jueves, 12 de octubre de 2017

#hemeroteca #machismo | ¡A por ellas oé, a por ellas oé!

Imagen: ctxt / Anna Gabriel interviene en el Parlament, 2017-10-10
¡A por ellas oé, a por ellas oé!
La violencia siempre se ceba más con las mujeres. Especialmente con aquellas que han conquistado espacios que pertenecían a los hombres
Anita Botwin | ctxt · Contexto y Acción, 2017-10-12
http://ctxt.es/es/20171011/Firmas/15566/anna-gabriel-violencia-mujeres-twitter-anita-botwin.htm

La violencia siempre se ceba más con las mujeres. Especialmente con aquellas que han conquistado espacios que pertenecían a los hombres por el simple hecho de serlo.

Sin ir más lejos, el 10 de octubre la portavoz de las CUP, Anna Gabriel, fue objeto de mofa. Las redes se incendiaron tras declararse “independentista sin fronteras” y la mayor parte de los comentarios al respecto fueron misóginos y machistas, aludiendo también a su forma de vestir o a su peinado. Cuando una mujer de la esfera pública se expone con algún comentario que a alguien pueda parecerle desafortunado, las respuestas que reciben son agresivas, lo que incluye apelaciones explícitas a violencias sexuales y machistas, que pasan por los cuerpos. Algo parecido le ocurrió a Inés Arrimadas cuando una mujer que se autodenominó machista le deseó que la violaran en grupo. El pasado 17 de abril, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también anunció que denunciaría a un usuario que la insultó y la amenazó con violarla, vía Twitter. El tuit iba acompañado de la fotografía de una pistola semiautomática. Curiosamente, ese usuario también me amenazó a mí y a otras compañeras. Debe tener mucho odio dentro y mucho tiempo libre, también.

Volviendo a Anna Gabriel, ya en su momento, el presentador de ‘El Gato al Agua’, Eduardo García Serrano habló así de la diputada de la CUP: “De Anna Gabriel lo sabemos todo, porque ella misma nos lo ha contado, que es una puta, traidora, amargada y mal follada, tal cual se ve a sí misma. Y lo cierto es que por su forma de taparse, Anna Gabriel no se viste, se limita a tapar con harapos propagandísticos el cuerpo con el que la madre naturaleza la ha castigado. Es evidente que alguno de los adjetivos con los que Anna Gabriel se autodefine le quedan como anillo al dedo”.

La manera de mostrar el desacuerdo político por parte de medios de comunicación y de la ciudadanía se muestra en múltiples ocasiones con descalificativos relacionados con el cuerpo o la vestimenta, las relaciones sentimentales de cada una de nosotras, y nuestra tendencia sexual.

Como ya señalé en esta columna, el 1 de octubre también existió violencia sexual por parte de la policía y guardia civil hacia mujeres que fueron a votar, según ha denunciado la misma Ada Colau. Tras ilustrar el texto con la imagen de una de las agresiones a una mujer en un colegio electoral, también recibí comentarios agresivos en los que se ponía en duda mi profesionalidad porque la chica de la foto había mentido, según ellos juzgaban. No sé cómo nos las apañamos, pero nosotras siempre mentimos, siempre ponemos denuncias falsas y siempre, también, somos unas perras, putas y traidoras malfolladas. Y por supuesto, unas víctimas. En el momento en el que no hacemos lo que se pide y espera de nosotras, lo que se nos sugiere socialmente por nacer mujer, se nos descalifica y margina, silencia o agrede.

El 8 de octubre en las manifestaciones españolistas también se sucedieron violencias. En concreto, en uno de los vídeos del día puede verse a varios individuos con banderas de España gritando “chupapollas” a una mujer que está en su balcón. Ella responde y uno de ellos amenaza: “puta, baja aquí”.

Todas estas violencias son las que sufrimos a diario, de una manera u otra cada una de nosotras. En las redes sociales, como ya he denunciado varias veces, recibimos amenazas de muerte adornadas con fotos de cuerpos mutilados. Algunas somos las periodistas feministas que hemos sido amenazadas para que dejemos de hablar de feminismo. O dejemos de hablar a secas. La violencia machista sigue estando normalizada en nuestro país y no se toman las medidas oportunas para erradicarla.

Manuela Carmena tampoco se ha librado de la opinión sobre su aspecto. El juez Yusty Bastarreche, encargado de suspender el acto a favor del derecho a decidir en Madrid, hablaba así de la alcaldesa: “¡Pensar que semejante tropa está al mando de nuestras ciudades y villas, y puede estar en el Gobierno de España. Si por lo menos tuviesen un aspecto presentable”. Sí, amigos, en pleno siglo XXI.

Como explica Nuria Varela en ‘Feminismo para principiantes’, “desde hace siglos hay feministas guapas y feas, ricas y pobres, gordas y delgadas, altas y bajas… Lo que no ha habido nunca, a lo largo de la historia, ha sido un movimiento político cuestionado por la belleza física de sus miembros”. Ahora que por fin hemos conquistado ciertos espacios de la esfera pública, aquellos que no solo no lo respetan, sino que lo detestan, no tienen otra arma que descalificarnos por la forma y no por el fondo y la complejidad de nuestros actos.

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