Imagen: El País / Libertad González |
La economista Libertad González recibe 1,5 millones de euros para investigar los efectos de algunas políticas públicas en la salud infantil.
Manuel Ansede | El País, 2017-12-05
https://elpais.com/elpais/2017/12/04/ciencia/1512390922_068286.html
Recta final de diciembre de 2010. España se hunde hacia la recesión económica y proliferan los recortes. El Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado que los niños nacidos a partir del 1 de enero de 2011 ya no cobrarán el cheque bebé de 2.500 euros, una de sus medidas estrella para fomentar la natalidad. Muchas mujeres con el parto previsto en enero se plantean adelantarlo unos días para recibir la ayuda. Y cientos de ellas lo hacen.
“Unos 2.000 niños nacieron, de media, una semana antes”, calcula la economista Libertad González, de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona. La investigadora, nacida en Sevilla en 1975, acaba de recibir una ayuda de 1,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación para estudiar los efectos de algunas políticas públicas en la salud infantil. El fin del cheque bebé, subraya, desencadenó “un experimento natural” que puede desvelar los riesgos de programar el parto antes de tiempo, sin razones médicas.
González es una experta en estrujar enormes bases de datos para extraer su esencia. Tomando los registros desde el año 2000 de partidas de nacimiento del Instituto Nacional de Estadística, la economista observó que los nacimientos alrededor de un cambio de año se distribuyen habitualmente, como es lógico, a partes iguales: un 50% de los niños nace en la última semana de diciembre y otro 50% lo hace en la primera de enero. Pero en el cambio de 2010 a 2011, con el reclamo del cheque bebé, el 56% de los niños nacieron en la última semana del año.
El objetivo de González es cruzar la información anonimizada de multitud de bases de datos para hacer un seguimiento de la salud de esos 2.000 niños que hoy ya tienen 7 años. “Nacieron con unos 200 gramos menos de peso. Y la literatura científica muestra que un menor peso al nacer se refleja años después en los datos escolares. Queremos estudiar si nacer más pequeño tiene repercusiones en el desarrollo cognitivo”, apunta.
El proyecto de González, de cinco años, requiere obtener multitud de permisos para acceder a archivos públicos, como la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria, del Ministerio de Sanidad, y los resultados de las pruebas estandarizadas del Ministerio de Educación. El acceso a estos “millones de datos” le servirá también para estudiar el posible efecto en los niños del alargamiento de la baja por paternidad para los hombres. El permiso para los padres pasó de dos días a dos semanas en 2007. Y ha llegado a cuatro semanas en 2017.
En Noruega, recuerda González, en 1977 se pasó de una baja maternal de 12 semanas sin remunerar a una de cuatro meses remunerados más otros 12 meses sin retribución. Un estudio en 2015 asoció esta decisión política —y el consiguiente mayor tiempo pasado con los niños— a una reducción de dos puntos porcentuales de la tasa de abandono escolar y a un salario un 5% mayor al cumplir 30 años. “Este será el primer estudio que aborde los efectos en los niños de incrementar el permiso por paternidad en los hombres”, afirma la economista.
González tratará también de medir el impacto de la legalización del aborto en 1985. En 1992, uno de cada 10 embarazos se interrumpía ya de manera legal. “Si las mujeres que eran muy jóvenes cuando se legalizó el aborto pudieron evitar un embarazo en la adolescencia y un matrimonio temprano gracias al acceso al aborto, esto puede haber tenido efectos duraderos en sus vidas”, detalla la economista.
El inicio del cheque bebé, a partir del 1 de julio de 2007, también servirá a González para comparar la salud y los resultados escolares de los niños nacidos una semana antes con los nacidos justo después. “Las madres que recibieron la ayuda de 2.500 euros a lo mejor estuvieron más tiempo con el niño y dieron más el pecho”, hipotetiza la investigadora. Y, al margen de las bases de datos, sabe de lo que habla: su primer hijo nació en noviembre de 2007.
“Unos 2.000 niños nacieron, de media, una semana antes”, calcula la economista Libertad González, de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona. La investigadora, nacida en Sevilla en 1975, acaba de recibir una ayuda de 1,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación para estudiar los efectos de algunas políticas públicas en la salud infantil. El fin del cheque bebé, subraya, desencadenó “un experimento natural” que puede desvelar los riesgos de programar el parto antes de tiempo, sin razones médicas.
González es una experta en estrujar enormes bases de datos para extraer su esencia. Tomando los registros desde el año 2000 de partidas de nacimiento del Instituto Nacional de Estadística, la economista observó que los nacimientos alrededor de un cambio de año se distribuyen habitualmente, como es lógico, a partes iguales: un 50% de los niños nace en la última semana de diciembre y otro 50% lo hace en la primera de enero. Pero en el cambio de 2010 a 2011, con el reclamo del cheque bebé, el 56% de los niños nacieron en la última semana del año.
El objetivo de González es cruzar la información anonimizada de multitud de bases de datos para hacer un seguimiento de la salud de esos 2.000 niños que hoy ya tienen 7 años. “Nacieron con unos 200 gramos menos de peso. Y la literatura científica muestra que un menor peso al nacer se refleja años después en los datos escolares. Queremos estudiar si nacer más pequeño tiene repercusiones en el desarrollo cognitivo”, apunta.
El proyecto de González, de cinco años, requiere obtener multitud de permisos para acceder a archivos públicos, como la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria, del Ministerio de Sanidad, y los resultados de las pruebas estandarizadas del Ministerio de Educación. El acceso a estos “millones de datos” le servirá también para estudiar el posible efecto en los niños del alargamiento de la baja por paternidad para los hombres. El permiso para los padres pasó de dos días a dos semanas en 2007. Y ha llegado a cuatro semanas en 2017.
En Noruega, recuerda González, en 1977 se pasó de una baja maternal de 12 semanas sin remunerar a una de cuatro meses remunerados más otros 12 meses sin retribución. Un estudio en 2015 asoció esta decisión política —y el consiguiente mayor tiempo pasado con los niños— a una reducción de dos puntos porcentuales de la tasa de abandono escolar y a un salario un 5% mayor al cumplir 30 años. “Este será el primer estudio que aborde los efectos en los niños de incrementar el permiso por paternidad en los hombres”, afirma la economista.
González tratará también de medir el impacto de la legalización del aborto en 1985. En 1992, uno de cada 10 embarazos se interrumpía ya de manera legal. “Si las mujeres que eran muy jóvenes cuando se legalizó el aborto pudieron evitar un embarazo en la adolescencia y un matrimonio temprano gracias al acceso al aborto, esto puede haber tenido efectos duraderos en sus vidas”, detalla la economista.
El inicio del cheque bebé, a partir del 1 de julio de 2007, también servirá a González para comparar la salud y los resultados escolares de los niños nacidos una semana antes con los nacidos justo después. “Las madres que recibieron la ayuda de 2.500 euros a lo mejor estuvieron más tiempo con el niño y dieron más el pecho”, hipotetiza la investigadora. Y, al margen de las bases de datos, sabe de lo que habla: su primer hijo nació en noviembre de 2007.
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