Imagen: El Mundo / Irene Montero |
No queda claro de dónde saldrá el dinero para las medidas sociales, cifradas en 30.000 millones de euros.
Olga R. Sanmartín | El Mundo, 2020-01-05
https://www.elmundo.es/espana/2020/01/05/5e10ebb3fdddff4c498b4644.html
Hasta hace muy poco, la propia ministra de Educación, Isabel Celaá, decía que no podía quitar la financiación a los colegios que separan por sexos porque, aunque no le guste este modelo educativo, el Tribunal Constitucional lo ha avalado. Pero Pedro Sánchez prometió ayer eliminar el concierto a todos estos centros educativos. Ha dejado de ser relevante si luego el Alto Tribunal anula esta medida: lo importante es cumplir con Podemos.
Después de años desdeñando un buen número de banderas sociales de la formación morada, el presidente en funciones las asumió todas durante su discurso de investidura de ayer, para evidenciar que ha dejado el diseño de la parte social de su Gobierno en manos de Pablo Iglesias e Irene Montero.
Parecería que la pareja se hubiera metido en el cuerpo de Sánchez cuando éste hablaba de la tasa rosa, prometía defender el bienestar de los animales y proclamaba que «no podemos entregar al mercado bienes como la educación o la salud».
Es de Podemos el copyright de la subida del salario mínimo, el límite a los precios del alquiler, el cerco a las apuestas o los incentivos de retorno para los jóvenes que se exiliaron durante la crisis.
Y también están en el programa electoral de los morados otras medidas socialmente muy atractivas pero que conllevan mucho gasto, como subir las pensiones, reducir las tasas universitarias, mejorar las becas, extender la gratuidad de la educación infantil de cero a tres años, incluir la salud bucodental en el sistema público, eliminar el copago farmacéutico, llevar la atención sanitaria a domicilio a la España vacía, universalizar la sanidad o regalar la conexión a internet.
Los gais están en contra
El eje central de todas las políticas sociales será la igualdad, que previsiblemente contará con un ministerio ad hoc liderado por Montero. "Este Gobierno se inscribe en esa filosofía de la igualdad que reivindica el movimiento feminista a nivel global", proclamó el candidato socialista. Lo primero que harán será regular en el Código Penal el consentimiento sexual para que "sólo sí sea sí". Para contentar a Podemos, Sánchez ha hecho una apuesta muy arriesgada en contra de la gestación subrogada que inmediatamente ha provocado que los gais, sus tradicionales aliados, le retiren el apoyo. Ni siquiera la promesa de una ley de igualdad LGTBI con actuaciones para frenar las terapias contra la homosexualidad les va a aplacar. Hasta siete asociaciones de familias LGTBI suscribieron ayer un comunicado pidiendo «respeto». Antonio Vila-Coro, de Son Nuestros Hijos, acusó al presidente en funciones de hacer «un discurso de odio».
El feminismo del PSOE, sin embargo, no ha sido tan contundente a la hora de pronunciarse sobre prohibir la prostitución, porque es un asunto que genera división de opiniones en Podemos. Por eso Sánchez no quiso mojarse y simplemente prometió «trabajar para erradicarla», frase que no compromete a nada.
A cambio, afiló su perfil en defensa de la escuela pública (que excluye al 25% de los alumnos que estudian en la concertada), multiplicó sus advertencias a la Iglesia católica y volvió a decir que la asignatura de Religión perderá peso.
En cualquier caso, está por ver si su legislatura efectivamente concluye con la derogación de la reforma laboral, la Lomce o la ‘ley mordaza’ y se cumplen el resto de los anuncios, como una norma que regule la eutanasia, todo lo relativo a la memoria histórica o cambios efectivos en la lucha contra el cambio climático. Prometer es gratis, pero aplicar el programa social de Podemos -cifrado en 30.000 millones de euros- va a costar más. No queda claro cómo se financiará todo este «patriotismo social». El líder del PP, Pablo Casado, vaticinó que causará «la quiebra de la Seguridad Social».
Después de años desdeñando un buen número de banderas sociales de la formación morada, el presidente en funciones las asumió todas durante su discurso de investidura de ayer, para evidenciar que ha dejado el diseño de la parte social de su Gobierno en manos de Pablo Iglesias e Irene Montero.
Parecería que la pareja se hubiera metido en el cuerpo de Sánchez cuando éste hablaba de la tasa rosa, prometía defender el bienestar de los animales y proclamaba que «no podemos entregar al mercado bienes como la educación o la salud».
Es de Podemos el copyright de la subida del salario mínimo, el límite a los precios del alquiler, el cerco a las apuestas o los incentivos de retorno para los jóvenes que se exiliaron durante la crisis.
Y también están en el programa electoral de los morados otras medidas socialmente muy atractivas pero que conllevan mucho gasto, como subir las pensiones, reducir las tasas universitarias, mejorar las becas, extender la gratuidad de la educación infantil de cero a tres años, incluir la salud bucodental en el sistema público, eliminar el copago farmacéutico, llevar la atención sanitaria a domicilio a la España vacía, universalizar la sanidad o regalar la conexión a internet.
Los gais están en contra
El eje central de todas las políticas sociales será la igualdad, que previsiblemente contará con un ministerio ad hoc liderado por Montero. "Este Gobierno se inscribe en esa filosofía de la igualdad que reivindica el movimiento feminista a nivel global", proclamó el candidato socialista. Lo primero que harán será regular en el Código Penal el consentimiento sexual para que "sólo sí sea sí". Para contentar a Podemos, Sánchez ha hecho una apuesta muy arriesgada en contra de la gestación subrogada que inmediatamente ha provocado que los gais, sus tradicionales aliados, le retiren el apoyo. Ni siquiera la promesa de una ley de igualdad LGTBI con actuaciones para frenar las terapias contra la homosexualidad les va a aplacar. Hasta siete asociaciones de familias LGTBI suscribieron ayer un comunicado pidiendo «respeto». Antonio Vila-Coro, de Son Nuestros Hijos, acusó al presidente en funciones de hacer «un discurso de odio».
El feminismo del PSOE, sin embargo, no ha sido tan contundente a la hora de pronunciarse sobre prohibir la prostitución, porque es un asunto que genera división de opiniones en Podemos. Por eso Sánchez no quiso mojarse y simplemente prometió «trabajar para erradicarla», frase que no compromete a nada.
A cambio, afiló su perfil en defensa de la escuela pública (que excluye al 25% de los alumnos que estudian en la concertada), multiplicó sus advertencias a la Iglesia católica y volvió a decir que la asignatura de Religión perderá peso.
En cualquier caso, está por ver si su legislatura efectivamente concluye con la derogación de la reforma laboral, la Lomce o la ‘ley mordaza’ y se cumplen el resto de los anuncios, como una norma que regule la eutanasia, todo lo relativo a la memoria histórica o cambios efectivos en la lucha contra el cambio climático. Prometer es gratis, pero aplicar el programa social de Podemos -cifrado en 30.000 millones de euros- va a costar más. No queda claro cómo se financiará todo este «patriotismo social». El líder del PP, Pablo Casado, vaticinó que causará «la quiebra de la Seguridad Social».
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