Aumentaron las diferencias con la población autóctona en el área laboral y de bienestar y se redujeron en lo social.
Beatriz Sotillo | Noticias de Gipuzkoa, 2017-08-18
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2017/08/18/sociedad/la-crisis-trunco-la-senda-de-integracion-de-los-inmigrantes-en-la-sociedad-vasca
Que en nuestro barrio residan varias familias de inmigrantes, que el dueño de la frutería de la esquina sea marroquí o que muchos chavales tengan compañeros extranjeros en clase pueden ser síntomas de que las personas llegadas desde otros países para vivir aquí están integradas, pero no necesariamente es así, ya que la integración también supone que entre foráneos y autóctonos apenas hay diferencias laborales, económicas o sociales. En el caso de Euskadi se puede decir que hay un alto grado de integración de los inmigrantes en el ámbito de la ciudadanía y las relaciones sociales, mientras que, por el contrario, en materia de empleo y bienestar las diferencias entre los nacidos fuera y los locales son amplias y mayores que antes de la crisis.
El informe ‘La integración de los inmigrantes en España: fases, patrones y dinámicas regionales durante el periodo 2007-2015’, en el que ha participado el director de Ikuspegi, Observatorio Vasco de la Inmigración, Gorka Moreno, evidencia que en el conjunto del Estado español y durante esos años se observa una tendencia general de reducción de la desigualdad entre extranjeros y autóctonos, más acentuada en cuestiones relacionadas con la ciudadanía y las relaciones sociales y menos acusada en los ámbitos de empleo y bienestar. En estas materias (empleo y bienestar), el primer impacto de la crisis (en el periodo 2007-2011) acentuó las desigualdades entre los inmigrantes y los locales, aunque su situación relativa se recondujo a partir de 2011 para alcanzar en 2014 unos niveles de desigualdad que no estaban muy alejados de los que había antes de la crisis. Sin embargo, los autores del estudio del Observatorio Permanente de la Inmigración también apuntan que gran parte de la reducción de la desigualdad entre inmigrantes y locales conseguida en los años pasados se debe al empeoramiento de las condiciones de los autóctonos en materia laboral y económica, en un fenómeno que podría definirse como de equiparación a la baja.
En relaciones sociales y ciudadanía también se produce una reducción sustancial de las disparidades, que para los autores del informe se explica en gran parte por el factor calendario, que hace que con el paso de los años los inmigrantes llegados en la época de bonanza mejoren su dominio del idioma y accedan en mayor número a permisos y nacionalizaciones.
El informe analiza las diferencias regionales registradas en el proceso de integración de las personas extranjeras a lo largo de los últimos ocho años pero no proporciona datos por comunidades autónomas sino que las agrupa en siete regiones: Noroeste, Nordeste, Madrid, Centro, Este, Sur y Canarias. De esta forma, Euskadi (la CAV y Nafarroa), junto a la Rioja y Aragón, conforman la zona Nordeste. Llama la atención que la región Nordeste, y por lo tanto Euskadi, es una de las que muestran mayor disparidad en la situación de autóctonos e inmigrantes y también es una de las que han experimentado mayores cambios en su posición en el ranking regional. Al inicio de la crisis, la región Nordeste era la quinta con mayor desigualdad y, por lo tanto menor integración, de los extranjeros respecto a los locales, pero en 2015 ya era la región con mayor desigualdad entre ambos colectivos.
Para evaluar la integración, el trabajo del Observatorio investiga sobre cómo ha evolucionado la incorporación de los inmigrantes en cuatro ámbitos: empleo (se analizan datos de paro, temporalidad, salario medio); bienestar (tiene en cuenta los hogares que llegan con dificultad a final de mes, el estado de salud percibido, el acceso a estudios superiores, etc); ciudadanía (los factores estudiados son regularidad documental, residencia de larga duración, nacionalización, sufragio activo), y relaciones sociales (contabiliza los hogares mixtos o la capacidad lingüística, entre otros factores).
Más dispares
En el ámbito del empleo la región Nordeste tenía el segundo nivel más alto de disparidad entre foráneos y autóctonos en 2007 y durante los años siguientes aumentó la brecha hasta contar con el menor grado de integración laboral de los inmigrantes. Entre 2011 y 2014 la diferencia se redujo ligeramente, pero al final de la crisis, Euskadi seguía siendo la zona con mayor desigualdad.
Así, en el análisis se señala que el hecho de que en el Nordeste las diferencias entre las tasas de paro de extranjeros y nacionales sean más amplias que en otras regiones guarda relación con aspectos tan diversos como el crecimiento económico regional, la especialización económica, la evolución y composición de la oferta de trabajo, los niveles de cualificación o el calendario de llegada de los inmigrantes. Eso provoca que la región en la que se incluye Euskadi tenga los niveles de desigualdad entre inmigrantes y locales más elevados de todo el Estado en las áreas de empleo y bienestar. Según los expertos, las implicaciones de la especialización industrial de esta región se manifiestan en las características de la demanda de empleo, que se centra en el sector primario, donde los autóctonos tienen más presencia, mientras que los inmigrantes se dirigen preferentemente al sector secundario, caracterizado por su alta temporalidad, ocupaciones elementales, sobrecualificación y salarios más bajos.
Los expertos destacan que durante los años del ‘boom’ económico, el hecho migratorio en el Estado español estuvo estrechamente ligado a la evolución del mercado laboral y el empleo fue el principal mecanismo de integración de los inmigrantes. Aunque este papel integrador del trabajo contaba con algunas limitaciones, como el predominio de las ocupaciones de escasa cualificación entre los inmigrantes, lo que generó una segmentación estructural del mercado laboral.
De esta forma, aunque ya desde antes de la crisis, el desempleo, los bajos salarios, la precariedad y la pobreza afectan con más fuerza a la población inmigrante que a la autóctona, en los últimos años ha habido algunos factores, como las nacionalizaciones, el arraigo o la normalización pluricultural, que han favorecido su integración en las cuestiones más sociales.
Mejor en el ámbito social
En el ámbito de bienestar, la región Nordeste también tiene el índice de divergencia inmigrantes-autóctonos más alto del Estado, a bastante distancia de la zona Sur o de Canarias, que muestran los niveles más elevados de integración (tasas más bajas de separación entre colectivos) en cuestiones como el gasto medio por hogar, las personas residentes por habitación o los hogares con dificultades para llegar a fin de mes.
En el terreno de las relaciones sociales, el informe indica que las diferencias entre regiones son menores que cuando se analizan factores laborales o económicos y apunta que se han reducido a lo largo del tiempo “en un contexto de clara convergencia entre extranjeros y nacionales, y alcanzan niveles cercanos a la equiparación o integración plena”. Así, el índice de integración de los inmigrantes en el ámbito de las relaciones sociales en la región Nordeste es de 1,01, lo que supone prácticamente la plena equiparación.
En cuanto al ámbito de ciudadanía, el índice de integración de Euskadi -dentro de la región Nordeste- es el segundo más bajo del Estado, lo que indica un alto nivel de convergencia entre la situación de los extranjeros y los locales, y es el índice que más se ha reducido entre 2007 y 2015.
Inmigración en la CAV
Asesoramiento. El departamento de Empleo y Políticas Sociales ha editado nuevo tríptico para el servicio Aholku Sarea, de asesoramiento jurídico para personas inmigrantes. El reparto del tríptico se ha acompañado con circulares a los ayuntamientos para dar a conocer el servicio. Según explicó Ernesto Sainz Lanchares, director de Familia y Diversidad del Gobierno Vasco, “en el folleto se indican direcciones, correos electrónicos y números telefónicos para profesionales y personas usuarias de los 18 lugares en los cuales las personas migrantes pueden encontrar asesoramiento jurídico: Laguardia, Kanpetxu, Vitoria-Gasteiz, Laudio y Espejo en Araba; Portugalete, Getxo, Bilbao, Durango y Ondarroa en Bizkaia; y Arrasate, Eibar, Errenteria, Donostia, Zarautz, Irun y Beasain en Gipuzkoa”.
Datos
En el año 2007 y según datos de Ikuspegi, en la CAV había 122.196 residentes de origen extranjero, en 2017 son 195.969, lo que supone que ha habido un aumento de 73.773 personas.
Las personas procedentes de Marruecos suponen el 10,9% de todos los inmigrantes y son el colectivo más numeroso, seguido de Colombia y Rumanía.
La cifra: 8,9%
En la actualidad la población inmigrante en la CAV supone el 8,9% del total. Este porcentaje ha ido creciendo en los últimos años de forma constante con la única excepción de 2014, año en que bajó una décima: del 8,4 al 8,3%.
El informe ‘La integración de los inmigrantes en España: fases, patrones y dinámicas regionales durante el periodo 2007-2015’, en el que ha participado el director de Ikuspegi, Observatorio Vasco de la Inmigración, Gorka Moreno, evidencia que en el conjunto del Estado español y durante esos años se observa una tendencia general de reducción de la desigualdad entre extranjeros y autóctonos, más acentuada en cuestiones relacionadas con la ciudadanía y las relaciones sociales y menos acusada en los ámbitos de empleo y bienestar. En estas materias (empleo y bienestar), el primer impacto de la crisis (en el periodo 2007-2011) acentuó las desigualdades entre los inmigrantes y los locales, aunque su situación relativa se recondujo a partir de 2011 para alcanzar en 2014 unos niveles de desigualdad que no estaban muy alejados de los que había antes de la crisis. Sin embargo, los autores del estudio del Observatorio Permanente de la Inmigración también apuntan que gran parte de la reducción de la desigualdad entre inmigrantes y locales conseguida en los años pasados se debe al empeoramiento de las condiciones de los autóctonos en materia laboral y económica, en un fenómeno que podría definirse como de equiparación a la baja.
En relaciones sociales y ciudadanía también se produce una reducción sustancial de las disparidades, que para los autores del informe se explica en gran parte por el factor calendario, que hace que con el paso de los años los inmigrantes llegados en la época de bonanza mejoren su dominio del idioma y accedan en mayor número a permisos y nacionalizaciones.
El informe analiza las diferencias regionales registradas en el proceso de integración de las personas extranjeras a lo largo de los últimos ocho años pero no proporciona datos por comunidades autónomas sino que las agrupa en siete regiones: Noroeste, Nordeste, Madrid, Centro, Este, Sur y Canarias. De esta forma, Euskadi (la CAV y Nafarroa), junto a la Rioja y Aragón, conforman la zona Nordeste. Llama la atención que la región Nordeste, y por lo tanto Euskadi, es una de las que muestran mayor disparidad en la situación de autóctonos e inmigrantes y también es una de las que han experimentado mayores cambios en su posición en el ranking regional. Al inicio de la crisis, la región Nordeste era la quinta con mayor desigualdad y, por lo tanto menor integración, de los extranjeros respecto a los locales, pero en 2015 ya era la región con mayor desigualdad entre ambos colectivos.
Para evaluar la integración, el trabajo del Observatorio investiga sobre cómo ha evolucionado la incorporación de los inmigrantes en cuatro ámbitos: empleo (se analizan datos de paro, temporalidad, salario medio); bienestar (tiene en cuenta los hogares que llegan con dificultad a final de mes, el estado de salud percibido, el acceso a estudios superiores, etc); ciudadanía (los factores estudiados son regularidad documental, residencia de larga duración, nacionalización, sufragio activo), y relaciones sociales (contabiliza los hogares mixtos o la capacidad lingüística, entre otros factores).
Más dispares
En el ámbito del empleo la región Nordeste tenía el segundo nivel más alto de disparidad entre foráneos y autóctonos en 2007 y durante los años siguientes aumentó la brecha hasta contar con el menor grado de integración laboral de los inmigrantes. Entre 2011 y 2014 la diferencia se redujo ligeramente, pero al final de la crisis, Euskadi seguía siendo la zona con mayor desigualdad.
Así, en el análisis se señala que el hecho de que en el Nordeste las diferencias entre las tasas de paro de extranjeros y nacionales sean más amplias que en otras regiones guarda relación con aspectos tan diversos como el crecimiento económico regional, la especialización económica, la evolución y composición de la oferta de trabajo, los niveles de cualificación o el calendario de llegada de los inmigrantes. Eso provoca que la región en la que se incluye Euskadi tenga los niveles de desigualdad entre inmigrantes y locales más elevados de todo el Estado en las áreas de empleo y bienestar. Según los expertos, las implicaciones de la especialización industrial de esta región se manifiestan en las características de la demanda de empleo, que se centra en el sector primario, donde los autóctonos tienen más presencia, mientras que los inmigrantes se dirigen preferentemente al sector secundario, caracterizado por su alta temporalidad, ocupaciones elementales, sobrecualificación y salarios más bajos.
Los expertos destacan que durante los años del ‘boom’ económico, el hecho migratorio en el Estado español estuvo estrechamente ligado a la evolución del mercado laboral y el empleo fue el principal mecanismo de integración de los inmigrantes. Aunque este papel integrador del trabajo contaba con algunas limitaciones, como el predominio de las ocupaciones de escasa cualificación entre los inmigrantes, lo que generó una segmentación estructural del mercado laboral.
De esta forma, aunque ya desde antes de la crisis, el desempleo, los bajos salarios, la precariedad y la pobreza afectan con más fuerza a la población inmigrante que a la autóctona, en los últimos años ha habido algunos factores, como las nacionalizaciones, el arraigo o la normalización pluricultural, que han favorecido su integración en las cuestiones más sociales.
Mejor en el ámbito social
En el ámbito de bienestar, la región Nordeste también tiene el índice de divergencia inmigrantes-autóctonos más alto del Estado, a bastante distancia de la zona Sur o de Canarias, que muestran los niveles más elevados de integración (tasas más bajas de separación entre colectivos) en cuestiones como el gasto medio por hogar, las personas residentes por habitación o los hogares con dificultades para llegar a fin de mes.
En el terreno de las relaciones sociales, el informe indica que las diferencias entre regiones son menores que cuando se analizan factores laborales o económicos y apunta que se han reducido a lo largo del tiempo “en un contexto de clara convergencia entre extranjeros y nacionales, y alcanzan niveles cercanos a la equiparación o integración plena”. Así, el índice de integración de los inmigrantes en el ámbito de las relaciones sociales en la región Nordeste es de 1,01, lo que supone prácticamente la plena equiparación.
En cuanto al ámbito de ciudadanía, el índice de integración de Euskadi -dentro de la región Nordeste- es el segundo más bajo del Estado, lo que indica un alto nivel de convergencia entre la situación de los extranjeros y los locales, y es el índice que más se ha reducido entre 2007 y 2015.
Inmigración en la CAV
Asesoramiento. El departamento de Empleo y Políticas Sociales ha editado nuevo tríptico para el servicio Aholku Sarea, de asesoramiento jurídico para personas inmigrantes. El reparto del tríptico se ha acompañado con circulares a los ayuntamientos para dar a conocer el servicio. Según explicó Ernesto Sainz Lanchares, director de Familia y Diversidad del Gobierno Vasco, “en el folleto se indican direcciones, correos electrónicos y números telefónicos para profesionales y personas usuarias de los 18 lugares en los cuales las personas migrantes pueden encontrar asesoramiento jurídico: Laguardia, Kanpetxu, Vitoria-Gasteiz, Laudio y Espejo en Araba; Portugalete, Getxo, Bilbao, Durango y Ondarroa en Bizkaia; y Arrasate, Eibar, Errenteria, Donostia, Zarautz, Irun y Beasain en Gipuzkoa”.
Datos
En el año 2007 y según datos de Ikuspegi, en la CAV había 122.196 residentes de origen extranjero, en 2017 son 195.969, lo que supone que ha habido un aumento de 73.773 personas.
Las personas procedentes de Marruecos suponen el 10,9% de todos los inmigrantes y son el colectivo más numeroso, seguido de Colombia y Rumanía.
La cifra: 8,9%
En la actualidad la población inmigrante en la CAV supone el 8,9% del total. Este porcentaje ha ido creciendo en los últimos años de forma constante con la única excepción de 2014, año en que bajó una décima: del 8,4 al 8,3%.
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