viernes, 18 de noviembre de 2016

#hemeroteca #libros #mujeres | Cosas que no sabíamos de algunas mujeres negras y cherokees

Cosas que no sabíamos de algunas mujeres negras y cherokees.
Mara Malibrán | MujerHoy, 2016-11-18
http://blogs.mujerhoy.com/taller-lectura/2016/11/18/cosas-que-no-sabiamos-de-algunas-mujeres-negras-y-cherokees.html

No sabíamos, por ejemplo, que Rosa Parks, esa mujer negra que se hizo famosa por negarse a dejar el asiento, en un autobús, a un hombre blanco, en el sur de EEUU, en 1.955, inaugurando así la revuelta por los derechos civiles; esa mujer, a la que se llamó la primera dama de los derechos civiles, era una activista que había recibido por parte de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color el encargo de investigar la violación colectiva de una mujer negra a manos de varios blancos que la dejaron junto a una parada de autobús de Montgomery, dándola por muerta. Y que ese movimiento por los derechos civiles, que Rosa encabezó por EEUU, junto a otras mujeres, se desató como respuesta a las violaciones y el terror sufridos por mujeres negras a manos de hombres blancos.

Lo cuenta la activista y feminista Gloria Steinem en ‘Mi vida en la carretera’ (Edit Alpha Decay), un libro vitalista y conmovedor que sabe a todo menos a amargura, porque Gloria, ya lo habrán intuido por el título de su autobiografía, es una mujer siempre en movimiento, positiva, y con mucho sentido del humor; desde los veinte hasta sus ochenta y dos años, que tiene ahora, siempre en taxi, en autobús, o en furgoneta, ha luchado porque este mundo sea un lugar más justo. Después de recorrer India, y de traerse de allí la experiencia de los círculos de Ghandi, decidió recorrer el sur de EEUU con la abogada negra Florynce Kennedy dando conferencias, “De vez en cuando, sobre todo en el sur, algún hombre daba por sentado que una blanca y una negra que viajaban juntas debían ser lesbianas. A Florynce se le ocurrió la respuesta perfecta, “¿Es usted la alternativa?”

No sabíamos tampoco que en los territorios indígenas está extendida la creencia de que son necesarias cuatro generaciones para curar un acto de violencia. Gloria convivió con mujeres indias en ese vasto país que se llama EEUU y que, por desgracia, para muchos es solo el glamuroso Nueva York. De la mano de algunas de estas mujeres promovió la gran oleada feminista de los años 70 que originó una avalancha de legislación progresista para la mujer. Wilma Mankiller, su gran amiga, fue la primera mujer elegida jefa de la nación cherokee, en 1.987. Wilma era la sexta de los once hijos de una madre medio holandesa, medio irlandesa y un padre cherokee. Creció, se casó, tuvo hijos, se divorció y decidió volver a sus raíces. Abandonó su cómodo hogar y se fue a Oklahoma con sus hijas.

Wilma se convirtió en activista, lo que quiere decir que sacó adelante la comunidad rural cherokee del pueblo de Bell. En 1.990 fue reelegida como jefe de los cherokees con un ochenta y dos por ciento de los votos. En 1.994, el presidente Clinton convocó en Washinton una reunión con líderes de todas las naciones indígenas, la primera de la historia. Aquel grupo compuesto casi exclusivamente por varones escogió a Wilma. Su amiga Gloria Steinem cuenta así ese momento: “Fui con ella a la Casa Blanca y presencié el momento en que Clinton y Hillary le hicieron entrega de una Medalla de la Libertad, el máximo reconocimiento civil. No fui la única del público que al verla, tan fuerte, bondadosa y en absoluto intimidada por otro jefe de Estado, pensó, “Podría llegar a ser presidenta”. También pensé, “En un país justo, lo serías.”

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