jueves, 10 de mayo de 2018

#hemeroteca #musica #sociologia | Fidel Moreno: "La canción 'Europe is Living a celebration' es terriblemente fascista"

Imagen: El Diario / Fidel Moreno
Fidel Moreno: "La canción 'Europe is Living a celebration' es terriblemente fascista".
Fidel Moreno publica el libro ‘¿Qué me estás cantando?’, un repaso a la historia de España a través de temas populares como ‘Cara al sol’ o ‘L'estaca’. "Si censuras algo o metes a un cantante en la cárcel no lo estás silenciando, sino poniéndole un altavoz que multiplica su difusión".
José Antonio Luna | El Diario, 2018-05-10
https://www.eldiario.es/cultura/entrevistas/Europe-Living-celebration-fascista_0_769923681.html

Somos lo que escuchamos. Esa es la premisa de ¿Qué me estás cantando? (Debate), una obra que explora la historia de España a través de los temas más populares. Del ‘Cara al sol’ a ‘L'estaca’; de ‘La vaca lechera’ a ‘Mediterráneo’. Todas ellas sirven como cronistas de una realidad llena de cambios políticos y sociales.

El onubense Fidel Moreno, escritor, periodista y músico, es el autor de un ensayo de más de 700 páginas dividido en dos partes: las "canciones de mis abuelos" y las de "mis padres". Las memorias no solo aparecen en libros, también pasan por el oído. Por ello, la Guerra Civil, la República o la Transición son etapas que solo pueden ser entendidas si, además de los hechos, se repasan los mensajes ocultos tras las ondas sonoras.

Independientemente del género, del estilo o incluso de la letra, las canciones analizadas por Moreno son pequeños fragmentos de ideas impregnadas en la sociedad. La recopilación comienza con varias nanas, que ya desde pequeños "nos empiezan a formar como sujetos", y termina en 1976. Un complejo trabajo de investigación que en principio iba a durar un año y que finalmente ha terminado ocupando nueve.

"Todavía lo tengo que terminar", afirma el experto. Mientras continúa sumando temas al ya extenso cancionero nacional, preguntamos al especialista por el contenido de un libro capaz de reunir a tres generaciones en torno a la música. También por temas y estilos actuales, como el trap o Eurovisión, o sobre posibles candidatos en futuras compilaciones. ¿Se puede contar la historia de un país a partir de su música? Moreno demuestra que sí.

P. Fueron 9 años dedicados al estudio. ¿Cómo comenzó la investigación?

R. En realidad fueron muchos más. Empecé de forma seria por el año 2003, con un análisis sobre la primera temporada de Operación Triunfo. Me parecía un buen reflejo de aquella España autoritaria y falsamente europeísta. Eso fue lo que me llevo a ampliar el marco e intentar ver en qué medida las ideas y las costumbres evolucionaban.

La idea de ‘¿Qué me estás cantando?’ fue un encargo de la editorial. Como yo ya iba por radios explicando canciones y demás, me lo propusieron. Pensaba que iba a ser un año y me llevó 9, porque es un trabajo muy complejo.

P. El libro empieza fuerte, con el ‘Cara al sol’. ¿Por qué indica que es "una canción muerta"?

R. Porque lo que hace que una canción esté viva es que la gente la tenga presente. El ‘Cara al sol’ tiene su importancia histórica, pero no por méritos propios, sino por una coyuntura política muy concreta de imposición. Si hubiera sido una buena canción yo no tendría problema en decirlo, pero es que no lo es.

En realidad solo hay un verso que tenga vuelo poético, el de "que tú bordaste en rojo ayer". Es verdad que está presente en la memoria de todos los que vivieron el franquismo y la Guerra Civil. A la gente le despierta muchos recuerdos, y no todos son malos.

P. A pesar de su mensaje polémico, ¿cómo hicieron algunas canciones protesta para esquivar la censura, incluso en plena dictadura?

R. La censura en la dictadura de Franco no es como la podemos imaginar de quema de discos o de libros. Lo que se hacía era que aquellas canciones consideradas contrarias a los ideales del movimiento se catalogaban en unas listas como "no radiable". Además, la canción se articula en un terreno de semiconsciencia, porque la música anonada los sentidos y permite que puedas cantar muchas cosas que no podrías decir hablando. Eso hace que a los censores se les vaya mucho, pero no solo a ellos.

Por ejemplo, la canción ‘Europe is Living a celebration’, que nos representó en el 2002 en Eurovisión, era terriblemente autoritaria, terriblemente fascista incluso. Tenía versos escogidos donde se decía "no se oirán jamás las voces que no nos dejen dar el paso final". La gente criticó que era muy mala, que su estribillo en inglés no estaba bien hecho porque ‘living’ no se utiliza aplicado a una celebración... Y nadie reparó en que la letra tenía una idea de Europa fascista.

P. Entonces, ¿es ‘Europe is Living a celebration’ "una canción fascista"?

R. El pensamiento totalitario que se desprende de este tema es la consecuencia política natural del idiota como sujeto social. Mezcla la peripecia personal del ganador de OT [Rosa López] con nuestra Europa. Es un himno totalitario y ‘hooligan’, de ‘chunda-chunda’ y repleto de sílabas alargadas. Un ‘hit fast food’ que muestra el menosprecio a la razón en favor de la emoción con versos como "no me preguntes más por qué" o "no dudes, por favor, lo dice el corazón".

Además, declara su voluntad de suprimir la discrepancia y pregona como inevitable y necesario su paso final con "no se oirán jamás las voces que no nos dejen dar el paso final". Y, por último presenta a Europa como un sueño, una utopía de la que no puedes escapar: "no nos dejes, amor, no lo hagas, por favor. No digas adiós, nunca jamás" o "es tu fiesta y no hay marcha atrás" son la muestra de ello.

P. En su libro destaca la canción ‘Euzkadi askatasuna. España, todos a una’, que bromea con Carrero Blanco solo tres años después de su asesinato, en el 76. Sin embargo, hoy tenemos casos como el de Cassandra Vera o el rapero Valtonyc. ¿Hemos involucionado en lo que a libertad de expresión se refiere?

R. Lo de la Ley Mordaza no es solo un atentado contra los derechos de la libertad de expresión, sino una enorme torpeza por parte del Gobierno. Hemos pasado de ser uno de los países más libres de Europa en determinadas cuestiones, a de pronto tener esta especie de respuesta atávica frente a derechos fundamentales, como son el derecho a la expresión o a tomarte lo que te dé la gana.

Dado el mundo tecnológico que habitamos hoy, si censuras algo o metes a un cantante en la cárcel no lo estás silenciando, sino poniéndole un altavoz que multiplica su difusión

P. Podemos ha usado ‘L'estaca’ en sus Asambleas Ciudadanas, y usted en su ensayo considera que "todos los españoles la podemos sentir como propia". ¿Por qué?


R. Desde hace tiempo se ha puesto mucho el acento en lo diferencial y nos hemos olvidado de todo lo común que nos une. ‘L'estaca’ era una canción que cantaban mis padres cuando yo era niño, y lo hacían en Sevilla. Hay una enorme riqueza que nos une a todos los españoles en nuestra diversidad. Creo que eso es importante no olvidarlo, sobre todo porque da la impresión de que vivimos en unos tiempos en los que todo el mundo se siente ofendido.

Nuestro cancionero es muy rico y variado, y con distintas lenguas. Recoge la influencia de al menos cinco culturas: la musulmana, la cristiana y la judía y, sobre todo, de la gitana y la negra, que han formado parte de nuestro ADN y que, sin embargo, han estado invisibilizadas.

P. Al otro extremo está ‘Mediterráneo’ de Serrat, utilizada por los antiindependentistas en el 1-O. Su propio autor afirmó estar "preocupado" por este uso.

R. Al margen de la intención del autor, las canciones pertenecen a la gente. Las canciones son populares porque la gente se apropia de ellas. Está muy bien lo que diga Serrat, pero también está bien que otras personas vean ‘Mediterráneo’ como un tema de unión, no española, sino mediterránea. Lo cual es maravilloso si nos paramos a pensar, porque no solo incluimos a los países ricos, sino también a los países de la otra orilla con los que también tenemos mucha unión, los del Magreb y demás.

P. ¿Y no se puede tergiversar el mensaje original?


R. Las buenas canciones se convierten en canciones huérfanas, en el sentido de que su autor se desdibuja. Con el tiempo a lo mejor algunos no saben quién es Serrat, pero la ‘Mediterráneo’ se seguirá escuchando.

P. Mientras algunos temas llaman a la revolución, otros apuntan que ‘La vida sigue igual’, como diría Julio Iglesias. Actualmente, ¿qué parte tiene más peso?

R. Pues mira, yo creo que las dos. La historia no está terminada y sigue viva. Hay una transformación permanente, aunque sumergidos en la actualidad mediática podamos olvidarlo. Qué es nuestra historia sino una constante interrogación sobre nuestra propia identidad, lo cual es bueno. La identidad no tiene que ser una afirmación, sino una pregunta abierta, y eso aplicado tanto a cuestiones nacionales como a nuestros gustos musicales.

P. ¿Qué opina del trap?

R. No he escuchado apenas el trap como para poder contestarte a esto, porque yo creo que hay que estudiar y documentarse bien. Pero actualmente no sucede como en la posguerra, donde todo el mundo escuchaba la radio y no había otra manera de escuchar música salvo en vivo. Desde entonces se han ido fragmentando los públicos, y ahora con Internet nos enfrentamos a un paisaje muy rico y diverso.

A mí el trap no me gusta, pero estoy seguro que de pronto puede haber un artista que salga y que diversifique el género como ha pasado con tantas cosas. No hay que estar cerrados, no hay géneros buenos o malos, sino canciones buenas o malas.

P. Si hiciéramos este libro en un futuro, hablando de las canciones actuales, ¿cuáles podrían tener cabida?


R. Aunque va acompañada de un pésimo guitarrista como es Raül Refree, a mí me parece que Rosalía tiene una voz por la que se va a mantener. También Silvia Pérez Cruz, El niño de Elche… Constantemente está saliendo gente buena y sobre todo lo que debemos es no olvidarnos de que nuestro ámbito natural no es solo España, sino todo el ámbito latino. Es España con Latinoamérica, y siempre ha sido así, está Jorge Drexler, Julieta Venegas, etc.

P. ¿Gente buena como Amaia, la nueva representante de España en Eurovisión?


R. Me parece que tiene una buena voz, una muy poderosa que sin ninguna duda emociona, pero que ha estado en malas manos. En la Academia [de Operación Triunfo] han subrayado la afectación, que es uno de los grandes defectos de la canción. Es incidir a toda costa sobre el efecto emotivo. Pero con tiempo, si no sigue mal aconsejada, quizá aprenda el arte del susurro y de decir más con menos.

Mientras tanto, y sobre todo si se deja acompañar con un cantante tan pésimo como con el que va al lado, pues los resultados serán pésimos, horteras y sin vuelo. Pero Amaia tiene una gran voz, eso hay que reconocerlo, y seguro que da grandes cosas en un futuro.

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