Imagen: El País / participantes en 'Recreos diversos' |
Los centros de la Comunidad de Madrid están obligados por ley a promover espacios seguros y libres de LGTBIfobia como el que funciona en un instituto de Parla.
Marta Villena | El País, 2020-01-25
https://elpais.com/ccaa/2020/01/22/madrid/1579712000_199672.html
Los martes son un día especial para algunos alumnos y alumnas del IES Narcís Monturiol, en Parla. Ese día se convocan los Recreos diversos, iniciativa que comenzó el curso pasado y que busca crear un espacio donde los adolescentes —del colectivo LGTBI o no— puedan expresarse libremente y obtener respuestas sobre diversidad sexual o expresión de género. “Aquí nadie nos juzga. No nos sentimos rechazados; nos sentimos liberados”, cuenta Atalanta Iniesta, de 14 años, desde el aula donde se cita el grupo. A su derecha se sienta Jimena Rabaneda, de 12 años: “También, para gente tímida o que no se atreve a salir del armario”, apunta.
Alba Sierra, profesora de Lengua y Literatura y una de las coordinadoras de la cita, sabe “lo difícil que es descubrir tu sexualidad en la adolescencia y no obtener apoyo de tu entorno”. Por eso, se propuso ayudar a su alumnado. Al inicio del curso pasado realizó un pequeño experimento social: se anudó a su muñeca una pulsera arcoíris. “Un simple gesto”, dice. Sus alumnos “enseguida, se dieron cuenta”. Pocos días después, en su tutoría pasó un cuestionario para hablar sobre la realidad LGTBI. De esas respuestas nació la iniciativa inclusiva.
Desde el pasado septiembre, Sierra forma parte de un grupo de profesores —de la educación pública, concertada y privada— que se reúne para implantar de manera transversal los valores de la diversidad. A pesar de ello, la docente considera que aún “falta concienciación” en el profesorado. A Atalanta Iniesta le gustaría que “el resto de profesores normalizasen a las personas LGTBI”. Mientras que Paula Estefani, de 16, se queja de que no se incluya ninguna referencia al colectivo en las clases de Historia. Sus compañeros la respaldan: “Preferiríamos que nos redujesen la caña en Historia, Mates, Lengua… por una asignatura de valores. Pero de valores de verdad, no de postureo”.
La Comunidad de Madrid obliga a incluir la realidad LGTBI en las aulas desde 2016. Ese año se aprobaron la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación (la 2/2016), y la de Protección Integral contra la LGTBIfobia y la Discriminación por Orientación Sexual (la 3/2016). Esta última establece que se debe “desarrollar un plan de estudios transversal en el que se visibilice y normalice la realidad LGTBI”. “Debería estar integrado en todas las asignaturas”, explica Rubén López, director del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia. El año pasado, este organismo identificó 293 agresiones a personas del colectivo. Además, un 60% del alumnado ha sido testigo de agresiones homófobas, según un estudio de 2015 de COGAM. “La LGTBIfobia sigue siendo un problema”, añade López, “y se combate con educación”.
A pesar de que las leyes de la Comunidad obligan a los docentes a trabajar sobre la realidad LGTBI. Sierra incide en que “muy pocos se atreven a tratar estos temas en clase”. Por otro lado, el pasado julio el partido de extrema derecha Vox presionó para intentar conocer los nombres de las personas que impartían charlas y talleres LGTBI en los centros escolares de la región. Una idea que ahora han reconvertido en el veto parental: la censura de contenidos en las clases. “No tenemos miedo, la ley nos respalda”, dice la coordinadora de Recreos diversos. La dirección del centro considera “necesaria” la cita. “Les explicamos a los padres qué se hacía en el grupo y les pareció bien”, apunta el director Lorenzo de la Plaza.
“Que en el siglo XXI nos quieran vetar una clase de educación sexual, me parece que es dar pasos para atrás. Y refuerza la homofobia”, opina Ainhoa Moreno, de 19 años. “Los hijos no somos propiedad de nadie”, agrega. “Aunque tu familia sea homófoba, no puede obligarte a que tú también lo seas”, reflexiona Adriana Martín, de 12 años. “Los padres no pueden quitarles la libertad a sus hijos de elegir su orientación sexual”, añade.
El veto parental era de una de las exigencias de Vox para apoyar los presupuestos de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, tanto la presidenta, Isabel Díaz-Ayuso, como el consejero de Educación, Enrique Ossorio, han asegurado que no se implantará. “Va en contra de las leyes LGTBI de la Comunidad, pero también de la LOMCE y de la Constitución”, explica Eduardo Rubiño, senador y diputado de la Asamblea de Madrid por Más Madrid.
“Cuatro años después de la aprobación de la ley, la Comunidad no ha puesto en marcha el plan estratégico para la lucha contra LGTBIfobia en las aulas. Además, ahora se muestra sumiso ante las exigencias de Vox”, critica Rubiño. El diputado de Más Madrid recuerda que los centros escolares pueden ser “un refugio para adolescentes LGTBI que son rechazados por sus familias”.
Es el caso de dos alumnas del IES Narcís Monturiol. Sus familias no saben que son parte del colectivo LGTBI por lo que prefieren no dar sus nombres. A pesar de ello, no quieren dejar de reivindicar la existencia de un espacio como Recreos diversos. “Este grupo me ha servido para abrirme a mis amigos en cuanto a mi orientación sexual. A mi familia no se lo puedo contar: todos son homófobos”, narra una de ellas. Otra se anima justo antes de que suene el timbre que indica el final del recreo y de esta sesión: “Mi madre me apoya con mi orientación sexual, pero mi padre no quiere ni oír hablar de ello. El pin parental me haría la vida mucho más difícil”.
Una biblioteca LGTBI
En su año y medio de vida, ha llevado a cabo varias actividades: debates; una venta solidaria de pulseras arcoíris, cuyos beneficios donaron a Chrysallis (asociación de familias de menores trans), o charlas con personas del colectivo LGTBI. El año pasado recibieron la visita de la youtuber, escritora y activista bisexual Ana Cerezuela (conocida en las redes sociales como Terafobia).
Otro de sus objetivos es crear un rincón LGBTI en la biblioteca del instituto. Para ello, las pasadas Navidades lanzaron un llamamiento, a través de sus cuentas en redes sociales como Twitter, a todas aquellas personas que quisieran donar libros de temática LGTBI. Cuando regresaron de las vacaciones, descubrieron que “muchos Reyes Magos” les habían hecho llegar decenas de ejemplares. “Crecer con referentes de literatura LGTBI es fundamental y hasta ahora en nuestra biblioteca no se podían encontrar”, celebra la coordinadora de la iniciativa, Alba Sierra. “Continúo recibiendo ejemplares”, añade. Las donaciones de libros se pueden realizar en el propio instituto, en la Casa de la Juventud de Parla o en la Librería Berkana.
La dirección del IES Narcís Monturiol – que cuenta con más de mil alumnos desde 1º de la ESO hasta 2º de Bachillerato e incluye ciclos formativos– considera necesarios sus Recreos diversos: “Son un cauce así para abordar y tratar las necesidades del alumnado LGTBI con personal docente capacitado para ello”. “Si a mí me viene un alumno con una inquietud sobre su orientación sexual, no sabré muy bien cómo abordarlo y prestarle ayuda. No por ello voy a ignorarlo o quitarle importancia al tema”, comenta el jefe de estudios, Alfonso Sanguino. El director del centro, Lorenzo de la Plaza, asegura que no han tenido ninguna queja por parte de padres y madres con respecto a esta iniciativa: “Alguno llamó preguntando. Les explicamos qué se hacía en el grupo y le pareció bien”.
Alba Sierra, profesora de Lengua y Literatura y una de las coordinadoras de la cita, sabe “lo difícil que es descubrir tu sexualidad en la adolescencia y no obtener apoyo de tu entorno”. Por eso, se propuso ayudar a su alumnado. Al inicio del curso pasado realizó un pequeño experimento social: se anudó a su muñeca una pulsera arcoíris. “Un simple gesto”, dice. Sus alumnos “enseguida, se dieron cuenta”. Pocos días después, en su tutoría pasó un cuestionario para hablar sobre la realidad LGTBI. De esas respuestas nació la iniciativa inclusiva.
Desde el pasado septiembre, Sierra forma parte de un grupo de profesores —de la educación pública, concertada y privada— que se reúne para implantar de manera transversal los valores de la diversidad. A pesar de ello, la docente considera que aún “falta concienciación” en el profesorado. A Atalanta Iniesta le gustaría que “el resto de profesores normalizasen a las personas LGTBI”. Mientras que Paula Estefani, de 16, se queja de que no se incluya ninguna referencia al colectivo en las clases de Historia. Sus compañeros la respaldan: “Preferiríamos que nos redujesen la caña en Historia, Mates, Lengua… por una asignatura de valores. Pero de valores de verdad, no de postureo”.
La Comunidad de Madrid obliga a incluir la realidad LGTBI en las aulas desde 2016. Ese año se aprobaron la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación (la 2/2016), y la de Protección Integral contra la LGTBIfobia y la Discriminación por Orientación Sexual (la 3/2016). Esta última establece que se debe “desarrollar un plan de estudios transversal en el que se visibilice y normalice la realidad LGTBI”. “Debería estar integrado en todas las asignaturas”, explica Rubén López, director del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia. El año pasado, este organismo identificó 293 agresiones a personas del colectivo. Además, un 60% del alumnado ha sido testigo de agresiones homófobas, según un estudio de 2015 de COGAM. “La LGTBIfobia sigue siendo un problema”, añade López, “y se combate con educación”.
A pesar de que las leyes de la Comunidad obligan a los docentes a trabajar sobre la realidad LGTBI. Sierra incide en que “muy pocos se atreven a tratar estos temas en clase”. Por otro lado, el pasado julio el partido de extrema derecha Vox presionó para intentar conocer los nombres de las personas que impartían charlas y talleres LGTBI en los centros escolares de la región. Una idea que ahora han reconvertido en el veto parental: la censura de contenidos en las clases. “No tenemos miedo, la ley nos respalda”, dice la coordinadora de Recreos diversos. La dirección del centro considera “necesaria” la cita. “Les explicamos a los padres qué se hacía en el grupo y les pareció bien”, apunta el director Lorenzo de la Plaza.
“Que en el siglo XXI nos quieran vetar una clase de educación sexual, me parece que es dar pasos para atrás. Y refuerza la homofobia”, opina Ainhoa Moreno, de 19 años. “Los hijos no somos propiedad de nadie”, agrega. “Aunque tu familia sea homófoba, no puede obligarte a que tú también lo seas”, reflexiona Adriana Martín, de 12 años. “Los padres no pueden quitarles la libertad a sus hijos de elegir su orientación sexual”, añade.
El veto parental era de una de las exigencias de Vox para apoyar los presupuestos de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, tanto la presidenta, Isabel Díaz-Ayuso, como el consejero de Educación, Enrique Ossorio, han asegurado que no se implantará. “Va en contra de las leyes LGTBI de la Comunidad, pero también de la LOMCE y de la Constitución”, explica Eduardo Rubiño, senador y diputado de la Asamblea de Madrid por Más Madrid.
“Cuatro años después de la aprobación de la ley, la Comunidad no ha puesto en marcha el plan estratégico para la lucha contra LGTBIfobia en las aulas. Además, ahora se muestra sumiso ante las exigencias de Vox”, critica Rubiño. El diputado de Más Madrid recuerda que los centros escolares pueden ser “un refugio para adolescentes LGTBI que son rechazados por sus familias”.
Es el caso de dos alumnas del IES Narcís Monturiol. Sus familias no saben que son parte del colectivo LGTBI por lo que prefieren no dar sus nombres. A pesar de ello, no quieren dejar de reivindicar la existencia de un espacio como Recreos diversos. “Este grupo me ha servido para abrirme a mis amigos en cuanto a mi orientación sexual. A mi familia no se lo puedo contar: todos son homófobos”, narra una de ellas. Otra se anima justo antes de que suene el timbre que indica el final del recreo y de esta sesión: “Mi madre me apoya con mi orientación sexual, pero mi padre no quiere ni oír hablar de ello. El pin parental me haría la vida mucho más difícil”.
Una biblioteca LGTBI
En su año y medio de vida, ha llevado a cabo varias actividades: debates; una venta solidaria de pulseras arcoíris, cuyos beneficios donaron a Chrysallis (asociación de familias de menores trans), o charlas con personas del colectivo LGTBI. El año pasado recibieron la visita de la youtuber, escritora y activista bisexual Ana Cerezuela (conocida en las redes sociales como Terafobia).
Otro de sus objetivos es crear un rincón LGBTI en la biblioteca del instituto. Para ello, las pasadas Navidades lanzaron un llamamiento, a través de sus cuentas en redes sociales como Twitter, a todas aquellas personas que quisieran donar libros de temática LGTBI. Cuando regresaron de las vacaciones, descubrieron que “muchos Reyes Magos” les habían hecho llegar decenas de ejemplares. “Crecer con referentes de literatura LGTBI es fundamental y hasta ahora en nuestra biblioteca no se podían encontrar”, celebra la coordinadora de la iniciativa, Alba Sierra. “Continúo recibiendo ejemplares”, añade. Las donaciones de libros se pueden realizar en el propio instituto, en la Casa de la Juventud de Parla o en la Librería Berkana.
La dirección del IES Narcís Monturiol – que cuenta con más de mil alumnos desde 1º de la ESO hasta 2º de Bachillerato e incluye ciclos formativos– considera necesarios sus Recreos diversos: “Son un cauce así para abordar y tratar las necesidades del alumnado LGTBI con personal docente capacitado para ello”. “Si a mí me viene un alumno con una inquietud sobre su orientación sexual, no sabré muy bien cómo abordarlo y prestarle ayuda. No por ello voy a ignorarlo o quitarle importancia al tema”, comenta el jefe de estudios, Alfonso Sanguino. El director del centro, Lorenzo de la Plaza, asegura que no han tenido ninguna queja por parte de padres y madres con respecto a esta iniciativa: “Alguno llamó preguntando. Les explicamos qué se hacía en el grupo y le pareció bien”.
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