Imagen: El Confidencial / Suso en MYHYV |
¿Qué pasa cuando el programa más seguido entre los jóvenes legitima la cultura de la violación? ¿Y cuándo se fomentan las relaciones tóxicas como epítome del amor en los 'realities'? La telerrealidad ha sido el espejo más crudo de la violencia contra las mujeres en España.
Noelia Ramírez | SModa, El País, 2016-11-25
http://smoda.elpais.com/moda/ese-reality-television-no-pegan-mujeres-no-les-falta/
“El asesino blande el cuchillo, aprieta las manos firmemente alrededor de la garganta de la mujer… y arrastra el cuerpo a través del bosque”. ¿Les suena de algo? Este escenario es un lugar común de lo más recurrente en la ficción de ‘prime time’ nocturno: el del espectáculo de mujeres maltratadas, asesinadas o violadas. También es la primera frase con la que la conocida actriz británica Doon Mackichan (‘Smack the Pony’) arranca ‘Body Count Rising’, un reciente documental para la ‘BBC Radio4’ en el que acusa a las televisiones y a plataformas como Netflix de promover una industria de entretenimiento basada en el “porno criminal” o “porno de asesinatos”.
Para la presentadora, las “mujeres golpeadas” se han convertido en “pasto del entretenimiento” televisivo. Un ejercicio recurrente especialmente explotado en las dos últimas décadas en las series de investigación policial (¿cuántas prostitutas o bailarinas apaleadas –sin frase– aparecen en ‘CSI’?), y recientemente propiciado por el sello de calidad que aporta el ‘noir’ escandinavo de sagas como ‘Millenium’ o series como ‘The Killing’. “En los últimos 20 años, es imposible llegar a saber cuántas series empiezan con una mujer siendo asesinada o con intención de serlo”, recuerda Mackichan y destaca la proliferación de shows en las que “las adolescentes violadas” y las “esposas golpeadas” son “aplaudidas por la audiencia”. Si bien el guionista ‘The Fall’, Allan Cubitt, invitado en el documental, asegura que su serie “no es misógina” y que su mantra es “no sensacionalizar la violencia”, en España sí que se han dado casos de lo más polémicos. En 2010, el Insituto de la Mujer recibió más de 2.000 quejas con la miniserie ‘Inocentes’, emitida en Telecinco y dirigida por Daniel Calparsoro. En una nota, la institución alertó del uso continuado de la violencia sexual como entretenimiento (muchos telespectadores vieron similitudes de la serie con el caso de las niñas de Alcásser). También se detectaron protestas por cómo publicitó la web de la cadena a la miniserie, donde se podían encontrar secciones con “los mejores momentos del capítulo 1”, “atadas y encerradas”, “el mafioso viola a Carla” o “imágenes de las chicas”.
Hay veces en las que no hace falta ver una escena-espectáculo de ficción bajo el título “el mafioso viola a Carla” para que se legitime la cultura de la violación. A veces, basta con escuchar a concursantes que, sin supuesto guión de por medio, normalizan la violencia de género y las agresiones sexuales en pleno directo. Pasó, por ejemplo, en octubre, en ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’. El programa, muy seguido por los adolescentes (esta semana ha tenido un 9% de cuota de pantalla y unos 700.000 televidentes diarios), no solo permitió a un ex concursante de ‘Gran Hermano’, Suso, entonar un discurso en el que daba validez a una posible agresión sexual (“Yo soy una persona que, si tu me das a entender una cosa, y yo… mmm, me acelero, ¿vale?, luego no me digas: ‘Hasta aquí, ahora ya no, me voy’, porque sinceramente, Emma, yo ya no razono”); sino que después lo defendió vía Twitter diciendo que “Suso tenía derecho a enfadarse”, mientras la afectada aseguró, entre lágrimas, haberse sentido incómoda en esa cita sin cámaras.
“Telecinco suele ser la cadena por la que más quejas recibimos respecto a la imagen de la mujer”, explican desde el Instituto de la Mujer. Su último informe anual (el de 2014) refleja que la televisión, por detrás de la prensa, es la que más denuncias recibe y la telerrealidad se lleva la palma. ‘Sálvame’, ese programa en el que sus tertulianos son los propios protagonistas de la información, acaparó el mayor número (tanto la versión diaria y especial Deluxe) con 12 quejas por “contenidos que reflejan trato vejatorio con participantes o colaboradoras del programa” y “comentarios que banalizan la violencia de género”.
Su presentador, el ubicuo Jorge Javier Vázquez, no se cortó en llamar “tramposilla” a una mujer que contó los malos tratos de su primer marido en el programa ‘Hay una cosa que te quiero decir’. Belén Esteban, colaboradora estrella de ‘Sálvame’, dijo a su paso por ‘GH Vip’ que “Kiko Rivera no toca una fregona mientras haya una mujer aquí para hacerlo”. A veces no hace falta escribir un guión para convertir en espectáculo televisivo la violencia contra las mujeres. Ya está la telerrealidad para hacerlo. Álvaro, concursante de ‘GH 17’ que llegó a ser expulsado, preguntó a otro concursante “si alguna vez había abandonado a alguna ‘hembra’” (así, en plan animal). “¿Alguna vez has quedado con ella, has hecho el amor en un descampado y luego la has dejado tirada en el descampado?”, dijo negando que lo hubiese hecho entre jolgorio y risas. Simona, también de ‘GH 17’ dice que “una mujer tiene que ser más limpia que un hombre”. La dirección del programa y sus guionistas se pasan la sororidad por el forro y fomentan las pelea de gatas y la exaltación de las relaciones tóxicas para alegría de sus audímetros.
“O se denuncia o se calla una para toda la vida”, replicó Toñi Moreno en uno de los programas más vistos de la tarde hace un par de años, ‘Entre Todos’. La presentadora de la televisión pública cortó a una participante que aseguró haber sido maltratada por su ex pareja. Sus declaraciones le valieron acusaciones de hacer “proseletismo de la violencia de género” y el programa acabó en los tribunales, pero dos años después, no hay que hacer mucho zapping, ni ser 25 de noviembre, para encontrarse con situaciones similares que normalizan toda esta lacra de violencia contra la mujer.
Para la presentadora, las “mujeres golpeadas” se han convertido en “pasto del entretenimiento” televisivo. Un ejercicio recurrente especialmente explotado en las dos últimas décadas en las series de investigación policial (¿cuántas prostitutas o bailarinas apaleadas –sin frase– aparecen en ‘CSI’?), y recientemente propiciado por el sello de calidad que aporta el ‘noir’ escandinavo de sagas como ‘Millenium’ o series como ‘The Killing’. “En los últimos 20 años, es imposible llegar a saber cuántas series empiezan con una mujer siendo asesinada o con intención de serlo”, recuerda Mackichan y destaca la proliferación de shows en las que “las adolescentes violadas” y las “esposas golpeadas” son “aplaudidas por la audiencia”. Si bien el guionista ‘The Fall’, Allan Cubitt, invitado en el documental, asegura que su serie “no es misógina” y que su mantra es “no sensacionalizar la violencia”, en España sí que se han dado casos de lo más polémicos. En 2010, el Insituto de la Mujer recibió más de 2.000 quejas con la miniserie ‘Inocentes’, emitida en Telecinco y dirigida por Daniel Calparsoro. En una nota, la institución alertó del uso continuado de la violencia sexual como entretenimiento (muchos telespectadores vieron similitudes de la serie con el caso de las niñas de Alcásser). También se detectaron protestas por cómo publicitó la web de la cadena a la miniserie, donde se podían encontrar secciones con “los mejores momentos del capítulo 1”, “atadas y encerradas”, “el mafioso viola a Carla” o “imágenes de las chicas”.
Hay veces en las que no hace falta ver una escena-espectáculo de ficción bajo el título “el mafioso viola a Carla” para que se legitime la cultura de la violación. A veces, basta con escuchar a concursantes que, sin supuesto guión de por medio, normalizan la violencia de género y las agresiones sexuales en pleno directo. Pasó, por ejemplo, en octubre, en ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’. El programa, muy seguido por los adolescentes (esta semana ha tenido un 9% de cuota de pantalla y unos 700.000 televidentes diarios), no solo permitió a un ex concursante de ‘Gran Hermano’, Suso, entonar un discurso en el que daba validez a una posible agresión sexual (“Yo soy una persona que, si tu me das a entender una cosa, y yo… mmm, me acelero, ¿vale?, luego no me digas: ‘Hasta aquí, ahora ya no, me voy’, porque sinceramente, Emma, yo ya no razono”); sino que después lo defendió vía Twitter diciendo que “Suso tenía derecho a enfadarse”, mientras la afectada aseguró, entre lágrimas, haberse sentido incómoda en esa cita sin cámaras.
“Telecinco suele ser la cadena por la que más quejas recibimos respecto a la imagen de la mujer”, explican desde el Instituto de la Mujer. Su último informe anual (el de 2014) refleja que la televisión, por detrás de la prensa, es la que más denuncias recibe y la telerrealidad se lleva la palma. ‘Sálvame’, ese programa en el que sus tertulianos son los propios protagonistas de la información, acaparó el mayor número (tanto la versión diaria y especial Deluxe) con 12 quejas por “contenidos que reflejan trato vejatorio con participantes o colaboradoras del programa” y “comentarios que banalizan la violencia de género”.
Su presentador, el ubicuo Jorge Javier Vázquez, no se cortó en llamar “tramposilla” a una mujer que contó los malos tratos de su primer marido en el programa ‘Hay una cosa que te quiero decir’. Belén Esteban, colaboradora estrella de ‘Sálvame’, dijo a su paso por ‘GH Vip’ que “Kiko Rivera no toca una fregona mientras haya una mujer aquí para hacerlo”. A veces no hace falta escribir un guión para convertir en espectáculo televisivo la violencia contra las mujeres. Ya está la telerrealidad para hacerlo. Álvaro, concursante de ‘GH 17’ que llegó a ser expulsado, preguntó a otro concursante “si alguna vez había abandonado a alguna ‘hembra’” (así, en plan animal). “¿Alguna vez has quedado con ella, has hecho el amor en un descampado y luego la has dejado tirada en el descampado?”, dijo negando que lo hubiese hecho entre jolgorio y risas. Simona, también de ‘GH 17’ dice que “una mujer tiene que ser más limpia que un hombre”. La dirección del programa y sus guionistas se pasan la sororidad por el forro y fomentan las pelea de gatas y la exaltación de las relaciones tóxicas para alegría de sus audímetros.
“O se denuncia o se calla una para toda la vida”, replicó Toñi Moreno en uno de los programas más vistos de la tarde hace un par de años, ‘Entre Todos’. La presentadora de la televisión pública cortó a una participante que aseguró haber sido maltratada por su ex pareja. Sus declaraciones le valieron acusaciones de hacer “proseletismo de la violencia de género” y el programa acabó en los tribunales, pero dos años después, no hay que hacer mucho zapping, ni ser 25 de noviembre, para encontrarse con situaciones similares que normalizan toda esta lacra de violencia contra la mujer.
Y TAMBIÉN…
Suso ('MYHYV') intenta, sin éxito, acostarse con una pretendienta en una cita sin cámaras. El 'tronista' se enfrentó a uno de los programas mas tensos de su paso por el 'show' de búsqueda de pareja de Emma García.
Vanitatis, El Confidencial, 2016-10-11
http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/programas-tv/2016-10-11/suso-mujeres-hombres-viceversa-myhyv-acostarse-pretendienta-cita-cin-camaras-camila_1273619/
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