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Foro de Hombres por la Igualdad (Sevilla) | Hombres Igualitarios, 2015-07-05
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El miércoles 24 de Junio a las 19.30 se celebró un acto de recuperación de la memoria histórica de la homofobia a través de diálogos con sus protagonistas. El acto consistió en una tertulia abierta entre participantes y quienes vivieron la marginación y sufrieron homofobia por ser homosexuales antes de la aparición del Movimiento Gay y su lucha por los derechos sociales. Este acto forma parte de las actividades convocadas por la Plataforma 28J para la celebración del día Orgullo en Andalucía.
El acto sirve para la presentación de «Somos Memoria», un proyecto cuyo objetivo es estudiar el proceso por el que un colectivo como el de las personas homosexuales sale de la marginación para convertirse en un movimiento social, que aún siendo minoritario, logra cambios sociales, legislativos e institucionales, y contribuyen de una forma significativa a su integración y normalización. El Proyecto se basa en una metodología de Investigación-Acción-Participación (IAP). Plantea recoger la memoria histórica del proceso y provocar una reflexión crítica entre diferentes grupos de actores protagonistas con quienes recuperar la historia subjetiva de los eventos que marcaron los sentidos del proceso. Más allá de la celebración de los 20 años de constitución de la asociación SomoS Plataforma Gay-Lesbiana de Sevilla, que jugó un papel decisivo en esta etapa, el proyecto pretende hacer una revisión crítica de los logros y costes de un proceso de integración e institucionalización que puede servir de ejemplo sobre cómo construir Ciudadanía.
Convocados por la asociación Adriano Antínoo y el Foro de Hombres por la Igualdad, se juntaron una cincuentena de personas en un ágora de debate formado por un círculo de protagonistas, que vivieron aquella época, rodeados por el público que acudió como participantes. El acto se celebró en el Teatro del Duque de Sevilla, cedido por CCOO y acondicionados por el técnico de sala de la Compañía Imperdible, Jose Pipió. La sesión duró de 19:30 a 22:00 y fue grabada por el director Juan Rivadeneyra que forma parte del grupo promotor del Proyecto. El debate fue conducido por el sociólogo y presidente de la Fundación Iniciativa Social, Hilario Sáez.
Tras la presentación del acto y de la dinámica prevista (consistente en abrir un debate entre el circulo de protagonistas para provocar un diálogo al que se pudieran sumar más tarde el público participante) se les planteó la pregunta “¿cómo era ser homosexual entonces?”. El debate se inició de una manera fluida sobre las diferentes experiencias dolorosas y divertidas que suponía ser homosexual en una época en la que serlo te marcaba como una persona “rara”, desgraciada, enferma, avergonzada y, no obstante, dispuesta a sobrevivir y defender la alegría como se pudiese. Las voces en el grupo protagonista eran de hombres supervivientes, pero tampoco se olvidaron de quienes no pudieron enfrentar la homofobia con los suficientes recursos personales o sociales.
En el repaso que se hizo del mapa de temas, vivencias, momentos y bares (¡qué cantidad de bares estrechos llenos de homosexuales ha habido en Sevilla!), fueron saliendo todo lo que cabría esperar de la etapa preconstitucional donde seguían mandando las “fuerzas vivas” de un tardo franquismo que aún sufrimos. Se pudo ver el “heteropatriarcado” desnudado por la emocionante narración que hizo uno de los protagonistas de su experiencia de la homofobia en la infancia. El sufrimiento de la persecución legal mediante una ley de peligrosidad social que había llevado a la cárcel a más de uno de los presentes por el mero hecho de ser considerado homosexual. La doble forma de sobrevivir al servicio militar que se narraron: unos escondiéndose todo lo que fuera posible para no ser blanco del acoso militar y otros aprovechando la ocasión no para “hacerse un hombre” sino, como alguien comentó, “hacerse todo el batallón”. Una conclusión aportada al final de esta parte del debate, que ocupó algo más de una hora, apuntaba que lo que no ha cambiado es que los heterosexuales siguen sin poderse permitir las experiencias y escarceos homosexuales que siempre han habido con la naturalidad que se ha asumido el matrimonio entre homosexuales o que ningún padre se vanagloria de tener dos hijos “muy maricas”.
El público participante siguió atentamente la tertulia del grupo protagonista y cuando se le dio paso para participar, hizo reflexiones y preguntas sobre muchos de las cuestiones que se habían planteado. Se habló de la homofobia en la política y de la diferencia entre los diferentes partidos a la hora de denunciarla. A pesar de algunas discrepancias, la mayoría de los participantes coincidieron en presentar a las organizaciones políticas y sindicales como generalmente homófobos al menos hasta que entendieron que el voto rosa era electoralmente y políticamente relevante. También se hicieron comentarios y reflexiones sobre la memoria histórica y su aplicación al terreno de la homofobia que apuntan a futuras colaboraciones. Otros participantes señalaron la importancia del SIDA como acontecimiento transcendente en el devenir del movimiento gay y varios aludieron al caso Arny como ejemplo de una ofensiva homófoba que algunos confesaron seguir temiendo.
Al final, se presentó brevemente el proyecto al grupo promotor de personas y entidades que lo apoyan. Se anunciaron próximas convocatorias, nuevas actividades y se ofreció la posibilidad de participar a quienes estuvieran interesados. En un próximo post explicaremos los detalles organizativos de un proyecto que por su metodología participativa está abierto y en gran medida por definir.
No obstante, el verdadero éxito de la convocatoria de un proyecto que, como Somos Memoria, pretende servir para reflexionar sobre cómo construir ciudadanía está en dos resultados que independientemente de su continuidad y alcance ya se han conseguido. Por una parte, la evidente producción de inteligencia colectiva que se experimentó en la sesión y que pudo sentirse en muchos momentos de conexión y lucidez colectivos. Por otra, el desbordamiento que supuso el acto respecto de las expectativas de sus promotores y que se puede ilustrar en los grupos de participantes que después con la cerveza siguieron charlando, contando anécdotas y recuperando la memoria de las marginaciones y homofobias de la que venimos.
El acto sirve para la presentación de «Somos Memoria», un proyecto cuyo objetivo es estudiar el proceso por el que un colectivo como el de las personas homosexuales sale de la marginación para convertirse en un movimiento social, que aún siendo minoritario, logra cambios sociales, legislativos e institucionales, y contribuyen de una forma significativa a su integración y normalización. El Proyecto se basa en una metodología de Investigación-Acción-Participación (IAP). Plantea recoger la memoria histórica del proceso y provocar una reflexión crítica entre diferentes grupos de actores protagonistas con quienes recuperar la historia subjetiva de los eventos que marcaron los sentidos del proceso. Más allá de la celebración de los 20 años de constitución de la asociación SomoS Plataforma Gay-Lesbiana de Sevilla, que jugó un papel decisivo en esta etapa, el proyecto pretende hacer una revisión crítica de los logros y costes de un proceso de integración e institucionalización que puede servir de ejemplo sobre cómo construir Ciudadanía.
Convocados por la asociación Adriano Antínoo y el Foro de Hombres por la Igualdad, se juntaron una cincuentena de personas en un ágora de debate formado por un círculo de protagonistas, que vivieron aquella época, rodeados por el público que acudió como participantes. El acto se celebró en el Teatro del Duque de Sevilla, cedido por CCOO y acondicionados por el técnico de sala de la Compañía Imperdible, Jose Pipió. La sesión duró de 19:30 a 22:00 y fue grabada por el director Juan Rivadeneyra que forma parte del grupo promotor del Proyecto. El debate fue conducido por el sociólogo y presidente de la Fundación Iniciativa Social, Hilario Sáez.
Tras la presentación del acto y de la dinámica prevista (consistente en abrir un debate entre el circulo de protagonistas para provocar un diálogo al que se pudieran sumar más tarde el público participante) se les planteó la pregunta “¿cómo era ser homosexual entonces?”. El debate se inició de una manera fluida sobre las diferentes experiencias dolorosas y divertidas que suponía ser homosexual en una época en la que serlo te marcaba como una persona “rara”, desgraciada, enferma, avergonzada y, no obstante, dispuesta a sobrevivir y defender la alegría como se pudiese. Las voces en el grupo protagonista eran de hombres supervivientes, pero tampoco se olvidaron de quienes no pudieron enfrentar la homofobia con los suficientes recursos personales o sociales.
En el repaso que se hizo del mapa de temas, vivencias, momentos y bares (¡qué cantidad de bares estrechos llenos de homosexuales ha habido en Sevilla!), fueron saliendo todo lo que cabría esperar de la etapa preconstitucional donde seguían mandando las “fuerzas vivas” de un tardo franquismo que aún sufrimos. Se pudo ver el “heteropatriarcado” desnudado por la emocionante narración que hizo uno de los protagonistas de su experiencia de la homofobia en la infancia. El sufrimiento de la persecución legal mediante una ley de peligrosidad social que había llevado a la cárcel a más de uno de los presentes por el mero hecho de ser considerado homosexual. La doble forma de sobrevivir al servicio militar que se narraron: unos escondiéndose todo lo que fuera posible para no ser blanco del acoso militar y otros aprovechando la ocasión no para “hacerse un hombre” sino, como alguien comentó, “hacerse todo el batallón”. Una conclusión aportada al final de esta parte del debate, que ocupó algo más de una hora, apuntaba que lo que no ha cambiado es que los heterosexuales siguen sin poderse permitir las experiencias y escarceos homosexuales que siempre han habido con la naturalidad que se ha asumido el matrimonio entre homosexuales o que ningún padre se vanagloria de tener dos hijos “muy maricas”.
El público participante siguió atentamente la tertulia del grupo protagonista y cuando se le dio paso para participar, hizo reflexiones y preguntas sobre muchos de las cuestiones que se habían planteado. Se habló de la homofobia en la política y de la diferencia entre los diferentes partidos a la hora de denunciarla. A pesar de algunas discrepancias, la mayoría de los participantes coincidieron en presentar a las organizaciones políticas y sindicales como generalmente homófobos al menos hasta que entendieron que el voto rosa era electoralmente y políticamente relevante. También se hicieron comentarios y reflexiones sobre la memoria histórica y su aplicación al terreno de la homofobia que apuntan a futuras colaboraciones. Otros participantes señalaron la importancia del SIDA como acontecimiento transcendente en el devenir del movimiento gay y varios aludieron al caso Arny como ejemplo de una ofensiva homófoba que algunos confesaron seguir temiendo.
Al final, se presentó brevemente el proyecto al grupo promotor de personas y entidades que lo apoyan. Se anunciaron próximas convocatorias, nuevas actividades y se ofreció la posibilidad de participar a quienes estuvieran interesados. En un próximo post explicaremos los detalles organizativos de un proyecto que por su metodología participativa está abierto y en gran medida por definir.
No obstante, el verdadero éxito de la convocatoria de un proyecto que, como Somos Memoria, pretende servir para reflexionar sobre cómo construir ciudadanía está en dos resultados que independientemente de su continuidad y alcance ya se han conseguido. Por una parte, la evidente producción de inteligencia colectiva que se experimentó en la sesión y que pudo sentirse en muchos momentos de conexión y lucidez colectivos. Por otra, el desbordamiento que supuso el acto respecto de las expectativas de sus promotores y que se puede ilustrar en los grupos de participantes que después con la cerveza siguieron charlando, contando anécdotas y recuperando la memoria de las marginaciones y homofobias de la que venimos.
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