miércoles, 20 de septiembre de 2017

#hemeroteca #television | Sexo, mentiras y redes sociales: el truco de 'Mujeres y Hombres y Viceversa'

Imagen: El Mundo / Un momento de MYHYV
Sexo, mentiras y redes sociales: el truco de 'Mujeres y Hombres y Viceversa'.
Comenzó como programa de citas, pero evolucionó hasta llenar el hueco de las ficciones tipo 'Al salir de clase'.
Paula Hergar | Papel, El Mundo, 2017-09-20
http://www.elmundo.es/papel/cultura/2017/09/20/59c10a51468aeb56538b4663.html

Hubo un tiempo (largo) durante el que muchos adolescentes corrían a mediodía desde el instituto a casa para comer y ver ‘Al salir de clase’. Fueron seis años, de 1997 a 2002, en una época en la que la ficción juvenil (diaria en este caso) parecía un filón inagotable. ‘Compañeros’, ‘Un paso adelante’, ‘Física o química’... Jóvenes guapos, toques de culebrón, problemas desde lo tópico a lo estrambótico... La adolescencia televisada, en definitiva. Y de golpe, hace una década, desaparecieron tan de golpe como llegaron, dejando sin referentes de ficción a una generación de chavales.

Porque, sí, esas series educaban. Lo explica el psicoterapeuta y escritor Luis Muiño: «Las series son aprendizaje por imitación, educación emocional, que es el proceso didáctico más importante de los seres humanos. Hay grupos de amigos que han aprendido a relacionarse viendo ‘Friends’ o ‘Cómo conocí a vuestra madre’. Estas narrativas de educación emocional en la adolescencia siempre han existido y son muy necesarias».

Así que el fin de la ficción juvenil ha creado un hueco y, no se engañen, la televisión siempre llena los huecos. ¿Y quién se encarga ahora de esa educación emocional? Respiren hondo porque es posible que la respuesta no les guste. Allá va: ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ (MYHYV). Sí. En serio.

Lo primero, pongamos esta revelación en contexto. ¿Por qué dejaron de producirse series juveniles? «En el momento en el que triunfaron había un número de canales limitado y la tele sólo se veía en el televisor. Por lo tanto se buscaba llegar a diferentes públicos con distintos productos», explica Arantxa Écija, directora de ficción de Mediaset. «Pero hoy contamos con una amplísima oferta de canales con ‘targets’ más definidos y con nuevas formas de consumo del contenido [plataformas de ‘streaming’, YouTube...], lo que lleva a las cadenas a apostar por series que no se dirigen a un solo target sino a un gran espectro de público, incluyendo por supuesto al joven».

En una línea parecida se posiciona Sonia Martínez, directora de ficción de Atresmedia, el grupo que un día apostara por ‘Compañeros’ o ‘Un paso adelante’: «La franja donde puede programarse una serie diaria [la de sobremesa], tiene hoy un público mayoritariamente adulto y sería ir en contra del target natural. Lo mismo ocurre en ‘prime time’, y es que el público que ve la tele de forma convencional también es adulto».

Y aquí, en este escenario de audiencias compartimentadas y contenidos vía internet, es donde ‘MYHYV’ conquistó el territorio joven de la televisión. En 2008 nacía en Telecinco con alma de clásico programa de citas con toques de ‘reality’. Pero, quizás sin proponérselo, fue evolucionando hacia una ficción (más o menos) disimulada que ha tomado el relevo de aquellas historias en las que se veían reflejados los adolescentes.

Y es que el ‘dating’ de Emma García ha demostrado durante estos años de emisión contener varios de los ingredientes de una serie. El principal, unos claros protagonistas recurrentes que enganchan y fidelizan a una audiencia ansiosa por seguir sus aventuras. La propia presentadora nos señala a esas estrellas: «Manu y Susana, una de mis parejas favoritas, vivieron intensamente el trono. Noel y María, con los que vivimos una final muy emocionante. Y Ruth e Iván, una pareja que desbordaba atracción, pero que no lograba ponerse nunca de acuerdo».

También existen los personajes secundarios que animan las tramas y acaban por llevarse legiones de fans a sus redes sociales. Unas plataformas que arden durante la emisión de cada entrega, convirtiéndola a diario en ‘trending topic’ e involucrando a sus jóvenes espectadores con una intensidad inalcanzable en la época de ‘Al salir de clase’.

Y hemos visto, igual que en cualquier serie juvenil, cómo el amor, el sexo, la familia y la amistad eran los grandes temas alrededor de los que giraba toda la trama. «Recuerdo con mucho cariño la historia de Juanjo», confiesa Emma, «un pretendiente que lo había pasado muy mal a nivel familiar. Su madre tenía problemas de salud y él aprovechó el programa para decirle cuánto la admiraba y la quería. Fue toda una lección de amor de madre e hijo».

Quizás la gran diferencia con las series sea que mientras aquellos actores soñaban con que su carrera diera el salto al cine (y muchos son ahora figuras consolidadas, de Pilar López de Ayala a Elsa Pataki), los protagonistas de ‘MYHYV’ aspiran a saltar de ‘reality’ en ‘reality’ dentro del universo Mediaset. Y ellos también lo consiguen...

Es el premio a nueve temporadas plagadas de giros de trama, clímax sobreactuados al escoger pareja y los tan amados como odiados finales abiertos cada vez que Emma García pronuncia su ya famosa frase: «Seguimos grabando».

Y es que el papel de la presentadora es esencial en toda esta puesta en escena. Se ha convertido en los ojos del espectador, la observadora privilegiada que da voz a los pensamientos de la audiencia, la narradora que guía a la audiencia a través de la historia, de sus giros y tramas.

Pero, a diferencia de aquellas series adolescentes de hace años, ‘MYHYV’ da foco a una imagen muy sesgada de la juventud. Todo apunta a un sector sociocultural muy concreto. Cuando alguien, en cualquier circunstancia, llama a otro ‘tronista’, sabemos de qué tipo de apariencia física está hablando. Y si luego pones la tele y ves a los verdaderos ‘tronistas’, lo ha clavado: todos se parecen. «Cuando introduces una narrativa, una forma de ver el mundo, lo haces con todo el ‘atrezzo’: si enseñas una forma de amar, también introduces el prototipo físico que mejor va a funcionar», indica Muiño.

En cambio, César Benítez nos explica que cuando crearon ‘Al salir de clase’ intentaron «que hubiera perfiles distintos: del más maduro al más inconsciente, el más audaz y el más cobarde. Intentábamos tener un abanico en el que se reflejara un universo mucho más amplio para hablar de la sociedad juvenil del momento».

Ésta es una de las cuentas pendientes de un programa que se esfuerza continuamente en señalar lo real que es, sin darse cuenta de que a sus jóvenes espectadores lo que más les interesa es ya la parte de ficción y la posibilidad de verse reflejados en ella. De encontrar esos modelos guionizados que añora desde hace más de una década.

Curiosamente, Netflix ha anunciando que en 2018 rodará su segunda serie española y esta vez será juvenil. Se llamará ‘Élite’ y transcurrirá en el colegio más exclusivo del país. Tal vez aún haya esperanza para la ficción adolescente. La que no se viste de ‘reality’, me refiero.

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