Imagen: Deia / Dirigentes de Euskadi Ezkerra en una rueda de prensa |
El Teatro Arriaga en Bilbao acoge esta mañana un acto con el que se conmemora el cuarto de siglo de la convergencia entre ambas formaciones de la izquierda vasca.
Javier Núñez | Deia, 2018-03-17
http://www.deia.eus/2018/03/17/politica/euskadi/25-anos-de-pse-ee-fusion-o-absorcion
La Fundación Ramón Rubial ha organizado para hoy un acto en el Teatro Arriaga de Bilbao con el que se pretende conmemorar el 25º aniversario de la convergencia entre el PSE y Euskadiko Ezkerra, lo que dio lugar a la creación del PSE-EE, siglas que se mantienen un cuarto de siglo después bajo la dirección de Idoia Mendia. La secretaria general del PSE será una de las participantes en el acto junto al eurodiputado Ramón Jáuregui, además de Mikel Unzalu, Eider Gardiazabal y Azahara Domínguez.
Fue el 27 de marzo de 1993 cuando se celebró en Bilbao el Congreso de unificación entre ambas formaciones que dio paso al PSE-EE. Previamente, tanto el PSE como Euskadiko Ezkerrra habían recibido el visto bueno a la fusión por parte de sus respectivas militancias. Por lo que respecta a los socialistas, entonces con Ramón Jáuregui como secretario general, 83 miembros del Comité Nacional votaron sí a la convergencia, cuatro se abstuvieron y ninguno se opuso a la ratificación. Posteriormente se celebró un congreso extraordinario donde las bases socialistas respaldaron la decisión que previamente había sido adoptada y ratificada por sus dirigentes.
En el otro lado de la balanza, dentro de las filas de Euskadiko Ezkerra hubo mucha más contestación al acuerdo y dirigentes como Xabier Markiegi, Xabier Olaberri o José Luis Lizundia acabaron dejando el partido. Así, en el Biltzar Ttipia, máximo órgano entre congresos de EE, el documento que fijaba el proyecto político del nuevo partido fue aprobado con 56 votos afirmativos, frente a 11 negativos y cuatro abstenciones. En febrero, un mes antes del Congreso de Unificación, Euskadiko Ezkerra hizo su propio congreso en Eibar en el que se sometió a la militancia la convergencia con el PSE. De los 318 asistentes, 288 votaron a favor, 15 se posicionaron en contra y otros 15 se abstuvieron. Los partidarios de la corriente Auñamendi, en desacuerdo con lo que consideraban una absorción (o incluso una “compra” debido a la alta deuda que tenía EE), crearon un nuevo partido, Euskal Ezkerra (EuE), que establecería una coalición electoral con EA. Su fracaso en las elecciones generales de ese año llevó a EuE a separarse de la coalición, al no aceptar la propuesta de integración en EA, y posteriormente disolverse.
Lo cierto es que la mala situación económica de Euskadiko Ezkerra quizá fuera un factor determinante en la fusión con el PSE. Así lo apunta el historiador Gaizka Fernández Soldevila en su libro ‘Héroes, heterodoxos y traidores’, donde hace un repaso a la historia de ETA (pm), EIA y Euskadiko Ezkerra. Según su tesis, a principios de los años 90 Euskadiko Ezkerra tenía una deuda en torno a los 800 millones de pesetas, algo inasumible para un partido con menos cargos institucionales y menos ingresos, y el PSE se comprometió a hacerse cargo de la deuda, lo que significó un flotador para los ‘euskadikos’, que se veían abocados a la desaparición.
Además, según expone en su libro Fernández Soldevilla, la convergencia de PSE y EE era una buena idea, sobre el papel, para crear una alternativa “vasquista y progresista” al PNV. La intención de los dirigentes socialistas era darle al partido ese toque identitario que se veía, por ejemplo, en los socialistas catalanes.
clave para el país Por su parte, ¿qué pretendía el PSE con la convergencia? Ramón Jáuregui, entonces secretario general del PSE, cree que con la convergencia salieron ganando ambas formaciones. “Fue un enriquecimiento de dos sensibilidades distintas. Creo que hubo mucha complementariedad en esta decisión de converger”, apunta. Con respecto a la vasquización del PSE, Jáuregui asegura que había quienes señalaban que nacionalismo e izquierda eran difícilmente compatibles, aunque recuerda que siempre ha habido un ‘socialismo vasquista’, como por ejemplo en Eibar, pero “el PSE necesitaba esa identidad que había tenido Euskadiko Ezkerra y esta, a su vez, necesitaba tener una conexión con una organización internacional socialdemócrata y, por tanto, conexión con importantes bases electorales”.
De este modo, el dirigente socialista cree que el partido se enriqueció con el paso de los años. “Reconozco que electoralmente la convergencia no tuvo premio a tenor de los resultados que obtuvimos en las autonómicas de 1994, pero luego, a posteriori, está claro que el PSE fue un partido mucho más enriquecido, con mejores cuadros. De hecho, estoy seguro de que los gobiernos de coalición o el Ejecutivo que conformó Patxi López no hubieran sido lo mismo si no se llega a dar esta convergencia con Euskadiko Ezkerra. Muchas cosas que se fueron haciendo posteriormente fueron consecuencia de la fusión”, dice.
Así, para Jáuregui, fue clave la incorporación a la formación socialista de cuadros procedentes de Euskadiko Ezkerra, “ya que tenían una forma diferente de ver el país”. Es una realidad que el eurodiputado asegura que no se puede olvidar ni obviar, “puesto que año tras año se vio que significaba mejoras en el partido”.
Ante la tesitura de elegir convergencia o absorción, Jáuregui aúna ambos conceptos. “Para mí hicimos una convergencia, más allá de que en el algunos aspectos, como el económico, fuera una absorción. Compartimos la dirección, cambiamos las siglas, cambiamos la escenografía del partido y nos hicimos presentes en muchas zonas del país donde quizá no llegábamos antes”, asegura, para insistir, sin embargo, en que uno de los objetivos clave de aquel proceso no se logró, desbancar al PNV. “Nosotros creíamos que la fusión nos iba a proporcionar la oportunidad de ganar al PNV y eso no se logró”, señala.
Ahora, 25 años después, ¿qué queda de aquella convergencia? “Somos un partido que se ha construido fruto de esa mezcla de cuadros y de sensibilidades. Y no hemos perdido la conexión con el PSOE, algo que, por otro lado, estaba claro desde el momento en que llegamos al acuerdo de convergencia”, zanja.
Fue el 27 de marzo de 1993 cuando se celebró en Bilbao el Congreso de unificación entre ambas formaciones que dio paso al PSE-EE. Previamente, tanto el PSE como Euskadiko Ezkerrra habían recibido el visto bueno a la fusión por parte de sus respectivas militancias. Por lo que respecta a los socialistas, entonces con Ramón Jáuregui como secretario general, 83 miembros del Comité Nacional votaron sí a la convergencia, cuatro se abstuvieron y ninguno se opuso a la ratificación. Posteriormente se celebró un congreso extraordinario donde las bases socialistas respaldaron la decisión que previamente había sido adoptada y ratificada por sus dirigentes.
En el otro lado de la balanza, dentro de las filas de Euskadiko Ezkerra hubo mucha más contestación al acuerdo y dirigentes como Xabier Markiegi, Xabier Olaberri o José Luis Lizundia acabaron dejando el partido. Así, en el Biltzar Ttipia, máximo órgano entre congresos de EE, el documento que fijaba el proyecto político del nuevo partido fue aprobado con 56 votos afirmativos, frente a 11 negativos y cuatro abstenciones. En febrero, un mes antes del Congreso de Unificación, Euskadiko Ezkerra hizo su propio congreso en Eibar en el que se sometió a la militancia la convergencia con el PSE. De los 318 asistentes, 288 votaron a favor, 15 se posicionaron en contra y otros 15 se abstuvieron. Los partidarios de la corriente Auñamendi, en desacuerdo con lo que consideraban una absorción (o incluso una “compra” debido a la alta deuda que tenía EE), crearon un nuevo partido, Euskal Ezkerra (EuE), que establecería una coalición electoral con EA. Su fracaso en las elecciones generales de ese año llevó a EuE a separarse de la coalición, al no aceptar la propuesta de integración en EA, y posteriormente disolverse.
Lo cierto es que la mala situación económica de Euskadiko Ezkerra quizá fuera un factor determinante en la fusión con el PSE. Así lo apunta el historiador Gaizka Fernández Soldevila en su libro ‘Héroes, heterodoxos y traidores’, donde hace un repaso a la historia de ETA (pm), EIA y Euskadiko Ezkerra. Según su tesis, a principios de los años 90 Euskadiko Ezkerra tenía una deuda en torno a los 800 millones de pesetas, algo inasumible para un partido con menos cargos institucionales y menos ingresos, y el PSE se comprometió a hacerse cargo de la deuda, lo que significó un flotador para los ‘euskadikos’, que se veían abocados a la desaparición.
Además, según expone en su libro Fernández Soldevilla, la convergencia de PSE y EE era una buena idea, sobre el papel, para crear una alternativa “vasquista y progresista” al PNV. La intención de los dirigentes socialistas era darle al partido ese toque identitario que se veía, por ejemplo, en los socialistas catalanes.
clave para el país Por su parte, ¿qué pretendía el PSE con la convergencia? Ramón Jáuregui, entonces secretario general del PSE, cree que con la convergencia salieron ganando ambas formaciones. “Fue un enriquecimiento de dos sensibilidades distintas. Creo que hubo mucha complementariedad en esta decisión de converger”, apunta. Con respecto a la vasquización del PSE, Jáuregui asegura que había quienes señalaban que nacionalismo e izquierda eran difícilmente compatibles, aunque recuerda que siempre ha habido un ‘socialismo vasquista’, como por ejemplo en Eibar, pero “el PSE necesitaba esa identidad que había tenido Euskadiko Ezkerra y esta, a su vez, necesitaba tener una conexión con una organización internacional socialdemócrata y, por tanto, conexión con importantes bases electorales”.
De este modo, el dirigente socialista cree que el partido se enriqueció con el paso de los años. “Reconozco que electoralmente la convergencia no tuvo premio a tenor de los resultados que obtuvimos en las autonómicas de 1994, pero luego, a posteriori, está claro que el PSE fue un partido mucho más enriquecido, con mejores cuadros. De hecho, estoy seguro de que los gobiernos de coalición o el Ejecutivo que conformó Patxi López no hubieran sido lo mismo si no se llega a dar esta convergencia con Euskadiko Ezkerra. Muchas cosas que se fueron haciendo posteriormente fueron consecuencia de la fusión”, dice.
Así, para Jáuregui, fue clave la incorporación a la formación socialista de cuadros procedentes de Euskadiko Ezkerra, “ya que tenían una forma diferente de ver el país”. Es una realidad que el eurodiputado asegura que no se puede olvidar ni obviar, “puesto que año tras año se vio que significaba mejoras en el partido”.
Ante la tesitura de elegir convergencia o absorción, Jáuregui aúna ambos conceptos. “Para mí hicimos una convergencia, más allá de que en el algunos aspectos, como el económico, fuera una absorción. Compartimos la dirección, cambiamos las siglas, cambiamos la escenografía del partido y nos hicimos presentes en muchas zonas del país donde quizá no llegábamos antes”, asegura, para insistir, sin embargo, en que uno de los objetivos clave de aquel proceso no se logró, desbancar al PNV. “Nosotros creíamos que la fusión nos iba a proporcionar la oportunidad de ganar al PNV y eso no se logró”, señala.
Ahora, 25 años después, ¿qué queda de aquella convergencia? “Somos un partido que se ha construido fruto de esa mezcla de cuadros y de sensibilidades. Y no hemos perdido la conexión con el PSOE, algo que, por otro lado, estaba claro desde el momento en que llegamos al acuerdo de convergencia”, zanja.
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