Imagen: El Diario / Rayza Torriani |
Rayza Torriani es legalmente un varón y para presentarse a las elecciones su país le exige la tarjeta del servicio militar, un documento que no tiene por ser mujer. La líder transexual es la principal impulsora de la Ley de identidad de género, que está pendiente de su aprobación definitiva. Torriani abandonó la prostitución para convertirse en defensora de los derechos humanos antes de dar el salto a la política.
Carolina Martínez | El Siario, 2016-01-02
http://www.eldiario.es/desalambre/Rayza-Torriani-registrarse-revoluciona-boliviana_0_425907505.html
Un giro vital. Es lo que ha experimentado Rayza Torriani, la que es ahora la transexual más influyente de Bolivia y la principal impulsora de la Ley de identidad de género en su país. Una ley, que tras años de lucha por parte de los colectivos, ha sido presentada por el Gobierno en un proyecto de ley y que se encuentra ahora a expensas de una aprobación definitiva.
Torriani saltó de la calle a los despachos. Pasó del anonimato de la noche al reconocimiento de la vida pública. A la carrera política. Su bandera: la defensa de los derechos humanos.
"Yo hago las cosas para las que ahora me dan palos, para las que me critican", explica Rayza, defendiéndose de las críticas que vierten sobre ella algunos sectores LGTB. "Yo defiendo a todos aquellos que son discriminados, no solo a los LGTB", sentencia la activista.
Su labor ha revolucionado a una parte importante de la sociedad boliviana. Creó la red Trébol en 2006, la primera red de mujeres transexuales del estado plurinacional que nació inspirada por lo que la activista escuchó dos años antes durante un viaje a Argentina, donde acudió como invitada a un evento de la Red Latinoamericana de Mujeres Transexuales.
"Para mí, antes la noche era el día y el día era la noche. Por la noche tenía que arreglarme y ponerme divina para poder ir a una esquina a vender mi cuerpo", explica la trans a El Diario mientras recuerda sus inicios. "Mi vida dio un cambio radical y Argentina fue el punto de inflexión", puntualiza. "En el evento de la red trans veo que hay otra manera de hacer las cosas y es entonces cuando tomo la decisión de cambiar y me comienzo a capacitar como activista y futura directora", cuenta la líder transexual.
En 2014 sus labores como activista en favor de los derechos humanos ya eran reconocidas en toda Latinoamérica. Torriani había conseguido soporte social y apoyo en los sectores LGTB. Y a parte de crear la red trans en su país -La Red Trébol-, había formado también la primera red de mujeres transexuales que vive con VIH en Bolivia.
Fue entonces cuando, tras su influencia en la resolución positiva de un caso de agresión xenófoba, Torriani fue invitada a participar en las listas electorales del Partido Verde presentándose a la primera diputación por el departamento de Cochabamba. Pero las leyes bolivianas impidieron finalmente su postulación.
Bolivia discrimina a las personas trans
La activista transexual, todavía no tiene el cambio de género reconocido legalmente. En su documentación aparece el nombre de varón con el que nació, que le impidió presentarse como candidata a las elecciones. "Yo en el fondo temía que eso pudiera pasar", cuenta Torriani, aunque sostiene que "confiaba en que las instituciones aceptaran la candidatura como varón".
Las leyes bolivianas exigen, hasta el momento, que los candidatos varones estén en posesión de la tarjeta militar. Un documento que acredita que el postulante ha realizado el servicio militar público de manera voluntaria. Torriani, como mujer, no prestó sus servicios a las fuerzas del estado, algo que asegura "sería una tortura para cualquier persona transexual". "La ley dice que hay que ser bien macho para ejercer el servicio militar", puntualiza la líder del movimiento transexual.
"Me discriminaron desde el momento en el que no me dejaron inscribirme en el padrón electoral", denuncia Torriani. "En ese momento se hizo público que no se respetaba la imagen de la persona en Bolivia", recalca la activista.
Pero lejos de dejarla fuera del panorama político, el apoyo del Partido Verde y de los activistas en favor de los derechos humanos impulsaron la carrera de Torriani. "Esto ayudó", cuenta, "soy la mujer que ha movido la causa transexual en Bolivia", asegura.
"Como política he conseguido acceder a muchos despachos, reunirme con mucha gente", explica Torriani, que ha negociado con varios partidos y ha conseguido llevar a la cámara legislativa la norma de identidad de género.
La batalla judicial del cambio de sexo
La Constitución boliviana en vigencia sanciona en el Artículo 14 inciso II la discriminación por razón de identidad de género, algo que no garantiza el cambio de sexo a las personas trans.
Hasta la implantación de la nueva ley, cambiar de sexo de manera oficial en el país latinoamericano solo puede conseguirse a través de la vía judicial. Un camino que supone un largo proceso y que según datos recopilados por la prensa del país solo han conseguido finalizar seis personas desde 2006.
La propuesta de ley impulsada por Torriani conlleva que el cambio de sexo se convierta en un trámite administrativo, abandonando así la vía judicial. Un trámite, en el que según los datos de las asociaciones bolivianas LGTB, están interesadas por el momento más de 1.085 ciudadanos.
"Los requisitos ya no serán tan tediosos", explica la propulsora. Según su propuesta, solo haría falta el carnet de identidad, un certificado de nacimiento, fotografías del cambio físico y un informe psicológico en el que se especifique el tratamiento hormonal que se ha seguido la persona solicitante.
"Cuando se apruebe la ley primero quiero que cinco mujeres trans se cambien el nombre", explica Torriani. "Cuando cinco ya lo hayan hecho, entonces lo haré yo", sentencia la activista.
Torriani saltó de la calle a los despachos. Pasó del anonimato de la noche al reconocimiento de la vida pública. A la carrera política. Su bandera: la defensa de los derechos humanos.
"Yo hago las cosas para las que ahora me dan palos, para las que me critican", explica Rayza, defendiéndose de las críticas que vierten sobre ella algunos sectores LGTB. "Yo defiendo a todos aquellos que son discriminados, no solo a los LGTB", sentencia la activista.
Su labor ha revolucionado a una parte importante de la sociedad boliviana. Creó la red Trébol en 2006, la primera red de mujeres transexuales del estado plurinacional que nació inspirada por lo que la activista escuchó dos años antes durante un viaje a Argentina, donde acudió como invitada a un evento de la Red Latinoamericana de Mujeres Transexuales.
"Para mí, antes la noche era el día y el día era la noche. Por la noche tenía que arreglarme y ponerme divina para poder ir a una esquina a vender mi cuerpo", explica la trans a El Diario mientras recuerda sus inicios. "Mi vida dio un cambio radical y Argentina fue el punto de inflexión", puntualiza. "En el evento de la red trans veo que hay otra manera de hacer las cosas y es entonces cuando tomo la decisión de cambiar y me comienzo a capacitar como activista y futura directora", cuenta la líder transexual.
En 2014 sus labores como activista en favor de los derechos humanos ya eran reconocidas en toda Latinoamérica. Torriani había conseguido soporte social y apoyo en los sectores LGTB. Y a parte de crear la red trans en su país -La Red Trébol-, había formado también la primera red de mujeres transexuales que vive con VIH en Bolivia.
Fue entonces cuando, tras su influencia en la resolución positiva de un caso de agresión xenófoba, Torriani fue invitada a participar en las listas electorales del Partido Verde presentándose a la primera diputación por el departamento de Cochabamba. Pero las leyes bolivianas impidieron finalmente su postulación.
Bolivia discrimina a las personas trans
La activista transexual, todavía no tiene el cambio de género reconocido legalmente. En su documentación aparece el nombre de varón con el que nació, que le impidió presentarse como candidata a las elecciones. "Yo en el fondo temía que eso pudiera pasar", cuenta Torriani, aunque sostiene que "confiaba en que las instituciones aceptaran la candidatura como varón".
Las leyes bolivianas exigen, hasta el momento, que los candidatos varones estén en posesión de la tarjeta militar. Un documento que acredita que el postulante ha realizado el servicio militar público de manera voluntaria. Torriani, como mujer, no prestó sus servicios a las fuerzas del estado, algo que asegura "sería una tortura para cualquier persona transexual". "La ley dice que hay que ser bien macho para ejercer el servicio militar", puntualiza la líder del movimiento transexual.
"Me discriminaron desde el momento en el que no me dejaron inscribirme en el padrón electoral", denuncia Torriani. "En ese momento se hizo público que no se respetaba la imagen de la persona en Bolivia", recalca la activista.
Pero lejos de dejarla fuera del panorama político, el apoyo del Partido Verde y de los activistas en favor de los derechos humanos impulsaron la carrera de Torriani. "Esto ayudó", cuenta, "soy la mujer que ha movido la causa transexual en Bolivia", asegura.
"Como política he conseguido acceder a muchos despachos, reunirme con mucha gente", explica Torriani, que ha negociado con varios partidos y ha conseguido llevar a la cámara legislativa la norma de identidad de género.
La batalla judicial del cambio de sexo
La Constitución boliviana en vigencia sanciona en el Artículo 14 inciso II la discriminación por razón de identidad de género, algo que no garantiza el cambio de sexo a las personas trans.
Hasta la implantación de la nueva ley, cambiar de sexo de manera oficial en el país latinoamericano solo puede conseguirse a través de la vía judicial. Un camino que supone un largo proceso y que según datos recopilados por la prensa del país solo han conseguido finalizar seis personas desde 2006.
La propuesta de ley impulsada por Torriani conlleva que el cambio de sexo se convierta en un trámite administrativo, abandonando así la vía judicial. Un trámite, en el que según los datos de las asociaciones bolivianas LGTB, están interesadas por el momento más de 1.085 ciudadanos.
"Los requisitos ya no serán tan tediosos", explica la propulsora. Según su propuesta, solo haría falta el carnet de identidad, un certificado de nacimiento, fotografías del cambio físico y un informe psicológico en el que se especifique el tratamiento hormonal que se ha seguido la persona solicitante.
"Cuando se apruebe la ley primero quiero que cinco mujeres trans se cambien el nombre", explica Torriani. "Cuando cinco ya lo hayan hecho, entonces lo haré yo", sentencia la activista.
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