miércoles, 21 de noviembre de 2018

#hemeroteca #fiestas #muxes | La vela Muxe reconstruye el orgullo de Juchitán

Imagen: Huffpost / Vela muxe en Juchitán
La vela Muxe reconstruye el orgullo de Juchitán.
Una de las tradiciones más importantes del sur de Oaxaca sigue en pie a un año de los sismos que devastaron Juchitán.
Luis Baylón | Huffpost, 2018-11-21
https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/11/21/la-vela-muxe-reconstruye-el-orgullo-de-juchitan_a_23596531/

La región del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, sufrió el 7 de septiembre el embate de uno de los sismos más intensos ocurridos en ese estado. Juchitán, la ciudad más importante de aquella región estuvo reducida a escombros, un año más tarde y durante el fin de semana largo del 16 al 19 de noviembre que las fiestas de 'La vela Muxe' inundaron a la ciudad trayendo parte de su esplendor y orgullo.

‘HuffPost México’ contactó a Amurabi Méndez, quién es un observante de la cultura juchiteca, y nos habló información de la edición 43 de 'La vela', esta se llevó a cabo haciendo gala de la diversidad y de la inclusión de los juchitecos ante esta expresión de identidad. El evento de este año tuvo una asistencia de casi 10 mil personas; hoteles, bares, restaurantes, fondas y muchos negocios abrazan su fiesta.

El viernes comenzó con la 'Regada de frutas', anteriormente se compartían frutas y alimentos, ahora se han modernizado y comparten trastes, utensilios del hogar, abarrotes, cigarros, dulces y lo que de la imaginación de las muxes.

Las muxes son vistas por el pueblo admiradas y celebradas por sus vecinos, los habitantes de Juchitán.

El sábado se celebra una misa, dados los efectos del sismo se lleva a cabo en una carpa. Ahí el sacerdote bendice a la Reina Mayté I, quien la comunidad muxe la nombró para este año. La bendición se da para que esté libre de problema y su fiesta sea memorable para sus invitados.

Una gran fiesta con cerveza y lo mejor de la comida del Istmo provocan el gozo de los invitados y la anfitriona. En esa fiesta la etiqueta y la gala son prioritarios, los finos vestidos de la región y para ellos guayaberas y pantalón de vestir.

La fiesta es tan intensa que el sol puede alcanzar a ver a los invitados hasta el amanecer del domingo, los sones y canciones de la región acompañaron a todos durante la velada.

Termina la fiesta y lo siguiente es visitar el Ojo de Agua, donde la gente entra a refrescarse y a pasar una resaca mucho más tranquila que la intensa fiesta vivida una noche atrás.

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