Imagen: El País / Panteón de los Reyes de León |
León, Zamora y Salamanca formaban una de las regiones del mapa que estableció nuestro actual sistema de provincias, de 1833.
Emilio Sánchez Hidalgo | Verne, El País, 2020-01-02
https://verne.elpais.com/verne/2020/01/02/articulo/1577961319_822696.html
“La región leonesa tiene derecho a constituirse en comunidad autónoma, instando a las Cortes autonómicas a iniciar los trámites para la consecución de la autonomía de las tres provincias que conforman León, Zamora y Salamanca”. Estas líneas son parte de la moción aprobada en el Ayuntamiento de León el 27 de diciembre. La propuesta para escindir León de Castilla y León fue presentada por Unión del Pueblo Leonés (UPL) y apoyada por PSOE (partido del alcalde) y Podemos. PP y Ciudadanos votaron en contra. Hasta este jueves 2 de enero, la idea ha sido apoyada por otros siete Ayuntamientos leoneses, más allá de la capital. De prosperar, sería el primer cambio en la estructura territorial de las autonomías españolas desde que se configuraron.
Para entender la composición actual del mapa autonómico de España hay que empezar hablando del escalón territorial inferior, la provincia. Como explicamos en este artículo, el mapa actual de las provincias españolas se remonta a 1833, impulsado por Javier de Burgos, secretario de Estado de Fomento durante parte del reinado de Isabel II. En aquel mapa las provincias eran las mismas que hoy en día, con la excepción de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, que eran una sola.
Esas provincias no formaban comunidades autónomas, pero sí se aceptaba la existencia de regiones, que agrupaban varias provincias. Según explicaba a Verne Jesús Burgueño, autor de ‘Geografía política de la España constitucional. La división provincial’, esas regiones "no tenían ninguna importancia política". “La entidad administrativa era la provincia, pero se reconocía que había regiones. En varios casos coincidían con los antiguos reinos de España", añade Burgueño.
El decreto de 1833 en el que De Burgos concretaba las provincias españolas que siguen vigentes hoy en día especificaba a qué regiones pertenecía cada provincia. León, Zamora y Salamanca formaban el llamado Reino de León. El resto de la actual Castilla y León componía Castilla la Vieja, en la que también se integraban lo que hoy son Cantabria y La Rioja. Este mapa de 1950, ya en el franquismo, agrupa las provincias en las regiones que designaba el mapa de De Burgos más de un siglo antes.
Con la instauración de la democracia en España, la Constitución reconoce el derecho de las provincias a organizarse en comunidades autónomas. Los políticos de la época acabaron formando un mapa de regiones que no coincide con el que se planteaba en el siglo XIX. Los cambios más sustanciales respecto al mapa de 1833 fueron que Madrid se separó de Castilla-La Mancha, Albacete dejó de compartir región con Murcia y cómo se configuró Castilla y León.
La mayoría de los Ayuntamientos de La Rioja, como exigía el artículo 143 de la Constitución, solicitaron la autonomía para esta provincia en 1980. Así, una provincia que durante años se integraba en Castilla la Vieja se instauró como autonomía propia. Un año antes Cantabria hizo lo mismo, por la petición de la mayoría de sus municipios. Segovia también consiguió los votos locales suficientes para emprender su proceso autonómico. Sin embargo, UCD y PSOE, partidos mayoritarios en aquel Congreso de los Diputados, tumbaron esta última posibilidad. No se planteaban la composición de más autonomías.
A León le pasó lo mismo. Los principales partidos no apoyaron que León integrase una autonomía propia junto a Zamora y Salamanca. Hubo iniciativas políticas que intentaron la creación de una comunidad autónoma leonesa, pero no prosperaron. Incluso hubo senadores de León que judicializaron este proceso, con el objetivo de que el Tribunal Constitucional declarase inconstitucional el estatuto de Castilla y León. El alto tribunal denegó el recurso.
Como explica en el ‘Diario de León’ Pedro Vizcay, exvicepresidente de la Diputación de León, durante el debate de la autonomía también se contempló la posibilidad de que León y Asturias formasen una comunidad autónoma. No prosperaron ni esta iniciativa ni la que agrupaba a León con Zamora y Salamanca.
Este reportaje de El País en 1982 hablaba de Castilla y León como "una autonomía que da la impresión de haber sido creada artificialmente y de no haber tenido a su servicio a políticos de categoría. Una vuelta por Castilla y León revela que los sentimientos provincialistas son aquí más fuertes que el regionalista. Muchos leoneses no quieren vivir la aventura autonómica con Castilla, porque se consideran cosa aparte".
¿León se puede independizar de Castilla y León?
José Carlos Cano Montejano, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, explica a ‘Verne’ que el camino legal de León para formar una comunidad autónoma leonesa resultaría "muy complicado". El principal artículo de la Constitución que regula la formación de las autonomías, el 143, que sirvió como guía para la mayoría hace cuatro décadas, "estaba pensado para el momento en el que se crearon las comunidades autónomas; no es aplicable para provincias que quieran formar una nueva comunidad autónoma 40 años después".
Cano Montejano cree que el cauce para las reivindicaciones leonesas pasa por una reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Este texto legal precisa en su artículo 2 las provincias que componen la comunidad autónoma, entre las que están León, Salamanca y Zamora, así que habría que modificarlo. PP y Ciudadanos, que rechazan la segregación leonesa, tienen mayoría absoluta en las Cortes de Castilla y León. Además, aunque socialistas leoneses apoyen la iniciativa, el líder del PSOE en la región, Óscar Puente (también alcalde de Valladolid) rechaza la iniciativa.
Si en el futuro cambiara el equilibro de poderes en Castilla y León y sí hubiera suficientes diputados dispuestos a ese tipo de reforma estatutaria, esta tendría que ser refrendada en el Congreso de los Diputados. "De no ser aprobada en el Parlamento, la modificación del Estatuto de Autonomía no sería efectiva", finaliza Cano Montejano.
La historia del Reino de León
Los políticos que apoyan la identidad leonesa, diferenciada de la Corona de Castilla, aluden a la historia del Reino de León. Como explica Ricarco Chao, autor de ‘Historia de los reyes de León’, en este artículo en El Independiente, León se convierte en la capital del reino cristiano del noroeste de España en el año 910.
“A pesar de que actualmente no suele aparecer en manuales ni en libros de texto, el reino de León protagonizó la Alta Edad Media de la Hispania central y occidental. En estrecha hermandad con Galicia, Asturias, Portugal y, en menor medida, Castilla, estuvo encabezado en múltiples ocasiones por reyes cuyos nombres aún resuenan en la dormida conciencia de los leoneses”, explica Chao. El experto habla, por ejemplo, de Alfonso VI, que conquistó Toledo; o de Alfonso IX, que fundó el germen de la Universidad de Salamanca.
El Reino de León se une definitivamente a Castilla en 1230. Entonces, Fernando III, hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela de Castilla, se convierte en el soberano de ambos reinos. En su momento de mayor extensión, el Reino de León ocupaba Galicia, casi toda la cornisa cantábrica, el norte de Portugal y la mitad norte de la meseta.
Para entender la composición actual del mapa autonómico de España hay que empezar hablando del escalón territorial inferior, la provincia. Como explicamos en este artículo, el mapa actual de las provincias españolas se remonta a 1833, impulsado por Javier de Burgos, secretario de Estado de Fomento durante parte del reinado de Isabel II. En aquel mapa las provincias eran las mismas que hoy en día, con la excepción de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, que eran una sola.
Esas provincias no formaban comunidades autónomas, pero sí se aceptaba la existencia de regiones, que agrupaban varias provincias. Según explicaba a Verne Jesús Burgueño, autor de ‘Geografía política de la España constitucional. La división provincial’, esas regiones "no tenían ninguna importancia política". “La entidad administrativa era la provincia, pero se reconocía que había regiones. En varios casos coincidían con los antiguos reinos de España", añade Burgueño.
El decreto de 1833 en el que De Burgos concretaba las provincias españolas que siguen vigentes hoy en día especificaba a qué regiones pertenecía cada provincia. León, Zamora y Salamanca formaban el llamado Reino de León. El resto de la actual Castilla y León componía Castilla la Vieja, en la que también se integraban lo que hoy son Cantabria y La Rioja. Este mapa de 1950, ya en el franquismo, agrupa las provincias en las regiones que designaba el mapa de De Burgos más de un siglo antes.
Con la instauración de la democracia en España, la Constitución reconoce el derecho de las provincias a organizarse en comunidades autónomas. Los políticos de la época acabaron formando un mapa de regiones que no coincide con el que se planteaba en el siglo XIX. Los cambios más sustanciales respecto al mapa de 1833 fueron que Madrid se separó de Castilla-La Mancha, Albacete dejó de compartir región con Murcia y cómo se configuró Castilla y León.
La mayoría de los Ayuntamientos de La Rioja, como exigía el artículo 143 de la Constitución, solicitaron la autonomía para esta provincia en 1980. Así, una provincia que durante años se integraba en Castilla la Vieja se instauró como autonomía propia. Un año antes Cantabria hizo lo mismo, por la petición de la mayoría de sus municipios. Segovia también consiguió los votos locales suficientes para emprender su proceso autonómico. Sin embargo, UCD y PSOE, partidos mayoritarios en aquel Congreso de los Diputados, tumbaron esta última posibilidad. No se planteaban la composición de más autonomías.
A León le pasó lo mismo. Los principales partidos no apoyaron que León integrase una autonomía propia junto a Zamora y Salamanca. Hubo iniciativas políticas que intentaron la creación de una comunidad autónoma leonesa, pero no prosperaron. Incluso hubo senadores de León que judicializaron este proceso, con el objetivo de que el Tribunal Constitucional declarase inconstitucional el estatuto de Castilla y León. El alto tribunal denegó el recurso.
Como explica en el ‘Diario de León’ Pedro Vizcay, exvicepresidente de la Diputación de León, durante el debate de la autonomía también se contempló la posibilidad de que León y Asturias formasen una comunidad autónoma. No prosperaron ni esta iniciativa ni la que agrupaba a León con Zamora y Salamanca.
Este reportaje de El País en 1982 hablaba de Castilla y León como "una autonomía que da la impresión de haber sido creada artificialmente y de no haber tenido a su servicio a políticos de categoría. Una vuelta por Castilla y León revela que los sentimientos provincialistas son aquí más fuertes que el regionalista. Muchos leoneses no quieren vivir la aventura autonómica con Castilla, porque se consideran cosa aparte".
¿León se puede independizar de Castilla y León?
José Carlos Cano Montejano, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, explica a ‘Verne’ que el camino legal de León para formar una comunidad autónoma leonesa resultaría "muy complicado". El principal artículo de la Constitución que regula la formación de las autonomías, el 143, que sirvió como guía para la mayoría hace cuatro décadas, "estaba pensado para el momento en el que se crearon las comunidades autónomas; no es aplicable para provincias que quieran formar una nueva comunidad autónoma 40 años después".
Cano Montejano cree que el cauce para las reivindicaciones leonesas pasa por una reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Este texto legal precisa en su artículo 2 las provincias que componen la comunidad autónoma, entre las que están León, Salamanca y Zamora, así que habría que modificarlo. PP y Ciudadanos, que rechazan la segregación leonesa, tienen mayoría absoluta en las Cortes de Castilla y León. Además, aunque socialistas leoneses apoyen la iniciativa, el líder del PSOE en la región, Óscar Puente (también alcalde de Valladolid) rechaza la iniciativa.
Si en el futuro cambiara el equilibro de poderes en Castilla y León y sí hubiera suficientes diputados dispuestos a ese tipo de reforma estatutaria, esta tendría que ser refrendada en el Congreso de los Diputados. "De no ser aprobada en el Parlamento, la modificación del Estatuto de Autonomía no sería efectiva", finaliza Cano Montejano.
La historia del Reino de León
Los políticos que apoyan la identidad leonesa, diferenciada de la Corona de Castilla, aluden a la historia del Reino de León. Como explica Ricarco Chao, autor de ‘Historia de los reyes de León’, en este artículo en El Independiente, León se convierte en la capital del reino cristiano del noroeste de España en el año 910.
“A pesar de que actualmente no suele aparecer en manuales ni en libros de texto, el reino de León protagonizó la Alta Edad Media de la Hispania central y occidental. En estrecha hermandad con Galicia, Asturias, Portugal y, en menor medida, Castilla, estuvo encabezado en múltiples ocasiones por reyes cuyos nombres aún resuenan en la dormida conciencia de los leoneses”, explica Chao. El experto habla, por ejemplo, de Alfonso VI, que conquistó Toledo; o de Alfonso IX, que fundó el germen de la Universidad de Salamanca.
El Reino de León se une definitivamente a Castilla en 1230. Entonces, Fernando III, hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela de Castilla, se convierte en el soberano de ambos reinos. En su momento de mayor extensión, el Reino de León ocupaba Galicia, casi toda la cornisa cantábrica, el norte de Portugal y la mitad norte de la meseta.
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