martes, 8 de noviembre de 2016

#hemeroteca #mujeres #documentacion | Las bibliotecas de mujeres, libros de autoras... y de autores


Imagen: IPES / Biblioteca de Mujeres de IPES, Iruñea
Las bibliotecas de mujeres, libros de autoras... y de autores.
En Bilbao hay una, el Centro de Documentación Maite Albiz. En Barcelona está la primera que se abrió en Europa. En París hay una de 30.000 volúmenes desde el siglo XVII en adelante...
Itsaso Álvarez | El Correo, 2016-11-08
http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201611/08/bibliotecas-mujeres-libros-autoras-20161107193414.html

Las bibliotecas de mujeres no son aquellas atendidas exclusivamente por personal bibliotecario femenino ni las destinadas en exclusiva a usuarias de sexo femenino, sino aquellos centros de documentación especializados en temas de feminismo, situación de la mujer y estudios de género. Surgieron a finales del siglo XIX vinculadas al movimiento sufragista, cuando en EE UU y algunos países europeos se estaba reivindicando el Derecho al Voto Femenino y se constituían distintos colectivos para dicho fin. La creación de archivos y bibliotecas para guardar toda la documentación y las publicaciones periódicas y monográficas relacionadas con el movimiento en pro de los Derechos de la Mujer, fueron el siguiente paso.

El 28 de marzo de 1909 se crea en Barcelona la primera biblioteca de mujeres de Europa, y quizás del mundo. Quería constituirse como un espacio para la promoción educativa y cultural de la mujer trabajadora, es decir, elevar el nivel cultural de las mujeres que trabajaban y que no disponían ni de recursos ni de tiempo para acceder a una educación reglada. A esta biblioteca se la denominó Biblioteca popular per a la Dona y, desde la democracia, pasó a llamarse Francesca Bonnemaison, el nombre de la mujer que llevó a cabo esta iniciativa. Francesca Bonnemaison Farriols (1872-1949), conocida como 'Doña Paquita', fue una feminista barcelonesa nacida en el seno de una familia de la burguesía mercantil, vinculada también con la intelectualidad de la época (su marido era primo de Jacinto Verdaguer) y la Liga Regionalista. Fundó el Instituto de Cultura de la Mujer, donde se impartían cursillos para las mujeres trabajadoras y, asociada a él, la Biblioteca Popular de la Mujer, la primera biblioteca de este tipo, para proteger el aún minoritario feminismo de la época así como para educar y cultivar a las usuarias de la misma. En principio, el centro estaba destinado sólo a las alumnas del instituto, pero en 1936 abrió para todas las interesadas y en 1963 al público en general, ya bajo la gestión de la Sección Femenina. Aún existe, integrada actualmente en la Red de Bibliotecas Públicas de la Diputación Provincial de Barcelona.

Londres, París, Ámsterdam y Massachussets
Como recuerdan Estibaliz Anitua, Montse Argente, Manuel Chinea y Aurelia Daza en un artículo titulado 'Bibliotecas de mujeres, unas grandes desconocidas' y publicado en el número 9 de la revista 'Mi biblioteca', un año después surgen en Europa las primeras bibliotecas propiamente de mujeres «con el fin de conservar los documentos e informaciones que servirían como fuente para trazar la historia del movimiento de mujeres, que ha colaborado, en buena medida, a erradicar el androcentrismo y marginación secular a la que han sido sometidas las mismas». Aunque no fue el caso de la de Barcelona, estos primeros centros estaban vinculados principalmente a los movimientos sufragistas. Londres, París, Ámsterdam y Estados Unidos. Allí nacen las primeras bibliotecas especializadas en la década de los 30 del siglo XX, al amparo de movimientos sensibilizados con los derechos de las mujeres.

En Londres está 'The Fawcett Library', fundada en 1926; la Bibliothéque Marguerite Durand de París, creada en 1931 a partir de una biblioteca privada; en Ámsterdam nace en 1935 el International Information Centre and Archives Women’s Movement, que es en la actualidad el mayor centro de documentación, archivo y biblioteca de mujeres del mundo; y en Massachussets surge la Schlesinger Library, que conserva entre sus fondos toda la documentación del movimiento sufragista norteamericano desde 1848 a 1920. Tras la Segunda Guerra Mundial se fundaron otras bibliotecas y centros de documentación de mujeres en la gran mayoría de los países occidentales. El boom llegaría en los años sesenta, con el desarrollo, en todos los países europeos y en Norteamérica, de los estudios de la mujer en las Universidades, el movimiento feminista y los organismos de Igualdad y de Mujeres.

Según argumentan las articulistas, pese a que la primera biblioteca europea para mujeres surgió en Barcelona, en España no se prestó especial atención al ámbito de la información y la documentación especializada en mujeres hasta la década de los 70. La más destacada fue la Biblioteca de Mujeres de Madrid, creada en 1985 por la bibliotecaria feminista Marisa Mediavilla Herreros, con la ayuda de la filóloga Dolores Robles Moreno, explica Antonio Casado en 'Bibliotecarios'. «Ambas se dedicaron, con la desinteresada colaboración de numerosas compañeras, a organizar y enriquecer durante años una biblioteca con la finalidad de reunir la cultura y el saber aportado por las mujeres, en especial, en España; visibilizar sus aportaciones y difundirlas ante la sociedad, ser un lugar de encuentro y reunir y conservar la documentación del movimiento feminista». Se constituyeron en asociación y consiguieron recopilar 30.000 títulos, entre los que se incluía documentación gráfica, literatura gris, prensa y publicaciones periódicas y hasta colecciones especiales (calendarios, pegatinas, sellos, tarjetas, etcétera). Hace once años, la Asociación Biblioteca de Mujeres donó todos los fondos al Estado y desde entonces se encuentra bajo la custodia y gestión del Instituto de la Mujer. Físicamente se encuentra en el edificio del antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo, actualmente Museo del Traje y Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico. Sus fondos se gestionan a través del SIGB AbsysNet de la empresa Baratz, Servicios de Teledocumentación. Además, el Instituto de la Mujer posee un Centro de Documentación propio, de libre acceso, ubicado en su sede central. El catálogo de sus fondos también se puede consultar vía Absysnet, ya que, como el anterior, constituye un subcatálogo independiente.

A su aire hasta 1993
Como en el caso de Madrid, en un principio, se abrieron centros de este tipo en el seno de organismos de la administración para poner en marcha las políticas públicas para la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Entre ellos, los del Instituto de la Mujer, de ámbito nacional, los de las direcciones generales de la Mujer de las Administraciones autonómicas, los de las Diputaciones provinciales y los de Ayuntamientos de ciudades relevantes. Estaban y están al servicio de los organismos a los que pertenecen pero muchos de ellos también están destinados y abiertos al público en general. Asimismo, se contaban los encuadrados en institutos y seminarios universitarios de estudios de las mujeres surgidos en los 80. Estos establecimientos dan apoyo a la investigación, enseñanza y difusión de estudios de género que llevan a cabo estas entidades y están dirigidos sobre todo a un público universitario. Por último, estaban los ligados a asociaciones de mujeres y otros colectivos del movimiento feminista que promueven y desarrollan la participación social, política y cultural de las mujeres, algunos de ellos con anterioridad al establecimiento de la democracia.

Funcionaron todas a su aire hasta 1993, cuando la documentalista Maite Albiz, cuyo nombre lleva hoy el Centro de Documentación de Mujeres de Bilbao, impartió un taller sobre gestión documental que fue el origen de nuevos encuentros profesionales hasta que se constituyó formalmente la Red de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres que, sin depender de ninguna administración, trabaja de manera cooperativa. El Centro de Documentación de Mujeres Maite Albiz partió de un grupo de trabajo de la Asamblea de Mujeres de Bizkaia. Su fondo documental se creó sobre las ideas y las actividades del Movimiento Feminista de Euskal Herria, configurándose un fondo bibliográfico sobre los debates y el desarrollo de la teoría feminista en las diferentes disciplinas académicas. Además, el Centro ha desarrollado una extensa red de contactos que permite poner en relación a las mujeres con las instituciones, con el mundo asociativo y con todo tipo de actividades de carácter feminista.

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