Imagen: SPD / Katia Al Shehaby y su amigo en Christopher Street Day de Berlín |
Luego de vivir la mayor parte de su vida escondida, ahora Katia puede expresar libremente su identidad de género.
AFP | SDPnoticias, 2018-07-30
https://www.sdpnoticias.com/gay/2018/07/30/mujer-trans-huyo-de-siria-hoy-en-berlin-puede-vivir-con-libertad
Cuando vivía en Siria, Katia Al Shehaby, una mujer transgénero, se veía obligada a reprimirse y ocultar su verdadera identidad hasta que llegó a Alemania en 2015.
Desde que llegó a Berlín, Katia decidió asumir con libertad su identidad de género y ahora la vive sin tapujos pues asegura que en Berlín, encontró el apoyo que necesita para ser ella misma.
Hoy la joven está en tratamiento hormonal y se prepara para su cirugía de concordancia sexo-genérica: "Me operarán en los próximos seis meses, cuando mi terapia con hormonas haya terminado. Entonces esto será más natural que nunca", explica.
En Siria es muy complicado mostrarse como homosexual o como trans y por eso Katia reservó su "secreto" para ella y un puñado de personas cercanas, como su hermano gemelo, Nur, que es gay.
Cuando los dos hermanos huyeron del país en 2015 con su padre, "nadie en la familia sabía nada de nuestra identidad (...). En Alemania, decidimos revelarla", explica Katia.
Como cientos de miles de otros migrantes que huyeron de conflictos y persecuciones en Siria, Irak o Afganistán, tomaron ese año la ruta de los Balcanes, antes de que fuera cerrada a principios de 2016.
Los gemelos y su padre recibieron de parte de las autoridades alemanas un permiso de residencia de tres años como refugiados.
Katia comparte casa con un amigo en Berlín en el barrio de Charlottenburg. Fue en la capital alemana, famosa por su espíritu de tolerancia y de apertura, donde decidió vivir conforme a su identidad de género.
"En la sociedad, no solo la de Siria sino, de forma más general, del mundo árabe, están mal vistos (los homosexuales y los trans)", señala.
Pero "en Alemania, estas cosas se apoyan, hay asociaciones que nos ayudan, En Siria, si hubiéramos dicho algo, no sé lo que nos hubiera pasado", continúa.
El sábado por la tarde, junto a cientos de miles de personas, Katia se unió al 'Christopher Street Day', el Orgullo LGBTI berlinés. Una marcha encabezada por un lema que parecía estar hecho a la medida de Katia: "Mi cuerpo - mi identidad - mi vida".
Hace algunos días, Katia volvió encontrase con su madre que ahora también vive en Alemania, y confiesa que se sentía nerviosa porque no le había hablado antes sobre su transición, pero el encuentro no pudo haber salido mejor.
"Se quedó un momento sin voz y luego volvió a estar normal. Dijo: 'ahora tengo un hijo y una hija, estoy muy orgullosa'", dice, sonriendo, Katia que ahora sólo le preocupa la reacción de su padre: "Aún no lo he visto porque él no lo aceptará en absoluto".
¿Qué desea Katia, ahora? "Como yo, que todo el mundo pueda ser como quiera. Y que vuelva la paz a mi país".
Desde que llegó a Berlín, Katia decidió asumir con libertad su identidad de género y ahora la vive sin tapujos pues asegura que en Berlín, encontró el apoyo que necesita para ser ella misma.
Hoy la joven está en tratamiento hormonal y se prepara para su cirugía de concordancia sexo-genérica: "Me operarán en los próximos seis meses, cuando mi terapia con hormonas haya terminado. Entonces esto será más natural que nunca", explica.
En Siria es muy complicado mostrarse como homosexual o como trans y por eso Katia reservó su "secreto" para ella y un puñado de personas cercanas, como su hermano gemelo, Nur, que es gay.
Cuando los dos hermanos huyeron del país en 2015 con su padre, "nadie en la familia sabía nada de nuestra identidad (...). En Alemania, decidimos revelarla", explica Katia.
Como cientos de miles de otros migrantes que huyeron de conflictos y persecuciones en Siria, Irak o Afganistán, tomaron ese año la ruta de los Balcanes, antes de que fuera cerrada a principios de 2016.
Los gemelos y su padre recibieron de parte de las autoridades alemanas un permiso de residencia de tres años como refugiados.
Katia comparte casa con un amigo en Berlín en el barrio de Charlottenburg. Fue en la capital alemana, famosa por su espíritu de tolerancia y de apertura, donde decidió vivir conforme a su identidad de género.
"En la sociedad, no solo la de Siria sino, de forma más general, del mundo árabe, están mal vistos (los homosexuales y los trans)", señala.
Pero "en Alemania, estas cosas se apoyan, hay asociaciones que nos ayudan, En Siria, si hubiéramos dicho algo, no sé lo que nos hubiera pasado", continúa.
El sábado por la tarde, junto a cientos de miles de personas, Katia se unió al 'Christopher Street Day', el Orgullo LGBTI berlinés. Una marcha encabezada por un lema que parecía estar hecho a la medida de Katia: "Mi cuerpo - mi identidad - mi vida".
Hace algunos días, Katia volvió encontrase con su madre que ahora también vive en Alemania, y confiesa que se sentía nerviosa porque no le había hablado antes sobre su transición, pero el encuentro no pudo haber salido mejor.
"Se quedó un momento sin voz y luego volvió a estar normal. Dijo: 'ahora tengo un hijo y una hija, estoy muy orgullosa'", dice, sonriendo, Katia que ahora sólo le preocupa la reacción de su padre: "Aún no lo he visto porque él no lo aceptará en absoluto".
¿Qué desea Katia, ahora? "Como yo, que todo el mundo pueda ser como quiera. Y que vuelva la paz a mi país".
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