lunes, 24 de agosto de 2015

#hemeroteca #pr* | Nuevo hito en la lucha por los derechos de las pr*

Imagen: Naiz
Nuevo hito en la lucha por los derechos de las pr*
La decisión de Amnistía Internacional de asumir la demanda de despenalizar la pr* consentida ha generado algunas exaltadas reacciones que han llegado hasta Hollywood. Aunque el debate sigue, la defensa de los derechos de las prostitutas se abre paso.
Beñat Zaldua | Naiz, Gara, 2015-08-24
http://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2015-08-24/hemeroteca_articles/nuevo-hito-en-la-lucha-por-los-derechos-de-las-prostitutas

La reciente revelación de que un local de alterne sufragó durante años la celebración de la fiesta del Pilar del cuartel de la Guardia Civil en Tutera, cuyo capitán al mando es amigo del propietario del prostíbulo (según “Interviú”), además de reflejar crudamente el país en el que nos ha tocado vivir, muestra la prostitución como realidad social indiscutible. Ha existido, existe y, siempre que siga habiendo dos personas dispuestas a intercambiar sexo por dinero y viceversa, seguirá probablemente existiendo.

El tema, antiguo, largo y espinoso, genera arduos debates entre las tesis abolicionistas, que abogan por la prohibición, y las demandas de derechos para las trabajadoras sexuales. Un debate que, por primera vez, la organización Amnistía Internacional ha encarado y desarrollado en toda su complejidad a lo largo de los últimos meses, proceso tras el cual aprobó este mes de agosto en Dublín una novedosa resolución según la cual Amnistía Internacional desarrollará «una política que apoye la plena despenalización de todos los aspectos del comercio sexual consentido».

Adoptada en un encuentro en el que participaron 400 delegados de 70 secciones nacionales, la resolución fue calificada de «histórica» por el secretario general de AI, Salil Shetty. Aunque explicó que no fue una decisión «fácil de adoptar», la defendió asegurando que «la criminalización del trabajo sexual consentido entre adultos puede resultar en un aumento de violaciones de las trabajadoras sexuales».

Pero que Amnistía Internacional dejase claro por activa y por pasiva que seguirán reclamando con firmeza la persecución de «la prostitución infantil, el tráfico de personas y de toda prostitución forzada» no fue suficiente para la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres (CATW, por sus siglas en inglés), que durante el proceso de debate publicó una carta abierta en la que denunciaba que AI «se pone más del lado de los explotadores que de los explotados». «No hay ninguna lógica detrás de la premisa de que para proteger a los explotados tengas que despenalizar a los explotadores. No tiene sentido», señaló tras la aprobación de la resolución la directora ejecutiva de CATW, Taina Bien-Aime, en defensa de cuyas tesis se han manifestado varias actrices de Hollywood como Meryl Streep o Kate Winslet, aportando su glamour a las tesis abolicionistas.

«¿Y qué quieren, que para ganarme la vida les friegue las escaleras a esas pijas ricas? Pues no, prefiero ser puta, la verdad», contesta contundente Paula Ezkerra, miembro del colectivo Putas Indignadas del barrio del Raval de Barcelona.

Despenalización de los burdeles
En proceso de convertirse en cooperativa, el colectivo Putas Indignadas reclama el derecho a ejercer la prostitución en la vía pública, algo prohibido en Barcelona por las ordenanzas municipales. Ezkerra explica que en la calle se sienten más seguras, ya que tienen la libertad de elegir al cliente de forma autónoma y organizarse entre ellas. Algo que no siempre ocurre en los prostíbulos, tal y como señalan la propia Ezkerra o Montse Neira, entrevistada en la página contigua. Sin ir más lejos, el club Eros de Tutera, que ha servido para arrancar este texto, está investigado por trata y explotación.

Uno de los puntos más controvertidos de la resolución de AI es, precisamente, que se compromete a hacer campaña para que tampoco se persiga «a los proxetenetas y administradores de burdeles que no fuercen a las mujeres», lo que ha despertado las críticas de aquellos que, defendiendo la no persecución de prostitutas y clientes, se oponen a la existencia de burdeles. El debate sigue abierto y, en cualquier caso, Shetty ya dejó claro que la resolución no es más que la base «para adoptar una política para la protección de los derechos humanos de los trabajadores sexuales que ayudará a dar forma al trabajo futuro de Amnistía Internacional».

Suecia está más lejos que nunca
Naiz, Gara, 2015-08-24

http://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2015-08-24/hemeroteca_articles/suecia-esta-mas-lejos-que-nunca

Que una organización no gubernamental con la relevancia y la autoridad moral en la defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional haya decidido abogar por la despenalización del trabajo sexual, supone una victoria histórica. Y no porque los gobiernos vayan a dejar de hostigar policialmente a las prostitutas o a los clientes de una noche para otra. De sobra lo sabemos: si las peticiones de AI fueran atendidas, en el mundo ya no existiría tortura. Pero en el encarnizado tira y afloja de las últimas décadas, regulación versus abolición, hacía falta un tanto tan formidable como éste a favor de las putas. Sobre todo desde que Suecia decidiera en 1999 prohibir todo trabajo sexual ideando una fórmula novedosa: condenar a los clientes y tratar categóricamente a las putas como víctimas de violencia de género, en cuya redención el Estado estará dispuesto a invertir todo el dinero que haga falta. Es decir, que el gobierno pague a las prostitutas para que dejen de serlo en nombre de la igualdad. El gobierno que se lo pueda permitir, claro está. Más aún en estos tiempos de recortes sociales y precarización de multitudes.

Da igual, extender el modelo sueco prohibicionista a todo el mundo ha sido la obsesión de una élite de mujeres organizada como lobby y autoerigida para decidir qué trabajo es conveniente y cuál indigno para el resto de las mujeres, desde sus privilegios de raza y clase. Eso sí, en nombre del feminismo. Para ellas, ha dado igual que cien prostitutas okuparan una iglesia en Lyon el 2 de junio de 1975 para denunciar la represión policial que sufrían y que en pocos días, la protesta se extendiera a todo el Estado francés, emprendiendo el movimiento de las trabajadoras del sexo en Europa. Entre ellas estaba la pionera Grisélidis Réal, quien descansa desde 2009 en el Cementerio de los Reyes de Ginebra. Tampoco han querido escuchar nunca a Pia Covre y Carla Corso, fundadoras en 1983 de la Comisión por los Derechos Civiles de las Prostitutas italianas. Y que hoy siguen acercándose por la noche a las chicas que se prostituyen en las peores condiciones por su condición de migrantes indocumentadas en las carreteras del Este, para darles protección y trasferencia de saberes. Siempre son las prostitutas más concienciadas políticamente quienes cuidan de las putas más vulnerables. Y también una orden de monjas prodigiosas llamadas oblatas.

Al lobby abolicionista siempre le dio igual de qué vivirían las prostitutas si lograban implantar el modelo sueco, cada día más lejano. Nunca he escuchado a una abolicionista criticar la Ley de Extranjería ni relacionar prostitución con capitalismo. En realidad, nunca les he escuchado escuchar a mujeres que no piensan como ellas, menos aún a una puta o a una amiga de las putas. Creo que no hay nada más patriarcal que robar la voz a una mujer con la excusa de que es víctima. Por eso celebro tanto la decisión de Amnistía Internacional de apoyar las luchas de las putas: a partir de ahora no va a ser tan fácil enmudecerlas. O al menos intentarlo. Porque nunca lograron callarlas, ni valiéndose del estigma más misógino que existe y que nos daña a todas las mujeres. Las trabajadoras del sexo han librado una batalla heroica en todo el mundo. Y hoy son más fuertes que nunca.

Montse Neira · Prostituta e Investigadora Social. «A mí otras mujeres no me van a decir qué es digno y qué no lo es»
Después de trabajar de dependienta, de mujer de limpieza y de camarera, Montse Neira (Barcelona, 1960) decidió probar suerte con la prostitución, con la cual pudo costearse sus estudios de Ciencias Políticas. Cuenta su experiencia en el libro «Una mala mujer» y es una de las voces más notables a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales.
Beñat Zaldua | Naiz, Gara, 2015-08-24
http://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2015-08-24/hemeroteca_articles/a-mi-otras-mujeres-no-me-van-a-decir-que-es-digno-y-que-no-lo-es

¿Qué supone la decisión de Amnistía Internacional?
El paso es muy importante, porque es una entidad con mucho peso, pero no supone que los Estados vayan a actuar de acuerdo con esa premisa, por lo que queda mucho trabajo todavía. Pero sí que nos da a las personas que ejercemos la prostitución una herramienta para poder denunciar, lo cual no es poco, ya que somos uno de los colectivos más estigmatizados. No existimos. Además, el estigma lo que conlleva es que nos sintamos culpables, sintamos miedo, vergüenza... es lo que realmente nos hace vulnerables.

¿Cuál es la importancia de no perseguir al cliente?
Es que si se criminaliza a los clientes, ¡nos quitan el pan! Con la premisa de que sea un pacto consentido entre adultos, no se puede perseguir a una persona porque quiera pagar por sexo.

Los defensores de la prohibición ya han puesto el grito en el cielo...
Que se metan en sus asuntos y nos dejen tranquilas. Ahora ya nos acusan a las activistas proderechos de tener detrás a la industria del sexo. No se puede entender si no es por esos prejuicios y esas moralidades que les persiguen. Pero mira, a mí la dignidad como persona no me la da o me la quita nadie desde una posición de privilegio; con mi vagina, mi boca y mis manos hago lo que quiero. Y otros trabajos, que pueden ser muy dignos y aceptados, a mí no me dan de comer ni cubren mis necesidades básicas.

¿Qué le ha aportado a usted el trabajo sexual?
Yo empecé porque quería dejar de ser pobre y dejar de trabajar con cosas que me enfermaban. Me arriesgué y me salió bien, y además me di cuenta de que estaba bien, ganaba dinero, tenía una vida digna, cubría mis necesidades básicas y me podía permitir algún capricho y todo. Y con mis clientes estaba bien y con las demás relaciones sexuales también. ¿Acaso estaba haciendo algo mal, como algunas me querían hacer creer? Es entonces cuando me empoderé, me quité la vergüenza y empecé a dar la cara. A mí otras mujeres no me van a decir qué es digno y qué no es digno.

La resolución de AI incluye a los burdeles. ¿Qué le parece?
Es un asunto más complicado, porque yo he trabajado en burdeles y ahí sí que hay mucha explotación. Yo siempre digo que, si se legalizan tiene que ser para que la persona que ejerce la prostitución en un local sea la que decida las prácticas sexuales que quiere hacer y los clientes con los que quiere trabajar. Esa es la premisa que tenemos las independientes y la verdad es que en los burdeles no siempre se cumple.

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