Imagen: El Diario / Universidad de Cantabria |
Math denuncia "los problemas y el trato despectivo" recibidos por la Universidad de Cantabria para actualizar sus títulos al nombre acorde con su identidad de género. "No es fácil, no tenemos lugar, no hay nada pensado para nosotres en temas de legislación y administración", lamenta sobre la situación de las personas transgénero. La universidad defiende su "cordialidad y educación" en el trato y su pretensión de "solucionar el caso siguiendo la normativa que está por encima de sus competencias".
Rubén Alonso | El Diario, 2020-01-19
https://www.eldiario.es/cantabria/sociedad/Cantabria-Universidad-Transfobia-LGTBI_0_985151759.html
Las complicaciones y situaciones de discriminación que sufren las personas transgénero a lo largo de su vida y en diferentes ámbitos sociales son una pesada carga contra la que todavía tienen que luchar día a día. Y una de esas dificultades se la ha encontrado Math (27 años) en la universidad pública a la hora de llevar a cabo un trámite burocrático, por culpa de una legislación estatal que no reconoce su identidad de género.
Math se dirigió a la Universidad de Cantabria (UC), donde cursó el Grado en Magisterio en Educación Primaria con Mención en Modelos de Atención a la Diversidad y el Máster de Innovación e Investigación en Contextos Educativos, para corregir su nombre en dichas titulaciones tras habérselo cambiado en el Registro Civil.
Math, que es una persona de género no binario, asegura que lleva varios meses intentando que la UC atienda su petición, con "obstáculos, trabas" e incluso "un trato despectivo" como respuesta. En conversación con eldiario.es, Math cuenta que, tras haber conseguido formalizar el cambio de nombre en sus documentos legales, el pasado verano se puso en contacto con su facultad para hacer lo propio con sus títulos universitarios.
"Tardaron en darme una solución, ya que no tenían claro cómo proceder ante esta situación, y cuando finalmente me explicaron el procedimiento, me indicaron que debía pagar por el duplicado de los títulos y presentar mi partida de nacimiento", relata. "Esto me parece innecesario por dos motivos: no solicito el duplicado de títulos, sino su corrección, cuando en otras comunidades autónomas, como Madrid, no hay que pagar por este procedimiento; y mi DNI ya está actualizado y se lo envié, por lo que considero innecesario presentar mi partida de nacimiento, que también implica la obligación de facilitar datos personales que no deseo compartir", argumenta Math. "Es el protocolo", me dijeron.
Y es que por culpa de la legislación española, Math solo ha podido modificar su nombre, no su sexo legal, puesto que el Estado español, a diferencia de otros países, no ofrece la posibilidad de identificarse oficialmente como persona no binaria, solo como hombre o como mujer.
Esto implica que, al no haber cambiado su sexo legal, debe abonar las tasas correspondientes según la legislación vigente de Cantabria, mientras que si lo hubiese hecho no tendría coste alguno. Y todo esto después de haber tenido que firmar un documento en el Registro Civil de Madrid, donde reside actualmente, declarando que su sexo no es mujer. "Ahí pone que soy hombre y en mi DNI que soy mujer", lamenta sobre la difícil situación a la que le han expuesto.
"No es un tema de dinero", asegura, ya que, según le dijeron en la universidad, tendría que pagar alrededor de 74 euros. "Afortunadamente me lo puedo permitir, pero no es justo, no tenemos por qué pasar por esto por ser trans", sostiene.
"¿Qué hago/hacemos con esta?"
Y por si esto fuera poco, Math recibió por error un email de la Secretaría de la Facultad de Educación, que en realidad iba dirigido a la Unidad de Títulos, en el que se leía literalmente "¿Qué hago/hacemos con esta?". "Obviamente entendí esto como una falta de respeto, no solo por el despectivo "esta", sino porque saben desde mi primer email que solicito la modificación de los títulos por no identificarme con el nombre que reza en ellos y porque no soy mujer", subraya.
"Ante esto, además de señalarles que para ser la Facultad de Educación tenían muy poco respeto, contacté con el Área de Igualdad de la Universidad, les expliqué la situación y me indicaron que, una vez pasadas las vacaciones de Navidad, me indicarían cómo proceder, tanto sobre el procedimiento para el cambio de nombre en los títulos, como sobre la queja que quiero presentar, pero todavía no he tenido respuesta", lamenta Math.
Y es que verse en ese litigio le ha hecho investigar por su cuenta los distintos procedimientos y fallos de tribunales que afectan al cambio de nombre y actualización de títulos, lo que le ha llevado a descubrir las "abrumadoras" diferencias entre comunidades y "desactualizaciones" respecto a esta cuestión.
"A algunes compañeres* les han solicitado documentación en el Registro Civil totalmente innecesaria y fuera de las competencias del mismo, como un Informe Diagnóstico de Trastorno de Disforia de Identidad de Género, aunque el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo hayan sentenciado que es inconstitucional condicionar el cambio de sexo o género a cirugías y hormonación –que no todas las personas trans deseamos hacer–, y hay otres que llevan más de un año esperando a que el Registro Civil les permita usar su nombre real", afirma Math.
"No es nada fácil, no tenemos lugar, no hay nada pensado para nosotres en temas de legislación, documentación y administración", lamenta, denunciando el "estrés y sobreesfuerzo emocional" que padecen por ello. "No es justo", concluye.
"Seguimos la normativa"
Este medio se ha puesto en contacto con la Universidad de Cantabria para recabar su versión de los hechos. Tomás Mantecón, vicerrector de Cultura y Participación Social, asegura que en todo momento se le ha indicado el itinerario administrativo a seguir, en base a la legislación vigente. "Los documentos que le pedimos los exige la normativa, que está por encima de las competencias de la universidad", sostiene.
Recuerda que la modificación del nombre implica el pago de una serie de tasas que quedarían exentas si fuese unido a un cambio de género, cosa que no se ha producido, por el motivo explicado por Math anteriormente. "Ahí no tenemos posibilidad de maniobra, seguimos la normativa", subraya Mantecón, haciendo énfasis en que desde el área de Igualdad se le ha respondido a la mayor celeridad posible y dejando claro que "no tenían constancia por escrito de su carácter no binario".
Asimismo, reconoce el comentario "desafortunado" del correo enviado por error desde la Facultad de Educación. "La Facultad no se había encontrado con otro caso similar y preguntó a la Unidad de Títulos mediante ese correo de carácter interno que suscita el malentendido. Es un comentario desafortunado en un contexto de oficina", explica, haciendo énfasis en que en un correo posterior remitido a Math se le pide disculpas hasta en dos ocasiones. "El único objetivo que tenía la persona que lo mandó era el de ayudar", recalca, defendiendo la "cordialidad y educación" empleada por ambas partes en el resto de correos que llevan intercambiando "desde junio".
Finalmente, Mantecón destaca que no es el primer caso de esas características que tienen en el área de Igualdad. "Los hemos resuelto todos bien, incluso en algunos de ellos tenemos correos expresos de los afectados y de sus familias agradeciendo la delicadeza con la que hemos tratado el asunto", señala. "Tenemos muchas medidas para resolver estas situaciones, como una Defensoría del Universitario e incluso, si llegara el caso, un protocolo de acoso", concluye.
Math se dirigió a la Universidad de Cantabria (UC), donde cursó el Grado en Magisterio en Educación Primaria con Mención en Modelos de Atención a la Diversidad y el Máster de Innovación e Investigación en Contextos Educativos, para corregir su nombre en dichas titulaciones tras habérselo cambiado en el Registro Civil.
Math, que es una persona de género no binario, asegura que lleva varios meses intentando que la UC atienda su petición, con "obstáculos, trabas" e incluso "un trato despectivo" como respuesta. En conversación con eldiario.es, Math cuenta que, tras haber conseguido formalizar el cambio de nombre en sus documentos legales, el pasado verano se puso en contacto con su facultad para hacer lo propio con sus títulos universitarios.
"Tardaron en darme una solución, ya que no tenían claro cómo proceder ante esta situación, y cuando finalmente me explicaron el procedimiento, me indicaron que debía pagar por el duplicado de los títulos y presentar mi partida de nacimiento", relata. "Esto me parece innecesario por dos motivos: no solicito el duplicado de títulos, sino su corrección, cuando en otras comunidades autónomas, como Madrid, no hay que pagar por este procedimiento; y mi DNI ya está actualizado y se lo envié, por lo que considero innecesario presentar mi partida de nacimiento, que también implica la obligación de facilitar datos personales que no deseo compartir", argumenta Math. "Es el protocolo", me dijeron.
Y es que por culpa de la legislación española, Math solo ha podido modificar su nombre, no su sexo legal, puesto que el Estado español, a diferencia de otros países, no ofrece la posibilidad de identificarse oficialmente como persona no binaria, solo como hombre o como mujer.
Esto implica que, al no haber cambiado su sexo legal, debe abonar las tasas correspondientes según la legislación vigente de Cantabria, mientras que si lo hubiese hecho no tendría coste alguno. Y todo esto después de haber tenido que firmar un documento en el Registro Civil de Madrid, donde reside actualmente, declarando que su sexo no es mujer. "Ahí pone que soy hombre y en mi DNI que soy mujer", lamenta sobre la difícil situación a la que le han expuesto.
"No es un tema de dinero", asegura, ya que, según le dijeron en la universidad, tendría que pagar alrededor de 74 euros. "Afortunadamente me lo puedo permitir, pero no es justo, no tenemos por qué pasar por esto por ser trans", sostiene.
"¿Qué hago/hacemos con esta?"
Y por si esto fuera poco, Math recibió por error un email de la Secretaría de la Facultad de Educación, que en realidad iba dirigido a la Unidad de Títulos, en el que se leía literalmente "¿Qué hago/hacemos con esta?". "Obviamente entendí esto como una falta de respeto, no solo por el despectivo "esta", sino porque saben desde mi primer email que solicito la modificación de los títulos por no identificarme con el nombre que reza en ellos y porque no soy mujer", subraya.
"Ante esto, además de señalarles que para ser la Facultad de Educación tenían muy poco respeto, contacté con el Área de Igualdad de la Universidad, les expliqué la situación y me indicaron que, una vez pasadas las vacaciones de Navidad, me indicarían cómo proceder, tanto sobre el procedimiento para el cambio de nombre en los títulos, como sobre la queja que quiero presentar, pero todavía no he tenido respuesta", lamenta Math.
Y es que verse en ese litigio le ha hecho investigar por su cuenta los distintos procedimientos y fallos de tribunales que afectan al cambio de nombre y actualización de títulos, lo que le ha llevado a descubrir las "abrumadoras" diferencias entre comunidades y "desactualizaciones" respecto a esta cuestión.
"A algunes compañeres* les han solicitado documentación en el Registro Civil totalmente innecesaria y fuera de las competencias del mismo, como un Informe Diagnóstico de Trastorno de Disforia de Identidad de Género, aunque el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo hayan sentenciado que es inconstitucional condicionar el cambio de sexo o género a cirugías y hormonación –que no todas las personas trans deseamos hacer–, y hay otres que llevan más de un año esperando a que el Registro Civil les permita usar su nombre real", afirma Math.
"No es nada fácil, no tenemos lugar, no hay nada pensado para nosotres en temas de legislación, documentación y administración", lamenta, denunciando el "estrés y sobreesfuerzo emocional" que padecen por ello. "No es justo", concluye.
"Seguimos la normativa"
Este medio se ha puesto en contacto con la Universidad de Cantabria para recabar su versión de los hechos. Tomás Mantecón, vicerrector de Cultura y Participación Social, asegura que en todo momento se le ha indicado el itinerario administrativo a seguir, en base a la legislación vigente. "Los documentos que le pedimos los exige la normativa, que está por encima de las competencias de la universidad", sostiene.
Recuerda que la modificación del nombre implica el pago de una serie de tasas que quedarían exentas si fuese unido a un cambio de género, cosa que no se ha producido, por el motivo explicado por Math anteriormente. "Ahí no tenemos posibilidad de maniobra, seguimos la normativa", subraya Mantecón, haciendo énfasis en que desde el área de Igualdad se le ha respondido a la mayor celeridad posible y dejando claro que "no tenían constancia por escrito de su carácter no binario".
Asimismo, reconoce el comentario "desafortunado" del correo enviado por error desde la Facultad de Educación. "La Facultad no se había encontrado con otro caso similar y preguntó a la Unidad de Títulos mediante ese correo de carácter interno que suscita el malentendido. Es un comentario desafortunado en un contexto de oficina", explica, haciendo énfasis en que en un correo posterior remitido a Math se le pide disculpas hasta en dos ocasiones. "El único objetivo que tenía la persona que lo mandó era el de ayudar", recalca, defendiendo la "cordialidad y educación" empleada por ambas partes en el resto de correos que llevan intercambiando "desde junio".
Finalmente, Mantecón destaca que no es el primer caso de esas características que tienen en el área de Igualdad. "Los hemos resuelto todos bien, incluso en algunos de ellos tenemos correos expresos de los afectados y de sus familias agradeciendo la delicadeza con la que hemos tratado el asunto", señala. "Tenemos muchas medidas para resolver estas situaciones, como una Defensoría del Universitario e incluso, si llegara el caso, un protocolo de acoso", concluye.
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