Imagen: La Voz de Galicia / Gina Gisbert |
Forma parte de la asociación Agrocuir y hablará de cómo se vive la diversidad sexual en pueblos y aldeas.
Bea Costa | La Voz de Galicia, 2017-10-06
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/arousa/cambados/2017/10/06/rural-homofobico-ciudades/0003_201710A6C5991.htm
Gina Gisbert es alicantina, vive desde hace ocho años en la comarca de Ulloa y forma parte de Agrocuir. Esta una asociación que nació para dar visibilidad a la comunidad LGTBI en el medio rural, y precisamente de eso va a hablar mañana en Cambados dentro del primer Simposio Internacional LGTBI de Galicia que se celebra en Exposalnés, de 10 a 14 horas, con entrada libre.
-¿Cómo surgió Agrocuir?
-Empezó en el 2015 organizando un festival para celebrar el día del orgullo gay, algo que solo se celebraba en las ciudades. Teníamos el lugar perfecto; la Granja Maruxa, una granja de práctica ecológica y con una dueña orgullosa de pertenecer a la comunidad LGTBI, y así nació.
-¿Qué esperan aportar desde la asociación?
-Nuestro objetivo es dar visibilidad a la comunidad LGTBI dentro del medio rural y poner nuestro grano de arena para eliminar la ‘ruralfobia’. Desde las ciudades, el medio rural es invisible, parece que no sucede nada, que está anclado en el pasado. Queremos ayudar a barrer estos prejuicios mostrando un rural diverso, activo y en vanguardia, presentar un medio en el que se puede y se debe vivir. Nosotros cohabitamos el rural, formamos parte de esta diversidad y la reivindicamos.
-¿Es más difícil exteriorizar la homosexualidad en un ambiente rural que en uno urbano?
-Creemos que no, cada medio presenta sus dificultades. Creemos que el problema tiene más que ver con la dificultad que acarrea ser homosexual en el lugar de donde es cada uno. Entiendo que para alguien de la comunidad LGTBI sea más difícil vivir de forma libre en su pueblo y que busque un lugar donde ser más anónimo. Nosotros no encontramos ningún problema aquí por nuestra orientación sexual. Es cierto que no tienes tanto anonimato, pero tienes la ventaja de que la gente te conoce y quizá no le importen tanto tus preferencias sexuales.
-Usted llegó a Lugo desde Alicante, ¿facilita eso las cosas?
-Quizá fue más fácil, pero encuentro otras dificultades porque la gente no te conoce y eso conlleva otros problemas. Pero hay gente como Braulio, que es de Palas de Rei, que siempre vivió su sexualidad abiertamente. El rural no es más homofóbico que las ciudades. Quizá los familiares rechazan más la diversidad sexual, no tanto por como sea cada uno si no por miedo a lo que a van a decir los demás.
-¿Simposios como el de Cambados siguen siendo necesarios en la España del 2017?
-Hacen muchísima falta, estamos viendo todos los días como hay casos de homofobia en este país, y en otros países. Hay estadísticas que indican que de cada cinco chicos que cometen suicidio por acoso en el colegio, cuatro forman parte de la comunidad LGTBI. En el rural hace mucha más falta porque es mucho menos visible esta realidad. Esta es una iniciativa maravillosa que ojalá se consolide y haya muchas más.
-¿Cómo surgió Agrocuir?
-Empezó en el 2015 organizando un festival para celebrar el día del orgullo gay, algo que solo se celebraba en las ciudades. Teníamos el lugar perfecto; la Granja Maruxa, una granja de práctica ecológica y con una dueña orgullosa de pertenecer a la comunidad LGTBI, y así nació.
-¿Qué esperan aportar desde la asociación?
-Nuestro objetivo es dar visibilidad a la comunidad LGTBI dentro del medio rural y poner nuestro grano de arena para eliminar la ‘ruralfobia’. Desde las ciudades, el medio rural es invisible, parece que no sucede nada, que está anclado en el pasado. Queremos ayudar a barrer estos prejuicios mostrando un rural diverso, activo y en vanguardia, presentar un medio en el que se puede y se debe vivir. Nosotros cohabitamos el rural, formamos parte de esta diversidad y la reivindicamos.
-¿Es más difícil exteriorizar la homosexualidad en un ambiente rural que en uno urbano?
-Creemos que no, cada medio presenta sus dificultades. Creemos que el problema tiene más que ver con la dificultad que acarrea ser homosexual en el lugar de donde es cada uno. Entiendo que para alguien de la comunidad LGTBI sea más difícil vivir de forma libre en su pueblo y que busque un lugar donde ser más anónimo. Nosotros no encontramos ningún problema aquí por nuestra orientación sexual. Es cierto que no tienes tanto anonimato, pero tienes la ventaja de que la gente te conoce y quizá no le importen tanto tus preferencias sexuales.
-Usted llegó a Lugo desde Alicante, ¿facilita eso las cosas?
-Quizá fue más fácil, pero encuentro otras dificultades porque la gente no te conoce y eso conlleva otros problemas. Pero hay gente como Braulio, que es de Palas de Rei, que siempre vivió su sexualidad abiertamente. El rural no es más homofóbico que las ciudades. Quizá los familiares rechazan más la diversidad sexual, no tanto por como sea cada uno si no por miedo a lo que a van a decir los demás.
-¿Simposios como el de Cambados siguen siendo necesarios en la España del 2017?
-Hacen muchísima falta, estamos viendo todos los días como hay casos de homofobia en este país, y en otros países. Hay estadísticas que indican que de cada cinco chicos que cometen suicidio por acoso en el colegio, cuatro forman parte de la comunidad LGTBI. En el rural hace mucha más falta porque es mucho menos visible esta realidad. Esta es una iniciativa maravillosa que ojalá se consolide y haya muchas más.
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