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| Imagen: Marca / Marc Fortuny |
Tiene seis medallas nacionales, pero su mayor competición ha sido reconocer su orientación sexual.
Marcos de Vicente | Marca, 2018-10-03
https://www.marca.com/otros-deportes/2018/10/03/5bb3906b468aeb47028b46ff.html
Seis medallas en campeonatos de España (oro en junior; plata y bronce en sub-23 y dos bronces en absoluto), además de haber sido miembro de la selección española junior y tener dos medallas internacionales. Marc Fortuny era uno de los mejores judokas españoles en -100 kg y, sin embargo, desapareció de los tatamis. Ahora vuelve a ser noticia después de haber ganado la competición más importante de su vida: aceptarse como es. Gay. Sin tapujos. Y con el objetivo de normalizar una situación impropia de los 'tiempos modernos' que corren.
P. ¿Cuánto tiempo lleva sin competir?
R. Llevo tres años, desde que saqué el último bronce en el campeonato de España absoluto.
P. ¿Y por qué dejó de hacerlo?
R. Tuve que salir del deporte de élite porque no terminaba de estar bien y necesitaba un parón para reflexionar y dar un paso adelante en el ámbito más personal.
P. Y con el deporte no era capaz de darlo...
R. Mi etapa en Madrid no la tengo como una buena estancia. No culpo a nadie, pero no lo estaba disfrutando. Estaba haciendo lo que toda mi vida había hecho y algunos días parecía una tortura. Se me hacía muy duro. Fue un poco por todo. No terminaba de estar bien. Ya veía que era gay y no sabía cómo gestionarlo. No me veía capaz de seguir compitiendo y estar en el mundo del judo y aceptarme. Por eso decidí salir y ser yo mismo.
P. ¿Cree que al ser judo ha sido más difícil que si hubiese sido otro deporte?
R. Creo que el judo sí influye porque al ser un deporte de contacto pues te sientes más violentado o tienes la sensación de que puedes hacer sentir incómodo a alguien. Cuando hacía judo pensaba... "si se lo digo a mis compañeros a lo mejor alguien se va a creer que cuando haga un combate le estoy tocando o viendo de otra forma". Luego te das cuenta de que no es así.
P. Pero ahora todo es distinto...
R. Todos esos miedos que tenía han pasado. Nadie me ha dicho nada y no me planteo esas cosas cuando hago un combate.
P. ¿Cree que es un tabú en el deporte?
R. Totalmente. Es una cosa que no se habla. Sobre todo en el masculino. El problema viene a raíz de que hemos decidido que el deporte es algo masculino, de machos y sólo de chicos. Tenemos que cambiar el concepto de persona gay. Yo tenía un dilema. Yo me siento atraído por los chicos pero no me siento menos hombre.
P. Estaba algo perdido entonces...
R. No tenía referentes. Faltan deportistas gais referentes. Yo no me sentía identificado con los gais que conocía. El más conocido es el más afeminado, el que siempre va con las chicas, que no es algo malo pero no me sentía identificado y no podía dar el paso porque no me veo así. Cuando haya más referentes deportistas, todo cambiará.
P. ¿Por qué cree que no hay más deportistas que den el paso?
R. Por estadística tiene haber muchos deportistas que son gais. Que salgan futbolistas o personas muy influyentes... que salgan y lo digan... así todo cambiará. Hasta que una persona como un futbolista importante salga, la gente no va a cambiar este estigma. Una persona es homosexual y no pierde su masculinidad.
P. Es cuestión de estadística...
R. ¡Por favor! Que alguien se pregunte, por favor, por qué si en Primera división hay más de 600 jugadores no hay ningún homosexual. Yo no lo entiendo. Sólo es estadística. Hay muchos tabúes porque estas personas tienen miedo a no ser queridos por los clubes, porque hay mucha presión. E incluso por imagen, porque se ha asociado lo malo a lo homosexual.
P. ¿Y dónde cree que está la clave?
R. Hay que empezar por la educación. Pero desde ahí hasta los pequeños detalles. Es importante cambiar el lenguaje que se usa ya que éste, sin querer condiciona. Por ejemplo, el "¡maricón!" si no entrenas fuerte. A mí ya no me afecta pero en su momento sí, y hay gente que se puede sentir ofendida. ¿Qué es ser maricón? ¿Soy débil? Eso no es así. Tenía una lucha interna, cuando me decían eso y me dolía.
P. A posteriori, ¿por qué crees que no diste antes el paso?
R. Después de analizarlo me di cuenta que no tuve agentes facilitadores. En casa nunca se me había hablado mal del tema pero tampoco como algo normal. No tenía referentes. Ninguna figura. Además fui a un colegio religioso. Allí, indirectamente siempre he sido educado de forma heteronormativa, la figura de hombre y mujer, sin hablar de otras posibilidades. En la universidad, INEF y deporte, tampoco fue fácil. De 150 que éramos en clase, ningún chico había dicho que era gay o al menos que se supiera. Y en judo, a más élite, más difícil. O salía del judo o no era capaz. Ahora me arrepiento pero en ese momento me ahogaba, no podía decirlo.
P. Dentro del mundo del judo, ¿a quién fue al primero que se lo dijo?
R. A mi maestro. Era una de las personas a las que más respeto tenía. Era mi referente desde pequeño y decírselo a él...
P. ¿Cómo fue su respuesta?
R. Muy buena. Yo es que sentía que necesitaba su aprobación. Y me dijo: "Haz lo que tú quieras, tienes que ser feliz". Contarlo a la gente más próxima me ayudó a aceptarme a mí mismo.
P. ¿Es más feliz ahora?
R. Sí, podíamos decir que soy más feliz. Puedo ser yo mismo en todo momento sin preocuparme y sin tener que fingir ser una persona que no soy. En distintas situaciones antes, me sentía con la obligación de decir comentarios que realmente no pensaba pero los hacía para no sentirme excluido. He vuelto a disfrutar del judo. No tengo ningún tipo de presión. Antes la única cosa que me hacía olvidarme en algunos momentos de este sufrimiento, era el judo. Con lo cual, cuando el judo no iba bien, mi vida era un caos. En cambio ahora, todo es más fácil.
P. ¿Qué le diría a cualquiera que esté en la situación que usted vivió?
R. Que no espere más, que no pierda el tiempo y dé el paso, que no se lo piense. La gente que te quiere va a reaccionar positivamente y tu entorno más próximo te va a aceptar. ¿Si no estás bien contigo mismo, como quieres estar bien con la gente de tu alrededor? Que dé el paso, merece la pena.
P. ¿Algo que reprocharse?
R. Siento que he perdido el tiempo. He estado 5 años estando mal conmigo mismo y haciendo cosas a desgana. A esa gente le diría que intentara evitar todos esos momentos y que de el paso. Sólo tenemos una vida y no hemos venido aquí para sufrir, justamente lo contrario, a disfrutar del camino.
P. Le veo feliz....
R. Es que el miedo que tienes de bromas en los vestuarios y demás comentarios no se han cumplido, no han pasado. Creo que mucha gente no es consciente de la gravedad de estos comentarios y el daño que pueden crear en algunas personas.
P. Es un ejemplo a seguir... un valiente...
R. No lo sé, el problema es que esto no tiene que ser noticia. Ahora saldré donde haga falta para que en 10 años esto no tenga razón de ser porque sea algo normal. La gente me dice que soy valiente, pero es que no debería ser un valiente. Es un problema que tenemos en el siglo XXI... vamos de modernos y no somos tan modernos. Como eres distinto tienes que justificarte.
P. ¿Cuánto tiempo lleva sin competir?
R. Llevo tres años, desde que saqué el último bronce en el campeonato de España absoluto.
P. ¿Y por qué dejó de hacerlo?
R. Tuve que salir del deporte de élite porque no terminaba de estar bien y necesitaba un parón para reflexionar y dar un paso adelante en el ámbito más personal.
P. Y con el deporte no era capaz de darlo...
R. Mi etapa en Madrid no la tengo como una buena estancia. No culpo a nadie, pero no lo estaba disfrutando. Estaba haciendo lo que toda mi vida había hecho y algunos días parecía una tortura. Se me hacía muy duro. Fue un poco por todo. No terminaba de estar bien. Ya veía que era gay y no sabía cómo gestionarlo. No me veía capaz de seguir compitiendo y estar en el mundo del judo y aceptarme. Por eso decidí salir y ser yo mismo.
P. ¿Cree que al ser judo ha sido más difícil que si hubiese sido otro deporte?
R. Creo que el judo sí influye porque al ser un deporte de contacto pues te sientes más violentado o tienes la sensación de que puedes hacer sentir incómodo a alguien. Cuando hacía judo pensaba... "si se lo digo a mis compañeros a lo mejor alguien se va a creer que cuando haga un combate le estoy tocando o viendo de otra forma". Luego te das cuenta de que no es así.
P. Pero ahora todo es distinto...
R. Todos esos miedos que tenía han pasado. Nadie me ha dicho nada y no me planteo esas cosas cuando hago un combate.
P. ¿Cree que es un tabú en el deporte?
R. Totalmente. Es una cosa que no se habla. Sobre todo en el masculino. El problema viene a raíz de que hemos decidido que el deporte es algo masculino, de machos y sólo de chicos. Tenemos que cambiar el concepto de persona gay. Yo tenía un dilema. Yo me siento atraído por los chicos pero no me siento menos hombre.
P. Estaba algo perdido entonces...
R. No tenía referentes. Faltan deportistas gais referentes. Yo no me sentía identificado con los gais que conocía. El más conocido es el más afeminado, el que siempre va con las chicas, que no es algo malo pero no me sentía identificado y no podía dar el paso porque no me veo así. Cuando haya más referentes deportistas, todo cambiará.
P. ¿Por qué cree que no hay más deportistas que den el paso?
R. Por estadística tiene haber muchos deportistas que son gais. Que salgan futbolistas o personas muy influyentes... que salgan y lo digan... así todo cambiará. Hasta que una persona como un futbolista importante salga, la gente no va a cambiar este estigma. Una persona es homosexual y no pierde su masculinidad.
P. Es cuestión de estadística...
R. ¡Por favor! Que alguien se pregunte, por favor, por qué si en Primera división hay más de 600 jugadores no hay ningún homosexual. Yo no lo entiendo. Sólo es estadística. Hay muchos tabúes porque estas personas tienen miedo a no ser queridos por los clubes, porque hay mucha presión. E incluso por imagen, porque se ha asociado lo malo a lo homosexual.
P. ¿Y dónde cree que está la clave?
R. Hay que empezar por la educación. Pero desde ahí hasta los pequeños detalles. Es importante cambiar el lenguaje que se usa ya que éste, sin querer condiciona. Por ejemplo, el "¡maricón!" si no entrenas fuerte. A mí ya no me afecta pero en su momento sí, y hay gente que se puede sentir ofendida. ¿Qué es ser maricón? ¿Soy débil? Eso no es así. Tenía una lucha interna, cuando me decían eso y me dolía.
P. A posteriori, ¿por qué crees que no diste antes el paso?
R. Después de analizarlo me di cuenta que no tuve agentes facilitadores. En casa nunca se me había hablado mal del tema pero tampoco como algo normal. No tenía referentes. Ninguna figura. Además fui a un colegio religioso. Allí, indirectamente siempre he sido educado de forma heteronormativa, la figura de hombre y mujer, sin hablar de otras posibilidades. En la universidad, INEF y deporte, tampoco fue fácil. De 150 que éramos en clase, ningún chico había dicho que era gay o al menos que se supiera. Y en judo, a más élite, más difícil. O salía del judo o no era capaz. Ahora me arrepiento pero en ese momento me ahogaba, no podía decirlo.
P. Dentro del mundo del judo, ¿a quién fue al primero que se lo dijo?
R. A mi maestro. Era una de las personas a las que más respeto tenía. Era mi referente desde pequeño y decírselo a él...
P. ¿Cómo fue su respuesta?
R. Muy buena. Yo es que sentía que necesitaba su aprobación. Y me dijo: "Haz lo que tú quieras, tienes que ser feliz". Contarlo a la gente más próxima me ayudó a aceptarme a mí mismo.
P. ¿Es más feliz ahora?
R. Sí, podíamos decir que soy más feliz. Puedo ser yo mismo en todo momento sin preocuparme y sin tener que fingir ser una persona que no soy. En distintas situaciones antes, me sentía con la obligación de decir comentarios que realmente no pensaba pero los hacía para no sentirme excluido. He vuelto a disfrutar del judo. No tengo ningún tipo de presión. Antes la única cosa que me hacía olvidarme en algunos momentos de este sufrimiento, era el judo. Con lo cual, cuando el judo no iba bien, mi vida era un caos. En cambio ahora, todo es más fácil.
P. ¿Qué le diría a cualquiera que esté en la situación que usted vivió?
R. Que no espere más, que no pierda el tiempo y dé el paso, que no se lo piense. La gente que te quiere va a reaccionar positivamente y tu entorno más próximo te va a aceptar. ¿Si no estás bien contigo mismo, como quieres estar bien con la gente de tu alrededor? Que dé el paso, merece la pena.
P. ¿Algo que reprocharse?
R. Siento que he perdido el tiempo. He estado 5 años estando mal conmigo mismo y haciendo cosas a desgana. A esa gente le diría que intentara evitar todos esos momentos y que de el paso. Sólo tenemos una vida y no hemos venido aquí para sufrir, justamente lo contrario, a disfrutar del camino.
P. Le veo feliz....
R. Es que el miedo que tienes de bromas en los vestuarios y demás comentarios no se han cumplido, no han pasado. Creo que mucha gente no es consciente de la gravedad de estos comentarios y el daño que pueden crear en algunas personas.
P. Es un ejemplo a seguir... un valiente...
R. No lo sé, el problema es que esto no tiene que ser noticia. Ahora saldré donde haga falta para que en 10 años esto no tenga razón de ser porque sea algo normal. La gente me dice que soy valiente, pero es que no debería ser un valiente. Es un problema que tenemos en el siglo XXI... vamos de modernos y no somos tan modernos. Como eres distinto tienes que justificarte.
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