Imagen: La Vanguardia / Hillary Clinton |
La ex primera dama arrasa también en California y se autoproclama candidata. Subraya su papel histórico, “ya no hay límites”, y tiende la mano a Bernie Sanders. Obama felicita a Hillary por su campaña “inspiradora”.
F. Peirón, J. Barbeta / La Vanguardia, 2016-06-08
http://www.lavanguardia.com/internacional/20160608/402357735490/hillary-clinton-mujer-candidata-estados-unidos-hito.html
“A todas las chicas que tienen grandes sueños: sí, puedes llegar a donde te propongas, incluso ser presidenta. Esta noche es para ti”. Con este tuit quiso Hillary Clinton no sólo asumir su condición de candidata a la presidencia de Estados Unidos, sino destacar el cambio histórico que supone para las nuevas generaciones que una mujer esté en condiciones convertirse en el comandante en jefe de la primera potencia mundial.
El último de los supermartes despejó todas la dudas. Sobre todo California, donde la ex secretaria se impuso con facilidad a su rival, Bernie Sanders, que había puesto en el Golden State sus esperanzas de poder mantener el pulso hasta la Convención de Filadelfia, a finales de julio, cuando Hilllary Clinton se proclamará oficialmente la candidata. Las proyecciones otorgaban la victoria a la ex secretaria de estado en California, Nueva Jersey, Nuevo México y Dakota del Sur. Sanders ganó en Dakota del Norte y en Montana. En resumidas cuentas, si el lunes Hillary contaba con 2,383 delegados que le otorgaban la mayoría, anoche aumentó sus apoyos en varios cientos de delegados. Obviamente contando también los superdelegados que no tienen el voto comprometido pero que han declarado su apoyo a la candidata.
Sanders apenas podrá ya protestar por ello, porque aunque se le asignaran a todos los superdelegados de la veintena de estados donde consiguió la victoria, tampoco así alcanzaría a Clinton.
Madam president
Han tenido que pasar más de 200 años para que una mujer pueda luchar por la presidencia de Estados Unidos, el país que se proclama el ariete de la democracia en el mundo. La gran protagonista, con permiso de Bernie Sanders, se llama Hillary Clinton. Esta noche del 7 de junio se presentó en Brooklyn ante un público entusiasta que la recibió al grito de “Madam president”.
La presunta nominada proclamó su victoria, no sin elogiar a su contrincante demócrata y jugó su baza diferencial, con un tono evocador, respecto al establisment más clásico en la cultura política de este país: el masculino. “Hemos alcanzado un hito” sostuvo al reconocer su particular protagonismo. Citó el movimiento de las pioneras del siglo XIX, Seneca Falls, donde empezó el movimiento de los derechos por la mujer en Estados Unidos. “Ya no hay límites para nadie”, remarcó tras lograr esa meta.
Había salido la escenario mirando para un lado y otro hasta que, ante el atril, y en el centro, abrió los brazos simbolizando un abrazo comunitario, general.
“Gracias a vosotros hemos logrado que en la historia de nuestra nación una mujer sea nominada por uno de los grandes partidos”, afirmó entre los gritos de la concurrencia, más desinhibida que en todos estos últimos meses, conscientes de ser testigo de un gran acontecimiento. “Debemos mucho a los que vinieron antes. La victoria pertenece a generaciones de mujeres y de hombres que han luchado y se ha sacrificado y ha hecho posible este movimiento”, añadió.
No faltó el recuerdo de su madre, una mujer de la que dijo siempre luchó por la comunidad y que le inculpó a no amendrentarse ante los acosadores. “Me habría gustado que estuviera aquí para ver a su nieta convertida en madre y su hija como candidata a la presidencia”.
A esa hora ya sabía que había ganado con holgura en Nueva Jersey y que en Nuevo México estaba tocando la gloria. Sólo perdía el caucus de Dakota del Norte. Su diferencia de delegados, superada la barrera de los 2.383 no hacía más que ampliarse a la espera del resultado de California, a esa hora todavía estaban los colegios electorales abiertos.
El estado del oro es el punto crucial para que Bernie Sanders siga en la disputa hasta la convención de julio en Filadelfia, persiguiendo que los superdelegados cambien de bando, o bien conceda la victoria a su rival. Clinton elogió la campaña del senador por Vermont y la pasión de sus seguidores, “en especial jóvenes”, al haber introducido un “vigoroso debate” que “será muy positivo para el partido demócrata de América”.
Una vez realizado el elogio introdujo la apostilla, “ya es hora de ir unidos, todos juntos”. El objetivo enfrente ya no es otro que Donald Trump, quien en su discurso en Briarcliff Manor (Nueva York) le dijo a Clinton de todo menos bonita. “Los Clinton han transformado la política en su personal enriquecimiento”.
Las palabras de Hillary Clinton no resonaron menos en Brooklyn. “Está incapacitado para ser presidente”, dijo del empresario inmobiliario. Su retórica no hace más que dividir, insistió, y su lema de “hacer grande América de nuevo” no significa más que “América vaya en retroceso”.
Recordó que Trump habla de construir murallas, que apela al racismo, que ataca a jueces, a discapacitados, a periodista, a mujeres,… “Quiere ganar inyectando el miedo, poniendo sal en las heridas y recordando entonces lo grande que es él”. En cambio, su visión es la opuesta. “Creemos que nos hemos de ayudar a levantar los unos a los otros y no a hacer llorar los unos a los otros”.
Volvió a extender los brazos. Sonó la música y a escena salieron Bill Clinton y su hija junto a su marido.
Obama felicita a Clinton
El actual presidente de EE.UU. ya ha llamado a Hillary Clinton para felicitarla personalmente por haber conseguido los delegados necesarios y convertirse en la candidata demócrata. Además, asegura que la de Clinton ha sido una campaña “inspiradora” que ha motivado a millones de personas y es una extensión de su vida dedicada a la lucha por las familias de clase media y los niños.
Barack Obama también ha hablado con el candidato Bernie Sanders y destacó el “vigor” que le ha aportado a millones de estadounidenses en temas como el combate a la desigualdad económica y la influencia de intereses especiales de la política demócrata.
El último de los supermartes despejó todas la dudas. Sobre todo California, donde la ex secretaria se impuso con facilidad a su rival, Bernie Sanders, que había puesto en el Golden State sus esperanzas de poder mantener el pulso hasta la Convención de Filadelfia, a finales de julio, cuando Hilllary Clinton se proclamará oficialmente la candidata. Las proyecciones otorgaban la victoria a la ex secretaria de estado en California, Nueva Jersey, Nuevo México y Dakota del Sur. Sanders ganó en Dakota del Norte y en Montana. En resumidas cuentas, si el lunes Hillary contaba con 2,383 delegados que le otorgaban la mayoría, anoche aumentó sus apoyos en varios cientos de delegados. Obviamente contando también los superdelegados que no tienen el voto comprometido pero que han declarado su apoyo a la candidata.
Sanders apenas podrá ya protestar por ello, porque aunque se le asignaran a todos los superdelegados de la veintena de estados donde consiguió la victoria, tampoco así alcanzaría a Clinton.
Madam president
Han tenido que pasar más de 200 años para que una mujer pueda luchar por la presidencia de Estados Unidos, el país que se proclama el ariete de la democracia en el mundo. La gran protagonista, con permiso de Bernie Sanders, se llama Hillary Clinton. Esta noche del 7 de junio se presentó en Brooklyn ante un público entusiasta que la recibió al grito de “Madam president”.
La presunta nominada proclamó su victoria, no sin elogiar a su contrincante demócrata y jugó su baza diferencial, con un tono evocador, respecto al establisment más clásico en la cultura política de este país: el masculino. “Hemos alcanzado un hito” sostuvo al reconocer su particular protagonismo. Citó el movimiento de las pioneras del siglo XIX, Seneca Falls, donde empezó el movimiento de los derechos por la mujer en Estados Unidos. “Ya no hay límites para nadie”, remarcó tras lograr esa meta.
Había salido la escenario mirando para un lado y otro hasta que, ante el atril, y en el centro, abrió los brazos simbolizando un abrazo comunitario, general.
“Gracias a vosotros hemos logrado que en la historia de nuestra nación una mujer sea nominada por uno de los grandes partidos”, afirmó entre los gritos de la concurrencia, más desinhibida que en todos estos últimos meses, conscientes de ser testigo de un gran acontecimiento. “Debemos mucho a los que vinieron antes. La victoria pertenece a generaciones de mujeres y de hombres que han luchado y se ha sacrificado y ha hecho posible este movimiento”, añadió.
No faltó el recuerdo de su madre, una mujer de la que dijo siempre luchó por la comunidad y que le inculpó a no amendrentarse ante los acosadores. “Me habría gustado que estuviera aquí para ver a su nieta convertida en madre y su hija como candidata a la presidencia”.
A esa hora ya sabía que había ganado con holgura en Nueva Jersey y que en Nuevo México estaba tocando la gloria. Sólo perdía el caucus de Dakota del Norte. Su diferencia de delegados, superada la barrera de los 2.383 no hacía más que ampliarse a la espera del resultado de California, a esa hora todavía estaban los colegios electorales abiertos.
El estado del oro es el punto crucial para que Bernie Sanders siga en la disputa hasta la convención de julio en Filadelfia, persiguiendo que los superdelegados cambien de bando, o bien conceda la victoria a su rival. Clinton elogió la campaña del senador por Vermont y la pasión de sus seguidores, “en especial jóvenes”, al haber introducido un “vigoroso debate” que “será muy positivo para el partido demócrata de América”.
Una vez realizado el elogio introdujo la apostilla, “ya es hora de ir unidos, todos juntos”. El objetivo enfrente ya no es otro que Donald Trump, quien en su discurso en Briarcliff Manor (Nueva York) le dijo a Clinton de todo menos bonita. “Los Clinton han transformado la política en su personal enriquecimiento”.
Las palabras de Hillary Clinton no resonaron menos en Brooklyn. “Está incapacitado para ser presidente”, dijo del empresario inmobiliario. Su retórica no hace más que dividir, insistió, y su lema de “hacer grande América de nuevo” no significa más que “América vaya en retroceso”.
Recordó que Trump habla de construir murallas, que apela al racismo, que ataca a jueces, a discapacitados, a periodista, a mujeres,… “Quiere ganar inyectando el miedo, poniendo sal en las heridas y recordando entonces lo grande que es él”. En cambio, su visión es la opuesta. “Creemos que nos hemos de ayudar a levantar los unos a los otros y no a hacer llorar los unos a los otros”.
Volvió a extender los brazos. Sonó la música y a escena salieron Bill Clinton y su hija junto a su marido.
Obama felicita a Clinton
El actual presidente de EE.UU. ya ha llamado a Hillary Clinton para felicitarla personalmente por haber conseguido los delegados necesarios y convertirse en la candidata demócrata. Además, asegura que la de Clinton ha sido una campaña “inspiradora” que ha motivado a millones de personas y es una extensión de su vida dedicada a la lucha por las familias de clase media y los niños.
Barack Obama también ha hablado con el candidato Bernie Sanders y destacó el “vigor” que le ha aportado a millones de estadounidenses en temas como el combate a la desigualdad económica y la influencia de intereses especiales de la política demócrata.
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