Imagen: Noticias de Gipuzkoa / Carmen Amoraga |
Son las dos protagonistas de la última novela de Carmen Amoraga.
EFE | Noticias de Gipuzkoa, 2017-10-13
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2017/10/13/sociedad/pepa-y-crina-un-grito-sobre-el-drama-de-la-prostitucion
La soledad, el dolor y su superación y la solidaridad conforman el relato de la última novela de la escritora valenciana Carmen Amoraga ‘Basta con vivir’ (Destino), a través de la historia de sus dos protagonistas, Pepa y Crina, con el drama de la trata de mujeres de trasfondo.
"Es una novela sobre el dolor y la superación, para el que no hay mejor remedio que la generosidad", relata en una entrevista con Efe Carmen Amoraga, quien asegura que con esta historia quería también alertar sobre un drama que "nos negamos a ver", el de la esclavitud del siglo XXI, el de las mujeres víctimas de mafias y obligadas a ejercer la prostitución.
Basta con vivir narra la vida de dos mujeres. Una de ellas es Crina, una joven rumana, con estudios, de una familia normal que "la quiere", con aspiraciones y que es víctima "de la manera más cruel, a través del engaño", de la trata de mujeres.
Este personaje era inicialmente el de una africana, cuya historia conoció la escritora hace unos seis años durante la entrega de unos premios de una asociación de mujeres progresistas, que fue obligada a casarse con un hombre mayor y ayudada por una mujer desconocida cuando esperaba su primer hijo.
Quiso escribir sobre esta historia de generosidad y de superación, pero la dejó aparcada hasta que se topó por casualidad una mañana, "porque cuando estás viviendo también estás escribiendo", con una mujer que paseaba un perro pequeño al que llamaba por el nombre de un hombre, y fantaseó sobre su vida, la de una mujer solitaria, con mal genio y que distorsiona sus recuerdos. "Fue mágico y accidental", recuerda, un flash que le llevó a unir los dos relatos de estas mujeres que "representan las dos caras de la misma moneda, del dolor".
Amoraga (Picanya, 1969) defiende que el papel del escritor tiene que ser también de compromiso con la sociedad, y por ello quiso escribir sobre el drama de Crina, que es también el de la joven rumana Cosmina Dohan a quien dedica la novela, para contar la tragedia en la que viven las mujeres obligadas a ejercer la prostitución, víctimas de mafias.
"La literatura tiene también que fomentar el espíritu crítico", señala la escritora, ganadora del Premio Nadal 2014 con la novela 'La vida era eso' y finalista del Premio Planeta 2010 con 'El tiempo mientras tanto', quien señala que hay que preguntarse "¿qué puedo hacer para cambiar las cosas?".
Para contar la historia de Crina se documentó en la hemeroteca, y mantuvo entrevistas con responsables de la Policía y en las redes de inmigración y falsificación. "Tenía la letra pero me faltaba la música". Para tener la canción entera contactó con prostitutas y exprostitutas, cuya historia conformó la de Crina.
"Cuando vamos por la calle, damos rango de normalidad a algo que no lo es y seguimos pensando que si están ahí es porque prefieren estar ahí que fregando escaleras", lamenta Amoraga, que con esta novela también remueve conciencias.
"Es una novela sobre el dolor y la superación, para el que no hay mejor remedio que la generosidad", relata en una entrevista con Efe Carmen Amoraga, quien asegura que con esta historia quería también alertar sobre un drama que "nos negamos a ver", el de la esclavitud del siglo XXI, el de las mujeres víctimas de mafias y obligadas a ejercer la prostitución.
Basta con vivir narra la vida de dos mujeres. Una de ellas es Crina, una joven rumana, con estudios, de una familia normal que "la quiere", con aspiraciones y que es víctima "de la manera más cruel, a través del engaño", de la trata de mujeres.
Este personaje era inicialmente el de una africana, cuya historia conoció la escritora hace unos seis años durante la entrega de unos premios de una asociación de mujeres progresistas, que fue obligada a casarse con un hombre mayor y ayudada por una mujer desconocida cuando esperaba su primer hijo.
Quiso escribir sobre esta historia de generosidad y de superación, pero la dejó aparcada hasta que se topó por casualidad una mañana, "porque cuando estás viviendo también estás escribiendo", con una mujer que paseaba un perro pequeño al que llamaba por el nombre de un hombre, y fantaseó sobre su vida, la de una mujer solitaria, con mal genio y que distorsiona sus recuerdos. "Fue mágico y accidental", recuerda, un flash que le llevó a unir los dos relatos de estas mujeres que "representan las dos caras de la misma moneda, del dolor".
Amoraga (Picanya, 1969) defiende que el papel del escritor tiene que ser también de compromiso con la sociedad, y por ello quiso escribir sobre el drama de Crina, que es también el de la joven rumana Cosmina Dohan a quien dedica la novela, para contar la tragedia en la que viven las mujeres obligadas a ejercer la prostitución, víctimas de mafias.
"La literatura tiene también que fomentar el espíritu crítico", señala la escritora, ganadora del Premio Nadal 2014 con la novela 'La vida era eso' y finalista del Premio Planeta 2010 con 'El tiempo mientras tanto', quien señala que hay que preguntarse "¿qué puedo hacer para cambiar las cosas?".
Para contar la historia de Crina se documentó en la hemeroteca, y mantuvo entrevistas con responsables de la Policía y en las redes de inmigración y falsificación. "Tenía la letra pero me faltaba la música". Para tener la canción entera contactó con prostitutas y exprostitutas, cuya historia conformó la de Crina.
"Cuando vamos por la calle, damos rango de normalidad a algo que no lo es y seguimos pensando que si están ahí es porque prefieren estar ahí que fregando escaleras", lamenta Amoraga, que con esta novela también remueve conciencias.
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