Imagen: El País / María Dolores de Cospedal con el Cristo de la Buena Muerte en Málaga |
Defensa firma convenios con el Opus Dei y siete diócesis para reforzar a sus 83 capellanes castrenses.
Miguel González | El País, 2018-03-30
https://politica.elpais.com/politica/2018/03/28/actualidad/1522250729_494838.html
Como cada año, la bandera española ondea a media asta desde el Jueves Santo al Domingo de Resurrección en todas las unidades e instalaciones militares, en señal de duelo por la muerte de Cristo. La decisión, contradictoria con el carácter aconfesional del Estado y sin parangón en otras instituciones públicas, la justifica el Ministerio de Defensa aludiendo a “la tradición secular de los ejércitos”.
Se apoya en una sentencia del Constitucional según la cual, “cuando una tradición religiosa se encuentra integrada [...] en un determinado colectivo, no cabe sostener que a través de ella los poderes públicos pretendan transmitir respaldo a postulados religiosos”. El argumento está traído por los pelos, pues la sentencia se refiere a un tema bien diferente: la proclamación de la Virgen como patrona del Colegio de Abogados de Sevilla.
Pero la bandera a media asta y la participación de militares en más de 200 actos religiosos, la mayoría procesiones, durante esta Semana Santa (siempre, según Defensa, con carácter voluntario) solo son la muestra más visible de la --esa sí, secular-- identificación de la cruz y la espada en la historia de España.
En 1999, una ley declaró a extinguir los Cuerpos Eclesiásticos de los ejércitos y la Armada, disueltos por la II República y restaurados por Franco en 1940, el último de cuyos miembros en activo pasó a la reserva en febrero pasado. Paralelamente, se puso en marcha el Servicio de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas (SARFAS) cuyos capellanes no son legalmente militares, aunque se “asimilan” tanto, según la terminología legal, que resulta difícil distinguirlos. Visten uniforme, lucen insignias y ostentan empleos militares (de capitán a coronel). Su sueldo lo paga el Ministerio de Defensa, aunque dependen jerárquicamente del arzobispo castrense, quien recibe la “consideración” de general de división. Como vestigio de otra época, es el único obispo cuyo nombramiento propone el Rey, a partir de una terna pactada entre la Nunciatura y el Ministerio de Exteriores.
La presencia del ‘pater’, como se les llama cariñosamente, en los contingentes militares desplazados al exterior se ha hecho familiar e incluso insustituible, dada la imposibilidad de asistir a oficios católicos en lugares como Afganistán o Irak. Más discutible es que militares destinados en Madrid o Sevilla precisen una asistencia religiosa diferente a la de sus comparroquianos.
Actualmente hay 83 capellanes castrenses en activo, cuatro menos que en 2008, según datos oficiales, aunque esta cifra no incluye a los que están en la reserva ni a los curas colaboradores.
Tanto en respuesta a una pregunta parlamentaria como a demanda de El País, Defensa ha eludido informar del coste de sus retribuciones. No obstante, tras consultar al Portal de Transparencia, el diario_es publicó que Defensa gastó 2,75 millones en 2016 en pagar a los capellanes y 231.000 euros más en el mantenimiento de la Catedral Castrense (comprada por Defensa en 1979) y otros templos católicos, además del seminario (donde se forman 14 capellanes).
En enero pasado, el BOE publicó ocho convenios de colaboración entre Defensa y otras tantas diócesis u órdenes religiosas. Uno de estos convenios, suscrito por vez primera en 2014 pero no difundido hasta ahora, tiene como protagonista a la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei.
Esta institución ha contado tradicionalmente con numerosos miembros en la cúpula de las Fuerzas Armadas e incluso un ministro (Federico Trillo), pero nunca había formalizado jurídicamente su relación. Según Defensa, el acuerdo es “consecuencia de la dependencia orgánica del sacerdote que se presta voluntario [a dar asistencia religiosa] en el área de Colmenar Viejo [Madrid]”. En total, el “estipendio” derivado de estos convenios suma 26.133 euros anuales.
En cambio, no hay ningún convenio para prestar asistencia religiosa a los militares musulmanes, judíos o evangélicos, aunque está legalmente previsto desde hace ya 25 años. Defensa alega que “no se ha recibido ninguna petición” para incorporar imanes o pastores a los cuarteles.
Se apoya en una sentencia del Constitucional según la cual, “cuando una tradición religiosa se encuentra integrada [...] en un determinado colectivo, no cabe sostener que a través de ella los poderes públicos pretendan transmitir respaldo a postulados religiosos”. El argumento está traído por los pelos, pues la sentencia se refiere a un tema bien diferente: la proclamación de la Virgen como patrona del Colegio de Abogados de Sevilla.
Pero la bandera a media asta y la participación de militares en más de 200 actos religiosos, la mayoría procesiones, durante esta Semana Santa (siempre, según Defensa, con carácter voluntario) solo son la muestra más visible de la --esa sí, secular-- identificación de la cruz y la espada en la historia de España.
En 1999, una ley declaró a extinguir los Cuerpos Eclesiásticos de los ejércitos y la Armada, disueltos por la II República y restaurados por Franco en 1940, el último de cuyos miembros en activo pasó a la reserva en febrero pasado. Paralelamente, se puso en marcha el Servicio de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas (SARFAS) cuyos capellanes no son legalmente militares, aunque se “asimilan” tanto, según la terminología legal, que resulta difícil distinguirlos. Visten uniforme, lucen insignias y ostentan empleos militares (de capitán a coronel). Su sueldo lo paga el Ministerio de Defensa, aunque dependen jerárquicamente del arzobispo castrense, quien recibe la “consideración” de general de división. Como vestigio de otra época, es el único obispo cuyo nombramiento propone el Rey, a partir de una terna pactada entre la Nunciatura y el Ministerio de Exteriores.
La presencia del ‘pater’, como se les llama cariñosamente, en los contingentes militares desplazados al exterior se ha hecho familiar e incluso insustituible, dada la imposibilidad de asistir a oficios católicos en lugares como Afganistán o Irak. Más discutible es que militares destinados en Madrid o Sevilla precisen una asistencia religiosa diferente a la de sus comparroquianos.
Actualmente hay 83 capellanes castrenses en activo, cuatro menos que en 2008, según datos oficiales, aunque esta cifra no incluye a los que están en la reserva ni a los curas colaboradores.
Tanto en respuesta a una pregunta parlamentaria como a demanda de El País, Defensa ha eludido informar del coste de sus retribuciones. No obstante, tras consultar al Portal de Transparencia, el diario_es publicó que Defensa gastó 2,75 millones en 2016 en pagar a los capellanes y 231.000 euros más en el mantenimiento de la Catedral Castrense (comprada por Defensa en 1979) y otros templos católicos, además del seminario (donde se forman 14 capellanes).
En enero pasado, el BOE publicó ocho convenios de colaboración entre Defensa y otras tantas diócesis u órdenes religiosas. Uno de estos convenios, suscrito por vez primera en 2014 pero no difundido hasta ahora, tiene como protagonista a la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei.
Esta institución ha contado tradicionalmente con numerosos miembros en la cúpula de las Fuerzas Armadas e incluso un ministro (Federico Trillo), pero nunca había formalizado jurídicamente su relación. Según Defensa, el acuerdo es “consecuencia de la dependencia orgánica del sacerdote que se presta voluntario [a dar asistencia religiosa] en el área de Colmenar Viejo [Madrid]”. En total, el “estipendio” derivado de estos convenios suma 26.133 euros anuales.
En cambio, no hay ningún convenio para prestar asistencia religiosa a los militares musulmanes, judíos o evangélicos, aunque está legalmente previsto desde hace ya 25 años. Defensa alega que “no se ha recibido ninguna petición” para incorporar imanes o pastores a los cuarteles.
Y TAMBIÉN…
El Estado gastó más de tres millones de euros en los curas e iglesias de las Fuerzas Armadas en 2016.
Los sueldos de los 83 capellanes castrenses sumaron 2,7 millones de euros y el mantenimiento de templos, 231.000 euros. España ha ido obligándose con distintas leyes a dar y financiar la asistencia religiosa a los militares desde el Concordato con el Vaticano de 1956. Las confesiones islámica, evangélica y judía están amparadas de manera vaga. El servicio a los católicos está pormenorizado en varios decretos
Raúl Rejón | El Diario, 2017-05-14
https://www.eldiario.es/sociedad/millones-curas-iglesias-Fuerzas-Armadas_0_642886039.html
El Gobierno paga el sueldo a 82 curas que trabajan para las Fuerzas Armadas.
El Ministerio de Defensa tiene asimilados los capellanes a funcionarios de alto nivel y, aunque abona sus retribuciones, no contesta sobre cuánto gasto supone. Un capellán recién incorporado a su unidad ingresa más de 30.000 euros brutos anuales de acuerdo con la normativa vigente. El arzobispo castrense, Juan del Río, ganó 59.832 euros en 2016 según ha respondido el Gobierno a través del portal de transparencia, un 5% más que en 2012.
Raúl Rejón | El Diario, 2017-03-27
https://www.eldiario.es/sociedad/sacerdotes-catolicos-religiosamente-Fuerzas-Armadas_0_626787970.html
El Estado gastó más de tres millones de euros en los curas e iglesias de las Fuerzas Armadas en 2016.
Los sueldos de los 83 capellanes castrenses sumaron 2,7 millones de euros y el mantenimiento de templos, 231.000 euros. España ha ido obligándose con distintas leyes a dar y financiar la asistencia religiosa a los militares desde el Concordato con el Vaticano de 1956. Las confesiones islámica, evangélica y judía están amparadas de manera vaga. El servicio a los católicos está pormenorizado en varios decretos
Raúl Rejón | El Diario, 2017-05-14
https://www.eldiario.es/sociedad/millones-curas-iglesias-Fuerzas-Armadas_0_642886039.html
El Gobierno paga el sueldo a 82 curas que trabajan para las Fuerzas Armadas.
El Ministerio de Defensa tiene asimilados los capellanes a funcionarios de alto nivel y, aunque abona sus retribuciones, no contesta sobre cuánto gasto supone. Un capellán recién incorporado a su unidad ingresa más de 30.000 euros brutos anuales de acuerdo con la normativa vigente. El arzobispo castrense, Juan del Río, ganó 59.832 euros en 2016 según ha respondido el Gobierno a través del portal de transparencia, un 5% más que en 2012.
Raúl Rejón | El Diario, 2017-03-27
https://www.eldiario.es/sociedad/sacerdotes-catolicos-religiosamente-Fuerzas-Armadas_0_626787970.html
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