martes, 8 de marzo de 2016

#hemeroteca #activismo | Entrevista a Jorge Luis Peralta: memoria y experiencias trans entre Argentina y España

Entrevista a Jorge Luis Peralta: memoria y experiencias trans entre Argentina y España.
Entrevistamos a Jorge Luis Peralta, uno de los autores de “Memorias, identidades y experiencias trans. (In)visibilidades entre Argentina y España”, un estudio sobre la experiencia y el relato de las personas trans en ambos países.
Jorge Remacha · Sindicato de Estudiantes de Izquierdas, Zaragoza | Izquierda Diario, 2016-03-08
http://www.izquierdadiario.es/Entrevista-a-Jorge-Luis-Peralta-memoria-y-experiencias-trans-entre-Argentina-y-Espana?id_rubrique=2653

Antes que nada presentamos a los autores. Rafael M. Mérida Jiménez es profesor Serra Húnter de estudios hispánicos en la Universidad de Lleida. Miembro del “Centre Dona i Literatura” (Univ. de Barcelona) e investigador principal de los proyectos ministeriales “Representaciones culturales de las minorías sexuales en España (1970-1995)” (FEM 2011-24064) y “Diversidad de género, masculinidad y cultura en España, Argentina y México” (FEM 2015-69863-P).

Sus trabajos abordan un amplio grupo de temas, tradiciones y obras de las culturas ibéricas e hispanoamericanas. Entre sus ediciones, deben citarse los volúmenes ‘Sexualidades transgresoras’, 2002, ‘Manifiestos gays, lesbianos y queer’, 2009, ‘Minorías sexuales en España’, 2013 (todos ellos publicados por Icaria) o ‘Hispanic (LGT) Masculinities in Transition’ (Peter Lang, 2014). Su monografía más reciente se titula ‘Transbarcelonas. Cultura, género y sexualidad en la España del siglo XX’ (Bellaterra, 2016).

Jorge Luis Peralta es doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universitat Autònoma de Barcelona (España). Actualmente se desempeña como becario postdoctoral de CONICET en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Sus áreas de interés son la literatura argentina e hispanoamericana, los estudios gays y lesbianos y la teoría queer.

Coeditó, junto con Rafael M. Mérida, ‘Las masculinidades en la Transición’ (Egales, 2015) y ‘Memorias, identidades y experiencias trans. (In)visibilidades entre Argentina y España’ (Biblos, 2015).

El último título que has publicado es  "Memorias, identidades y experiencias trans. (In)visibilidades entre Argentina y España", en colaboración con Rafael M. Mérida Jiménez ¿Nos puedes explicar cuál es la idea del proyecto?

Pensamos el libro como una contribución a los estudios trans que apuntara a recuperar, y por esa misma vía revalorizar, experiencias, voces, relatos y figuras que han sido marginadas o escasamente consideradas, muchas veces dentro de las mismas comunidades trans / lgtbi.

Con esto me refiero a que los modos de pensar y conceptualizar actualmente las identidades sexo-genéricas muchas veces conducen a desdeñar o descartar experiencias previas que no siempre encajan con los nuevos dispositivos teóricos pero que, ciertamente, forman parte crucial de genealogías “fuera de la norma”.

Por otra parte nos interesó que el libro no contuviera solo artículos académicos, como suele ocurrir, sino también testimonios en primera persona, para tratar, de alguna manera, de reducir la distancia que suele mediar entre la “academia” y la “calle”. Las personas trans, como otras minorías sexuales, pero tal vez incluso más, han sido y son “habladas” e “interpretadas” por otros, y queríamos evitar eso. Incluso en los diferentes artículos aparecen sus voces en primera persona.

Otro objetivo fue fomentar el diálogo entre dos países muy cercanos por múltiples razones, como Argentina y España, para que se pudieran apreciar los puntos de contacto y también las diferencias en torno al universo trans. Son muy diferentes, en este sentido, las trayectorias del activismo en un país y el otro, e incluso las representaciones, tanto literarias como en cine.

Creemos que ese contraste es muy iluminador porque muestra la diversidad que pueden asimilar realidades similares en contextos históricos y socio-culturales diferentes. Me gustaría destacar que el libro se gestó en el marco de un proyecto de investigación dirigido por Rafael M. Mérida, en el que participamos investigador*s de diferentes países (España, Argentina, México, Alemania).

Gracias a este proyecto se financiaron esta y otras publicaciones y actividades, como detalla la siguiente página web: http://www.ub.edu/cdona/es/projectes/representaciones-culturales-de-las-sexua:. Actualmente, trabajamos en un nuevo proyecto que continúa el anterior y que se titula “Diversidad de género, masculinidad y cultura en España, Argentina y México”.

¿Por qué la literatura, cultura o historia LGBTI como temática a la hora de investigar?


En la base de toda investigación hay intereses e inquietudes personales, desde luego, pero yendo un poco más allá, se trata también de una cuestión política, de intentar contribuir a un campo donde todavía hay tanto por hacer, especialmente en nuestros países donde ha sido tan fuerte la resistencia a incorporar los estudios de género y sexualidad a la academia. Y lo sigue siendo.

Se crean espacios, eso es indudable, pero no dejan de ser especies de “islas” o ámbitos muy acotados. En los estudios literarios se nota mucho más todavía. Siguen circulando prejuicios muy arraigados, como que nuestro objetivo es desvelar la “identidad sexual” de las/os autoras/es, o que la sexualidad es un tema irrelevante para el análisis, una cuestión “privada”.

En realidad, cuando hablamos de literatura o cultura LGTBI, corremos el riesgo de “esencializar” y ahí es cuando surgen preguntas impertinentes, como si existe algo llamado “literatura gay” o si habría alguna diferencia entre la “poesía homosexual” y la “poesía gay”. Pasa lo mismo con las identidades -y pese a que la teoría queer apuesta precisamente por dinamitar o desestabilizar la noción de “identidad”.

En realidad, el objetivo de estos estudios es interrogar cómo han llegado a constituirse las diferencias, cuestionar el supuesto de que “homosexual” y “heterosexual” son identidades fijas, dadas, que nos tenemos que limitar a describir. La contribución de estos estudios radica, al menos para mí, en su capacidad para dar cuenta de procesos muy complejos de inscripción de lo “otro” que van variando históricamente y que exigen, por lo tanto, una cuidadosa contextualización para no caer en anacronismos.

El marco cronológico de algunas de tus obras abarca los años 60 y 70 del pasado siglo, ¿por qué esa época?

Me interesa mucho explorar las “genealogías” de la disidencia sexual antes de la emergencia de los movimientos en defensa de las minorías sexuales. La historia no es lineal ni avanza en un sentido positivo. Hubo textos y realidades que supusieron importantes desafíos a la normatividad heterosexual mucho antes de los años 70, que es la fecha en la que se inicia con más fuerza el activismo LGTBI a escala global (aunque tiene varios antecedentes).

En un importante estudio sobre la sociabilidad homosexual en Nueva York entre 1880 y 1940, el historiador norteamericano George Chauncey demostró que había un “mundo gay” (como él lo llama) plenamente desarrollado e incluso muy visible. Con eso cuestionaba la idea de que antes de la liberación gay los homosexuales eran invisibles, estaban aislados y llevaban vidas desgraciadas.

Ese estudio ha impulsado otros similares como el de Pablo Ben sobre Buenos Aires o el de Geoffroy Huard sobre Barcelona y París. Por supuesto, las formas de (auto)percepción de esas personas no eran las mismas que las de hoy; en cada caso es importante estudiar el contexto y ver los conceptos y discursos que circulaban acerca de la (homo)sexualidad.

Pero lo importante, en todo caso, es poner de relieve la existencia de universos que permanecen todavía “invisibles”, de los que ya casi no quedan testimonios, pero que sin duda constituyen eslabones muy valiosos en una genealogía de sexualidades transgresoras.

Otro de tus trabajos, también en colaboración con Rafael M. Mérida Jiménez, es ‘Las masculinidades en la Transición’ situado también en esa época. ¿Qué sucede en el movimiento de liberación LGBTI durante la transición española?

En ese libro se exploran diversas “encarnaciones” de las masculinidad a través de representaciones, realidades y experiencias de la España de la transición. Es un periodo muy efervescente, en el que se inicia el activismo LGTBI con fuerte presencia sobre todo en las grandes ciudades, como Barcelona y Madrid.

Hay un aporte muy interesante en el libro que es el de Kerman Calvo, quien estudia en concreto el activismo homosexual y demuestra que el foco estaba puesto, sobre todo, en la dimensión política y mucho menos en la sexual. Él distingue entre dos formas de liberación gay, una radical, que apuntaba a aspectos culturales y personales, y otra revolucionaria, centrada en lo económico y político.

Esta segunda vertiente habría sido la que prevaleció en España. Se trataba, en definitiva, de una lucha orientada a conseguir derechos y que dejaba en segundo plano el tema del sexo, de los estilos de vida o las prácticas cotidianas de las personas homosexuales. Otros artículos del libro complementan el panorama de la época analizando textos literarios y audiovisuales o producciones artísticas.

Es interesante observar cómo las nociones de “masculinidad” y “feminidad” fluctúan y se reconfiguran de forma muy compleja. De ahí que el término “transición” no remita solo a un periodo histórico específico, sino a la condición misma de existencia de las llamadas “masculinidades”.

¿Qué papel crees que tienen estos estudios para repensar las vías y estrategias en los movimientos LGBTI hoy en día?


A veces se tiende a pensar en la teoría y los estudios queer como algo “nuevo” que supuso un corte con todo lo anterior. Fue, ciertamente, una reacción a la tendencia conservadora que minó los estudios gays y lesbianos durante la década del 80. Pero muchos de sus presupuestos ya están formulados, si bien quizá en otros términos, en el activismo LGTB de los años 70 que fue muy combativo y rupturista.

Creo que al poner de relieve las continuidades entre diferentes formas de conceptualizar los géneros y las sexualidades, estos estudios contribuyen a reflexionar sobre los límites y las posibilidades de los movimientos LGTBI en la actualidad. Ofrecen inspiración, muestran diferentes caminos a seguir, nos descubren referentes que desconocíamos.

En términos más generales, creo que hay que seguir reduciendo la brecha entre el activismo y la academia, no es fácil, pero a veces se los coloca en orillas opuestas cuando en realidad comparten preocupaciones y búsquedas similares. También es importante, creo, el activismo en la academia, porque todavía al menos en el ámbito español e hispanoamericano, sigue habiendo mucha resistencia a los estudios con perspectiva de género.

La publicación de artículos y libros es una cosa, pero la inclusión en los programas de estudio, otra. Hay programas de literatura que continúan soslayando casi por completo la escritura de mujeres, por ejemplo. Tenemos que contribuir a que eso cambie.

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