Imagen: El Salto / Plataforma Trans |
Los mensajes tránsfobos del partido liderado por Lidia Falcón provocan que la Federación Trans reclame a Izquierda Unida su expulsión de la coalición y eleve el caso a la justicia.
Alfonso Torres | El Salto, 2019-12-11
https://www.elsaltodiario.com/transfobia/la-federacion-trans-acusa-al-partido-feminista-de-cometer-delito-de-odio-terf-feminismo-transexualidad
Las redes llevan días siendo un hervidero a consecuencia de sendos comunicados del Partido Feminista de España (PFE). La formación liderada por la abogada y antifranquista Lidia Falcón reclamando a Unidas Podemos que la Ley Trans no se vuelva a registrar en el Congreso abría la polémica el pasado 4 de diciembre. En un comunicado el Partido Feminista criticaba la ley 9/2019 del 27 de junio del Parlamento vasco que, en la línea de la despatologización reclamada por los colectivos trans y que está vigente en Andalucía, Madrid o Cataluña, permite transicionar a menores transexuales sin necesidad de informes médicos. Una legislación que para el PFE era resultado de una campaña del “lobby gay y sus acólitos para imponer en la sociedad el discurso queer”, campaña dentro de la cual situaba también la intervención de Elsa, la menor trans cuyo discurso en la Asamblea de Extremadura se hizo viral la semana pasada.
Una campaña que, en último término para el partido de Falcón, persigue “lograr la legalización de los vientres de alquiler” y “sustituir el feminismo, tanto en su teoría como en su práctica por la teoría queer”. Afirmaba en aquel comunicado que “los homosexuales tienen como un objetivo importante poder alquilar úteros femeninos para producir niños y niñas que quieren conseguir para su propio disfrute como un objeto más que añadir a sus posesiones” y aseguraba que llevaría ante el Defensor del Menor e incluso los tribunales tanto a la Asamblea extremeña como a los “padres del niño” referenciando en masculino a Elsa, “por falta de protección psicológica de este menor”.
Unas aseveraciones que esconden para Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Trans estatal, “un odio irracional, reiterado y obsesivo contra las personas trans”, y que considera constitutivas de un delito de odio. Razón por la cual se reunirá mañana con la Fiscalía especializada en estos delitos en Barcelona. En declaraciones a El Salto Cambrollé explica que “El Estado español reconoce la identidad trans en la ley de 2007, que aunque reclamemos cambios, sitúa jurídicamente que el Estado reconoce la identidad de las personas trans bajo la prevalencia del sexo psicosocial y no del genital. Por tanto el derecho a la identidad es un derecho reconocido en el Estado español. Negar esa identidad, llamar a la niña niño, es un negacionismo de la identidad que constituye un delito de odio”. Así mismo Cambrollé lamenta que el PFE “promueva un infundio, que se desmonta con el texto de la ley en la mano, y estigmatice a todo un colectivo como el gay acusándolo de querer alquilar vientres, una afirmación tan generalizada y que no se ajusta a la verdad, que tiene carácter lgtbifóbico”.
Unas alusiones hacia el colectivo LGTBI y hacia la menor trans que provocaron un aluvión de críticas al Partido Feminista, que a su vez recibía el apoyo de la corriente TERF (Trans-Exclusionary Radical Feminist, en sus siglas en inglés). Unas críticas que interpelaban a su vez a Izquierda Unida, donde se integra el partido de Falcón desde 2015, para que las condenase. La periodista feminista Iratzu Varela o el exconcejal de Madrid de Izquierda Unida Carlos Sánchez Mato condenaron las declaraciones del PFE, a las que se acabó sumando la propia Izquierda Unida, a través de su área de libertad de expresión afectivo-sexual (ALEAS).
Afirmaba entonces ALEAS que “el movimiento feminista y la comunidad LGTBI hemos tejido desde hace décadas una red de protección y apoyo mutuo que debe reforzarse”, y entendía que “que las personas trans habéis sido atacadas por las palabras del PFE”. Ante lo que reclamaba “manifestar de forma pública e inmediata una rectificación que ponga fin a la persecución a la que someten con su odio a personas de identidades trans y el conjunto de la comunidad LGTBI o nos veremos en el deber de solicitar las acciones internas pertinentes”. Sin embargo, lejos de dirimirse en los órganos internos de IU, el Partido Feminista lanzaba un segundo comunicado el 8 de diciembre. En este exigía a la dirección de Izquierda Unida “la reprobación y sanción contra el colectivo ALEAS-IU por las declaraciones ofensivas, insultantes, calumniosas y amenazadoras” contra el PFE y su presidenta, a los que situaba como “al servicio del negocio capitalista del alquiler de mujeres”. Insistía de nuevo en que la Ley Trans “constituye un despropósito peligroso para la salud y el futuro de los menores, y abre la puerta – y esta es su real intención– a legalizar la trata de mujeres para alquilar los úteros”.
Para Mar Cambrollé esta reiteración del mensaje sitúa al colectivo trans en la necesidad de “pedirle a IU que lógicamente tiene que separarse, ideológica y públicamente, de este grupo que más que dentro de una corriente progresista creo que repite el discurso de VOX”. “Sin expulsión no hay reparación” asegura. Reclama la presidenta de la Federación Trans que “al igual que hubo un pacto social contra la violencia de genero, debe haberlo contra la transfobia. Para que las organizaciones progresistas no puedan dar cabida dentro de su seno a personas que sus discursos y acciones atentan contra la dignidad y derechos trans”. Considera que de lo contrario se lanza un mensaje contradictorio en tiempos de auge de la extrema derecha tránsfoba. “Hay que poner un cordón sanitario a los discursos de odio, vengan de donde vengan. Porque de lo contrario ¿cuál discurso de odio hay que atacar, el de Vox y Hazte Oír? ¿Quiere eso decir que la izquierda tiene licencia o inmunidad para agredir?”. Y alude directamente a la presidenta del PFE. “Esta señora, que siempre cuenta su historia ¿tiene categoría VIP para agredir? Es una vergüenza política y deja a las organizaciones en muy mal lugar”. Sin embargo la presidenta de la Federación Trans le reconoce a IU y al Partido Comunista, su labor previa contra la discriminación. “A mi me apoyaron en el 77 cuando luchábamos contras las leyes represivas en el posfranquismo, han sido mis aliados en Andalucía para lograr la ley trans más vanguardista del Estado”.
A pesar de lo reciente y lo virulento de la polémica, lo cierto es que la existencia de una corriente transexcluyente dentro del feminismo no es nuevo. En julio de este año también existió un fuerte debate por afirmaciones tránsfobas en el Escuela Feminista de Gijón. Cambrollé entiende que son minoritarias pero que sí están “instaladas estas señoras en puestos de poder e instituciones” y señala que este discurso también recibe aplausos dentro del PSOE. “No podemos tener dentro de las organizaciones progresistas, sindicales, feministas a esta gente, que busquen su hueco en Hazte Oír, en el Foro por la Familia o en Vox”. Y reivindica el feminismo como “un llamamiento a la sororidad, a la interseccionalidad. No hay nada mas antagónico y contrapuesto al feminismo que estas actitudes se llamen como se quieran llamar”.
Una campaña que, en último término para el partido de Falcón, persigue “lograr la legalización de los vientres de alquiler” y “sustituir el feminismo, tanto en su teoría como en su práctica por la teoría queer”. Afirmaba en aquel comunicado que “los homosexuales tienen como un objetivo importante poder alquilar úteros femeninos para producir niños y niñas que quieren conseguir para su propio disfrute como un objeto más que añadir a sus posesiones” y aseguraba que llevaría ante el Defensor del Menor e incluso los tribunales tanto a la Asamblea extremeña como a los “padres del niño” referenciando en masculino a Elsa, “por falta de protección psicológica de este menor”.
Unas aseveraciones que esconden para Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Trans estatal, “un odio irracional, reiterado y obsesivo contra las personas trans”, y que considera constitutivas de un delito de odio. Razón por la cual se reunirá mañana con la Fiscalía especializada en estos delitos en Barcelona. En declaraciones a El Salto Cambrollé explica que “El Estado español reconoce la identidad trans en la ley de 2007, que aunque reclamemos cambios, sitúa jurídicamente que el Estado reconoce la identidad de las personas trans bajo la prevalencia del sexo psicosocial y no del genital. Por tanto el derecho a la identidad es un derecho reconocido en el Estado español. Negar esa identidad, llamar a la niña niño, es un negacionismo de la identidad que constituye un delito de odio”. Así mismo Cambrollé lamenta que el PFE “promueva un infundio, que se desmonta con el texto de la ley en la mano, y estigmatice a todo un colectivo como el gay acusándolo de querer alquilar vientres, una afirmación tan generalizada y que no se ajusta a la verdad, que tiene carácter lgtbifóbico”.
Unas alusiones hacia el colectivo LGTBI y hacia la menor trans que provocaron un aluvión de críticas al Partido Feminista, que a su vez recibía el apoyo de la corriente TERF (Trans-Exclusionary Radical Feminist, en sus siglas en inglés). Unas críticas que interpelaban a su vez a Izquierda Unida, donde se integra el partido de Falcón desde 2015, para que las condenase. La periodista feminista Iratzu Varela o el exconcejal de Madrid de Izquierda Unida Carlos Sánchez Mato condenaron las declaraciones del PFE, a las que se acabó sumando la propia Izquierda Unida, a través de su área de libertad de expresión afectivo-sexual (ALEAS).
Afirmaba entonces ALEAS que “el movimiento feminista y la comunidad LGTBI hemos tejido desde hace décadas una red de protección y apoyo mutuo que debe reforzarse”, y entendía que “que las personas trans habéis sido atacadas por las palabras del PFE”. Ante lo que reclamaba “manifestar de forma pública e inmediata una rectificación que ponga fin a la persecución a la que someten con su odio a personas de identidades trans y el conjunto de la comunidad LGTBI o nos veremos en el deber de solicitar las acciones internas pertinentes”. Sin embargo, lejos de dirimirse en los órganos internos de IU, el Partido Feminista lanzaba un segundo comunicado el 8 de diciembre. En este exigía a la dirección de Izquierda Unida “la reprobación y sanción contra el colectivo ALEAS-IU por las declaraciones ofensivas, insultantes, calumniosas y amenazadoras” contra el PFE y su presidenta, a los que situaba como “al servicio del negocio capitalista del alquiler de mujeres”. Insistía de nuevo en que la Ley Trans “constituye un despropósito peligroso para la salud y el futuro de los menores, y abre la puerta – y esta es su real intención– a legalizar la trata de mujeres para alquilar los úteros”.
Para Mar Cambrollé esta reiteración del mensaje sitúa al colectivo trans en la necesidad de “pedirle a IU que lógicamente tiene que separarse, ideológica y públicamente, de este grupo que más que dentro de una corriente progresista creo que repite el discurso de VOX”. “Sin expulsión no hay reparación” asegura. Reclama la presidenta de la Federación Trans que “al igual que hubo un pacto social contra la violencia de genero, debe haberlo contra la transfobia. Para que las organizaciones progresistas no puedan dar cabida dentro de su seno a personas que sus discursos y acciones atentan contra la dignidad y derechos trans”. Considera que de lo contrario se lanza un mensaje contradictorio en tiempos de auge de la extrema derecha tránsfoba. “Hay que poner un cordón sanitario a los discursos de odio, vengan de donde vengan. Porque de lo contrario ¿cuál discurso de odio hay que atacar, el de Vox y Hazte Oír? ¿Quiere eso decir que la izquierda tiene licencia o inmunidad para agredir?”. Y alude directamente a la presidenta del PFE. “Esta señora, que siempre cuenta su historia ¿tiene categoría VIP para agredir? Es una vergüenza política y deja a las organizaciones en muy mal lugar”. Sin embargo la presidenta de la Federación Trans le reconoce a IU y al Partido Comunista, su labor previa contra la discriminación. “A mi me apoyaron en el 77 cuando luchábamos contras las leyes represivas en el posfranquismo, han sido mis aliados en Andalucía para lograr la ley trans más vanguardista del Estado”.
A pesar de lo reciente y lo virulento de la polémica, lo cierto es que la existencia de una corriente transexcluyente dentro del feminismo no es nuevo. En julio de este año también existió un fuerte debate por afirmaciones tránsfobas en el Escuela Feminista de Gijón. Cambrollé entiende que son minoritarias pero que sí están “instaladas estas señoras en puestos de poder e instituciones” y señala que este discurso también recibe aplausos dentro del PSOE. “No podemos tener dentro de las organizaciones progresistas, sindicales, feministas a esta gente, que busquen su hueco en Hazte Oír, en el Foro por la Familia o en Vox”. Y reivindica el feminismo como “un llamamiento a la sororidad, a la interseccionalidad. No hay nada mas antagónico y contrapuesto al feminismo que estas actitudes se llamen como se quieran llamar”.
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