Imagen: Noticias de Gipuzkoa / Lurdes Iribar |
¿Qué fue de la quinta componente de Locomía? La tolosarra Lurdes Iribar asegura que el mítico grupo de los 80 “nunca ha muerto” y tiene proyectos a la vista.
Marta San Sebastián | Noticias de Gipuzkoa, 2018-10-27
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/2018/10/27/vecinos/tolosaldea/estoy-muy-ilusionada-porque-vuelvo-a-tener-proyectos-con-locomia
Los recordamos por el terciopelo, los brocados y las hombreras. Y por sus abanicos. Locomía marcó el panorama musical y la moda de los 80 y 90, y tuvo una quinta integrante, Lurdes Iribar, que se encargaba de los diseños y traía de cabeza a las fans femeninas cada vez que salía a escena. La tolosarra acaba de vivir un reencuentro con los componentes de la primera agrupación de Locomía y asegura que “están pasando cosas”.
¿Vuelve Locomía?
-No como tal, porque, además, ahora hay una nueva generación de Locomía. Estoy ilusionada, porque tenemos algunos proyectos entre manos, que no se pueden desvelar aún, pero tendrán que ver con la parte del diseño. Siempre he dicho que Locomía fue mucho más que un grupo de música; fue un modo de vida, una forma de ser libres y ser cómo uno realmente es.
Cuenta que en Tolosa usted es como una leyenda urbana, que dice que hubo una tolosarra que formaba parte de Locomía...
-Sí, así es... Yo viví en Tolosa hasta los 18 años, que me fui a Barcelona a estudiar diseño de moda. Después la gente me veía en la televisión, algunos sabían que formaba parte del grupo, otros no... y se creó una especie de leyenda urbana.
¿Cómo empezó a rodearse de la gente de Locomía?
-El grupo musical surgió después. Yo conocí en Barcelona a Javier, el que fue la inspiración creativa del grupo. Nos vimos en una discoteca y fue como verme en un espejo: por la forma de vestir enseguida nos dimos cuenta de todo lo que nos unía. Yo en Tolosa ya me vestía diferente, y en Barcelona viví un descubrimiento. Los 80 fueron años muy creativos y aquella música no ha dejado de estar de moda.
¿Cómo empezó la era Locomía?
-Pasamos el verano del 88 en Ibiza, y al principio trabajábamos “haciendo la calle” como le llamábamos nosotros, que consistía en hacer de relaciones públicas, hablar con la gente, bailar... El manager vio que allí había material para crear un grupo y eligió cuatro chicos para Locomía. Y me eligió a mí como diseñadora, pero también hacía los coros y muchas otras cosas más... La fama llegó de repente, el verano del 89, el verano que murió mi madre. Lo recuerdo como una época agridulce. Recorrimos muchas ciudades y llegamos hasta Japón, y en Iberoamérica Locomía fue una verdadera revolución.
Las fans se creían que era novia de alguno de los integrantes, pero también le confundían con Madonna...
-¡Sí! Las fans me odiaban y se ponían muy celosas;cuando salía a escena hasta me abucheaban. Y con Madonna me han confundido mucho;una vez en Irun unas chavalas incluso me pidieron autógrafos.
¿Aquella época marcó su vida?
-Claro. Si algo fueron los 80, fueron años de creatividad. Yo me hacía pendientes con trozos de lámparas, o un vestido con una cortina si me gustaba. Todo era posible. La moda ha sido la forma de sacar lo que soy.
¿Qué hizo después de terminar la etapa con Locomía?
-Me fui a Washington y luego a Miami a vivir, donde me casé y tuve a dos de mis hijos. Volví a Tolosa hace 20 años y tuve otro hijo más.
¿Qué queda de la tolosarra que formó parte de Locomía?
-Todo. Locomía es libertad. Sigo siendo la misma, solo que después decidí tener hijos y tuve que dejar a un lado mi parte artística.
¿Ahora vive feliz en Tolosa?
-Sí, fue duro el regreso, pero creo que es lo mejor que pude hacer. He criado sola a mis tres hijos aquí, y estoy contenta porque es un lugar seguro donde nos conocemos todos. He dedicado unos años de mi vida a criarlos y no me ha importado trabajar de lo que sea. Aquí hay mucho problema de apariencia y yo nunca he tenido vergüenza de nada. A mis hijos les he transmitido que sean ellos mismos y que hagan lo que les gusta sin hacer mal a nadie.
¿Le ilusionan los nuevos proyectos?
-Estoy muy contenta. El pasado fin de semana nos juntamos los componentes de la primera agrupación de Locomía y... están pasando cosas. La gente se ha vuelto a empezar a interesar por el grupo, aunque nunca ha muerto porque ha habido más agrupaciones y el concepto de Locomía sigue vivo. Yo nunca he dejado de crear, dibujar y diseñar, y ahora que tengo a los hijos más crecidos, me gustaría retomar esta faceta, volver a la moda, que nunca lo he dejado, y sacar una línea de ropa que sea asequible y para todos los días. Creo firmemente en que hay que desear las cosas, y hacer que pasen.
¿Vuelve Locomía?
-No como tal, porque, además, ahora hay una nueva generación de Locomía. Estoy ilusionada, porque tenemos algunos proyectos entre manos, que no se pueden desvelar aún, pero tendrán que ver con la parte del diseño. Siempre he dicho que Locomía fue mucho más que un grupo de música; fue un modo de vida, una forma de ser libres y ser cómo uno realmente es.
Cuenta que en Tolosa usted es como una leyenda urbana, que dice que hubo una tolosarra que formaba parte de Locomía...
-Sí, así es... Yo viví en Tolosa hasta los 18 años, que me fui a Barcelona a estudiar diseño de moda. Después la gente me veía en la televisión, algunos sabían que formaba parte del grupo, otros no... y se creó una especie de leyenda urbana.
¿Cómo empezó a rodearse de la gente de Locomía?
-El grupo musical surgió después. Yo conocí en Barcelona a Javier, el que fue la inspiración creativa del grupo. Nos vimos en una discoteca y fue como verme en un espejo: por la forma de vestir enseguida nos dimos cuenta de todo lo que nos unía. Yo en Tolosa ya me vestía diferente, y en Barcelona viví un descubrimiento. Los 80 fueron años muy creativos y aquella música no ha dejado de estar de moda.
¿Cómo empezó la era Locomía?
-Pasamos el verano del 88 en Ibiza, y al principio trabajábamos “haciendo la calle” como le llamábamos nosotros, que consistía en hacer de relaciones públicas, hablar con la gente, bailar... El manager vio que allí había material para crear un grupo y eligió cuatro chicos para Locomía. Y me eligió a mí como diseñadora, pero también hacía los coros y muchas otras cosas más... La fama llegó de repente, el verano del 89, el verano que murió mi madre. Lo recuerdo como una época agridulce. Recorrimos muchas ciudades y llegamos hasta Japón, y en Iberoamérica Locomía fue una verdadera revolución.
Las fans se creían que era novia de alguno de los integrantes, pero también le confundían con Madonna...
-¡Sí! Las fans me odiaban y se ponían muy celosas;cuando salía a escena hasta me abucheaban. Y con Madonna me han confundido mucho;una vez en Irun unas chavalas incluso me pidieron autógrafos.
¿Aquella época marcó su vida?
-Claro. Si algo fueron los 80, fueron años de creatividad. Yo me hacía pendientes con trozos de lámparas, o un vestido con una cortina si me gustaba. Todo era posible. La moda ha sido la forma de sacar lo que soy.
¿Qué hizo después de terminar la etapa con Locomía?
-Me fui a Washington y luego a Miami a vivir, donde me casé y tuve a dos de mis hijos. Volví a Tolosa hace 20 años y tuve otro hijo más.
¿Qué queda de la tolosarra que formó parte de Locomía?
-Todo. Locomía es libertad. Sigo siendo la misma, solo que después decidí tener hijos y tuve que dejar a un lado mi parte artística.
¿Ahora vive feliz en Tolosa?
-Sí, fue duro el regreso, pero creo que es lo mejor que pude hacer. He criado sola a mis tres hijos aquí, y estoy contenta porque es un lugar seguro donde nos conocemos todos. He dedicado unos años de mi vida a criarlos y no me ha importado trabajar de lo que sea. Aquí hay mucho problema de apariencia y yo nunca he tenido vergüenza de nada. A mis hijos les he transmitido que sean ellos mismos y que hagan lo que les gusta sin hacer mal a nadie.
¿Le ilusionan los nuevos proyectos?
-Estoy muy contenta. El pasado fin de semana nos juntamos los componentes de la primera agrupación de Locomía y... están pasando cosas. La gente se ha vuelto a empezar a interesar por el grupo, aunque nunca ha muerto porque ha habido más agrupaciones y el concepto de Locomía sigue vivo. Yo nunca he dejado de crear, dibujar y diseñar, y ahora que tengo a los hijos más crecidos, me gustaría retomar esta faceta, volver a la moda, que nunca lo he dejado, y sacar una línea de ropa que sea asequible y para todos los días. Creo firmemente en que hay que desear las cosas, y hacer que pasen.
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