel primer Orgullo Gay, fueron: ”¡Amnistía, ya!” y “¡No somos peligrosos!”.

Pese a la escasa repercusión en prensa, podríamos decir que prendió la mecha, ya que al año siguiente, 1978, en Madrid, 7.000 personas se concentraron, así como en otras ciudades como Sevilla, Barcelona y Bilbao, también se celebraron manifestaciones.
Esta fue sin duda la llegada de las celebraciones del Orgullo Gay a nuestro país, pero no fue un camino de rosas precisamente.

Tras las primeras manifestaciones de principios de los 70, los 80 fueron años de mucha más calma, las marchas en está época fueron mucho más minoritarias. Por poner un ejemplo, en el año 1982, solamente 300 personas se manifestaron en Madrid.

¿A qué se debió este bajón de asistencia? Básicamente a que “los frentes de liberación gay” identificaban la “liberación gay con una revolución más o menos socialista o marxista-leninista y usaban un lenguaje politizado que la mayoría no entendía, además la pequeña apertura que hubo, hizo que muchos se relajaran en la lucha de derechos, pese a que aún quedaba mucho por conquistar.

Es a partir de 1995 cuando todo comienza a cambiar de nuevo, cuando se aprobó el Código Penal, que definió la protección de la orientación sexual como un derecho. Este cambio en el Código Penal, hace que en 1996 ya salieron a la calle en Madrid más de 3.000 personas y que este año se utilizase la primera carroza en la manifestación.

Pero el punto de inflexión fue 1998: Aparece la revista Zero, que en portada presentó fuera del armario a un militar, a un sacerdote, artistas… También llega Boris Izaguirre a Crónicas Marcianas, Dana International gana Eurovisión con televoto y es el año en que el efecto de los antirretrovirales se nota tras el duro azote del Sida en los 80 y principios de los 90.

En 2005 se aprueba el matrimonio igualitario y el Orgullo Gay se convierte en España, sobre todo en Madrid, en la gran fiesta que es hoy. Comienza a verse además de como una manifestación como la celebración de ser diferente, como una lucha por la igualdad y los derechos de una comunidad que durante muchos años tuvo que vivir reprimida y escondida, una auténtica afirmación de nuestra auténtica forma de ser, de las diferentes formas de amar y sobre todo del derecho a amar, a vivir fuera del armario, de romper prejuicios y de visibilizar una realidad que siempre ha estado ahí, aunque en las sombras. El Orgullo se convierte en un auténtico grito de libertad e igualdad y pierde todos sus complejos para convertirse en una fiesta de todos, sea cual sea la orientación sexual de cada uno.

Pero además de una fiesta, incluso un gran negocio para muchos, porque no podemos obviar los números que se mueven en estos días del Orgullo en Madrid, también es una manifestación con sus reivindicaciones, porque aún tenemos muchas, porque aún no hemos conseguido la igualdad real y todavía estamos muy lejos de hacerlo.

Falta mucho por hacer, por ejemplo invertir más en educación sexual y en concienciación frente al VIH, poca gente se hace las pruebas y son muchos los que practican sexo sin protección, lo que nos ha llevado a un aumento de casos de VIH en nuestro país.

También el bullying en las aulas es un auténtico problema y son muchos los adolescentes que han acabado quitándose la vida por no poder soportarlo y está es una realidad que tampoco podemos obviar.

Así como no podemos obviar tampoco el aumento de agresiones homófobas en Madrid o la realidad de la comunidad LGTBI en muchos países del mundo, donde ser lesbiana o transexual todavía te puede costar la vida.

Falta mucho por recorrer y muchas manifestaciones del Orgullo por celebrar, para seguir reivindicando, dando visibilidad y dando normalidad a una realidad que siempre ha estado ahí. Y también muchos Orgullos para seguir hablando del activismo, de todas esas asociaciones que diariamente trabajan para seguir luchando por la igualdad y ayudar a todos aquellos que lo necesitan, además de para denunciar la homofobia y los atropellos de derechos que diariamente sufrimos la comunidad LGTBI.

Este año, Madrid celebra el World Pride convirtiéndose en un referente mundial, probablemente la manifestación del Orgullo más grande del mundo y además de una gran fiesta, también tendrá sus reivindicaciones. Por todo ello, el día 1 de julio no puedes faltar a la marcha del Orgullo en Madrid y desde este viernes ya puedes disfrutar de la celebración del World Pride, que este año será un poco más largo y sin duda pasará a la historia de las celebraciones del Orgullo en España, una celebración abierta a todos, sea cual sea su sexualidad, porque la lucha por la libertad y la igualdad en el fondo es una lucha de todos y cada uno de nosotros.

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