Imagen: Deia / Michael Kaufman |
Para este investigador, la solución pasa por buscar fórmulas para que los hombres se conviertan en aliados de las mujeres.
EFE | Deia, 2015-10-02
http://www.deia.com/2015/10/02/sociedad/euskadi/michael-kaufman-dice-que-el-silencio-de-la-mayoria-de-hombres-permite-que-una-minoria-maltrate-mujeres-
La mayoría de los hombres ni golpea ni agrede sexualmente a las mujeres, pero permanece en silencio ante esa violencia y con su actitud permite que esas situaciones continúen, según el investigador Michael Kaufman.
Este experto fue el cofundador de la campaña del Lazo Blanco en contra de la violencia contra las mujeres, y ha impartido hoy una conferencia en una jornada organizada por el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde.
En el acto, organizado con motivo de celebrarse diez años desde que se aprobó la ley vasca para la igualdad, Kaufman ha asegurado que si no se logra que los hombres se involucren en esta lucha "se perpetuará el patriarcado".
Tras remarcar que los hombres "no son monstruos", ni los "enemigos" de las mujeres, y "probablemente la mayoría tampoco son violentos", ha mantenido que con su silencio "han dejado que sucedieran cosas".
Precisamente para romper ese silencio surgió la iniciativa del Lazo Blanco en 1991 en Canadá, que ya se ha extendido por numerosos países del mundo, y que significa "una promesa de no permanecer más en silencio y un compromiso de oponernos a la violencia contra las mujeres".
Kaufman ha presentado la actual como una sociedad patriarcal, en la que los hombres, por el hecho de serlo, "ostentan privilegios y ventajas desde su nacimiento", pero, a su vez, esa misma sociedad también les plantea unas "expectativas de masculinidad que ninguno puede cumplir, ya que deben ser rudos, fuertes, valientes, no llorar, no sentir emociones etc..".
"Son los líderes, los jefes, los legisladores, los que controlan la economía, los guías y los que tiran del carro de la familia...hay que cambiar esos principios del patriarcado, porque un hombre que golpea a su esposa o novia utiliza la violencia para ejercer el poder", ha dicho.
Ha relatado que la familia y la sociedad "llenan a los bebés de valores del patriarcado; les hablan y tratan de forma diferente a niños y niñas", y eso provoca que el cerebro se desarrolle de forma diferente en unos y otras.
Para este investigador, la solución pasa por buscar fórmulas para que los hombres se conviertan en aliados de las mujeres y participen en la lucha por la igualdad, y el primer paso es "replantarse" qué significa ser un hombre.
En esta labor influyen los cambios en las vidas de las mujeres, cómo se expresan los líderes y dirigentes de la sociedad, las leyes, las transformaciones en los lugares de trabajo, y los mensajes lanzados en los medios de comunicación.
También es importante modificar la paternidad y que los hombres se responsabilicen de la mitad del trabajo doméstico, porque es bueno para las mujeres, para los hijos y también para los propios hombres, ya que contribuye a que sientan "más empatía", según ha concluido.
La jornada ha sido inaugurada por la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, quien también se ha mostrado partidaria de "alentar a los hombres a que participen en iniciativas de igualdad" a la vez que ha recordado que la ley vasca de igualdad ya recoge este planteamiento.
El desafío para el futuro, según ha dicho, es averiguar si se ha conseguido porque "hay quienes se resisten a estos avances".
Este experto fue el cofundador de la campaña del Lazo Blanco en contra de la violencia contra las mujeres, y ha impartido hoy una conferencia en una jornada organizada por el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde.
En el acto, organizado con motivo de celebrarse diez años desde que se aprobó la ley vasca para la igualdad, Kaufman ha asegurado que si no se logra que los hombres se involucren en esta lucha "se perpetuará el patriarcado".
Tras remarcar que los hombres "no son monstruos", ni los "enemigos" de las mujeres, y "probablemente la mayoría tampoco son violentos", ha mantenido que con su silencio "han dejado que sucedieran cosas".
Precisamente para romper ese silencio surgió la iniciativa del Lazo Blanco en 1991 en Canadá, que ya se ha extendido por numerosos países del mundo, y que significa "una promesa de no permanecer más en silencio y un compromiso de oponernos a la violencia contra las mujeres".
Kaufman ha presentado la actual como una sociedad patriarcal, en la que los hombres, por el hecho de serlo, "ostentan privilegios y ventajas desde su nacimiento", pero, a su vez, esa misma sociedad también les plantea unas "expectativas de masculinidad que ninguno puede cumplir, ya que deben ser rudos, fuertes, valientes, no llorar, no sentir emociones etc..".
"Son los líderes, los jefes, los legisladores, los que controlan la economía, los guías y los que tiran del carro de la familia...hay que cambiar esos principios del patriarcado, porque un hombre que golpea a su esposa o novia utiliza la violencia para ejercer el poder", ha dicho.
Ha relatado que la familia y la sociedad "llenan a los bebés de valores del patriarcado; les hablan y tratan de forma diferente a niños y niñas", y eso provoca que el cerebro se desarrolle de forma diferente en unos y otras.
Para este investigador, la solución pasa por buscar fórmulas para que los hombres se conviertan en aliados de las mujeres y participen en la lucha por la igualdad, y el primer paso es "replantarse" qué significa ser un hombre.
En esta labor influyen los cambios en las vidas de las mujeres, cómo se expresan los líderes y dirigentes de la sociedad, las leyes, las transformaciones en los lugares de trabajo, y los mensajes lanzados en los medios de comunicación.
También es importante modificar la paternidad y que los hombres se responsabilicen de la mitad del trabajo doméstico, porque es bueno para las mujeres, para los hijos y también para los propios hombres, ya que contribuye a que sientan "más empatía", según ha concluido.
La jornada ha sido inaugurada por la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, quien también se ha mostrado partidaria de "alentar a los hombres a que participen en iniciativas de igualdad" a la vez que ha recordado que la ley vasca de igualdad ya recoge este planteamiento.
El desafío para el futuro, según ha dicho, es averiguar si se ha conseguido porque "hay quienes se resisten a estos avances".
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