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| Imagen: El Mundo / Visitación González |
La asociación Diversitat, de Alicante, reunirá a un centenar de docentes del 15 al 17 de diciembre en sus VII Jornadas Estatales de Educación. El lema será "el derecho y el deber de educar en diversidad". Al hilo de unas jornadas que organizará Diversitat en Alicante, hablamos con profesorado visible y sensible, que ya trabaja en este sentido.
Daniel Moltó | El Mundo, 2017-12-10
http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/alicante/2017/12/10/5a2848d146163fc2568b4616.html
Visitación González es docente desde hace 12 años y este es el tercer curso que repite en el mismo centro, el Colegio Público Óscar Esplá de Alicante. Allí es tutora de Primero de Primaria y no puede estar más contenta. Visi -como la conocen en el aula- tiene novia, un hecho que a sus alumnos y alumnas «les hace mucha gracia» cuando lo conocen por primera vez. «Al principio piensan que lo han escuchado mal y después les hace gracia pero nunca ha habido una reacción homófoba. Cuanto más pequeños son los niños, más libres de prejuicios están y mejor entienden que el amor es amor, que puedes amar a cualquier otra persona con independencia de tu género», explica.
La visibilidad que esta profesora ejerce en el aula es un derecho que debe estar garantizado para todos los miembros de la comunidad educativa, al tiempo que es también deber de quienes forman parte de ese entorno (alumnos, docentes, administración y familias) velar porque esa pluralidad de opciones se garantice y se respete. Al fin y al cabo, la escuela es un reflejo de nuestra sociedad y el lugar donde se puede empezar a actuar para mejorarla.
Así lo entienden desde Diversitat, organización que los próximos días 15, 16 y 17 de diciembre y celebrará en la sede de la Universidad de Alicante las ‘VII Jornadas Estatales de Educación’, dedicadas a la educación en valores, la escuela inclusiva, la lucha contra el acoso escolar por motivos de orientación sexual e identidad de género. La Federación Estatal de Lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (FELGTB) presentará en Alicante su web, un recurso indispensable para la lucha contra el acoso escolar en los centros educativos.
Visi González forma también parte del área de Educación de Diversitat y explica que la labor que desde la entidad se está intentando llevando a cabo es hacer de los colegios un lugar libre de odio. «Tenemos que cubrir ese espacio con algo más, valores que deben ser el respeto, la libertad y la igualdad».
En opinión de esta docente, aunque Diversitat se centre en el colectivo LGTBI, hay muchos frentes abiertos por los que se puede abrir una brecha y los problemas se han de abordar desde una perspectiva interseccional. «En colegios públicos como el nuestro no queremos excluirnos y ser elitistas, sino formar a ciudadanos comprometidos y conectados con la realidad que les rodea. No queremos que las peculiaridades sean vistas como problemas, sino como riqueza y como una oportunidad para trabajar la diversidad», manifiesta.
En su opinión, ofrecer a los menores modelos diversos, positivos y visibles, ayuda de dos maneras distintas. «Por una parte, cuando llega el momento, ofrece la posibilidad al alumno de elegir lo que a él o a ella le esté dictando en ese momento su identidad de género o su orientación sexual. Y si ese niño o niña eligen ser personas binarias, identificadas con su propio género y se sienten heterosexuales -que es la opción normativa-, también les ayudará, en este caso a ser conscientes de que aunque esa es su opción, hay gente que elige otras, que son igualmente válidas. Fomentará el respeto y evitará los prejuicios y las fobias hacia el colectivo LGTB que encontramos en la sociedad actual».
Al ser la escuela un entorno permeable, esos prejuicios sí se detectan en cursos más avanzados, en los que se suelen dar la mayoría de conflictos. De hecho, las jornadas que organizará Diversitat (y en la que participarán un centenar de docentes) abordarán específicamente los problemas de los jóvenes LGTBI -adolescentes en su mayoría de secundaria, bachillerato y FP-, para que dejen de percibir su entorno educativo como un espacio de exclusión y de violencia.
Y es que, según estudios recientes, el 73% de los jóvenes LGTBI han sufrido algún tipo de agresión por motivos de orientación sexual e identidad de género en su entorno educativo, habiendo tenido el 40% de ellos ideas de suicidio y llegando en un 10% a intentarlo en una o más de una ocasión.
Toño Abad, presidente de Diversitat y miembro del grupo de Educación, subraya que la idea es «atajar el odio y la violencia en las aulas en dos frentes, primero formando al profesorado para que pueda atender la diversidad en las aulas - para ello se realizan cursos, talleres, formaciones especializadas en atención a la diversidad en entornos educativos, que está teniendo un éxito de participación enorme y, por otro lado, bien cuando hay una alerta de acoso o violencia o bien porque los centros quieren trabajar con el alumnado porque se creen los principios de la escuela inclusiva, realizamos talleres en centros educativos impartidos por especialistas».
Formación del profesorado
Sólo en el ámbito de la formación del profesorado, este año Diversitat ha alcanzando la cifra de 400 docentes de todas las etapas formados en atención a la diversidad afectivo sexual, de genero y familiar en entornos educativos, a través de los CEFIRES, la formación CIC de Igualdad y Convivencia o los cursos al profesorado en los propios centros que se realizan bajo demanda.
Precisamente en el CEFIRE de Elda trabaja Rubén Mateo, quien también pertenece al área educativa de Diversitat. Este formador de formadores pone el foco en la escuela inclusiva, que atienda la diversidad desde todos los puntos de vista y contando con todas las partes implicadas. «Se trata de una tarea conjunta que debe basarse en la promoción de valores como la solidaridad, la amistad, incluso el respeto al medio ambiente. Tiene que adaptarse a las necesidades y características específicas de cada centro e impregnarlo toda la comunidad. Esto sólo en un aula no se puede, sólo en un centro no se puede».
Y una de las herramientas fundamentales que propone es la formación del profesorado, que este tenga herramientas para detectar, prevenir y abordar posible violencia o exclusión en el aula relacionada con la diversidad, prestando una especial atención al alumnado con necesidades educativas especiales y el alumnado con diversidad afectivo-sexual y de identidad de género, aunque también al profesorado y a las familias.
«Reivindico especialmente la formación porque muchas veces vamos a los centros y al preguntar cómo es la convivencia (punto clave para garantizar una escuela inclusiva y alcanzar la excelencia educativa), la respuesta es: 'en mi cole no pasa nada'. Eso no es cierto. Aunque no lo veamos, en todos los centros existen los problemas. Cuando vemos acoso homofóbico o transfóbico estamos viendo la punta del iceberg. Lo que se tiene que abordar es la base: las interacciones entre el alumnado, que estos se posicionen, romper la ley del silencio, generar modelos educativos sensibles, visibles y que viven esta realidad. Por nuestra parte, tenemos la responsabilidad de ser referentes, tanto para el alumnado como para el resto del profesorado», dice.
Rubén Mateo destaca la socialización preventiva como práctica de éxito avalada por la comunidad científica internacional. Consiste en trabajar con ciertas pautas y principios que aseguran la mejora de la convivencia. Aunque sus principios valen para todo el alumnado, falta trabajar más el matiz LGTBI, ya que, según explica Mateo, sólo están nombrados los puntos pero no desarrollado.
Una de las herramientas a las que también se puede prestar atención son las nuevas tecnologías y las redes sociales, tan peligrosas y dañinas por una parte pero con tantas posibilidades, por otra. «Ya que la música o la televisión no marcan valores realmente positivos ni igualitarios, es la labor del profesorado sensible utilizar estos medios para mostrar modelos positivos de gente deportista, que lucha y que es parte visible del colectivo LGTBI».
Todo ello con la vista puesta en normalizar las diferentes opciones, en erradicar el sentimiento de culpa por no cumplir las expectativas de sus familiares, «en ofrecer la posibilidad de ser visibles porque al fin y al cabo cuando algo no se visibiliza no existe», manifiesta este profesor.
En este sentido -y volviendo a la clase de Visi González- la docente apela a la generación de quienes se educaron en la EGB. «Nuestros profesores -que eran nuestro referente más importante junto con la familia más directa- reproducían siempre modelos binarios y heterosexuales, cuando seguro había personas con opciones distintas que no estaban visibilizadas. Lo que pretendemos ahora es romper con eso», añade.
No obstante, esto no es fácil, en absoluto. «No somos tontos ni tontas y sabemos que visibilizarte conlleva sus peligros, más que por parte de los alumnos por las reacciones de los familiares o incluso de los propios compañeros. Ese miedo existe, aunque esté oculto. Muchos y muchas docentes, en general, prefieren no visibilizarse y alegan que es parte de su intimidad. Es un argumento que llama mucho la atención porque si eso fuera así, nadie hablaría de su vida privada. Además, los niños te preguntan, porque están contigo muchas horas al día. Los que estamos visibilizados somos unos y unas valientes por hacerlo», subraya.
Diversidad pura
Cambiamos de aula y nos vamos a un centro de Educación Especial, donde Nerea es profesora y está a cargo de un curso de transición a la vida adulta, con alumnos y alumnas de entre 18 y 20 años. Con ellos y ellas también se trabaja mucho todo lo relacionado con las emociones, la sexualidad y las habilidades sociales, prestando atención a cada caso para poder iluminar diferentes caminos, ya sean emocionales o de identidad sexual.
«Mi clase, mi colegio, es diversidad pura. Hay diferentes razas, religiones y también identidades sexuales. Al ser alumnos con capacidades funcionales diferentes son como más puros. En ese sentido no ven anormal nada y lo naturalizan todo de una manera que estaría muy bien aplicar al resto de la sociedad».
Pese a que en estos momentos Nerea trabaja en un centro específico, Nerea ha sido también maestra en institutos y colegios ordinarios. Coincide con sus compañeros en que abordar la diversidad es una tarea que debe empezar a tratarse cuanto antes. ¿Un secreto profesional? «La literatura, los cuentacuentos, las escenografías. Siempre funcionan muy bien».
La identidad de género en la escuela
En la actualidad Diversitat acompaña a más de media docena de niños y niñas trans. Toño Abad recuerda que en la Comunidad existe desde diciembre de 2016, un protocolo de acompañamiento a menores trans en las aulas, «para garantizar su derecho a la identidad y expresión de género con medidas de adaptación de los centros para atender la realidad de los niños y niñas que muestran una identidad de género no normativa». Este protocolo pionero facilita entre otras cosas que los menores trans no sufran por la expresión de su identidad, queden aislados o desarrollen sentimientos de rechazo, culpa o depresión. A lo largo de todo 2017, expertos de Diversitat colaboran con la Unidad de Atención e Intervención (UAI) del Plan Previ (prevención de la violencia en las Aulas) para, de forma integrada, acompañar a estos menores y atender a su interés superior. Abad recuerda que la situación de los menores trans no siempre es bien recibida en su entorno familiar y en algunas ocasiones, Diversitat ha tenido que solicitar medidas de protección de los menores o dar parte a las autoridades por la falta de apoyo, protección o cuidado de los progenitores. «Algunos padres, no solo no entienden la realidad de sus hijos e hijas, causándoles sufrimiento innecesario». En esa situación, se actúa siempre protegiendo al menor y garantizando su autodeterminación, recurriendo a la solicitud de medidas judiciales si fuera necesario».
La visibilidad que esta profesora ejerce en el aula es un derecho que debe estar garantizado para todos los miembros de la comunidad educativa, al tiempo que es también deber de quienes forman parte de ese entorno (alumnos, docentes, administración y familias) velar porque esa pluralidad de opciones se garantice y se respete. Al fin y al cabo, la escuela es un reflejo de nuestra sociedad y el lugar donde se puede empezar a actuar para mejorarla.
Así lo entienden desde Diversitat, organización que los próximos días 15, 16 y 17 de diciembre y celebrará en la sede de la Universidad de Alicante las ‘VII Jornadas Estatales de Educación’, dedicadas a la educación en valores, la escuela inclusiva, la lucha contra el acoso escolar por motivos de orientación sexual e identidad de género. La Federación Estatal de Lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (FELGTB) presentará en Alicante su web, un recurso indispensable para la lucha contra el acoso escolar en los centros educativos.
Visi González forma también parte del área de Educación de Diversitat y explica que la labor que desde la entidad se está intentando llevando a cabo es hacer de los colegios un lugar libre de odio. «Tenemos que cubrir ese espacio con algo más, valores que deben ser el respeto, la libertad y la igualdad».
En opinión de esta docente, aunque Diversitat se centre en el colectivo LGTBI, hay muchos frentes abiertos por los que se puede abrir una brecha y los problemas se han de abordar desde una perspectiva interseccional. «En colegios públicos como el nuestro no queremos excluirnos y ser elitistas, sino formar a ciudadanos comprometidos y conectados con la realidad que les rodea. No queremos que las peculiaridades sean vistas como problemas, sino como riqueza y como una oportunidad para trabajar la diversidad», manifiesta.
En su opinión, ofrecer a los menores modelos diversos, positivos y visibles, ayuda de dos maneras distintas. «Por una parte, cuando llega el momento, ofrece la posibilidad al alumno de elegir lo que a él o a ella le esté dictando en ese momento su identidad de género o su orientación sexual. Y si ese niño o niña eligen ser personas binarias, identificadas con su propio género y se sienten heterosexuales -que es la opción normativa-, también les ayudará, en este caso a ser conscientes de que aunque esa es su opción, hay gente que elige otras, que son igualmente válidas. Fomentará el respeto y evitará los prejuicios y las fobias hacia el colectivo LGTB que encontramos en la sociedad actual».
Al ser la escuela un entorno permeable, esos prejuicios sí se detectan en cursos más avanzados, en los que se suelen dar la mayoría de conflictos. De hecho, las jornadas que organizará Diversitat (y en la que participarán un centenar de docentes) abordarán específicamente los problemas de los jóvenes LGTBI -adolescentes en su mayoría de secundaria, bachillerato y FP-, para que dejen de percibir su entorno educativo como un espacio de exclusión y de violencia.
Y es que, según estudios recientes, el 73% de los jóvenes LGTBI han sufrido algún tipo de agresión por motivos de orientación sexual e identidad de género en su entorno educativo, habiendo tenido el 40% de ellos ideas de suicidio y llegando en un 10% a intentarlo en una o más de una ocasión.
Toño Abad, presidente de Diversitat y miembro del grupo de Educación, subraya que la idea es «atajar el odio y la violencia en las aulas en dos frentes, primero formando al profesorado para que pueda atender la diversidad en las aulas - para ello se realizan cursos, talleres, formaciones especializadas en atención a la diversidad en entornos educativos, que está teniendo un éxito de participación enorme y, por otro lado, bien cuando hay una alerta de acoso o violencia o bien porque los centros quieren trabajar con el alumnado porque se creen los principios de la escuela inclusiva, realizamos talleres en centros educativos impartidos por especialistas».
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| Imagen: El Mundo / Rubén Mateo |
Sólo en el ámbito de la formación del profesorado, este año Diversitat ha alcanzando la cifra de 400 docentes de todas las etapas formados en atención a la diversidad afectivo sexual, de genero y familiar en entornos educativos, a través de los CEFIRES, la formación CIC de Igualdad y Convivencia o los cursos al profesorado en los propios centros que se realizan bajo demanda.
Precisamente en el CEFIRE de Elda trabaja Rubén Mateo, quien también pertenece al área educativa de Diversitat. Este formador de formadores pone el foco en la escuela inclusiva, que atienda la diversidad desde todos los puntos de vista y contando con todas las partes implicadas. «Se trata de una tarea conjunta que debe basarse en la promoción de valores como la solidaridad, la amistad, incluso el respeto al medio ambiente. Tiene que adaptarse a las necesidades y características específicas de cada centro e impregnarlo toda la comunidad. Esto sólo en un aula no se puede, sólo en un centro no se puede».
Y una de las herramientas fundamentales que propone es la formación del profesorado, que este tenga herramientas para detectar, prevenir y abordar posible violencia o exclusión en el aula relacionada con la diversidad, prestando una especial atención al alumnado con necesidades educativas especiales y el alumnado con diversidad afectivo-sexual y de identidad de género, aunque también al profesorado y a las familias.
«Reivindico especialmente la formación porque muchas veces vamos a los centros y al preguntar cómo es la convivencia (punto clave para garantizar una escuela inclusiva y alcanzar la excelencia educativa), la respuesta es: 'en mi cole no pasa nada'. Eso no es cierto. Aunque no lo veamos, en todos los centros existen los problemas. Cuando vemos acoso homofóbico o transfóbico estamos viendo la punta del iceberg. Lo que se tiene que abordar es la base: las interacciones entre el alumnado, que estos se posicionen, romper la ley del silencio, generar modelos educativos sensibles, visibles y que viven esta realidad. Por nuestra parte, tenemos la responsabilidad de ser referentes, tanto para el alumnado como para el resto del profesorado», dice.
Rubén Mateo destaca la socialización preventiva como práctica de éxito avalada por la comunidad científica internacional. Consiste en trabajar con ciertas pautas y principios que aseguran la mejora de la convivencia. Aunque sus principios valen para todo el alumnado, falta trabajar más el matiz LGTBI, ya que, según explica Mateo, sólo están nombrados los puntos pero no desarrollado.
Una de las herramientas a las que también se puede prestar atención son las nuevas tecnologías y las redes sociales, tan peligrosas y dañinas por una parte pero con tantas posibilidades, por otra. «Ya que la música o la televisión no marcan valores realmente positivos ni igualitarios, es la labor del profesorado sensible utilizar estos medios para mostrar modelos positivos de gente deportista, que lucha y que es parte visible del colectivo LGTBI».
Todo ello con la vista puesta en normalizar las diferentes opciones, en erradicar el sentimiento de culpa por no cumplir las expectativas de sus familiares, «en ofrecer la posibilidad de ser visibles porque al fin y al cabo cuando algo no se visibiliza no existe», manifiesta este profesor.
En este sentido -y volviendo a la clase de Visi González- la docente apela a la generación de quienes se educaron en la EGB. «Nuestros profesores -que eran nuestro referente más importante junto con la familia más directa- reproducían siempre modelos binarios y heterosexuales, cuando seguro había personas con opciones distintas que no estaban visibilizadas. Lo que pretendemos ahora es romper con eso», añade.
No obstante, esto no es fácil, en absoluto. «No somos tontos ni tontas y sabemos que visibilizarte conlleva sus peligros, más que por parte de los alumnos por las reacciones de los familiares o incluso de los propios compañeros. Ese miedo existe, aunque esté oculto. Muchos y muchas docentes, en general, prefieren no visibilizarse y alegan que es parte de su intimidad. Es un argumento que llama mucho la atención porque si eso fuera así, nadie hablaría de su vida privada. Además, los niños te preguntan, porque están contigo muchas horas al día. Los que estamos visibilizados somos unos y unas valientes por hacerlo», subraya.
Diversidad pura
Cambiamos de aula y nos vamos a un centro de Educación Especial, donde Nerea es profesora y está a cargo de un curso de transición a la vida adulta, con alumnos y alumnas de entre 18 y 20 años. Con ellos y ellas también se trabaja mucho todo lo relacionado con las emociones, la sexualidad y las habilidades sociales, prestando atención a cada caso para poder iluminar diferentes caminos, ya sean emocionales o de identidad sexual.
«Mi clase, mi colegio, es diversidad pura. Hay diferentes razas, religiones y también identidades sexuales. Al ser alumnos con capacidades funcionales diferentes son como más puros. En ese sentido no ven anormal nada y lo naturalizan todo de una manera que estaría muy bien aplicar al resto de la sociedad».
Pese a que en estos momentos Nerea trabaja en un centro específico, Nerea ha sido también maestra en institutos y colegios ordinarios. Coincide con sus compañeros en que abordar la diversidad es una tarea que debe empezar a tratarse cuanto antes. ¿Un secreto profesional? «La literatura, los cuentacuentos, las escenografías. Siempre funcionan muy bien».
La identidad de género en la escuela
En la actualidad Diversitat acompaña a más de media docena de niños y niñas trans. Toño Abad recuerda que en la Comunidad existe desde diciembre de 2016, un protocolo de acompañamiento a menores trans en las aulas, «para garantizar su derecho a la identidad y expresión de género con medidas de adaptación de los centros para atender la realidad de los niños y niñas que muestran una identidad de género no normativa». Este protocolo pionero facilita entre otras cosas que los menores trans no sufran por la expresión de su identidad, queden aislados o desarrollen sentimientos de rechazo, culpa o depresión. A lo largo de todo 2017, expertos de Diversitat colaboran con la Unidad de Atención e Intervención (UAI) del Plan Previ (prevención de la violencia en las Aulas) para, de forma integrada, acompañar a estos menores y atender a su interés superior. Abad recuerda que la situación de los menores trans no siempre es bien recibida en su entorno familiar y en algunas ocasiones, Diversitat ha tenido que solicitar medidas de protección de los menores o dar parte a las autoridades por la falta de apoyo, protección o cuidado de los progenitores. «Algunos padres, no solo no entienden la realidad de sus hijos e hijas, causándoles sufrimiento innecesario». En esa situación, se actúa siempre protegiendo al menor y garantizando su autodeterminación, recurriendo a la solicitud de medidas judiciales si fuera necesario».
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