lunes, 6 de agosto de 2018

#hemeroteca #sexismo | Guerra a las postales sexistas en Francia

Imagen: El País
Guerra a las postales sexistas en Francia.
Una organización feminista quiere acabar con una tradición que impulsa la “cultura de la violación”.
Silvia Ayuso | El País, 2018-08-06
https://elpais.com/internacional/2018/08/05/actualidad/1533478178_653903.html

¿Qué tienen que ver los maravillosos campos de lavanda de la Provenza con los culos torneados de unas chicas? ¿Por qué la joven que escala en bicicleta el nevado monte Ventoux lo hace en tanga? Para dar envidia de vacaciones a los colegas que se quedaron trabajando en la ciudad, ¿hace falta mandar una foto de traseros —sí, casi siempre son culos, ya sea en tanga, en bikini o en pantalón mínimo— femeninos? Incluso en la era de Instagram, las tarjetas postales siguen siendo un clásico del verano. Pero para la asociación feminista francesa Femmes Solidaires, aquellas que, además de paisajes, muestran a mujeres casi siempre jóvenes, casi siempre semidesnudas, no hacen más que prolongar una cultura de degradación de la mujer.

Coincidiendo con la aprobación en Francia de una ley contra la violencia sexual y sexista que prevé incluso multas para el acoso sexual en la calle, la organización, que lucha contra la discriminación y promueve una educación no sexista, ha lanzado una campaña para acabar con las postales también sexistas que se siguen pudiendo comprar en muchos quioscos del país y que, afirman, ayudan a “legitimar y trivializar la violencia contra la mujer”.

Desde el 1 de agosto y durante todo el mes, la asociación publicará en sus redes sociales cada día una postal de carácter “sexista y a veces pornográfico” que, denuncia, no hacen más que “contribuir a una cultura de la violación que impone una imagen degradante de las mujeres” como “objetos consumibles y desechables”. Femmes Solidaires dice haber recopilado un centenar de postales de este tipo que les enviaron algunas de sus más de 10.000 miembros desde todo el país. Algunas personalidades, como la diputada de Gironda, Sophie Panonacle, se han unido a la campaña publicando fotos de quioscos donde se vende este tipo de postales.

Según la presidenta de Femmes Solidaires, Sabine Salmon, hay que actuar con la misma perspectiva que se hace ante el racismo o la homofobia. “Hay estereotipos que generan discriminación, y a veces esas discriminaciones conducen incluso a actos violentos”, dijo en una entrevista a la publicación digital Partage Social Club.

En Francia, una mujer muere cada tres días a manos de su pareja, y cada año 62.000 más son víctimas de una violación o intento de violación, según cifras oficiales. Una de cada cinco mujeres ha declarado haber sufrido acoso sexual en su trabajo o en algún momento de su vida, y otro 20% de los franceses declara conocer al menos a una persona que ha sufrido esa situación.

Por cifras como estas, Femmes Solidaires busca convencer a las empresas que siguen imprimiendo este tipo de postales para que dejen de hacerlo. Pese al eco mediático que está teniendo su campaña, los responsables restan importancia al asunto, que algunos incluso califican de “anecdótico”. “Hace años que ya no las editamos”, dijo Yves Nicolet, de la editorial Cellard, una de las empresas a las que ha hecho su llamamiento la organización feminista. “Hoy en día ese es un mercado anecdótico que no corresponde a lo que quiere la gente”, agregó en declaraciones a la Agencia France Presse (AFP), si bien subrayó que esas postales “no vulneran a nadie”.

“Es un mercado muy restringido”, coincidió Eric Leconte, de la editorial Valoire Estel. “Las mujeres desnudas han desaparecido prácticamente” de este mercado, aseguró, intentando a la par, también, rebajar importancia a este tipo de producto: “Hay otras cosas en el mundo mucho más importantes”. Desde las redes sociales, la campaña ha sido también bastante contestada —“jamás habíamos recibido tantos insultos”, lamentó la presidenta de Femmes Solidaires—, con comentarios acusando a la organización de actuar a favor del extremismo religioso, entre otros.

Unas respuestas que le han servido a Femmes Solidaires para hacer un llamamiento a “ampliar” su campaña en las redes sociales, ya que, consideran, no hacen más que demostrar que sigue habiendo una gran falta de conocimientos en torno a esta cuestión. Y es que “no se trata de prohibir por prohibir”, precisó Sabine Salmon. El objetivo de una campaña, subrayó, es de “abrir el debate y la reflexión sobre las imágenes sexistas que nos rodean”.

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