Imagen: El Periódico CLM / Braulio Rodríguez Plaza |
Braulio Rodríguez dice que la normativa "confunde igualdad con ideología de género" y califica de "curiosas" las reacciones contrarias a la libertad de 'La Manada'. La directora del Instituto de la Mujer le responde con contundencia: "Lecciones machistas, ninguna".
S. Jiménez | El Periódico CLM, 2018-07-06
https://www.periodicoclm.es/articulo/toledo/arzobispo-toledo-cuestiona-ley-sociedad-libre-violencia-genero-castilla-mancha-ultrafeminismo-solucion/20180706134431008502.html
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, está "preocupado" por la nueva Ley castellano‑manchega para una Sociedad Libre de Violencia de Género. Concretamente, el prelado considera que la normativa autonómica puede confundir igualdad con 'ideología de género', al servirse "casi exclusivamente" de esta "corriente ideológica" para "lograr la deseada igualdad entre sexos".
Una preocupación que el primado de España señala en su escrito semanal, en el que tras calificar de "curiosa" la unanimidad en las reacciones contrarias a la decisión judicial de dejar en libertad provisional a los componentes de ‘La Manada’, arremete contra la Ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género de Castilla-La Mancha, que está por iniciar su tramitación parlamentaria después de que el pasado 26 de junio el texto recibiera el visto bueno del Gobierno que preside el socialista Emiliano Gacía‑Page.
Un texto en el que bajo el título ‘Reacciones’, pretende hacer ver que este trámite ha sido una respuesta a la puesta en libertad de estos sujetos. Un hecho, comenta también el arzobispo toledano, que ha herido la sensibilidad de mucha gente, “en ocasiones sin fijarse en cómo ha sido la razón de la decisión jurídica”, llevando “incluso al presidente de Castilla-La Mancha” a tomar “la decisión de que su Consejo de Gobierno apruebe rápidamente el anteproyecto de ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género”.
Afirmaciones que realiza Rodríguez Plaza obviando, entre otras cuestiones, que el actual Ejecutivo autonómico lleva trabajando en el texto desde el inicio de la legislatura, que el anteproyecto fue presentado al Consejo Regional de la Mujer en octubre, que posteriormente fue sometido a información pública y que a lo largo de este tiempo se han ido implantando distintas medidas que ahora quedan recogidas en su conjunto en esta nueva norma.
Medidas que al arzobispo parece incomodar que ya cuenten con dotación presupuestaria, tal y como recuerda Rodríguez Plaza que afirmó la directora del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez, tras el Consejo de Gobierno de la pasada semana. Una asignación presupuestaria que dice ya le gustaría “sucediera del mismo o parecido modo con el dinero para solucionar otros problemas urgentes en nuestra tierra”. Cuestiones que el prelado señala, pero sin precisar cuáles son esos asuntos que considera desatendidos por parte del Ejecutivo regional.
Tras este pretendido toque de atención en materia presupuestaria, Rodríguez Plaza ironiza sobre el carácter avanzado y pionero de esta ley, pues “se dice que es el más avanzado de Europa”, al preocupar “a nuestros gobernantes la igualdad entre mujer y varón”. Igualdad “deseada y necesaria, sin duda” ‑admite el arzobispo‑ “pues no es real hoy día”.
Es en este marco en el que al arzobispo de Toledo “preocupa” que “se pueda confundir igualdad con ideología de género”, al quedar claro en su opinión que “el anteproyecto de ley se apoya en esta corriente de pensamiento casi exclusivamente para conseguir la deseada igualdad entre los sexos”.
En su argumentación, Braulio Rodríguez afirma que “en la ideología de género, el cambio del concepto género por sexo, cada vez más presente en nuestra sociedad, no traerá la igualdad, sino la confusión a base de eufemismos”, así como “incapacidad para solucionar el aberrante problema de que un varón mate a una mujer por creer que tiene derecho sobre ella por ser simplemente ‘el macho’, o sea su esposo, su pareja de hecho, o no acepte la separación o el divorcio interpuesto por ella”.
Dicho esto, apunta que “la igualdad entre los sexos es algo más profundo”, lo cual precisa “una reflexión antropológica seria y decisión de educar en igualdad desde que somos pequeños”. Aunque para Rodríguez Plaza “el tema está en que una mala solución de este asunto no perjudica solo a la Iglesia, sino a la vida social en general”.
Considera así que en esa “confusión” entre igualdad e ideología de género responde a un “desencanto” por un cierto pensamiento único respecto a lo que es el ser humano “y cerrarse a otras soluciones que eviten violencia, agresiones, muertes, e incluso el desnivel salarial entre hombre y mujer”. Una posición que Rodríguez Plaza denomina “ultrafeminismo”, y que a su juicio “no es la solución”.
Para el arzobispo toledano “la solución” precisa de “cooperación entre los sexos, respetando las lógicas diferencias entre mujer y varón”, puesto que “aceptar estas diferencias nada impide exigir la igualdad entre ellos”.
Pero los reproches del prelado no tienen como único destinatario el Gobierno regional, puesto que aprovecha también este escrito y sirviéndose como hilo del caso de los agresores sexuales de ‘La Manada’, para criticar a la nueva ministra de Justicia, Dolores Delgado, por haber señalado la necesidad de “reformas mentales” y “desarrollo de una perspectiva de género” en la judicatura al ser preguntada por la puesta en libertad de los cinco acusados por la violación de los sanfermines de 2016.
Admite el arzobispo que “reformas sí son necesarias”, pero considera que en éste como en otros casos se utiliza la ‘perspectiva de género’ como “nuevo dogma de fe laica”, como “ingeniería social a todos los problemas morales”.
Una ingeniería social sobre la que se pregunta si “puede solucionar cuantos problemas genera una sexualidad entregada al naturalismo instintivo”. Y es que “cuando se han declarado abolidas todas las virtudes domésticas y se acepta incluso la pornografía como objeto de consumo”, se interroga sobre “cómo se solucionarán las consecuencias de esa permisividad” y si para ello se empleará “ideología de género pura y dura”.
Preguntas a las que el primado de España se responde a sí mismo, señalando que no le parece posible “por improbable” desde la perspectiva de género, al parecerle ésta “el bálsamo de Fierabrás”.
Concluye su escrito volviendo a la ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género, para cargar contra la asignatura “de implantación obligatoria” que contempla, de la cual dice su “contenido y currículo está repleto de ideología de género”.
Crítica hecha, Rodríguez Plaza finaliza dando la “bienvenida” a la lucha en favor de la igualdad, “pero no de este modo”, al considerar que “es un camino seguro para un pensamiento único, que no tiene base antropológica suficiente”.
Contundente respuesta de la Junta
Pero ante este escrito semanal del arzobispo de Toledo no se han hecho esperar contundentes respuestas, como la de la propia directora general del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez, quien en sus redes sociales escribía al respecto de las palabras de Rodríguez Plaza: “El patriarcado nunca acepta ni críticas ni cuestionamientos. Nos han ridiculizado, apedreado, quemado o paseado hacia el cadalso (real o simbólico). No, señores, no, la ideología de género no existe. Rechazan lo de siempre: a las mujeres libres, al feminismo”.
Un mensaje al que responde el jurista Fernando Andújar preguntándose la “necesidad” de Rodríguez Plaza de “complicar lo básico”. Así, recuerda al arzobispo de Toledo que “el mensaje cristiano es el de la dignidad de la persona y proteger a la mujer es parte de esa dignidad humana que recoge nuestra Constitución y protegen las instituciones de Castilla-La Mancha”.
Como también lo hace la directora, guionista y productora de cine social Mabel Lozano, quien tiene claro que los defensores del patriarcado a quienes responde Martínez, rechazan también “la igualdad entre hombres y mujeres”.
Por su parte, la directora del Instituto de la Mujer insiste y asegura que “a estas alturas, aguantar lecciones machistas, ninguna”, acompañando el comentario del enlace a una información de PeriódicoCLM que se hacía eco de la homilía pronunciada por Rodríguez Plaza el 27 de diciembre de 2015 en la Catedral de Toledo durante la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia ‑y que fue recogida en la revista diocesana Padre Nuestro en enero de 2016‑ en el que el arzobispo vinculó la violencia y los asesinatos de mujeres por parte de sus parejas o exparejas a la falta de un “verdadero matrimonio”.
Una homilía en la que el arzobispo llegaba a afirmar que “la mayor parte de las mujeres que mueren lo son por sus maridos que no las aceptan, las rechazan por no aceptar tal vez sus imposiciones; o por su expareja, o también por el que convivía con ella”.
Una preocupación que el primado de España señala en su escrito semanal, en el que tras calificar de "curiosa" la unanimidad en las reacciones contrarias a la decisión judicial de dejar en libertad provisional a los componentes de ‘La Manada’, arremete contra la Ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género de Castilla-La Mancha, que está por iniciar su tramitación parlamentaria después de que el pasado 26 de junio el texto recibiera el visto bueno del Gobierno que preside el socialista Emiliano Gacía‑Page.
Un texto en el que bajo el título ‘Reacciones’, pretende hacer ver que este trámite ha sido una respuesta a la puesta en libertad de estos sujetos. Un hecho, comenta también el arzobispo toledano, que ha herido la sensibilidad de mucha gente, “en ocasiones sin fijarse en cómo ha sido la razón de la decisión jurídica”, llevando “incluso al presidente de Castilla-La Mancha” a tomar “la decisión de que su Consejo de Gobierno apruebe rápidamente el anteproyecto de ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género”.
Afirmaciones que realiza Rodríguez Plaza obviando, entre otras cuestiones, que el actual Ejecutivo autonómico lleva trabajando en el texto desde el inicio de la legislatura, que el anteproyecto fue presentado al Consejo Regional de la Mujer en octubre, que posteriormente fue sometido a información pública y que a lo largo de este tiempo se han ido implantando distintas medidas que ahora quedan recogidas en su conjunto en esta nueva norma.
Medidas que al arzobispo parece incomodar que ya cuenten con dotación presupuestaria, tal y como recuerda Rodríguez Plaza que afirmó la directora del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez, tras el Consejo de Gobierno de la pasada semana. Una asignación presupuestaria que dice ya le gustaría “sucediera del mismo o parecido modo con el dinero para solucionar otros problemas urgentes en nuestra tierra”. Cuestiones que el prelado señala, pero sin precisar cuáles son esos asuntos que considera desatendidos por parte del Ejecutivo regional.
Tras este pretendido toque de atención en materia presupuestaria, Rodríguez Plaza ironiza sobre el carácter avanzado y pionero de esta ley, pues “se dice que es el más avanzado de Europa”, al preocupar “a nuestros gobernantes la igualdad entre mujer y varón”. Igualdad “deseada y necesaria, sin duda” ‑admite el arzobispo‑ “pues no es real hoy día”.
Es en este marco en el que al arzobispo de Toledo “preocupa” que “se pueda confundir igualdad con ideología de género”, al quedar claro en su opinión que “el anteproyecto de ley se apoya en esta corriente de pensamiento casi exclusivamente para conseguir la deseada igualdad entre los sexos”.
En su argumentación, Braulio Rodríguez afirma que “en la ideología de género, el cambio del concepto género por sexo, cada vez más presente en nuestra sociedad, no traerá la igualdad, sino la confusión a base de eufemismos”, así como “incapacidad para solucionar el aberrante problema de que un varón mate a una mujer por creer que tiene derecho sobre ella por ser simplemente ‘el macho’, o sea su esposo, su pareja de hecho, o no acepte la separación o el divorcio interpuesto por ella”.
Dicho esto, apunta que “la igualdad entre los sexos es algo más profundo”, lo cual precisa “una reflexión antropológica seria y decisión de educar en igualdad desde que somos pequeños”. Aunque para Rodríguez Plaza “el tema está en que una mala solución de este asunto no perjudica solo a la Iglesia, sino a la vida social en general”.
Considera así que en esa “confusión” entre igualdad e ideología de género responde a un “desencanto” por un cierto pensamiento único respecto a lo que es el ser humano “y cerrarse a otras soluciones que eviten violencia, agresiones, muertes, e incluso el desnivel salarial entre hombre y mujer”. Una posición que Rodríguez Plaza denomina “ultrafeminismo”, y que a su juicio “no es la solución”.
Para el arzobispo toledano “la solución” precisa de “cooperación entre los sexos, respetando las lógicas diferencias entre mujer y varón”, puesto que “aceptar estas diferencias nada impide exigir la igualdad entre ellos”.
Pero los reproches del prelado no tienen como único destinatario el Gobierno regional, puesto que aprovecha también este escrito y sirviéndose como hilo del caso de los agresores sexuales de ‘La Manada’, para criticar a la nueva ministra de Justicia, Dolores Delgado, por haber señalado la necesidad de “reformas mentales” y “desarrollo de una perspectiva de género” en la judicatura al ser preguntada por la puesta en libertad de los cinco acusados por la violación de los sanfermines de 2016.
Admite el arzobispo que “reformas sí son necesarias”, pero considera que en éste como en otros casos se utiliza la ‘perspectiva de género’ como “nuevo dogma de fe laica”, como “ingeniería social a todos los problemas morales”.
Una ingeniería social sobre la que se pregunta si “puede solucionar cuantos problemas genera una sexualidad entregada al naturalismo instintivo”. Y es que “cuando se han declarado abolidas todas las virtudes domésticas y se acepta incluso la pornografía como objeto de consumo”, se interroga sobre “cómo se solucionarán las consecuencias de esa permisividad” y si para ello se empleará “ideología de género pura y dura”.
Preguntas a las que el primado de España se responde a sí mismo, señalando que no le parece posible “por improbable” desde la perspectiva de género, al parecerle ésta “el bálsamo de Fierabrás”.
Concluye su escrito volviendo a la ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género, para cargar contra la asignatura “de implantación obligatoria” que contempla, de la cual dice su “contenido y currículo está repleto de ideología de género”.
Crítica hecha, Rodríguez Plaza finaliza dando la “bienvenida” a la lucha en favor de la igualdad, “pero no de este modo”, al considerar que “es un camino seguro para un pensamiento único, que no tiene base antropológica suficiente”.
Contundente respuesta de la Junta
Pero ante este escrito semanal del arzobispo de Toledo no se han hecho esperar contundentes respuestas, como la de la propia directora general del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez, quien en sus redes sociales escribía al respecto de las palabras de Rodríguez Plaza: “El patriarcado nunca acepta ni críticas ni cuestionamientos. Nos han ridiculizado, apedreado, quemado o paseado hacia el cadalso (real o simbólico). No, señores, no, la ideología de género no existe. Rechazan lo de siempre: a las mujeres libres, al feminismo”.
Un mensaje al que responde el jurista Fernando Andújar preguntándose la “necesidad” de Rodríguez Plaza de “complicar lo básico”. Así, recuerda al arzobispo de Toledo que “el mensaje cristiano es el de la dignidad de la persona y proteger a la mujer es parte de esa dignidad humana que recoge nuestra Constitución y protegen las instituciones de Castilla-La Mancha”.
Como también lo hace la directora, guionista y productora de cine social Mabel Lozano, quien tiene claro que los defensores del patriarcado a quienes responde Martínez, rechazan también “la igualdad entre hombres y mujeres”.
Por su parte, la directora del Instituto de la Mujer insiste y asegura que “a estas alturas, aguantar lecciones machistas, ninguna”, acompañando el comentario del enlace a una información de PeriódicoCLM que se hacía eco de la homilía pronunciada por Rodríguez Plaza el 27 de diciembre de 2015 en la Catedral de Toledo durante la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia ‑y que fue recogida en la revista diocesana Padre Nuestro en enero de 2016‑ en el que el arzobispo vinculó la violencia y los asesinatos de mujeres por parte de sus parejas o exparejas a la falta de un “verdadero matrimonio”.
Una homilía en la que el arzobispo llegaba a afirmar que “la mayor parte de las mujeres que mueren lo son por sus maridos que no las aceptan, las rechazan por no aceptar tal vez sus imposiciones; o por su expareja, o también por el que convivía con ella”.
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