El Diario / Ricardo Hernández, coordinador de Gaz Kaló // |
“Hay que ser conscientes de que existe un racismo de baja intensidad contra el pueblo gitano”
Miguel M. Ariztegi | El Diario, 2019-03-10
https://www.eldiario.es/navarra/cuestionarnos-microrracismos-intensidad-imagenes-estereotipadas_128_1656127.html
Ricardo Hernández es el coordinador de la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra Gaz Kaló. Los disfraces de caldereros previos al carnaval, y algunas carrozas que parodiaban al pueblo gitano durante las fiestas les han traído a la actualidad de una de las peores maneras posibles: vía polémica por redes sociales. Su denuncia de un racismo latente, de baja intensidad o microrracismo en las bromas y disfraces de las pasadas celebraciones no han convencido a todos. Aquí, se explica.
¿Qué es el racismo de baja intensidad, los microrracismos en carnavales?
Todos los años lo mismo, pero más que una denuncia es una invitación a la reflexión. Los caldereros son una fiesta previa al carnaval, que se viene celebrando desde el siglo XIX en Gipuzkoa, para conmemorar la llegada de húngaros, zíngaros y gitanos que llegaban por los Pirineos y se dedicaban a reparar cacharrería, utensilios de uso diario. Es común en los pueblos de Euskadi y Navarra. La gente que participa no es consciente, en general, de que se disfrazan como una comunidad, los gitanos, que tienen una historia muy larga de persecución racista. Por un lado me divierto, pero luego, a lo largo del año, los ignoro e incluso los desprecio. El pueblo gitano es el que más rechazo y discriminación sigue sufriendo hoy en día.
Se quejaron de los caldereros de San Sebastián y de una carroza en Irurtzun
Sí, en el carnaval de Irurtzun, en Navarra, una de las carrozas escenificó una boda gitana con todos los estereotipos. Lo denunciamos a través de nuestras redes sociales y no veas la que se ha montado, es increíble. La gente se incomoda, dice que es una tradición la de disfrazarse en carnaval... El problema es que las asociaciones gitanas, con Gaz Kaló a la cabeza, creemos que ese humor atenta contra la imagen y la dignidad de un pueblo. Antes el pueblo gitano se callaba, porque no sabíamos o no éramos conscientes, pero ahora no nos callamos. Damos voz a las personas gitanas.
Más que una crítica directa es una llamada a la reflexión. Como en su día eran habituales los chistes contra los gays, las mujeres o los discapacitados...
Eso es, tradicionalmente nos hemos reído de los débiles, pero la sociedad parece que avanza, aunque queda mucho por hacer. Nosotros decimos que ha llegado el turno de los gitanos, que hasta ahora no nos hemos quejado. Tenemos que cuestionarnos estos microrracismos, el racismo de baja intensidad de la mayoría contra las imágenes estereotipadas de las minorías. Y no estoy llamando racista a nadie, digo que quizá no nos hemos parado a pensarlo. Pido un poco de reflexión. Es como el tema de los ‘black face’ en EEUU, cuando la gente blanca se pintaba la cara de negro para hacer de negros. Llegó un momento en que lo reflexionaron y ya no lo hacen.
Algo similar a lo que ocurría con los ‘Baltasares’ pintados en las cabalgatas de reyes magos...
Exactamente. Si tienes la versión original no te quedes con la copia. Pero la culpa también la tenemos los gitanos, que hemos colaborado en extender los estereotipos y en no divulgar la cultura gitana de una forma más seria. Y pienso ahora en programas como ‘Palabra de gitano’ y ‘Los gipsy kings’, que incluyen a gitanos reales. El llamamiento a la reflexión no es solo a la sociedad en general, sino también al pueblo gitano en particular, que somos los máximos responsables de cuidar y transmitir con verdad nuestra cultura. Las teatralizaciones y las mofas a veces duelen, pero hay gitanos que por salir en la televisión están dispuestos a hacer una parodia de sí mismos. Todo contribuye. Lo del carnaval ha sido en Irurtzun, pero no quiero cargar ni contra el pueblo ni contra los chavales que protagonizaron la para mí desafortunada parodia. Esto va más allá.
Es algo arraigado en nuestra cultura, difícil de modificar
A veces una broma poco reflexionada, incluso inocente, puede echar al traste mucho trabajo de las organizaciones que peleamos en el día a día por superar esos prejuicios. Parece que la sociedad nos quiere perpetuar en esos estereotipos, pero el pueblo gitano es muy plural, afortunadamente, cada día más. Parece que la ‘gitanidad’ nos la dictan otros.
¿Quizá la mayoría no lo piensa, y se asustan cuando son criticados por tener comportamientos racistas?
Exactamente, eso es. Yo no quiero señalar a nadie, y recalco que es compatible ser una buena persona y, sin querer, caer en ciertas cuestiones que no habías reflexionado. Nos pasa a todos, a mí el primero. Pero hay que pensar. Queda muy bonito condenar las expulsiones de gitanos de determinadas zonas de Francia o Italia, en eso estamos todos más o menos de acuerdo, pero es el momento de ir un poco más allá y desarrollar esos pensamientos. Descubrir cuáles son los pasos que nos llevan hacia el racismo.
Los carnavales son fiestas muy queridas, y los pueblos las defienden de las críticas
Sí, es normal, incluso me parece bien. Pero insisto en que no es un problema de un pueblo concreto o de una fiesta, es algo arraigado desde hace mucho tiempo en nuestra sociedad. Y por eso pedimos reflexión, empezar a dar pasos. Pero no tenemos nada en contra de que la gente se divierta, por supuesto.
¿Qué tal va su relación con las instituciones? ¿Ha habido avances esta legislatura?
La intervención con la población gitana es muy compleja, y exige que mucha gente nos pongamos de acuerdo para trabajar juntos. Necesitamos políticas claras, claras de verdad. Educación, empleo, vivienda y salud son los cuatro ejes marcados por las estrategias europeas. Todos los departamentos del Gobierno de Navarra tienen que coordinarse. Hay muchas cosas por hacer, por lo que no se pueden arreglar en una legislatura. Las dinámicas administrativas están muy burocratizadas, son muy lentas. Hace falta voluntad política. En esta legislatura se ha aprobado una Estrategia de Desarrollo para la Población Gitana, y ahora hay que pasar a la acción. El rechazo y la discriminación hacia los gitanos son dos cuestiones nucleares, debemos trabajar en ello.
La irrupción de la ultraderecha en las próximas elecciones puede generar discursos peligrosos
Estamos preocupados por Vox, claro que sí. El panorama político nos afecta a todos. La gente está cansada, ¿quién iba a decir que en Andalucía iba a pasar lo que ha pasado? Algunos partidos políticos se aprovechan del hartazgo de los electores... a Vox le ha votado gente de rentas altas y de rentas muy bajas, mucha gente y muy diferente. Cuidado. Es un tema complicado. Cuando alguien está harto y no recibe respuestas rápidas, pueden pasar estas cosas.
Un voto antisistema
Un voto pataleta.
Pero las soluciones rápidas y sencillas a problemas complejos suelen acabar mal...
Sí, pero hay un porcentaje de gente muy grande que no vota con la cabeza, sino con los instintos más básicos. Es primario. Desgraciadamente estamos en eso. Otros partidos deberían dar respuestas a esas preguntas, aunque sean más complejas. Por nuestra parte, debemos convencer a los gitanos de que participen en la política, que voten. Los primeros pasos deben empezar por nosotros mismos.
¿Qué es el racismo de baja intensidad, los microrracismos en carnavales?
Todos los años lo mismo, pero más que una denuncia es una invitación a la reflexión. Los caldereros son una fiesta previa al carnaval, que se viene celebrando desde el siglo XIX en Gipuzkoa, para conmemorar la llegada de húngaros, zíngaros y gitanos que llegaban por los Pirineos y se dedicaban a reparar cacharrería, utensilios de uso diario. Es común en los pueblos de Euskadi y Navarra. La gente que participa no es consciente, en general, de que se disfrazan como una comunidad, los gitanos, que tienen una historia muy larga de persecución racista. Por un lado me divierto, pero luego, a lo largo del año, los ignoro e incluso los desprecio. El pueblo gitano es el que más rechazo y discriminación sigue sufriendo hoy en día.
Se quejaron de los caldereros de San Sebastián y de una carroza en Irurtzun
Sí, en el carnaval de Irurtzun, en Navarra, una de las carrozas escenificó una boda gitana con todos los estereotipos. Lo denunciamos a través de nuestras redes sociales y no veas la que se ha montado, es increíble. La gente se incomoda, dice que es una tradición la de disfrazarse en carnaval... El problema es que las asociaciones gitanas, con Gaz Kaló a la cabeza, creemos que ese humor atenta contra la imagen y la dignidad de un pueblo. Antes el pueblo gitano se callaba, porque no sabíamos o no éramos conscientes, pero ahora no nos callamos. Damos voz a las personas gitanas.
Más que una crítica directa es una llamada a la reflexión. Como en su día eran habituales los chistes contra los gays, las mujeres o los discapacitados...
Eso es, tradicionalmente nos hemos reído de los débiles, pero la sociedad parece que avanza, aunque queda mucho por hacer. Nosotros decimos que ha llegado el turno de los gitanos, que hasta ahora no nos hemos quejado. Tenemos que cuestionarnos estos microrracismos, el racismo de baja intensidad de la mayoría contra las imágenes estereotipadas de las minorías. Y no estoy llamando racista a nadie, digo que quizá no nos hemos parado a pensarlo. Pido un poco de reflexión. Es como el tema de los ‘black face’ en EEUU, cuando la gente blanca se pintaba la cara de negro para hacer de negros. Llegó un momento en que lo reflexionaron y ya no lo hacen.
Algo similar a lo que ocurría con los ‘Baltasares’ pintados en las cabalgatas de reyes magos...
Exactamente. Si tienes la versión original no te quedes con la copia. Pero la culpa también la tenemos los gitanos, que hemos colaborado en extender los estereotipos y en no divulgar la cultura gitana de una forma más seria. Y pienso ahora en programas como ‘Palabra de gitano’ y ‘Los gipsy kings’, que incluyen a gitanos reales. El llamamiento a la reflexión no es solo a la sociedad en general, sino también al pueblo gitano en particular, que somos los máximos responsables de cuidar y transmitir con verdad nuestra cultura. Las teatralizaciones y las mofas a veces duelen, pero hay gitanos que por salir en la televisión están dispuestos a hacer una parodia de sí mismos. Todo contribuye. Lo del carnaval ha sido en Irurtzun, pero no quiero cargar ni contra el pueblo ni contra los chavales que protagonizaron la para mí desafortunada parodia. Esto va más allá.
Es algo arraigado en nuestra cultura, difícil de modificar
A veces una broma poco reflexionada, incluso inocente, puede echar al traste mucho trabajo de las organizaciones que peleamos en el día a día por superar esos prejuicios. Parece que la sociedad nos quiere perpetuar en esos estereotipos, pero el pueblo gitano es muy plural, afortunadamente, cada día más. Parece que la ‘gitanidad’ nos la dictan otros.
¿Quizá la mayoría no lo piensa, y se asustan cuando son criticados por tener comportamientos racistas?
Exactamente, eso es. Yo no quiero señalar a nadie, y recalco que es compatible ser una buena persona y, sin querer, caer en ciertas cuestiones que no habías reflexionado. Nos pasa a todos, a mí el primero. Pero hay que pensar. Queda muy bonito condenar las expulsiones de gitanos de determinadas zonas de Francia o Italia, en eso estamos todos más o menos de acuerdo, pero es el momento de ir un poco más allá y desarrollar esos pensamientos. Descubrir cuáles son los pasos que nos llevan hacia el racismo.
Los carnavales son fiestas muy queridas, y los pueblos las defienden de las críticas
Sí, es normal, incluso me parece bien. Pero insisto en que no es un problema de un pueblo concreto o de una fiesta, es algo arraigado desde hace mucho tiempo en nuestra sociedad. Y por eso pedimos reflexión, empezar a dar pasos. Pero no tenemos nada en contra de que la gente se divierta, por supuesto.
¿Qué tal va su relación con las instituciones? ¿Ha habido avances esta legislatura?
La intervención con la población gitana es muy compleja, y exige que mucha gente nos pongamos de acuerdo para trabajar juntos. Necesitamos políticas claras, claras de verdad. Educación, empleo, vivienda y salud son los cuatro ejes marcados por las estrategias europeas. Todos los departamentos del Gobierno de Navarra tienen que coordinarse. Hay muchas cosas por hacer, por lo que no se pueden arreglar en una legislatura. Las dinámicas administrativas están muy burocratizadas, son muy lentas. Hace falta voluntad política. En esta legislatura se ha aprobado una Estrategia de Desarrollo para la Población Gitana, y ahora hay que pasar a la acción. El rechazo y la discriminación hacia los gitanos son dos cuestiones nucleares, debemos trabajar en ello.
La irrupción de la ultraderecha en las próximas elecciones puede generar discursos peligrosos
Estamos preocupados por Vox, claro que sí. El panorama político nos afecta a todos. La gente está cansada, ¿quién iba a decir que en Andalucía iba a pasar lo que ha pasado? Algunos partidos políticos se aprovechan del hartazgo de los electores... a Vox le ha votado gente de rentas altas y de rentas muy bajas, mucha gente y muy diferente. Cuidado. Es un tema complicado. Cuando alguien está harto y no recibe respuestas rápidas, pueden pasar estas cosas.
Un voto antisistema
Un voto pataleta.
Pero las soluciones rápidas y sencillas a problemas complejos suelen acabar mal...
Sí, pero hay un porcentaje de gente muy grande que no vota con la cabeza, sino con los instintos más básicos. Es primario. Desgraciadamente estamos en eso. Otros partidos deberían dar respuestas a esas preguntas, aunque sean más complejas. Por nuestra parte, debemos convencer a los gitanos de que participen en la política, que voten. Los primeros pasos deben empezar por nosotros mismos.
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