Imagen: iLeón / Protesta en Astorga por los abusos sexuales en el seminario de La Bañeza |
Cerca de una treintena de afectados y excompañeros se manifiestan en Astorga tras salir a la luz los casos de pederastia en el seminario de La Bañeza.
Leonoticias, 2017-02-18
http://www.leonoticias.com/astorga/201702/18/queremos-dinero-queremos-vivir-20170218123939.html
Bajo una intensa lluvia que no remitió en ningún momento de la mañana del sábado, cerca de una treintena de exseminaristas salieron a la calle en Astorga para manifestar su repulsa ante los casos de pederastia recientemente conocidos en el seminario de La Bañeza.
Con una pancarta en la que podía leerse «Todos lo vivimos y ellos lo encubrían. Todos somos víctimas», los manifestantes recorrieron la distancia que une la Plaza de la Catedral y el Ayuntamiento, clamando justicia por una situación tan lamentable como dramática.
Rubén Darío, Tomás García y Óscar Antón fueron los portavoces de la convocatoria, que en declaraciones a los medios explicaron que «estamos convencidos de que van a salir más casos. Lo que queremos no es dinero, sino poder vivir en paz».
Sin duda uno de los momentos de mayor congoja se vivió cuando un exseminarista relató cómo veía a los sacerdotes «entrar en las habitaciones de noche, con linternas», un recuerdo que «es imposible borrar de mi cabeza». Igualmente, explicó que para un niño de diez años «denunciar esa situación era casi imposible, porque suponía que nadie confiara en su palabra y la posible reprimenda por parte de los seglares».
La manifestación, aparte de para reivindicar, también sirvió como una especie de catarsis para algunos, como Emilio Álvarez, que asegura que «personalmente solo quiero vivir tranquilo una vez he podido enfrentarme a ello».
Con una pancarta en la que podía leerse «Todos lo vivimos y ellos lo encubrían. Todos somos víctimas», los manifestantes recorrieron la distancia que une la Plaza de la Catedral y el Ayuntamiento, clamando justicia por una situación tan lamentable como dramática.
Rubén Darío, Tomás García y Óscar Antón fueron los portavoces de la convocatoria, que en declaraciones a los medios explicaron que «estamos convencidos de que van a salir más casos. Lo que queremos no es dinero, sino poder vivir en paz».
Sin duda uno de los momentos de mayor congoja se vivió cuando un exseminarista relató cómo veía a los sacerdotes «entrar en las habitaciones de noche, con linternas», un recuerdo que «es imposible borrar de mi cabeza». Igualmente, explicó que para un niño de diez años «denunciar esa situación era casi imposible, porque suponía que nadie confiara en su palabra y la posible reprimenda por parte de los seglares».
La manifestación, aparte de para reivindicar, también sirvió como una especie de catarsis para algunos, como Emilio Álvarez, que asegura que «personalmente solo quiero vivir tranquilo una vez he podido enfrentarme a ello».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.